Se resuelve el misterio del hormigón romano (y podría ser clave para los edificios del futuro)
Hasta ahora, el motivo por el que el hormigón romano es más resistente y duradero que el moderno se desconocía. Científicos del MIT y de Harvard han dado con la clave
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Científicos del MIT y la Universidad de Harvard han revelado el secreto detrás de la impresionante durabilidad del hormigón romano, que ha resistido el paso de los siglos y se mantiene casi intacto en estructuras icónicas como el Panteón. Este material, sorprendentemente, cuenta con una propiedad de 'autocuración' que supera las capacidades del hormigón moderno y podría transformar el sector de la construcción actual.
La investigación, que fue liderada por el profesor Admir Masic y que se puede consultar en el medio Science Advances, ha demostrado que los romanos utilizaban una técnica denominada 'mezcla en caliente', mediante la cual agregaban cal viva (óxido de calcio) en lugar de cal 'apagada' (hidróxido de calcio).
We Finally Know Why Ancient Roman Concrete Was Able to Last Thousands of Yearshttps://t.co/1aeqCp2thT
— Science updates (@Sciencewebsites) October 30, 2024
Este proceso, combinado con cenizas volcánicas, generaba una estructura con clastos de cal, unas inclusiones especiales que permitían al hormigón romano 'autocurarse' al contacto con el agua. Así, cuando aparecían fisuras en las construcciones, estos clastos de cal liberaban carbonato de calcio que sellaba las grietas de forma natural, manteniendo la integridad estructural a lo largo del tiempo.
La durabilidad del hormigón romano frente a las estructuras modernas
El equipo de investigación comprobó en laboratorio cómo, tras fisurar el hormigón con esta formulación y someterlo al agua, las grietas se cerraban en cuestión de semanas. Este comportamiento destaca frente al hormigón actual, que no cuenta con esta capacidad de autorreparación y presenta una menor resistencia frente a las agresiones climáticas y el desgaste.
Gracias a este descubrimiento, los investigadores creen que la incorporación de estos métodos antiguos en el hormigón actual podría mejorar la sostenibilidad de las infraestructuras, alargando su vida útil y reduciendo el impacto medioambiental. De hecho, la fabricación de hormigón tradicional es responsable de aproximadamente el 8% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, por lo que técnicas de autocuración como las del hormigón elaborado durante el Imperio romano podrían suponer una reducción significativa en la huella de carbono.
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