La 'última margarita' del Ejército del Aire: el casco de combate que España no quiere usar
Alemania, Italia y Reino Unido han acordado desarrollar conjuntamente el casco del futuro para los cazas Eurofighter Typhoon. España, que también forma parte del consorcio, ha decidido esta vez no participar
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Europa tiene un plan para desarrollar el casco del futuro para sus pilotos de combate, pero España, de momento, no quiere saber nada. Alemania e Italia anunciaron recientemente su adhesión al camino emprendido por Gran Bretaña el año pasado con el objetivo de desarrollar un nuevo casco para el caza Eurofighter Typhoon. El casco, denominado Typhoon Future Helmet Striker II, es un proyecto de alta tecnología militar similar al desarrollado por Lockheed Martin en EEUU para su casco del F-35. Sin embargo, según Alemania, nuestro país de momento se mantiene fuera de la iniciativa y sigue evaluando alternativas.
El pasado 11 de diciembre, la oficina alemana BAAINBw, responsable de adquisiciones —entre otros cometidos— para el Ejército, emitió un comunicado en el que confirmaba las intenciones tanto de Alemania como de Italia de unirse a Gran Bretaña en el desarrollo del casco Striker II para el caza de combate Eurofighter Typhoon. Actualmente, está en servicio el Striker I, fácilmente diferenciable del casco Gentex —casco básico del Eurofighter Typhoon— por los bultos en la parte trasera.
Curiosamente, España queda fuera del programa, ya que, según palabras textuales del comunicado, estaría estudiando una solución alternativa, de la que no hay información pública. No obstante, el consorcio Eurofighter, formado por España, fue el encargado de contratar a la inglesa BAE Systems.
Este tipo de cascos, conocidos en inglés como Helmet-Mounted Display (HMD), se caracterizan por presentar la información al piloto directamente en el casco. Así, el piloto puede mirar hacia cualquier lado sin perder de vista los valores de velocidad, altitud, etc. que normalmente se muestran en el Head-Up Display (HUD).
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Los HUD comenzaron a aparecer a finales de la Segunda Guerra Mundial, tomando como punto de partida los visores de punto rojo que se incorporaron durante la misma. De esta manera, se lograban dos objetivos, evitar que el piloto tuviese que estar mirando continuamente hacia el interior de la cabina para verificar los parámetros de vuelo y facilitar la tarea de hacer blanco en otra aeronave, en casco de combate aéreo.
A medida que se fueron modernizando, los HUD incluyeron mayor información. Actualmente, presentan los blancos detectados por el radar y aquellos localizados por los misiles de guía de imagen infrarroja. Además, indican cuándo se debe efectuar el lanzamiento de los misiles y ayudan al piloto en combate aéreo cercano y durante las navegaciones.
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Los HMD —cuyo coste puede alcanzar los 400.000 euros por unidad—, entraron en acción cuando se buscó la posibilidad de apuntar más allá del ángulo efectivo de los primeros misiles. Esto se conoce en inglés como off-boresight. Así, el misil Vympel R-73 de origen soviético ofrecía, a través del casco Shchel-3UM, la posibilidad de apuntar hasta más o menos 40º —llegó a los 70º en algunas versiones más modernas— de la línea media del misil. Por tanto, en este tipo de disparos, el piloto debe dirigir su cabeza hacia el avión enemigo y apuntarle a través de su casco. Esta nueva capacidad se consiguió gracias a una mayor maniobrabilidad y mejor sensor del misil.
Aunque los estadounidenses tardaron un poco en reaccionar, los israelíes pronto desarrollaron una respuesta al R-73 con el misil aire-aire Python 4 y el casco DASH (Display and Sight Helmet), fabricado por Elbit Systems. Dicho casco contaba con sensores capaces de detectar los movimientos de la cabeza y un tubo de rayos catódicos que suministraba una imagen reflejada en el casco, permitiendo las labores de selección de blanco, navegación, etcétera.
Los HMD, para ser realmente eficaces, necesitan conocer en tiempo real la posición de la cabeza del piloto dentro de la cabina. Por ello, en algunos aviones se pueden observar puntos colocados en el interior de la carlinga, como en los F-16 estadounidenses o en los F-18 Hornet españoles. Estos últimos cuentan con el casco Scorpion de la francesa Thales. El Scorpion se puede montar encima del casco convencional HGU-55/P, similares a los citados Gentex, y solo presenta la imagen en el ojo derecho del piloto.
Toda nueva tecnología acarrea riesgos. En un accidente en la base aérea de Eglin se detectó que el HMD estaba desalineado
La efectividad de estos disparos mejoró con la incorporación en los misiles aire-aire de los sensores de imagen infrarroja que, en lugar de buscar puntos calientes como hacían sus predecesores de guía infrarroja, escudriñaban el cielo para localizar una imagen en el espectro infrarrojo que coincidiese con el perfil precargado de la aeronave enemiga. Esto los hace mucho mejores, ya que no son tan 'engañables' con las bengalas.
Dichos cascos, no se emplean únicamente en aviones de caza. Por ejemplo, el helicóptero de ataque Boeing AH-64 Apache cuenta con el vetusto Integrated Helmet And Display Sight System (IHADSS) que, solo ofrece proyección al ojo derecho del tripulante. Una versión más avanzada es la propuesta por Thales, denominada TopOwl y utilizada por los tripulantes del helicóptero de reconocimiento armado Eurocopter EC-665 Tigre o del helicóptero de transporte NHI NH-90. El Scorpion, por su parte, está en servicio en los Airbus H125M, H145M y H225.
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Curiosamente, el F-35 es el primer caza en eliminar el HUD. Los diseñadores del aparato supusieron que el HMD y la enorme pantalla conocida como Large Area Display muestran información suficiente por duplicado para que el piloto pueda operar la aeronave de manera segura y eficaz.
En el otro extremo se encuentra el F-22, cuyos pilotos siguen recurriendo a los cascos HGU-55/P. A pesar de ello, la USAF está desarrollando el Next Generation Fixed Wing Helmet, que debería ser suministrado en los próximos años a los pilotos del Raptor.
No obstante, toda nueva tecnología acarrea ciertos riesgos. Por ejemplo, en un accidente de F-35A ocurrido en la base aérea de Eglin en 2020, se detectó que el HMD estaba desalineado y que distrajo al piloto durante una fase crítica del vuelo. Asimismo, en otro accidente, esta vez sufrido por un F-35B perteneciente al USMC en septiembre del año pasado, el piloto afirmó que se le había apagado en repetidas ocasiones tanto la proyección en el HMD como dicha pantalla LAD.
En el casco de los Eurofighter Typhoon, actualmente disponen del Striker I, fabricado por BAE Systems. El año pasado Reino Unido comenzó el desarrollo del Striker II con un presupuesto de unos 48 millones de euros, al que se ha unido el consorcio Eurofighter, a través de la agencia NETMA (NATO Eurofighter and Tornado Management Agency), responsable de la gestión del programa del caza. Este nuevo contrato ronda los 160 millones de euros —de los que unos 63 millones corresponderían a Alemania—. Se espera que comience a entrar en servicio con el Typhoon en torno a 2028.
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Según el fabricante, el Striker II ofrece un campo de visión de 40º respecto a la línea media del casco y es el único con simbología completamente a color con visión nocturna integrada. Este casco es notablemente más ligero que las gafas de visión nocturna tradicionales, reduciendo la carga que sufre el piloto en maniobras exigentes. Además, permite audio en 3D, el mostrado de imágenes —como un feed de vídeo desde otra plataforma— y goza de una tecnología de seguimiento de objetivos probada en combate.
Este casco permite trabajar en colaboración con sistemas de apertura distribuida —como el del F-35 con cámaras repartidas por todo el fuselaje de la aeronave— para que el piloto pueda ver a través del fuselaje del aparato. A diferencia de los puntos que precisa el Scorpion en la carlinga, el Striker emplea sensores ópticos emplazados en la aeronave.
España, ¿Quo Vadis?
El apartado más enigmático del comunicado de la oficina responsable de adquisiciones alemana BAAINBw es la referencia a España. Según se puede leer, nuestro país estaría evaluando una opción diferente.
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Aunque, rápidamente, se puede pensar en una excusa debido a la difícil situación presupuestaria, España destinó un mísero 1,28% de su PIB a defensa —unos 16 mil millones de euros—, es posible que el Ejército del Aire y del Espacio prefiera el sistema Scorpion de Thales y esté analizando cómo integrarlo en el Eurofighter Typhoon.
De cualquier manera, ambos extremos son extraños, pues lo razonable sería permanecer junto al resto de socios del programa y desarrollar conjuntamente el casco inglés. Como es consuetudinario, ni el Ejército del Aire y del Espacio ni el Ministerio de Defensa se han pronunciado al respecto.
Este tipo de cascos son esenciales en la guerra aérea del futuro. Sin embargo, España no tiene claro qué camino tomará: continuar con los Striker I, acabar uniéndose al resto de socios del programa Eurofighter para el Striker II u optar por la vía francesa del Scorpion. ¿Quién deshojará la margarita?
Europa tiene un plan para desarrollar el casco del futuro para sus pilotos de combate, pero España, de momento, no quiere saber nada. Alemania e Italia anunciaron recientemente su adhesión al camino emprendido por Gran Bretaña el año pasado con el objetivo de desarrollar un nuevo casco para el caza Eurofighter Typhoon. El casco, denominado Typhoon Future Helmet Striker II, es un proyecto de alta tecnología militar similar al desarrollado por Lockheed Martin en EEUU para su casco del F-35. Sin embargo, según Alemania, nuestro país de momento se mantiene fuera de la iniciativa y sigue evaluando alternativas.