Cada vez hay más gente adicta al móvil. Un ingeniero a 2.000 km de distancia les está cambiando la vida
En la era de la dopamina digital, donde las personas revisan sus 'smartphones' cada 12 minutos, este ingeniero está liderando la "rebelión de la atención". El objetivo: recuperar nuestro tiempo y concentración
Javier Campos (nombre ficticio) llevaba tiempo sabiendo que algo no marchaba bien en su vida. Falta de concentración y de capacidad de atención, cansancio, ansiedad, sueño alterado… tardó bastante en darse cuenta de que padecía una adicción a algo que, a priori, parecía inofensivo: su móvil. "No sólo es que perdiera mucho tiempo, es que me metía en algunas aplicaciones como Instagram sin darme cuenta, de forma inconsciente. Mi mano iba al teléfono en cuanto tenía la oportunidad", relata a El Confidencial.
Este informático de 33 años cuenta cómo no podía evitar hacer scrolling sin parar en algunas plataformas y cómo su atención estaba muy dispersa ante una ingente cantidad de estímulos que le asaltaban. "En mi trabajo es muy común que me toque programar algo, le dé a ejecutar y tenga que esperar unos 10 minutos hasta que se procesa. En ese tiempo, que podría estar haciendo otras cosas, me ponía a mirar Reddit, Twitter, o lo que fuera. Tenía al alcance algo que me interrumpía constantemente y me dominaba. Y de la misma manera me producía mucho malestar mandar mensajes y ver que la gente no me contestaba, porque claro, lo miraba cada dos por tres".
Hace unos meses, Campos decidió dar un giro de 180 grados a su vida y adoptar un estilo de vida que cada vez más personas se replantean, el minimalismo tecnológico, un movimiento que gana adeptos rápidamente y que defiende la idea de "querer menos y vivir más". En el epicentro de esta tendencia está el trabajo de un ingeniero de software alemán que, a 2.000 kilómetros de Javier, había estado desarrollando una app que le cambiaría la vida: minimalist phone.
Imagínate que tu barra de notificaciones, tus aplicaciones y tus widgets desaparecen de tu móvil. Pues algo así es lo que plantea esta aplicación. Al instalarla, elimina la interfaz de tu teléfono para evitar que navegues sin rumbo. Vamos, que tu teléfono queda reducido a una simple pantalla negra que muestra solo la fecha y la hora, además de un conjunto de menús austeros para ayudar a reducir el tiempo de pantalla al brindar menos estimulación. En otras palabras, transforma tu smartphone en 'un móvil de la prehistoria'. Sin embargo, la clave de esta herramienta es que te permite configurar filtros de notificaciones, ocultar e incluso bloquear aplicaciones durante días o establecer temporizadores que, una vez llegan a cero, pueden avisarte o salirse automáticamente.
"Te pone todo tipo de dificultades para que inconscientemente te dé pereza usar las cosas. Tras varios meses de uso, vi que había bajado mucho el tiempo que pasaba con el móvil y que, al final, lo hacía solo cuando realmente me apetecía. Cuando llego a casa, puedo dejarlo en una mesa y no lo miro en todo el día hasta por la noche", señala Campos. Cuenta que ha establecido una cuenta atrás de 30 segundos que se inicia al abrir cualquier aplicación. "Antes de que se abra, te da tiempo a pensar si realmente necesitas usarla o no. Para mí, es una forma de acabar con ese acto reflejo de sacar el móvil y darle a cualquier app que te encuentras".
El cerebro detrás de minimalist phone es Martin Moravek, un ingeniero que desde Múnich está revolucionando el bienestar digital y ha desarrollado una herramienta ya descargada por millones de personas. "La idea surgió de una experiencia personal. En 2020, durante la pandemia, me quedé sin trabajo. Durante ese tiempo, me di cuenta de que pasaba una cantidad alarmante de tiempo en mi teléfono, navegando por TikTok, sin ningún propósito específico, a menudo sin siquiera recordar por qué las había abierto. Era frustrante", relata el desarrollador a este diario.
Uno de los aspectos negativos de las redes sociales es que reentrenan nuestro cerebro: se liberan sustancias químicas (como la dopamina) cuando somos "recompensados" por la interacción ('me gusta', comentarios, etc.), y todo eso afecta a nuestra percepción, rendimiento y productividad. "Como me interesaba la psicología y el comportamiento del usuario, comencé a investigar las razones detrás de este uso sin sentido. Lo que me llamó la atención fueron los iconos de las aplicaciones y sus colores: estaban diseñados para llamar la atención y atraer a los usuarios a sus garras", explica.
Moravek creó en solo cuatro semanas un prototipo de la aplicación. La elección del negro como color principal fue intencional, diseñada para hacer que el teléfono fuera lo menos interesante posible, pero manteniendo la funcionalidad esencial. "El objetivo es que el teléfono se convirtiera en una herramienta, lo que originalmente se pretendía que fuera, permitiendo a los usuarios recuperar el control sobre su dispositivo en lugar de ser controlados por él. Por eso hemos incluido las funciones más prácticas (teléfono, cámara, calendario, hora y estado de la batería) en la pantalla de inicio para facilitar el acceso", señala.
Durante los primeros dos años, Moravek se pasaba las noches programando. La fase inicial fue lenta, pero a medida que mejoraban la aplicación y refinaban la experiencia, los usuarios comenzaron a crecer como la espuma. Ahora minimalist phone supera los 5 millones de descargas y cuenta con seis empleados. "Todo el proyecto se ha autofinanciado. La inversión inicial vino de mi bolsillo y fueron 100 dólares para una licencia de desarrollador de Google Play y 3.000 dólares para una página de inicio. En la actualidad generamos 20.000 dólares de ingresos mensuales", afirma.
De media, las personas pasan más de 40 horas a la semana mirando a la pantalla de sus móviles. Una encuesta reciente de la Universidad de Cambridge descubrió que casi la mitad de los adolescentes británicos admitían estar adictos a las redes sociales. Las grandes tecnológicas brindan algunas ayudas para controlar ese tiempo. En 2018, Apple agregó la configuración Screen Time, mientras que Google o Meta cuentan con herramientas similares. Pero para muchos usuarios no son suficiente.
Eso ha llevado a compañías como The Light Phone a crear móviles minimalistas que ya parten de fábrica con funciones limitadas. Su dispositivo ofrece una pantalla simple en blanco y negro, sin acceso a las redes sociales o al correo electrónico. En apariencia, es similar a un Kindle de Amazon. Puedes enviar SMS, hacer llamadas, acceder al calendario, reproducir podcasts o música, y poco más. Un estandarte para aquellos que buscan unirse a lo que el escritor Johann Hari, divulgador sobre productividad, ha llamado una "rebelión de la atención", destinada a recuperar nuestro tiempo y concentración.
Según Moravek, si bien estos móviles pueden ayudar a eliminar las distracciones, a menudo fallan a largo plazo porque no incluyen aplicaciones esenciales, como mapas, aplicaciones del banco, el tiempo y otros servicios necesarios. "Con el tiempo, regresan a sus smartphones normales y vuelven a caer en los mismos hábitos. Nuestra aplicación ofrece un enfoque más equilibrado. No hay restricciones severas; aún pueden usar las redes sociales y otras cosas, pero de manera consciente".
El equipo de minimalist phone asegura recibir decenas de mensajes positivos de los usuarios, agradeciéndoles haber recuperado parte del control sobre su tiempo e incluso ver mejoras significativas en trastornos por déficit de atención. También otros que aseguran haberse reconectado con sus parejas o seres queridos.
Pero también algunos negativos. La queja más común es que la aplicación no es gratuita. Y esto es así, según Moravek, porque "ese es el coste de no mostrar anuncios que fomentan compras innecesarias o de no vender los datos de los usuarios", algo que detallan en su política de privacidad. "La única fuente de ingresos son los pagos de los usuarios, que utilizamos para los salarios de nuestro equipo y continuar desarrollando la aplicación". Al ser preguntado por qué datos recopilan de los usuarios, el ingeniero nos explica que recogen "estadísticas de uso anónimas", que les ayudan a identificar áreas y funciones para mejorar.
"Tengo 35 años y durante los primeros 20 años de mi vida, no tuve un smartphone. Sé cómo es la vida sin uno y puedo hacer esa comparación, pero los niños que crecen hoy no tienen esa perspectiva: han tenido móviles desde que eran pequeños y, para muchos, es difícil imaginar la vida sin uno. Esto crea un desafío único para ayudarlos a construir relaciones saludables con sus dispositivos. Es un tema complejo, pero es una de las razones por las que me apasiona tanto el minimalismo que ofrecemos. No podemos evitar la tecnología, pero podemos encontrar formas de usarla de manera consciente e intencional", concluye Moravek.
Javier Campos (nombre ficticio) llevaba tiempo sabiendo que algo no marchaba bien en su vida. Falta de concentración y de capacidad de atención, cansancio, ansiedad, sueño alterado… tardó bastante en darse cuenta de que padecía una adicción a algo que, a priori, parecía inofensivo: su móvil. "No sólo es que perdiera mucho tiempo, es que me metía en algunas aplicaciones como Instagram sin darme cuenta, de forma inconsciente. Mi mano iba al teléfono en cuanto tenía la oportunidad", relata a El Confidencial.
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