Más de 100.000 personas han perdido sus coches en Valencia. Y ha nacido el 'blablacar' de la DANA
La DANA ha creado una crisis de movilidad sin precedentes, con miles de vehículos inutilizados y líneas de metro y cercanías destruidas. En esta situación de bloqueo, diferentes iniciativas ciudadanas han aparecido
"Los coches bajaban la calle como si fueran barcos de papel", relata a El Confidencial José María Vilar, vecino de Aldaia. “Mientras el agua arramplaba con todo a su paso, vimos desde el balcón que varios de ellos se entrecruzaban y se amontonaban, provocando un bloqueo en la calle. Así se apilaron como 20 vehículos que parecían un castillo de naipes”, cuenta. A Vilar le pilló el temporal en casa, pero eso no le libró de una noche de pesadilla. “Cuando el agua ya llegaba a un palmo, bajé al garaje a poner unas maderas en la puerta para que no se colara más. Pero en cuestión de 10 minutos entró una tromba inmensa de agua, barro y ramas que se coló hasta la casa. Intenté salvar un ordenador y la tele, pero fue imposible”.
Su parking fue anegado en cuestión de una hora bajo un metro y medio de agua. Al día siguiente, cuando empezó a filtrarse, descubrió que el coche eléctrico que se había comprado hacía pocos meses era ahora una pecera. “Ya no tiene arreglo”. A las pérdidas humanas, materiales y habitacionales en Valencia se suma también la pérdida de medios de transporte con los que miles de afectados acudían diariamente a su puesto de trabajo, a las escuelas de sus hijos o para gestiones tan necesarias como ir a hacer la compra. “No puedo ni ir a trabajar ni a recoger a mi hijo”, comenta Vilar.
Según datos oficiales, la DANA ha dejado inutilizados más de 100.000 vehículos en las calles de los pueblos de Valencia, muchos de los cuales han sido declarados siniestro total. Esto ha llevado a una crisis de movilidad sin precedentes, mientras las líneas de metro y cercanías están completamente destruidas. En esta situación de bloqueo, diferentes iniciativas ciudadanas han surgido para paliar los problemas.
“Aquí en Aldaia casi todos nos hemos quedado sin coche. La noche de la DANA nos asomamos al balcón y veíamos cómo flotaban en una piscina marrón. El mío lo había dejado en el parking de un Aldi y ha aparecido sepultado en lodo, con el motor inutilizado”, señala Samira Pardo, vecina del mismo pueblo. Su padre, que vive a unas pocas calles de distancia, ha perdido también su camión. Cuenta que en la caótica madrugada “un coche se estrelló contra la puerta de su casa, rompiéndola y que el agua empezó a entrar a borbotones, inundando el salón, la cocina…”. Su camión está desaparecido. “Es transportista autónomo y depende de ese medio de transporte”, cuenta su hija.
En los últimos días, una flota de 70 grúas y 100 efectivos, en coordinación con la UME, han estado trasladando los vehículos dañados a 76 descampados temporales, el más grande cerca del centro de IKEA en Alfafar (Valencia). Antes de cargar los vehículos, un perito le informa al propietario si el coche se puede reparar o se retira de la circulación.
Para los desafortunados, no hay muchas alternativas. Las líneas C-1, C-2 y C-3 están cortadas y severamente afectadas y aún no hay fecha de reapertura. Tampoco se presta el servicio de media distancia. En el caso del metro, el conseller ha señalado que gran parte de las vías han quedado muy dañadas por los estragos del temporal, por lo que la reparación está lejos de terminar.
A días oscuros, grandes ideas
Sin embargo, a raíz de este catastrófico episodio, la solidaridad de los ciudadanos del país se ha volcado con la región de muchas maneras. Por ejemplo, hemos asistido al nacimiento de “Anem!”, una plataforma lanzada in extremis que ofrece a las personas que lo necesiten un vehículo compartido de forma gratuita. “Sentíamos que debíamos tomar acción ante una catástrofe sin precedentes”, cuentan a El Confidencial desde la startup GuruWalk, que están detrás del proyecto.
Durante el pasado fin de semana, su CEO, Juan Castillo, vio claro que era el momento de tomar acción pensando ya en cómo ayudar a los valencianos a medio plazo, algo que trasladó al equipo el lunes. Y de ahí surgió, en menos de 12 horas, “Anem!”, que en valenciano significa 'Vamos'. La plataforma fue desarrollada en menos de 12 horas usando tecnología Nuxt, Vue, Tailwind y Typescript. En estos momentos están trabajando en ella a tiempo completo tres ingenieros de software.
El funcionamiento es sencillo. Se trata de un mapa con iconos que identifican a los usuarios. Si pinchas en ellos puedes contactar por WhatsApp o bien obtener indicaciones del viaje en Google Maps. Las líneas rojas indican los trayectos solicitados y las líneas verdes indican los viajes que todavía tienen asientos disponibles.
“Hasta hoy se han registrado 2.400 usuarios y se han creado 1.600 viajes, 700 de ellos correspondientes a conductores que ofrecían plazas en sus vehículos y 900 de personas que buscaban con quién viajar”, señalan. Además, alrededor del 20% de los viajeros que han publicado un viaje lo han hecho utilizando la funcionalidad de recurrencia, es decir, que han publicado el mismo viaje (el mismo itinerario y a la misma hora) para varios días distintos.
En medio de todo este caos, otra iniciativa digital era desarrollada a toda prisa en la habitación de René Molina Ávila, un estudiante de la Universidad Politécnica de Valencia. ¿El objetivo? Ayudar a los usuarios que han perdido sus vehículos durante la riada. El jueves pasado, se acercó a las zonas afectadas para intentar echar una mano a los vecinos que lo habían perdido todo. "Vi mucha desorganización y pensando en qué podría hacer yo, se me ocurrió un buscador de coches", contaba el joven a este diario. Con la ayuda de su profesor de programación, Juan Francisco Soler, crearon la página web y aplicación Tucochedana.es.
Con esta herramienta, las personas que encuentren coches en la calle pueden registrar la matrícula y la localización. Los datos se almacenan en la web, pero no se pueden visualizar por protección de datos. Sin embargo, los dueños que hayan perdido sus vehículos, pueden introducir los dígitos de la matrícula en un buscador habilitado para comprobar si coincide con algún registro. Además, los voluntarios que inscriban los coches también pueden añadir el color, la marca, la latitud y longitud donde se ubica el automóvil, así como detalles adicionales y fotografías. "El sábado por la noche ya funcionaba y hoy ya hay más de 900 coches registrados".
Las indemnizaciones, en camino
El Consorcio de Compensación de Seguros ya ha registrado 72.125 solicitudes de indemnización por las consecuencias del temporal, de las cuales 44.200 corresponden a vehículos y automóviles, según ha informado el Ministerio de Economía. El 40% de las solicitudes ya están en tramitación y los peritos han contactado con los afectados para proceder. En total, el Consorcio ha movilizado 492 peritos para tasar los daños, que ya han empezado a desplegarse por las zonas afectadas a medida que las restricciones de acceso lo van permitiendo.
Las aseguradoras estudian los daños y comparan el coste de la reparación con el valor de mercado del vehículo antes de la catástrofe. Si resulta demasiado caro, la aseguradora puede declarar el vehículo como siniestro total. En ese caso, un perito establecerá el valor actual en el mercado del automóvil y, a partir de ahí, la cantidad a indemnizar. No solo tienen en cuenta los daños visibles en la carrocería, sino también posibles afectaciones por inundación, aunque el coche no presente daños evidentes en su exterior.
Pere Anrubia, director técnico de la Asociación de Desguaces de la Comunitat Valenciana (Adecova), ha mencionado que necesitarán nuevos espacios en toda la provincia de Valencia, ya que están desbordados. La llegada de las primeras ayudas del Consorcio también está impulsando las reservas de compra de vehículos nuevos y de segunda mano en varios concesionarios de la ciudad. Pero este aumento inesperado en la demanda está poniendo bajo presión la red de ventas de las marcas más económicas. "El problema es que tampoco quedan vehículos de ocasión a precios accesibles", comentan vecinos afectados.
"Los coches bajaban la calle como si fueran barcos de papel", relata a El Confidencial José María Vilar, vecino de Aldaia. “Mientras el agua arramplaba con todo a su paso, vimos desde el balcón que varios de ellos se entrecruzaban y se amontonaban, provocando un bloqueo en la calle. Así se apilaron como 20 vehículos que parecían un castillo de naipes”, cuenta. A Vilar le pilló el temporal en casa, pero eso no le libró de una noche de pesadilla. “Cuando el agua ya llegaba a un palmo, bajé al garaje a poner unas maderas en la puerta para que no se colara más. Pero en cuestión de 10 minutos entró una tromba inmensa de agua, barro y ramas que se coló hasta la casa. Intenté salvar un ordenador y la tele, pero fue imposible”.
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