Cuidado con lo que tiras a la basura: así funciona el 'trashing' del que alerta la Policía Nacional

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Los mecanismos de los ciberdelincuentes se han ido refinando cada vez más hasta dar con métodos completamente rebuscados que exigen, a su vez, nuevas palabras para catalogar sus delitos. Estas nuevas nomenclaturas se han ido perfeccionando y suelen presentarse con términos en inglés que conviene traducir, entre ellos, el cada vez más extendido ‘dumpster diving’ o ‘trashing’.

Para advertir a todos los potenciales incautos, que lo son aún más en esta compleja era digital, la Guardia Civil lleva a cabo numerosos vídeos en sus redes con el fin de prevenir y mantenernos alerta ante las múltiples estratagemas con las que estos individuos pretenden perpetrar sus fechorías, sacando a relucir este nuevo método que, sin duda, más de uno habrá pasado por alto.

Y no es para menos, dado lo retorcido que es en su concepción y lo esmerado en su elaboración, pues implica arremangarse y bajar al barro o, mejor dicho, a la basura. Un lugar donde a menudo desechamos lo que no queremos, descuidando que quizás pueda contener información sensible que, en las manos equivocadas, acabe siendo la llave para un ciberataque con todas las letras.

Cuidado con lo que tiras

Documentos, contraseñas o números de tarjeta pueden ser las migajas que indicarán el camino hacia una posible estafa, por lo que las autoridades recomiendan llevar cuidado. El mejor cortafuegos es la correcta destrucción de cada documento con información confidencial, evitando con esto la posibilidad de que alguien pueda hacerse pasar por la víctima, accediendo a sus perfiles personales.

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P. Cubria de Gorostegui

Códigos de acceso, direcciones domiciliarias, correos electrónicos, cuentas bancarias, borradores de planes de negocio son algunas de las semillas que pueden sembrar la catástrofe. Y no solo eso, también un simple USB, CD o DVD y, por supuesto, un ordenador. Cualquier cosa puede detonar el delito a manos de estos especialistas.

Otras motivaciones

Conviene señalar que estos hechos delictivos no solo pueden tener su origen en un motivo económico, pues numerosos casos dan fe de que, en ocasiones, están relacionados con espionaje corporativo o una simple venganza personal. Es por ello que debemos preservar la privacidad, por difícil que resulte en la actualidad, evitando en lo posible una inútil fuga de datos que pueda acarrear serias consecuencias.