La mejor impresora 3D que te puedes comprar en 2024 es justo esa que ya tienes en casa
Esta guía pretende ayudarte a introducirte en el mundo de la impresión 3D y, de paso, desmontar algunos mitos que pueden asaltarte en la compra de una de estas máquinas
Hubo un tiempo en el que, para calibrar una impresora 3D, había que poner un papel en la cama de la impresora, bajar el extrusor con la mano, ver si el papel se movía bien, y ajustar unas rueditas bajo ella. Suena a frase de señor mayor o de chiflado del bricolaje, pero hablamos de una fecha tan cercana como 2019. La popularidad de la impresión 3D ha ido en aumento en los últimos años, y eso se ha traducido en modelos cada vez más baratos, y cada vez con mejores tecnologías.
No importa si eres novato o veterano en esto de imprimir objetos. Las buenas impresoras 3D son buenas para todos los usuarios por igual, ya las usen como parte de su negocio, o sea la primera que compran. En este artículo vamos a pasar revista a los que, en mi experiencia, son los mejores modelos de 2024.
Intercalada con esa selección vamos a desgranar cuáles son las caracteristicas básicas irrenunciables que debe tener una impresora 3D a día de hoy, tanto en filamento como en resina. También es bueno desmontar un poco la literatura de los fabricantes cuando hablan de cosas como la velocidad de impresión, y arrojar luz sobre algunos detalles que muchos pasan por alto, pero que son más importantes de lo que parecen.
Una nota final antes de entrar en harina: la impresora perfecta sí existe, y es la que te acabas de comprar. Da igual si es barata o si no tiene todas las funciones que sí que tienen las que cuestan miles de dólares. Las impresoras 3D son como los pinceles. En las manos adecuadas pueden hacer maravillas. Tan solo hace falta entrenar, y para eso tienes que hacerte con su funcionamiento, y aprender sus puntos fuertes y débiles. Para cuando quieras darte cuenta... estarás comprando otra impresora. Sí, por si nadie te lo había dicho, me temo que este es un hobbie de los adictivos.
Los básicos irrenunciables en una impresora de filamento
Comenzábamos este artículo recordando los infames tiempos del nivelado a mano. Hoy, por fortuna, casi todas las impresoras 3D tienen nivelado automático de cama (lo que se conoce como auto-levelling). Es la primera función irrenunciable que deberías chequear antes de comprar.
La Elegoo Neptune 4 es especialmente buena si quieres empezar a imprimir nada más sacar la impresora de la caja y no quieres muchos problemas. Su precio de 219 euros la hace ideal como regalo para los jóvenes de la casa. En este mismo rango tenemos a la Anycubic Kobra 2 Neo, con el aliciente (o no) de que requiere cierto montaje, y un precio de 189 euros. También está la Bambu Lab A1 Mini, que ha bajado de precio a los 202 euros. La Sidewinder X4 Pro tampoco es mala opción. Cuesta 169 euros.
La segunda cosa a la que deberías prestar atención es al material de la cama en sí. ¿Es de cristal de borosilicato, o de algún material metálico? El material del que está hecha la cama es objeto de todo tipo de debates. Mi experiencia, sin embargo, es que el cristal es mejor a la hora de facilitar el agarre de la pieza. El único problema de las camas de cristal es que su adherencia es tan buena que hacen difícil la tarea de retirar las piezas más grandes. Vas a necesitar espátula. Las camas metálicas, sin embargo, se pueden separar de la impresora (van unidas con una capa magnética) y son flexibles, lo que hace que retirar las piezas una vez terminadas sea mucho más agradable.
Mi posición en este sentido es que las camas de cristal son mejores para imprimir piezas delgadas o con poca base que requieren mucho agarre como la hoja de una espada o pequeñas figuras, pero quizá tu experiencia sea diferente.
Mi primera impresora fue una Ender 3 original. Aún la tengo y sigue funcionando mejor que el primer día. La Ender 3 V3 SE ha mejorado mucho y, aunque tiene algunas ausencias como la falta de un sensor de filamento, sigue siendo una opción espectacular para los 217 euros que cuesta. En el apartado de alternativas a la Ender 3 V3 SE, la Flashforge Adventurer 5M tiene un precio de 399 euros y se beneficia de una estructura cúbica firme. La Elegoo Neptune 4 Pro es también muy buena alternativa por 269 euros. No puede faltar aquí la Original Prusa Mini +, aunque su precio de 570 euros puede desalentar a muchos. Prusa es un caso aparte con los precios.
En tercer lugar, es buena idea echar un vistazo al extrusor. ¿Es de tipo Bowden o es un extrusor directo? La importancia de esta pregunta es que los mejores son los segundos. El extrusor es el motor que mueve el filamento. Los de tipo Bowden se ubican en algún lugar de la estructura de la impresora y empujan el filamento por un tubo hasta el cabezal donde se funde. Los extrusores directos están montados en el propio cabezal y tiran del filamento por el tubo. La ventaja de los directos es que tienen un mejor control sobre la retracción, que es lo que el motor hace para retirar brevemente el filamento de la punta del cabezal cuando hay que interrumpir la impresión entre una zona y otra de la misma capa. De esta manera se evitan los hilos sueltos. Sin entrar en muchos detalles ténicos, los extrusores directos imprimen con mejor calidad y son más rápidos. Su mayor problema es que, en el improbable caso de que haya que reemplazarlos, a menudo la reparación lleva mucho más trabajo.
La Kobra Max es una máquina recia como pocas y la Kobra 2 Max no hizo, sino perfeccionar algo que ya era estupendo. A su espectacular volumen de 420x420x500mm hay que sumar un precio muy contenido de solo 429 euros. No hay muchas alternativas a la Anycubic Kobra 2 Max, pero no podía faltar la Elegoo Neptune 4 Max, que cuesta 446 euros. Hay otras impresoras de gran formato magníficas, pero su precio se dispara por encima de los 1.000 euros.
Las impresoras modernas tienen todas una resolución equivalente, así que el gran punto de venta de los fabricantes a día de hoy es la velocidad de impresión. El problema es que una cosa es la velocidad máxima que puede alcanzar una impresora, y otra muy diferente que puedas alcanzar esa velocidad sin destruir el modelo que tratas de imprimir por el camino. A mayor velocidad, más vibraciones. En niveles como los 500mm por segundo de mi Kobra 2 Pro el traqueteo es tan fuerte que el modelo llega a soltarse. Ni hablar ya de piezas con detalles finos y frágiles. Si la impresora que miras presume de velocidad, asegúrate de que tenga un buen sistema de estabilización o compensación de las vibraciones. De lo contrario acabarás reduciendo la velocidad en el slicer.
El volumen de impresión es algo que dejo para el final porque no tiene ninguna importancia. Es un factor a considerar solo si el tamaño de las piezas que vayas a imprimir es particularmente grande. Lo que sí es importante es el tipo de estructura que tiene la impresora. Las más habituales constan solo de un arco en el que se mueve el cabezal. En mi opinion son mejores las impresoras que tienen una estructura cúbica porque les aporta más estabilidad en velocidades altas. Mucho mejor aún si tienen un habitáculo completamente cerrado. Las impresoras cerradas hacen menos ruido, no se llenan de polvo, y sus impresiones no se ven afectadas por cambios bruscos de temperatura. Eso sí, son mucho más caras.
Las impresoras cerradas no son baratas, pero la Flashforge Adventurer 5M Pro cuesta solo 599 euros y ofrece casi lo mismo que otras impresoras cerradas mucho más caras. La mejor alternativa es la Bambu Lab P1S, que cuesta 609 euros,. La sigue muy de cerca la Creality K1C, que cuesta 449 euros.
Llegado este punto y hechas estas consideraciones, cualquier otra funcion extra es opcional. Tener conexión wifi o cámara integrada para controlar el estado de la impresión desde el móvil es útil, pero no absolutamente necesario. El sensor que detecta cuándo se agota el filamento sí que me parece algo muy necesario, pero puedes llegar a imprimir sin él si calculas bien lo que te queda antes de cada impresión. Así es como se ha hecho toda la vida, o sea, en 2019. Los sistemas de impresión multicolor son un lujo, pero no del todo necesarios si sabes usar una lija y sujetar un pincel.
Las impresoras a varios colores son muy caras, pero algunas marcas venden kits compatibles con sus impresoras que permiten conectarle varios rollos de filamento a la vez. El que más nos ha gustado este año es el Anycubic Ace, que cuesta 289 euros y es ideal para las Kobra 3 La mejor alternativa al ACE es el Bambu Lab AMS, que cuesta 314 euros.
En cuanto a la diferencia de precios en impresoras 3D, es una cuestión de fiabilidad y calidad de impresión. Una impresora de 200 euros te dará errores, que una de 600 no te va a dar casi nunca, y mucho menos una de mil. No obstante, de los errores también se aprende. Una impresora barata es igualmente disfrutable y puedes obtener con ella resultados de calidad. Simplemente, te llevará más tiempo afinarla para llegar a esos resultados.
Los básicos irrenunciables en una impresora de resina
Pasamos del filamento a la resina, y lo hacemos comenzando por la resolucion. Nada por debajo de 4K es recomendable a día de hoy. De hecho, el estándar en resina es más bien 8K. El volumen de impresión es, de nuevo, un dato opcional que depende mucho de lo que quieras imprimir.
Lo que sí encuentro irrenunciable en las características físicas de una impresora de resina son dos cosas. La primera es una cama de impresión con buena adhesión. Los mejores modelos son los que están texturados a láser. La segunda es una cubierta con bisagras. Desde que probé este tipo de solución con la Halot Mage ya no quiero saber nada de las cubiertas que se retiran completamente. Ubicarlas mientras sacamos la pieza es un engorro.
La Mars 5 es tan buena para los 199 euros que cuesta, que sirve tanto para recién llegados como para veteranos que quieran montar una granja de impresión con varias impresoras en fila. En este rango de precios no hay muchas Alternativas, pero la Anycubic Photon Mono 4 es una de ellas por 189 euros. La Creality Halot R6 es otra por solo 129 euros.
Hay otras consideraciones puramente de hardware, pero son difíciles de averiguar sin tener la impresora delante. Los tornillos que aseguran el tanque de resina, por ejemplo, no siempre son fáciles de retirar, lo que dificuta mucho su limpieza. Algunas impresoras de resina vienen con protector de pantalla, que es un elemento que no sabías que era imprescindible hasta que echas a perder la pantalla por una fuga de resina. Sí, me ha pasado, y los repuestos de pantalla no son baratos.
El nivelado de la cama de impresión es mucho más fácil en las impresoras de resina, pero hay modelos que ya se nivelan solos. También los hay con sensores que detectan si te estás quedando sin resina en el tanque y pausan la impresión antes de que ocurra una desgracia. Existen impresoras capaces de rellenar el tanque de resina de forma automática desde un tubo conectado a la botella. No es una mala solución, pero no me gusta demasiado porque añade varios componentes que tambien hay que limpiar, y la duda de si queda resina en la botella (que no disfruta de sensor como la máquina).
Las impresoras de resina no sufren del mismo traqueteo que las de filamento porque aquí no hay cabezal que necesite moverse. Por esa razón aquí si que somos libres de elegir la impresora más rápida posible sabiendo que podremos alcanzar esa velocidad sin peligro. En impresiones a muy alta resolución la velocidad es fundamental, así que cuánto mayor, mejor.
Con un formato medio, un precio contenido y todas las funciones que se puedan pedir, la Anycubic Photon Mono M5s Pro es la mula de carga perfecta que muchos profesionales eligen para sus prototipos. Cuesta 369 euros. Prácticamente al mismo nivel que la Photon M5s Pro tenemos una maravilla de medio formato con sensor de resina y autonivelado. Se trata de la Elegoo Mars 5 Ultra. Cuesta 284 euros. La Phrozen Sonic Mighty 8K no le va lejos, pero es bastante más cara a 599 euros.
Un tema con las impresoras de resina es que el líquido del que se alimentan, la resina, huele. Incluso aunque usemos una variedad soluble en agua o de bajo olor, no nos libraremos de cierto tufo a plástico cuando la impresora está en funcionamiento. Además, respirar esos vapores no es precisamente saludable para tus pulmones. Por eso es importante averiguar si la impresora tiene sistema de filtrado que ayude a eliminar partículas y cómo de fáciles son de reemplazar los filtros. Algunas impresoras hasta vienen con tubos para conectarlas a un sistema de extracción de gases.
La Sonic Mega 8K S se ha hecho un hueco en el siempre difícil mercado de las impresoras de resina descomunales. Eso sí, cuesta 1.484 euros. La mejor alternativa a la Mega 8K S para imprimir en resina a lo grande es la Anycubic Photon M7 Max, que ahora mismo cuesta 999 euros. Otra buena alternativa algo más antigua (2023) pero igualmente funcional es la Photon M3 Max, que cuesta 699 euros. La Elegoo Jupiter SE, a 634 euros, es otra excelente opción.
Al igual que sucedía con las de filamento, la conectividad wifi o la cámara son extras interesantes, pero no completamente imprescindibles. Lo que sí conviene chequear es el software con el que viene la impresora. Los slicers que se usan para generar archivos de impresión (Chitubox y Lychee son los más comunes) suelen tener versiones de pago que traen un montón de funciones interesantes. Algunas impresoras vienen con códigos de licencia para activar esas versiones de pago. Cuidado también con los formatos propietarios. No es raro encontrar impresoras que solo funcionan con el software de slicing de la compañía que las fabrica. Cuanto menos propietaria sea la plataforma, mejor. Espero que la guía te haya resultado de alguna utilidad, tanto si res novato como veterano. Tan solo recuerda que una impresora 3D es tan buena imprimiendo como la persona que la maneja.
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Hubo un tiempo en el que, para calibrar una impresora 3D, había que poner un papel en la cama de la impresora, bajar el extrusor con la mano, ver si el papel se movía bien, y ajustar unas rueditas bajo ella. Suena a frase de señor mayor o de chiflado del bricolaje, pero hablamos de una fecha tan cercana como 2019. La popularidad de la impresión 3D ha ido en aumento en los últimos años, y eso se ha traducido en modelos cada vez más baratos, y cada vez con mejores tecnologías.