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El A-10 hace su trabajo en Siria: por esto el jabalí de los cielos se resiste a la jubilación
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veterano 'abrelatas' de la guerra fría

El A-10 hace su trabajo en Siria: por esto el jabalí de los cielos se resiste a la jubilación

Los aviones de ataque A-10 Thunderbolt II, conocidos por su imponente cañón de 30 mm capaz de efectuar hasta 3.900 disparos por minuto, han participado en operaciones de bombardeo en Siria. ¿Será su última aparición?

Foto: A-10 Thunderbolt II en vuelo. (US Force)
A-10 Thunderbolt II en vuelo. (US Force)
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A principios del mes de diciembre, varios aviones de ataque A-10 Thunderbolt II, conocidos por su imponente cañón de 30 mm capaz de efectuar hasta 3.900 disparos por minuto, fueron grabados volando a baja cota en el este de Siria. Pocos días después, el Mando Central de Estados Unidos (US Central Command) confirmó, a través de una nota de prensa, que aviones de combate destinados en su área de responsabilidad habían realizado ataques aéreos en más de 75 emplazamientos, algunos de ellos calificados como "campamentos, operativos y líderes del Estado Islámico (ISIS)".

Según la misma fuente, los aviones empleados fueron bombarderos Boeing B-52 Stratofortress, cazabombarderos Boeing F-15 Eagle y aviones de ataque a tierra Fairchild Republic A-10 Thunderbolt II —denominados popularmente Warthog (jabalí)— desde los que se lanzaron más de 140 municiones contra emplazamientos terroristas en la parte central del país. El momento no fue casual. El Pentágono esperó a que el régimen de al Asad cayera para entrar en un área que solía estar patrullada por aviones de combate rusos.

placeholder El cañón GAU-8/Avenger comparado con un Wolkswagen Beetle. (US Air Force)
El cañón GAU-8/Avenger comparado con un Wolkswagen Beetle. (US Air Force)

El icono pop del apoyo aéreo cercano

Si bien el B-52 y el F-15 son aviones relativamente conocidos por el gran público por su presencia en películas y series, el A-10 —que podría considerarse un cañón con alas— es un aparato muy peculiar. Tan solo la Federación Rusia y Estados Unidos se pueden permitir el lujo de disponer de un avión cuya misión es única y exclusivamente efectuar ataque a tierra desde baja cota, también conocido como apoyo aéreo cercano (CAS, por sus siglas en inglés). En el caso de los rusos, se trata del Sukhoi Su-25, visto en numerosas ocasiones en Ucrania.

El apoyo aéreo cercano, que nació prácticamente con la aviación, engloba una parte importante de las operaciones aéreas. Su principal objetivo consiste en asistir a las tropas en el terreno, realizando ataques que faciliten la consecución de sus objetivos. Trabajan de forma tan cercana y coordinada con tierra que controladores en tierra, conocidos en el argot como Joint Terminal Attack Controller (JTAC), reduciendo así las posibilidades de fuego fratricida.

Actualmente, este rol suele estar cubierto por helicópteros de ataque, entre los que destaca el AH-64 Apache o el Mil Mi-28; o bien por aviones cazabombarderos, como el F-18, el Harrier o el F-16. Cabe destacar que, inicialmente, el F-16 fue diseñado como avión de caza ligero y ha acabado siendo el que más salidas de apoyo aéreo cercano (CAS) hizo en Afganistán. De hecho, se probó un pod con una versión más pequeña del cañón del A-10 en el F-16, pero transmitía demasiadas vibraciones al avión y se descartó.

Foto: Soldados patrullando en Siria. ( EFE/ANTONIO PEDRO SANTOS)

El apoyo aéreo cercano se puede ejecutar con diversos medios aéreos. Este informe del centro de investigación RAND de 2006 analizó el desempeño de cada uno de ellos. Por ejemplo, Estados Unidos ha llevado a cabo operaciones con helicópteros AH-64 Apache del US Army y AH-1Z Cobra del USMC, cazabombarderos F-15, F-16, F-18 y AV-8 Harrier, bombarderos B-1 y B-52; así como aviones de transporte reconvertidos, como el AC-130J Ghostrider (un avión espectacular al disponer de un cañón de 105 mm en su lateral), e incluso drones, como el MQ-9 Reaper.

Eso sí, debido a su gran tamaño, el AC-130J Ghostrider es muy vulnerable, por lo que sus operaciones se efectúan siempre al amparo de la oscuridad y en espacio no contestado. Esto es, donde no haya presencia de cazas enemigos o de sistemas antiaéreos hostiles en tierra, ya sean misiles antiaéreos portátiles (Manpads) o de mayor entidad. Por ello, este tipo de aviones se suelen emplear en misiones de contrainsurgencia (COIN) o en espacios en los que se cuente con superioridad o supremacía aérea.

placeholder Dos A-10 Thunderbolt. (EFE/EPA/Anna Szilagyi)
Dos A-10 Thunderbolt. (EFE/EPA/Anna Szilagyi)

Además de CAS, estas aeronaves también pueden colaborar en misiones CSAR, esto es, rescate aéreo en combate, por ejemplo, de un piloto derribado. También de FAC(A), que se traduce al español como controlador aéreo avanzado (en el aire) y se refiere a un avión que organiza al resto de aeronaves atacantes, indicando qué posiciones están ocupadas por personal aliado y cuáles por enemigos.

El tipo de munición empleada depende de la misión. Así, el A-10 puede lanzar tanto ráfagas de su potente cañón de 30 mm —que hace vibrar todo el avión y frena su avance por el retroceso—, bombas guiadas por láser o por satélite, misiles anticarro AGM-65 Maverick, etcétera. Aunque parezca contraintuitivo, en algunas ocasiones tan solo es necesario efectuar una pasada baja por encima del enemigo, lo que se conoce como show of force (demostración de fuerza), disuadiéndolo y provocando su retirada.

El ‘abrelatas’ volante de la Guerra Fría

El Fairchild Republic A-10 Thunderbolt —conocido por el peculiar sonido de su cañón al ser accionado— nació en un tiempo en el que los aviones tácticos habían pasado de realizar operaciones de ataque con munición convencional a ser portadores de armas nucleares. Un par de ejemplos son el McDonnell F-101 Voodoo o el Republic F-105 Thunderchief.

Así, cuando Estados Unidos precisó de un avión de ataque a tierra, lo único que tenía de lo que echar mano era el Douglas A-1 Skyraider. Un avión duro y de gran permanencia en zona, pero vulnerable al fuego hostil y con poca capacidad ofensiva. Se hizo famoso por haber lanzado un inodoro contra las tropas vietnamitas. Por ello, para sustituir al Skyraider, Estados Unidos decidió construir un avión de apoyo aéreo cercano puro, que pueda operar a baja cota y desde aeródromos improvisados (como autopistas), ágil, con gran capacidad de carga y permanencia en zona.

De esta manera, el 22 de diciembre de 1966 se lanzó el programa A-X y el 6 de marzo del año siguiente, la USAF mandó una solicitud de información a más de 20 contratistas. Tres años más tarde, los requisitos fueron modificados debido a una recalibración de la amenaza soviética. Así, se solicitaba a la industria que el avión debía estar diseñado en torno a un cañón rotativo de 30 mm, que debía alcanzar una tasa de disparo de 4000 proyectiles por minuto. Además, debería portar una carga de 7.300 kg y costar un máximo de 1,4 millones de dólares (unos 10 millones de euros en la actualidad).

Foto:  Foto: Kim Kyung-Hoon. (Reuters)

Los dos candidatos, el YA-9 de Northrop y el YA-10 de Fairchild Republic (la Y indica prototipo), efectuaron sus primeros vuelos en 1972, otorgándose el contrato a Fairchild Republic en 1973. General Electric, por su parte, fue la encargada de construir el cañón GAU-8 Avenger de tipo Gatling, lo que le permite aumentar la tasa de disparo. El cual pesa la friolera de 280 kg -1800 kg con el sistema de alimentación y el tambor completamente municionado- y mide 6 m con el sistema de alimentación, tan sólo el cañón son 2,3 m. Ofrece un alcance de más de 1 km.Como dato curioso, para no modificar el equilibrado de la aeronave, las vainas son almacenadas una vez se han disparado (cuando el tambor está vacío es necesario colocar lastres para no modificar el centro de gravedad del avión). Asimismo, el cañón está descentrado hacia la izquierda para hacer hueco al sistema de alimentación, lo que obligó a desplazar la pata principal del tren de aterrizaje.

7.200 kilos de armamento

En el apartado técnico, el avión presenta una longitud de 16,26 m; una envergadura de 17,53 m y una altura de 4,47 m. Está propulsado por dos motores turbofán TF34, logrando una velocidad de crucero de 560 km/h y un alcance de 4.150 km. Los motores están situados en la parte trasera de la aeronave y por encima del fuselaje principal para evitar daños por fuego enemigo, ingesta de elementos extraños durante operaciones en pistas no preparadas y enmascarar (hasta cierto punto) su firma infrarroja. Además, debido a los gases del cañón, el piloto debe seleccionar el arranque continuo de los motores durante las ráfagas, pues inicialmente sufrían paradas.

Respecto a la protección del piloto, la cabina está situada sobre una bañera de titanio. Y para aumentar la supervivencia cuenta con mandos redundantes. Es capaz de portar hasta 7.200 kg de armamento, entre cohetes, misiles (dispone de AIM-9 Sidewinder para autoprotección) y bombas. Además, puede montar un pod para adquisición de blancos y un contenedor de contramedidas electrónicas de autoprotección.

Foto: Insurgentes sirios en el aeropuerto de Alepo. (Europa Press/Anas Alkharboutli)

Con el paso de los años, el A-10 ha ido modernizándose, recibiendo equipos nuevos y adaptándose a las nuevas amenazas. Así, para mejorar su supervivencia, se les ha dotado de bombas de lanzamiento a gran distancia (stand-off) GBU-39 Small Diameter Bomb, de las que podría llevar hasta 16. También hay planes para integrar los señuelos ADM-160 MALD, vehículos aéreos con aspecto de misil que engañan a los sistemas enemigos simulando ser aviones.

Aunque su fecha de baja, prevista para 2028, lleva años retrasándose debido a presiones del Congreso, donde es visto como un símbolo de apoyo al infante, esta plataforma está viendo cómo se acercan sus últimos días en el frente. Su sustituto, el F-35, presenta un historial un tanto controvertido y no pocas voces apuntan a que no es ideal para ciertas misiones específicas. Sin embargo, a nivel de sensores, el avión de quinta generación dispone de mejores capacidades para detectar posibles objetivos y, a diferencia de su predecesor, puede operar en entornos contestados.

A pesar de que está al borde de su retiro, el A-10 sigue dando guerra. A principios del mes de diciembre se le pudo ver volando a baja cota en el este de Siria. El 9 del mismo mes se confirmó su participación en uno de los mayores ataques que ha llevado a cabo Estados Unidos en suelo sirio. ¿Será su última participación en combate?

A principios del mes de diciembre, varios aviones de ataque A-10 Thunderbolt II, conocidos por su imponente cañón de 30 mm capaz de efectuar hasta 3.900 disparos por minuto, fueron grabados volando a baja cota en el este de Siria. Pocos días después, el Mando Central de Estados Unidos (US Central Command) confirmó, a través de una nota de prensa, que aviones de combate destinados en su área de responsabilidad habían realizado ataques aéreos en más de 75 emplazamientos, algunos de ellos calificados como "campamentos, operativos y líderes del Estado Islámico (ISIS)".

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