Soy un yonqui del café. Tras probar estas cafeteras, me arrepiento de cómo lo preparaba
La revolución del café se refleja en la oferta de cafeteras. Si eres un creyente del café de especialidad, es probable que te hayas planteado una superautomática o una semiautomática. Hasta las de cápsulas se han transformado
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Hace mucho tiempo que soy víctima de la fiebre del café de especialidad. Soy de esos que un par de veces al mes peregrinan religiosamente a uno de mis locales de confianza para hacerme con un paquete de granos de diferente origen. La cuestión es que esta cepa ha contagiado a una buena parte de mi entorno.
Rara es la ocasión que nos juntamos los amigos en Madrid y no sale a lo largo de la conversación alguna recomendación en este sentido. El grupo está bien definido. Los que están tan entregados a esta fe que se han invertido (o planean hacerlo) un presupuesto similar al de un iPhone en una cafetera súper automática o semiautomática. Por otra parte, están los que prefieren seguir con su cafetera italiana o experimentar con una aeropress. Y por último, los que nos miran como marcianos, pasan de todo esto y están plenamente satisfechos con su máquina de cápsulas.
Pues bien. Sea cual sea tu posición y tu filiación frente a esta moda, te invito a leer esta guía en la que hemos probado, para empezar, una cafetera superautomática pata negra como la Phillips Series 5500. La hemos puesto a competir con una semiautomática como la Sage Barista Express para saber cuál de ellas encaja mejor con tus expectativas y qué esperar de ellas. Para los que sigan apostando por las cápsulas también hemos probado una de última generación, la L´Or Barista Creatif Connected, para ver cómo estas máquinas tampoco se han quedado atrás y se están poniendo al día con nuevas funciones y herramientas.
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Dime qué cafetera es y te diré qué hace
Antes de arremangarnos y empezar a meternos cafés entre pecho y espalda para examinar cada máquina, conviene echar un vistazo a un pequeño glosario para entender qué significa cada categoría.
Cafeteras superautomáticas:
Son las más avanzadas. Lo más de más desde el punto de vista de no hacer nada. Se encargan de todo y lo único que hay que hacer es seleccionar el tipo de preparación. Se ocupan de moler los granos, cambiar el filtro, ajustar el tiempo y la cantidad de aguas. Por norma, suelen ser las más caras (aunque cada vez surgen modelos low cost o asociadas a una suscripción) y están pensados para los cafeinómanos más sibaritas que no quieren arremangarse y perder tiempo con la preparación. Algunas, las más avanzadas, trabajan la leche y la dejan al punto sin que muevas un dedo. Es interesante fijarse, en este caso y en las semiautomáticas, en el material y tipo de cuchillas.
Las cuchillas planas ofrecen molienda uniforme y consistencia, pero generan más calor y son más costosas. Las cónicas producen menos calor, preservan el aroma y son silenciosas, aunque menos uniformes. Las cuchillas de acero inoxidable son duraderas y económicas, pero se desgastan más rápido. Las de cerámica, comunes en gamas altas, son resistentes, mantienen el filo y generan menos calor, aunque son más caras y frágiles.
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Cafeteras semiautomáticas:
Su nombre lo indica. Personalizan parte del proceso, como puede ser el prensado o el tamaño de la dosis. Algunos modelos incluyen e integran el molinillo o lo necesario para espumar la leche. Pero todavía hay que dedicarle algo de atención a la hora de preparar el espresso. Con este tipo de aparatos hay que tener varias cosas en cuenta. Lo primero, el precio. Probablemente sea la categoría que más oferta haya. Para no acabar con algo trucho entre manos, fíjate en los bares. El mínimo deben ser 10 bares. La mayoría supera ese nivel, con 15. Las más avanzadas manejan unas 20. Otra cosa interesante es fijarse que tenga filtro en el depósito de agua. ¿La razón? Porque si vives en una zona donde el agua tenga mucha cal, con el tiempo puede acabar cargándose tu querida cafetera.
Cafetera manual:
Esas que permiten controlar absolutamente todos. Para los más entregados y apasionados. Pero también los más versados, porque no basta únicamente con conocer el funcionamiento, sino también conocer en detalle el tipo de producto que estás manejando, porque probablemente prepares de forma diferente el género y también tengas que utilizar la máquina de forma diferente. Si quieres un café perfecto y no de batalla, tienes que moler la cantidad exacta de granos y de la forma exacta e incluso calentar la temperatura a un nivel exacto.
Cafetera de cápsulas:
Ningún misterio. Las puso de moda cierta marca que pretendía que te vieses como George Clooney cada vez que te chutases uno de sus cafés, pero ahora hay otras marcas que le han seguido el paso y se han puesto a su altura. Algunas, como las que encontrarás al final de esta selección, ya se conectan a internet y tiene más lógica de lo que crees.
Phillips Series 5500: una muy buena representante de las superautomáticas
Yo soy de los que aprecia un buen café, pero también soy de los que aprecia que se haga rápido. Por las mañanas madrugo mucho para entrenar antes de ir a trabajar, así que cualquier cosa que suponga ganar unos minutos en cama es bienvenida. Por eso, cuando me propusieron una superautomática con la promesa de que iba a tener mi espresso o un cappuccinode notable alto o sobresaliente en un minuto solo con tocar un botón, aquello fue música celestial para mis oídos.
Hasta hace dos telediarios, una superautomática buena te suponía dejarte 1.000 euros. Sin embargo, en las últimas temporadas han aparecido muy buenas representantes en zonas de precio más templadas. Una de ellas es la Philips Series 5500, que se ha pasado varias semanas en mi encimera dando servicio.
Empecé a probarla después de usar la Sage Barista Express de este artículo, y lo primero que me sorprendió fue su tamaño. Yo pensaba que me iba a encontrar una máquina muy grande, y no fue así. El cuerpo es bastante compacto, ocupando menos de 50 centímetros de largo y menos de 25 de ancho.
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La clave de esto está en una concepción modular que no deja de sorprenderme. La primera vez que te toca rellenar el depósito de 1,8 litros de agua o vaciar el tanque de los posos, te das cuenta del excelente trabajo de diseño que ha hecho la compañía en este punto. Sobre su aspecto exterior, es algo muy neutro. El principal acabado es el plástico negro con detalles en gris y metalizados.
La cafetera está presidida por un panel situado en la parte superior donde se encuentran dibujadas las principales recetas, algunos botones de control, así como el del cambio de perfil, algo que explicaremos más adelante. Además, destaca el depósito LatteGo, en el que se coloca la leche para que la cafetera la gestione dependiendo de lo que le pidas.
Es un accesorio bien concebido que impide que haya derrames porque prepara y sirve la leche sin que tengas que hacer nada. Además, se extrae fácilmente para limpiarlo. Se puede meter en el lavavajillas, pero particularmente siempre recomiendo lavar a mano. Por último, el depósito de café y el molinillo se encuentran en la parte superior, sin sobresalir, a diferencia de otros modelos. La capacidad es de unos 275 gramos, una medida similar a la que manejan muchos vendedores de café de especialidad. También tiene un depósito de café ya molido, pero particularmente no se me ocurriría usarlo si puedo disfrutar de grano recién molido.
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Una de las cosas interesantes es que, gracias a una tecnología de filtrado patentada, no hace falta descalcificar la máquina con frecuencia. Puede servir hasta 5.000 cafés sin necesidad de hacer este proceso.
Puede hacer un total de 20 recetas, desde los clásicos hasta preparaciones para café con hielo. Me pregunté en bastantes ocasiones antes de recibir la cafetera cómo sería esto. La máquina te pide que vayas poniendo cubitos de hielo a lo largo de la receta, y la verdad es que lo hace bastante bien.
Esta máquina de Philips tiene varias tecnologías que conviene destacar. Una de ellas es un sistema que reduce notablemente los decibelios que genera durante su funcionamiento. La vas a oír, pero es bastante más silenciosa que los modelos que tenemos en este artículo y que otros que he podido ver. La Series 5500 LatteGo tiene cuchillas de cerámica que permiten 12 niveles diferentes de molienda (que influyen en el tipo de preparación) y producen menos calor, lo que ayuda a no dañar ni los aceites ni el aroma del café.
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Una cosa interesante es que, a la hora de preparar un café, te permite seleccionar tanto la cantidad de café que se va a emplear como lo largo que será. A mí me encanta el café solo y la medida estándar me ha servido, pero a mi mejor amigo, por ejemplo, le gusta la misma cantidad de café, pero muy muy corto. Estas particularidades se pueden asociar a un perfil concreto para que no tengas que andar ajustándolo cada vez que quieras preparar el café como a ti te gusta. Esto es interesante para familias donde varios miembros toman café o para una oficina pequeña donde cada uno lo toma a su manera.
Un último detalle que creo que también es diferencial: la propia máquina te va avisando del mantenimiento que hay que hacer. Recibes un aviso cuando hay que vaciar el depósito de posos o rellenar el agua. En otros casos, como con la semiautomática de este texto, he perdido alguna dosis que otra de café del bueno por no darme cuenta de que no quedaba agua. Otro punto interesante es que, antes de autoapagarse, realiza una limpieza de forma autónoma que dura unos pocos segundos. Esto, además de ayudar al automantenimiento, contribuye a no perder tiempo la próxima vez que se reanude.
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Uno de los obstáculos que puede presentar este modelo concreto es el precio. Su coste ronda los 699 euros, aunque ya se pueden encontrar algunos descuentos. Sin embargo, si no necesitas cosas como los perfiles o no quieres una carta de cafés tan extensa y no te importa tener un diseño algo más mundano, la propia Philips tiene otros modelos, como la Philips EP4441/50, que te van a dar una experiencia similar a un precio menor. Esta prueba da una idea de las cosas que hay que buscar a la hora de hacerse con una buena superautomática, independientemente de tu presupuesto.
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- Philips EP4441/50 (Series 4400). Si te gusta lo que has leído pero quieres algo no tan completo y más barato. Compra por 499 euros.
- Gaggia Brera Silver. Más modesta, pero con buena relación calidad precio.
Compra por 354 euros. - Cecotec Superautomática Cremmaet. Gama más baja por súper versátil. Compra por 349 euros.
Sage Barista: ¿qué hace y qué no una semi?
Para entender cómo funciona una semiautomática y qué diferencias hay con una superautomática, hemos estado probando una Sage Barista Express Impress. Es una de las marcas más reconocidas del mercado, y en este caso estamos ante un modelo pata negra, es decir, de la parte alta de las semiautomáticas. Su precio oficial es de 800 euros, pero se puede encontrar rebajada. Una de las razones de que sea tan cara es la calidad de la construcción. Es un diseño elegantísimo de acero inoxidable con superficie pulida. Es bastante más ancha que la Philips, pero menos alargada, con 33 centímetros. Cada uno sabrá dónde quiere colocarla y qué formato le conviene más. Eso sí, conviene dejar algo de espacio en los laterales para poder utilizar la palanca y el tamping integrado para compactar el café, así como la rueda para ajustar la molienda.
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La primera diferencia es que aquí los controles no son una pantalla donde ajustar la receta o la cantidad de agua en un par de toques. Aquí todo eso depende de nosotros. Por eso, el que opte por una semiautomática y venga de una cafetera italiana o una de cápsulas puede sentirse abrumado con tanta opción. Además de la máquina en sí, en la caja encontramos el portafiltro de 54 mm y un total de cuatro cestas de filtro. Tenemos dos tipos de filtros: uno pensado para utilizar con café molido justo en el momento y otro para café molido previamente. Si optamos por lo primero, nuestro café saldrá de los granos que coloquemos en el depósito que sobresale en la parte superior, con una capacidad de 250 gramos.
En ambos casos, contamos con dos unidades de diferente capacidad por si queremos hacer una taza o dos tazas al mismo tiempo. También encontramos una jarra de leche (de acero) para utilizar con la varita de vapor y así poder preparar un buen café con leche o un cortado con su espumita, sin tener que calentar por separado ni utilizar ningún accesorio extra para conseguir la espuma. Otra cosa que trae incluida es el filtro para colocar en el depósito de agua situado en la parte trasera, de 2 litros de capacidad. Completa el conjunto una serie de utensilios para el mantenimiento y la limpieza de la máquina.
Cuando vamos a prepararnos un espresso, todo empieza en el botón de dosis, que activa el mecanismo para moler los granos. Tendremos que indicar qué tipo de filtro estamos utilizando y para cuántas tazas. Una vez ha servido la ración, lo que tienes que hacer es bajar la palanca. Una palanca que ejerce una presión de 10 kilos para lograr un disco de café perfectamente compacto y plano, obteniendo el espresso perfecto. Cuando lo haces, automáticamente se activa un indicador que nos muestra si la dosis es escasa o ajustada. Cuando lo consigues, se muestra una cara sonriente que nos indica que ya está listo. Lo cierto es que esta es una recomendación estándar de la máquina. Si quieres algo diferente, te va a tocar a ti experimentar.
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Estas dos características, la palanca que imita el golpe de un barista y el sistema de dosificación inteligente, son la tecnología que la marca ha bautizado como tecnología Impress. Muchas veces no te bastará con bajar la palanca una vez, sino que tendrás que repetir el proceso un par de veces para lograr que todo esté a punto. Aunque hay que dedicarle un poco de tiempo, seguro que resultará más rápido y, sobre todo, más eficaz que lo que vienes haciendo todas las mañanas aplastando con una cucharilla el café antes de meterlo en esa cafetera de 60 euros que compraste en la web de Cecotec o similar.
Una de las cosas que tenemos que hacer con una máquina así es decidir cómo vamos a moler el café. En la superautomática esto se hace por arte de magia al elegir la receta. Esta máquina cuenta con muelas cónicas de acero inoxidable y permite controlar la molienda en 25 niveles diferentes. La molienda básicamente depende del tiempo de extracción del café. Si no sabes qué significa esa expresión, se podría resumir como el tiempo durante el cual el café va a estar en contacto con el agua. En una cafetera de estas características, por norma general, el tiempo de elaboración es corto, unos 30 segundos. Por esa razón, el grano se debe moler más fino, por ejemplo, que si estamos utilizando una cafetera italiana o haciendo cold brew (infusión en frío), donde el café debe presentarse de forma más gruesa.
En este sentido, te doy dos consejos. El primero es que confíes en el modo automático si no tienes suficiente conocimiento. Si te dejas llevar por la máquina, podrás obtener un buen espresso con su adecuada dosis de espuma de manera consistente. Una vez adquieras más experiencia, será el momento de experimentar. Yo he estado experimentando varios días con los diferentes grados de molienda.
A mí particularmente me gusta el café que se siente algo más espeso, más denso y muy corto. Para eso, lo recomendable es ir a un nivel alto (el máximo es 25), alrededor del 19 o 20. Sin embargo, si prefieres algo muy ligero y un poco más largo, deberías ir a un nivel más fino. Lo recomendado por el fabricante, si no te gustan las pruebas, es optar por algo intermedio, alrededor del 15 o 16. Una vez lo pones en funcionamiento, es cuestión de esperar unos segundos mientras la máquina hace el café. El sonido es similar al ruido que provoca una máquina de cápsulas.
Esta cafetera no nos permite experimentar con la temperatura del agua, sino que, por norma general, la calienta a 93 grados antes de proceder a la preparación. Como recordatorio, es capaz de preparar una o dos tazas simultáneamente. Yo, como suelo tomar un café solo doble, he utilizado el sistema para preparar dos cafés, pero he utilizado una única taza.
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¿Qué pasa con el café con leche, el capuchino o el cortado? Ahí entra en juego la varilla para calentar la leche y la jarra. Alcanza hasta 130 grados de temperatura, lo que te da para servir la leche muy caliente y hacer mucha espuma. La intensidad se regula fácilmente desde un costado.
Hasta aquí, la reseña de esta Sage Barista Impress, que nos da idea de lo que pueden hacer las cafeteras semiautomáticas y qué se les puede pedir. Abajo os dejamos algunas alternativas más baratas, por si esta se te escapa de presupuesto.
Una máquina así es ideal para quienes valoran la experiencia artesanal de preparar café, controlando aspectos como la molienda, la presión del tamping y el tiempo de extracción. Es perfecta para entusiastas del café que disfrutan aprendiendo y experimentando para lograr su taza perfecta. En cambio, una superautomática es más adecuada para quienes buscan comodidad y consistencia, ya que automatiza todo el proceso con solo pulsar un botón.
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- DeLonghi Dedica. Mucho más básica, pero muy asequible. Compra por 149 euros.
- Sage Bambino. Compacta, pero muy completa.
Compra por 500 euros.
L´Or Barista Creatif: las de cápsulas ya no son lo que eran
Como decía, en mi grupo de amigos hay una tercera vía: los que pasan de estas pijadas de máquinas premium y lo que quieren ellos son cosas sencillas, sin florituras de moliendas ni nada así. Es probable que, si valoras comprarte una cafetera de cápsulas, en lo único que pienses sea en tener una máquina sencilla, que te permita hacerte un café rápido y de forma limpia.
Pero también hay gente que no se conforma con una Nespresso de marca blanca que se dedique a escupir el café más largo o más corto y ya está. Un buen ejemplo es cómo la compañía que puso de moda este formato ha sacado una nueva categoría, llamada Vertuo, que promete más espuma, entre otras cosas. Esto, en realidad, huele más a maniobra para volver a tener un formato exclusivo (para usar esas cápsulas hace falta una nueva máquina) ahora que muchos competidores han aprovechado su éxito para ponerse al día.
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Una de esas marcas que han sabido ponerse al rebufo de Nespresso para acelerar ha sido L’Or Espresso, una submarca de Philips que además de sacar sus propias cápsulas ha lanzado sus propias máquinas. Aparatos que pueden utilizar también cápsulas de Nespresso o de imitación de Nespresso.
Si por algo destacaban estos modelos desde el principio era por la posibilidad de utilizar cápsulas XL (un formato disponible en sus cápsulas) que servían para hacer dos cafés a la vez o uno solo pero bien cargado. Pero ahora han querido llevar las máquinas de cápsulas a un nuevo nivel convirtiéndolas en máquinas de café conectadas. Puede parecer una tontería, pero para muchos puede tener más sentido de lo que parece.
¿Te gustaría levantarte todos los días y que, mientras suena la alarma, el olor a un café recién puesto te ayude a despertarte? ¿Eres un loco de la rutina y tienes todo cronometrado cuando sales de la cama? Pues es uno de los trucos que puede hacer la L’Or Barista Creatif Connect, que es como se llama el invento en cuestión.
La conexión a internet te permite programarla desde el móvil. Puedes fijar una hora en cuestión y basta con que te ocupes de dejar la cápsula puesta la noche anterior y asegurarte de que hay agua suficiente. Puedes crear una norma o fijar la hora cada día.
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Otra de las bondades de que esté conectada la cafetera es que puedes controlar parámetros que no se suelen poder ajustar en este tipo de máquinas de cápsulas. Obviamente, no son las posibilidades que te ofrece una manual o una semiautomática, pero te deja, por ejemplo, controlar la temperatura del café, lo que puede ayudar a que tu espresso se sienta más amargo (más caliente) o algo más suave y afrutado (a menor temperatura).
Particularmente, cuando hice la prueba pensé que los matices no iban a pasar de lo sutil, pero lo cierto es que yo, que me tomo por norma el café solo, sin echarle absolutamente nada, sí que he notado una diferencia reseñable.
También te dejará indicar, por ejemplo, cómo de largo o corto quieres el café para que no tengas que preocuparte lo más mínimo de estar con el dedo preparado para cortarlo en el momento justo o para volver a pulsarlo por si quieres exprimir al máximo una cápsula para un café extralargo. La aplicación también te hace encuestas para saber qué tipo de cápsulas deberías comprar en función de tus gustos.
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Es cierto que los resultados son cápsulas de la propia compañía, pero si eres un poco avispado y haces una pequeña investigación puedes encontrar marcas blancas u otras opciones que encajen con lo que te recomienda el sistema.
Sobre el diseño, poco que descubrir. Sigue las líneas de diseño de las L’Or aunque se ha refinado bastante en los últimos años. Si vienes de uno de los primeros modelos, vas a encontrar una máquina más cuidada en lo visual y más robusta en la construcción. Los controles son mínimos: solo tres botones físicos para activar tres tipos de café (corto, medio y largo, que se pueden personalizar en la app) y un pequeño piloto para indicarnos que está conectada.
Su precio es de 99 euros e incluye 100 cápsulas de la compañía. Una oferta que lo deja bastante bien para aquellos que pasan de las cafeteras con ínfulas y lo único que quieren es renovar su cafetera de cápsulas.
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Hace mucho tiempo que soy víctima de la fiebre del café de especialidad. Soy de esos que un par de veces al mes peregrinan religiosamente a uno de mis locales de confianza para hacerme con un paquete de granos de diferente origen. La cuestión es que esta cepa ha contagiado a una buena parte de mi entorno.