Elon Musk presumió de consumir marihuana y 'keta'. Lo que no sabía era el precio a pagar
Los abogados del magnate le han recomendado no solicitar determinados privilegios ante el Pentágono. De hacerlo, podría perder los que ahora mismo tiene concedidos
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Elon Musk, director ejecutivo de SpaceX, enfrenta serias dificultades para obtener privilegios de alto rango en Estados Unidos, donde formará parte del futuro gobierno de Donald Trump. Su consumo de drogas, como marihuana y ketamina, y sus contactos con figuras internacionales han despertado dudas en el Departamento de Defensa. Pese a liderar una de las empresas espaciales más relevantes del país, Musk podría quedar fuera de los programas clasificados.
Según informa el medio The Guardian, Elon Musk no recibirá la autorización de seguridad gubernamental de más alto nivel. Actualmente, el magnate dispone de un permiso de alto secreto, la cual no le permite acceder a información compartimentada ni a programas de acceso especial (SAP), donde se gestionan los detalles más sensibles de las misiones espaciales del Gobierno.
"Why Musk Doesn’t Have Access to SpaceX’s Biggest Government Secrets.
— Mehdi Hasan (@mehdirhasan) December 17, 2024
Executives haven’t sought higher security clearance for the CEO to avoid questions about his drug use and contact with foreign officials"
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Esta decisión implica que Musk no podrá participar en el desarrollo de los aspectos más delicados de ciertas operaciones, aunque sean desarrollados por la empresa que él mismo dirige. Es el caso, por ejemplo, del sistema de satélites espía Starshield, que ha sido creado por SpaceX en colaboración con la Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO, por sus siglas en inglés).
El consumo de drogas ha tenido mucho que ver en la decisión
En 2018, Elon Musk apareció en el conocido pódcast de Joe Rogan fumando marihuana. Posteriormente, reconoció que es consumidor ocasional de ketamina. Esto, unido a los contactos que el también director de Tesla tiene con ciudadanos extranjeros, ha hecho que sus abogados le recomienden no solicitar la citada autorización, ya que eso podría conllevar el rechazo a su solicitud y, además, la pérdida de las credenciales actuales. Así lo asegura The Wall Street Journal.
Como no podía ser de otro modo, el Departamento de Defensa aplica estrictos controles de seguridad a la hora de conceder las autorizaciones de acceso a la información clasificada. En ellos se tiene en cuenta el comportamiento personal, el uso de sustancias y los contactos extranjeros. En este sentido, The Wall Street Journal también afirma que Musk habría mantenido contacto regular con Vladímir Putin desde el año 2022.
En un evento celebrado en Pensilvania en octubre, Musk restó importancia al contenido de las autorizaciones, afirmando que "la mayoría de los secretos son aburridos" y defendiendo la transparencia gubernamental: "A menos que exista un riesgo genuino para el país, toda la información debería ser pública". Unas declaraciones que no han ayudado a disipar las preocupaciones en torno a su rol en operaciones de seguridad nacional.
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Pese a las limitaciones, SpaceX sigue desempeñando un papel fundamental en la industria aeroespacial estadounidense. La empresa cuenta con más de 400 empleados autorizados para acceder a información compartimentada, un privilegio del que no dispone el propio Musk. Habrá que esperar para ver lo que sucede cuando Trump tome posesión de su cargo el próximo 20 de enero de 2025 y el multimillonario empiece a liderar el Departamento de Eficiencia Gubernamental.
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Elon Musk, director ejecutivo de SpaceX, enfrenta serias dificultades para obtener privilegios de alto rango en Estados Unidos, donde formará parte del futuro gobierno de Donald Trump. Su consumo de drogas, como marihuana y ketamina, y sus contactos con figuras internacionales han despertado dudas en el Departamento de Defensa. Pese a liderar una de las empresas espaciales más relevantes del país, Musk podría quedar fuera de los programas clasificados.