Este físico fue el 'zar' de datos del Gobierno. Ahora tiene un 'recado' para Google y Microsoft
Europa se enfrenta a un momento crucial para no perder el tren de la IA frente a EEUU y China. Alberto Palomo, ex jefe de datos del Gobierno, lidera el proyecto europeo GaiaX con el que se pretende crear un nuevo "Airbus de la IA"
Europa lleva años tratando de repetir una de sus mayores hazañas industriales de las últimas décadas: dar a luz a un nuevo Airbus. Sin embargo, esta vez no se trata de crear un gigante aeroespacial que haga sombra a la estadounidense Boeing. Esto ahora va de datos, de inteligencia artificial. De la tecnología del presente y del futuro. "El funcionario alemán que me entrevistó me lo dijo tal cual: 'Esto es el Airbus de la inteligencia artificial'", explica Alberto Palomo a El Confidencial. Ese funcionario era Marco-Alexadre Breit, uno de los padres de GaiaX, un mega proyecto europeo privado nacido en 2019 para intentar crear una alternativa a las grandes plataformas tecnológicas en la nube. Es decir, a Google, Amazon y Microsoft. "Tenemos una dependencia brutal de EEUU", reconoce Palomo. Este físico español es hoy uno de los máximos responsables de que ese nuevo Airbus levante el vuelo para intentar evitar que Europa pierda la ola de la IA. "Aún estamos a tiempo".
Doctor en física teórica y especialista en analítica de datos, Palomo fue el primer Chief Data Officer (CDO) fichado por el Gobierno español para poner orden en los millones de datos desperdigados por organismos públicos. Se unió cuando la pandemia aún coleaba, a mediados de 2021, de la mano de la exministra de Economía, Nadia Calviño, y la ex secretaria de estado de digitalización e IA, Carme Artigas. Luego llegó José Luis Escrivá y todo cambió. "Nadia Calviño lo tenía clarísimo. Un día me dijo: "La digitalización y la economía no se pueden separar". Por eso la oficina del dato estaba bajo Economía. En el momento que pasamos a Función Pública [con Escrivá], esa idea se perdió".
Ahora Palomo ha cambiado la batalla nacional por la europea. Los roces entre ministerios por la lucha con las big tech. Asegura que Europa tiene un serio problema de soberanía tecnológica. "Bueno, más que de soberanía, de autonomía", matiza. GaiaX, el nuevo Airbus, dice, está aquí para solucionarlo. "O trabajamos de forma conjunta para hacer IA, datos y nube a la europea, o no podremos competir". El recado para Google, Microsoft, Amazon y Meta está claro: Europa necesita cortar de raíz su dependencia de los llamados hiperescalares, de los grandes proveedores de centros de datos e IA, pero no haciéndoles la competencia directamente, sino interconectando las nubes de las empresas europeas. Una nube federada y europea contra una nube propietaria 'made in California'. El problema: a este nuevo Airbus, de momento, le está costando despegar.
PREGUNTA. Fue el primer jefe de datos del Gobierno español... y el último. ¿Qué pasó?
RESPUESTA. La situación ahora no tiene nada que ver con la que había en julio de 2020 cuando se creó el puesto. Yo llegué un año después. Estaba Nadia Calviño al frente de Economía y Carme Artigas en la Secretaría de Estado de Digitalización. Supe del puesto, mandé un correo en frío, y les encajó. Yo venía de dirigir equipos de analítica de datos, no tengo un perfil de partido de ningún tipo, y creo que buscaban a alguien con suficientes ganas de montar una oficina del dato desde cero. Eso es lo que hicimos. Ahora, la oficina ha subido de nivel, se ha convertido una Dirección general del dato. Ha juntado dos piezas, esa dirección con la parte más administrativa, y lo lleva todo Ruth del Campo, una funcionaria. Ya no hay jefe de datos como tal, ese cargo tenía sentido antes, ya no.
P. ¿Por qué se necesitaba una oficina del dato? ¿Qué hacía exactamente?
R. Era una unidad innovadora, de idear hacia dónde va el país en materia de datos. Por eso era importante estar bajo el Ministerio de Economía. No se enfocaba con una perspectiva de ciencia, sino de cómo la digitalización tiene que impactar en las cadenas de valor industriales. Todo esto estaba muy ligado al plan de recuperación. Europa publica en febrero de 2020 la estrategia europea de datos. Se necesitaba una capa en España que aterrizara todo eso.
P. Hubo críticas al final de su mandato. Se ha echado en cara la ausencia de logros concretos.
R. Es que la ejecución no nos tocaba a nosotros… Hicimos una fase de conceptualización y pusimos mucho foco en turismo, no le vas a competir a Alemania en industria. La idea era que lo que se montara en España escalara a Europa. En realidad, ese enfoque fue exitoso. El DeployTour, un proyecto de 17 millones de euros que saca la Comisión Europea para crear un espacio único de datos del sector turístico, lo ha ganado un consorcio en el que el 70% son españoles. Eso fue gracias a su buen hacer, pero también por nuestro posicionamiento en Europa. Donde nos aventuramos es que queríamos que esto fuera deprisa, tipo startup. Por ejemplo, quisimos sacar 1 millón de euros para hacer un mínimo producto viable de ese espacio de datos, pero me lo bloquearon internamente.
P. ¿Por qué?
R. Guerras internas… Algunos funcionarios... Había un poco de desconexión interna. Yo era una startup en la empresa más grande del país. Presentabas cosas y te decían, "¿Este proyecto cuándo sale? ¿A quién le caen las responsabilidades?". Si tuviera que volver, no aceptaría el puesto tal y como estaba. Necesitas la capacidad de poner tu nombre detrás y de firmar el proyecto. Teníamos presupuesto, pero no podíamos firmar. Si tú diseñas la idea, pero otro carga con la responsabilidad, te la tumban.
P. Entonces, ¿qué logros concretos se consiguieron?
R. Logramos que en la administración se entendiera que los datos son el petróleo del s. XXI. Ana Patricia Botín dice que son el oxígeno del s. XXI, es necesario para vivir, pero también te puede matar. Los ministerios en España llevan haciendo datos mucho tiempo, pero por silos. Cuando se creó la oficina, se estableció esta idea de que había que hacerlo de manera coordinada. Los datos ya existían, eran de los ministerios. Y no podíamos llegar y decirles, "te obligo a que sean míos y yo puedo hacer con ellos lo que quiera". Esa era una de las propuestas de Escrivá, hacer una ley con eso. Se lo tumbaron el primer día, cualquier ministerio le decía que no. Por eso la idea con Carme Artigas no era esa, sino concienciar y facilitar modelos desde dentro que permitieran entender a quien tiene los datos, que ponerlos a disposición del resto va en beneficio suyo y de toda la industria.
"Escrivá tiene fama de duro, pero a mí me ha tratado muy bien. Me decía, '¡Alberto, con los datos interconectados creas valor brutal!'"
P. ¿Cómo fue su relación con José Luis Escrivá?
R. Coincidí con él solo 4 meses. Tiene fama de duro, pero a mí me ha tratado muy bien. Me decía, "¡Alberto, los datos los interconectas con otras cosas y creas un valor brutal!". De la Seguridad Social traía la idea de la digitalización del sector público, lo que te hace una persona, con un sistema automático haces 3 veces más. Eran buenas ideas, pero un pelín fuera de contexto. Algunas estaban basadas en su experiencia en la AiReF, que son ya de hace unos cuantos años. Él hablaba de juntar datos, pero es que ese ya no es el camino. Precisamente, se crea el nuevo modelo de espacios de datos porque la gente no quiere dártelos. Y luego tienes el concepto de soberanía digital: si yo pongo los datos en plataformas de EEUU, hay una ley americana, el Cloud Act, que permite a un juez acceder a esa información sin avisar al dueño de la misma. Pierdes todo el control. Digamos que con Escrivá el foco cambia de hacer digitalización de puertas hacia afuera, hacia la industria, que era la idea de Calviño, ha hacerla de puertas hacia dentro, hacia la administración. Mi rol entonces perdió todo el sentido.
P. Por eso decide irse a GaiaX.
R. Tal cual. En los años 80, Alemania, Francia, Italia y España se dan cuenta de que no pueden competir contra Boeing haciendo aviones. Tienen que unir fuerzas y nace Airbus. Ahora Airbus compite cara a cara con Boeing, de hecho le gana en bastantes cosas. Es la misma idea aplicada a la IA. Esta tecnología va a transformar muchas cosas, y la economía alemana no puede competir sola contra Asia y EEUU. Las empresas alemanas de automoción, BMW, Audi, VW… han perdido mucho valor contra Tesla. Y se dan cuenta de que los alemanes son muy buenos en industria, pero en digitalización no son tan punteros como los americanos. Se dan cuenta de que si tú trabajas junto a Francia, Italia, España… tienes una masa crítica comparable a la china o a la americana. Eso es GaiaX, cómo trabajar de manera conjunta para poder hacer IA, datos y nube a la europea.
P. ¿Tiene Europa un problema de soberanía tecnológica frente a EEUU?
R. Totalmente. Aunque aquí hay dos cosas distintas, la soberanía y la autonomía. La soberanía es algo más geopolítico, quién tiene el control de mis datos. Pero luego está la autonomía digital, lo que ha pasado con el tema de los chips. Hay chips, pero si no me llegan a mí porque no tengo una posición comercial fuerte, pues estoy fastidiado. O el veto de EEUU para que los chips de Nvidia no lleguen a China. Eso es un problema de autonomía. Europa tiene un problema gordo, y es que la digitalización no impacta en las cadenas de valor. Lo dice Draghi. Perdió el tren de la productividad de la primera fase de internet. Las empresas europeas no lo hacen peor que las de EEUU si quitas lo digital. Somos iguales o mejores que ellos en todo, menos en lo digital, que estamos aquí abajo. Lo que dice Draghi es, la IA es una nueva revolución, no perdamos este tren también.
P. ¿No se ha perdido ya el tren de la IA generativa? Los llamados hiperescalares, Google, Microsoft, Meta y Amazon, tienen el 72% de cuota en Europa y firman acuerdos millonarios con gobiernos y multinacionales europeas. La idea del Airbus de la IA es genial, pero ¿está funcionando?
R. Es cierto que se ha tardado en llegar al mercado, GaiaX aún no está lista. Pero ha habido una malinterpretación de que GaiaX iba a competir con los hiperescalares. Y no es eso. Lo del Airbus de la IA significa que aquellos que quieran hacer IA europea puedan tener acceso a recursos para hacerlo. Esos recursos son tres cosas: talento, datos e infraestructura. La idea no es hacer ni infraestructura, ni nube, ni datos, el objetivo es interconectarlos. Cuando dicen, GaiaX no funciona porque la Comunidad de Madrid ha hecho un acuerdo con Amazon Web Services (AWS). Eso no es así. En el momento en que la CAM, usando AWS, se conecte con un socio alemán, por ejemplo, GaiaX habrá fucionado a la perfección. Ese es el objetivo.
"Lo que dice Draghi es que la IA es una nueva revolución, no perdamos este tren también"
P. ¿No sería mejor que, en lugar de escoger a Amazon Web Services, la CAM seleccionara tecnológicas españolas o europeas?
R. El problema es que no están disponibles, GaiaX está tardando más de lo que se esperaba. Pero hay tiempo todavía. Lo que hace AWS, Google o Microsoft son soluciones de nube monolíticas. Es un modelo tradicional de nube: tienes un socio y te da las soluciones. El modelo de GaiaX no es un modelo de plataforma única, sino de ecosistema. Mi nube no tiene que ser solo de Amazon, puede tener un servicio en AWS, otro en mi centro de datos, otro servicio en Google... Alguien dirá, eso es un modelo de nube híbrida. No del todo. El modelo de nube híbrida supone que puedes tener un cachito aquí y otro allá, pero siempre dentro de tu perímetro. Es decir, tus ingenieros conectan la pata de Amazon con la de Microsoft y otras. Lo que hace GaiaX es un estándar con el que no te hace falta conectar un cachito aquí y otro allá. Te conectas en tiempo real a un ecosistema de nube.
P. Sin embargo, casi cuatro años después, como dice, sigue sin estar disponible.
R. No, no lo está. Era algo ambicioso. El modelo, el estándar, está disponible. De hecho Airbus y EdF ya están mirando para sacar contratos de nube con nivel 3, que significa que tus datos no pueden salir de Europa. Es decir, el proveedor de nube de Airbus y EdF tiene que cumplir eso y Amazon, Microsoft y Google no lo cumplen.
P. Muchas de las compañías que empezaron el proyecto GaiaX han perdido la fe, dicen que el proyecto no va a ninguna parte. Lo dijo el CEO de la alemana NextCloud, lo dice la española Transparent CDN, que se ha bajado del consorcio, lo dice la francesa Scaleway, que también se ha salido... ¿Qué está pasando?
R. Sí, se han ido unos cuantos. Y se nos están yendo muchos más. Las expectativas no estaban claras desde el principio. Cuando llego a GaiaX, me doy cuenta de dos cosas, una muy positiva y otra negativa. La positiva es la cantidad de trabajo que ya se había hecho. La negativa es que esta tecnología es muy incipiente y no hay demanda. Pero como no hay demanda tampoco hay oferta. Una empresa no puede invertir en algo innovador si no hay demanda. La demanda dice, enséñamelo, y veo si te lo compro. Y la oferta dice: si no sé si vas a invertir, ¿cómo voy a meter millones en esto?. Es como el huevo y la gallina. De ahí que ahora una meta a corto plazo sea lo mejor para aumentar la adopción del estándar, sirviendo para demostrar cómo funciona este proyecto.
P. Cuando se creó Airbus, no se invitó a Boeing a unirse al consorcio. ¿Por qué GaiaX ha invitado a unirse a las big tech? Muchos dicen que ahí empezó a torcerse todo.
R. Creo que tiene sentido haberlos invitado. GaiaX no persigue crear una nube europea, sino hacer que los datos y las nubes europeas respondan a un modelo federado. ¿Cómo no vas a tener a los principales proveedores de nube que tienen datos europeos? La realidad es que el 95% de empresas europeas están contentas con su proveedor americano. Si la Comunidad de Madrid quiere a Amazon, seguirá usando Amazon. Pero si a la CAM le ofreces un Amazon que le da condiciones de flexibilidad, de nube reversible… igual dice, "mmm, esto que lo tenía con Amazon igual me lo quedo yo dentro, o igual se lo doy a una startup, o a un centro de investigación". Intentar conseguir eso ahora es un proyecto de meses. Nosotros queremos que te lleve segundos.
P. ¿La idea en el fondo es crear una nube europea de nubes?
R. Exacto. El futuro de la IA es usar un cacho de cada una, sistemas componibles. Es la única forma en la que Europa puede competir. La alternativa es hacer lo que ya hace OpenAI, yo tengo las máquinas, yo tengo los datos… Bueno, los datos te los robo, por eso hay todas estas denuncias… y me lo monto yo solo. O lo que hace Elon Musk: tengo un montón de dinero, acabo de levantar miles de millones para comprar GPUs, y tengo los datos, X. Twitter es eso, datos. No me tengo que preocupar, tengo toda la cadena. Pero Europa no puede competir con eso.
P. Las tecnológicas de EEUU cargan contra la regulación europea de IA, pero ahora también las europeas: SAP, Ericsson, Spotify... Piden más concrecion y flexibilidad en la ley de IA.
R. Bueno, cargan sobre todo contra la DSA y la DMA., pero no dan alternativas. La pregunta que yo le haría a esta gente es, perfecto, pero entonces, la propiedad de los datos, ¿es tuya? ¿Debería ser tuya?
P. Pero, según el informe Draghi, al que aludía antes, no les falta razón. El informe concluye que Europa se está quedando atrás, especialmente en el sector tecnológico. La UE depende de terceros países para el 80% de los productos, servicios e infraestructuras digitales que necesita. ¿Que deberíamos hacer entonces?
R. Competir con ChatGPT igual no es lo mejor. Es algo que se le criticó a Escrivá, que estaba invirtiendo en Alia, el ChatGPT en castellano, algo que en parte ya está resuelto. Hacer ChatGPT costó 650 millones de euros, Alia son 10 millones. Habrá que ver qué sale de ahí. El informe Draghi de hecho apoya la tesis de cómo el mercado único tiene que hacerse con un modelo federado de tecnología, donde tienes cosas en nube tradicional y cosas concretas en una nube europea. ¿Cómo interconectas ambos mundos? GaiaX. Creo que tenemos que ir más por ahí.
Europa lleva años tratando de repetir una de sus mayores hazañas industriales de las últimas décadas: dar a luz a un nuevo Airbus. Sin embargo, esta vez no se trata de crear un gigante aeroespacial que haga sombra a la estadounidense Boeing. Esto ahora va de datos, de inteligencia artificial. De la tecnología del presente y del futuro. "El funcionario alemán que me entrevistó me lo dijo tal cual: 'Esto es el Airbus de la inteligencia artificial'", explica Alberto Palomo a El Confidencial. Ese funcionario era Marco-Alexadre Breit, uno de los padres de GaiaX, un mega proyecto europeo privado nacido en 2019 para intentar crear una alternativa a las grandes plataformas tecnológicas en la nube. Es decir, a Google, Amazon y Microsoft. "Tenemos una dependencia brutal de EEUU", reconoce Palomo. Este físico español es hoy uno de los máximos responsables de que ese nuevo Airbus levante el vuelo para intentar evitar que Europa pierda la ola de la IA. "Aún estamos a tiempo".
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