Una flamante 'baguete' nuclear y un dron furtivo: Francia va con todo para su futuro F5
Francia anuncia que la variante F5 del Dassault Rafale será el vector aéreo del futuro misil nuclear ASN4G y contará con dron loyal wingman. ¿Es esto una amenaza para el futuro del FCAS?
Francia no solo es miembro del reducido club de ocho países que disponen de cabezas nucleares en sus arsenales, sino que también está —desde 1964— en el aún más exclusivo círculo de potencias con capacidad de lanzar misiles nucleares desde el aire. A día de hoy, y desde 2009, este cometido lo cumple el misil Asmpa (Air-sol Moyenne Portée Amélioré), una versión mejorada de su predecesor ASMP (de 1986). Pero París ya está desarrollando la próxima versión de esta arma, el ASN4G, que debería entrar en servicio en torno a 2035.
Este mes, el ministro de Ejércitos y Veteranos (Defensa), Sébastien Lecornu, anunció que ya se han realizado los primeros pedidos del Dassault Rafale F5, la última evolución del caza multipropósito francés que tendrá la capacidad de utilizar el nuevo vector aéreo nuclear. Además, el avión de combate integrará nuevos drones de combate furtivos que "podrán ser operados directamente desde la cabina", aseguró el alto funcionario durante el 60 aniversario de las fuerzas aéreas estratégicas galas, celebrado en la base aérea Nº 113 de Saint-Dizier.
El Dassault Rafale es el pilar fundamental de las fuerzas aéreas francesas y del ala aérea embarcada de su marina de guerra. Aunque el primer vuelo de este cazabombardero multirrol fue en 1991, no entró en servicio con la Marina Nacional hasta 2001 y con el Ejército del Aire y del Espacio en 2006. La primera opera el Rafale M, monoplaza y capaz de operar en portaaviones; mientras que la segunda cuenta con los Rafale en versión B, biplaza —piloto y oficial de sistemas—, y C, monoplaza.
En el apartado técnico, presenta una longitud de 15,27 m, una altura de 5,34 m y una envergadura de 10,86 m. Puede albergar una carga bélica de hasta 9.500 kg. Cuenta con dos motores Snecma M88-2, que le otorgan una capacidad de supercrucero a M1,4 a alta cota, y una configuración alar del tipo delta-canard, similar a la de su coetáneo (y competidor) Eurofighter Typhoon.
Sin embargo, a diferencia del caza europeo, la industria francesa ha sabido mantenerlo a la última e ir actualizándolo continuamente, lo que lo ha convertido en un auténtico éxito de ventas, con más de 500 aparatos vendidos. Esta capacidad de adaptación se debe al decidido apoyo del gobierno francés, que además es el único decisor en el proyecto, frente a los cuatro del consorcio Eurofighter (España, Alemania, Reino Unido e Italia).
Revolución aérea
A principios de 2023, se entregaron las primeras unidades de la versión F4. En esta edición se incorporan mejoras en la interfaz hombre-máquina, en la conectividad, en la detección de amenazas, en el análisis de datos, en el arsenal (incorpora nuevos misiles), en la motorización y en la disponibilidad.
Pero Francia ya está pensando en la próxima iteración. El F5 tendrá capacidad de lanzar el futuro misil ASN4G y podrá combatir con un dron loyal wingman, concepto que ya está probando Australia con el MQ-28 Ghost Bat y que también Alemania tiene en mente.
Por las declaraciones del ministro francés, parece que el nuevo dron derivará del proyecto nEUROn, desarrollado por Dassault Aviation junto con Italia, Suecia, España y Grecia. Según la firma francesa, el dron efectuó más de 170 vuelos de ensayo desde que comenzase a surcar los cielos en diciembre de 2012.
El F5 se comenzará a recibir a partir de 2030 y se espera que el avión disponga de mejoras de conectividad y de tratamiento de datos adicionales a las del estándar F4. Las mejoras le permitirán integrar tanto la información captada por sensores en vuelo —incluyendo el loyal wingman— como por sensores en tierra. El proyecto cuenta con una inversión aprobada de 6.800 millones de euros hasta 2026 y otros 5.300 millones adicionales a partir de ese año.
"El estándar F5 es una verdadera revolución para nuestras fuerzas aéreas, comparables a la transición del Mirage 2000N al Rafale", aseguró el ministro Lecornu.
Convencional y nuclear, dos caras
La República Francesa dispone, a través de lo que se conoce como Force de dissuasion, de dos de las patas de la tríada nuclear: aérea y submarina. La responsabilidad de la primera se reparte entre la Fuerza Aeronaval Nuclear (FANu), de la Marine Nationale, y la Fuerza Aérea Estratégica (FAS), del Armée de l’Air et de l’Space. La capacidad submarina es competencia de la Fuerza Oceánica Estratégica (FOST), que integra los submarinos lanzamisiles balísticos de la clase Le Triomphant.
Utilizar cazabombarderos para el vector aéreo de lanzamiento supone una autonomía reducida en comparación con otras naciones que disponen de bombarderos de largo alcance (aunque se supone que son capaces de atacar objetivos a 9.000 km). Aun así, la pata nuclear francesa goza de buena salud. A diferencia de la británica, se rumorea que los franceses llegaron a poner en el agua tres de sus cuatro submarinos con capacidad de lanzar misiles balísticos durante los momentos más tensos de 2022, cuando Rusia lanzó su invasión a gran escala de Ucrania.
Francia ganó la capacidad de ejecutar un ataque nuclear desde un vector aéreo desde el 8 de octubre de 1964, con los míticos Dassault Mirage IVAdotados con bombas AN-11 y AN-22 de 70 kilotones. La Fuerza Aeronaval nuclear arrancó en 1978 con los Dassault Super-Étendard, que contaban con la bomba AN-52. Actualmente, el único vector capaz de lanzar el misil nuclear ASMPA es el Rafale F3 (en su versión aeronaval M y aérea biplaza B) que comenzó a operar este misil en 2009.
Nueva baguette nuclear
El actual misil nuclear francés ASMPA (Air-sol Moyenne Portée Amélioré) mide 5,40 m de largo, 0,35 m de diámetro y 0,96 m de envergadura (con las alas desplegadas), y una masa de 840 kg. Logra una velocidad de Mach 3 y se estima un alcance de entre 500 y 600 km. Alberga una cabeza de combate nuclear TN81 de 300 kilotones y está propulsado por un motor ramjet de combustible líquido. Dichos motores se caracterizan por no contar con partes móviles, estructurándose en difusor, cámara de combustión y tobera. En el difusor la presión del aire se incrementa gracias a la velocidad del propio vehículo en régimen supersónico.
El entonces presidente François Hollande confirmó en 2015 que Francia contaba con 54 misiles ASMPA, repartidos entre la FANu y la FAS. En mayo de este año se efectuó el primer disparo de evaluación del misil ASMPA-R en el marco de la operación Durandal. Este misil consiste en una actualización de media vida del ASMPA, solventando ciertas obsolescencias y mejorando sus características técnicas. Esta versión tiene como objetivo mantener la credibilidad de la capacidad nuclear francesa hasta la entrada en servicio de los futuros misiles aire-tierra nucleares de cuarta generación (Air-sol Nucléaire de 4ème Generation o ASN4G), a entregar alrededor de 2035.
El futuro ASN4G se espera que disponga de un motor scramjet capaz de alcanzar velocidades de crucero que oscilen entre Mach 7 y 8. Esto lo inluiría en la archimencionada categoría hipersónica que, técnicamente, se corresponde con velocidades entre Mach 5 y 25. Asimismo, se supone que será capaz de efectuar maniobras complejas con el objetivo de driblar a las defensas anti-acceso/denegación de área (A2/AD) enemigas.
Para poner a prueba la efectividad de la parte aérea de la disuasión, Francia desarrolla cuatro veces al año el ejercicio Póker, en el que participan tanto la FAS como la FANu. En él, se simula la conducción de un ataque nuclear mediante unidades aéreas. El paquete de ataque se compone de Dassault Rafale con misiles ASMPA, otros Rafale en misión de escolta, un avión de alerta temprana y control aerotransportado Boeing E-3F AWACS y cisternas Airbus A-330 MRTT Phénix.
¿Amenaza para el FCAS?
Los franceses acostumbran a primar la adquisición de productos de su industria nacional de defensa, incluso cuando estos son inferiores a los que se ofertan en el mercado internacional. Solo en contadas ocasiones, como los aviones de alerta temprana y control aerotransportado o las catapultas del futuro portaaviones PANg, recurren a sistemas extranjeros.
Esto hace que cooperar en programas internacionales con el país galo sea siempre algo complejo. Prueba de ello fue el proyecto Eurofighter, que Francia abandonó en 1985. Ahora, muchos temen que el Rafale F5 pueda comprometer la supervivencia del NGF y del FCAS, el proyecto de caza de sexta generación que impulsan Francia, Alemania y España con un horizonte operativo de 2040-2045. Sin embargo, otros apuntan a que esta actualización viene a respaldar la negativa del país republicano a adquirir los F-35 estadounidenses. Es más, incluso se espera un futuro Dassault Rafale F6 para el horizonte 2040.
Sobre el papel, el desarrollo simultáneo de un dron loyal wingman por parte de Dassault para Francia y Airbus para Alemania podría ser beneficioso para ambos proyectos —partiendo siempre desde un punto de vista ingenuo—, ya que los aprendizajes logrados durante el proceso se podrían poner en común para lograr el mejor sistema para el gran proyecto conjunto del FCAS. En la realidad del mercado y la industria, esto es poco probable que se produzca.
Francia no solo es miembro del reducido club de ocho países que disponen de cabezas nucleares en sus arsenales, sino que también está —desde 1964— en el aún más exclusivo círculo de potencias con capacidad de lanzar misiles nucleares desde el aire. A día de hoy, y desde 2009, este cometido lo cumple el misil Asmpa (Air-sol Moyenne Portée Amélioré), una versión mejorada de su predecesor ASMP (de 1986). Pero París ya está desarrollando la próxima versión de esta arma, el ASN4G, que debería entrar en servicio en torno a 2035.
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