Google y Amazon se lanzan a producir energía nuclear: la apuesta atómica para alimentar la IA
La IA y los centros de datos están impulsando el resurgir de la energía nuclear. Ahora las grandes tecnológicas quieren pequeños reactores para garantizar energía barata y estable
Hace apenas una década, tras el accidente de Fukushima y la decisión de Alemania de cerrar todas sus centrales nucleares, esta fuente de energía parecía destinada a quedar en un segundo plano, al menos en los países occidentales, donde el interés se había centrado en las energías renovables, especialmente la eólica y la solar. Sin embargo, la energía nuclear está experimentando un inesperado resurgir impulsado por grandes empresas tecnológicas como Google, Microsoft y Amazon, que han decidido invertir en el desarrollo de sus propias plantas nucleares. Su apuesta se enfoca en los pequeños reactores modulares (SMR), instalaciones compactas capaces de generar suficiente energía para satisfacer la creciente demanda que generan sus centros de datos y las tecnologías de inteligencia artificial. Estas compañías buscan una fuente de energía estable y libre de emisiones de gases de efecto invernadero, algo que las energías renovables no pueden garantizar de manera continua sin sistemas de almacenamiento masivo.
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En este contexto, Microsoft ha firmado un acuerdo a 20 años para reabrir la planta nuclear de Three Mile Island en Pensilvania, mientras que Google y Amazon han anunciado inversiones en pequeños reactores nucleares para alimentar sus infraestructuras. Este movimiento estratégico refleja una inclinación de las tecnológicas hacia la energía nuclear, considerada una solución más confiable y eficiente en medio del incremento de la demanda energética impulsada por la expansión de la inteligencia artificial. Sin embargo, esta carrera por el renacimiento nuclear no está libre de incertidumbres ni críticas, especialmente en lo que respecta a la gestión de residuos nucleares y los altos costos asociados a la construcción y operación de estas nuevas tecnologías.
Hace apenas una década, tras el accidente de Fukushima y la decisión de Alemania de cerrar todas sus centrales nucleares, esta fuente de energía parecía destinada a quedar en un segundo plano, al menos en los países occidentales, donde el interés se había centrado en las energías renovables, especialmente la eólica y la solar. Sin embargo, la energía nuclear está experimentando un inesperado resurgir impulsado por grandes empresas tecnológicas como Google, Microsoft y Amazon, que han decidido invertir en el desarrollo de sus propias plantas nucleares. Su apuesta se enfoca en los pequeños reactores modulares (SMR), instalaciones compactas capaces de generar suficiente energía para satisfacer la creciente demanda que generan sus centros de datos y las tecnologías de inteligencia artificial. Estas compañías buscan una fuente de energía estable y libre de emisiones de gases de efecto invernadero, algo que las energías renovables no pueden garantizar de manera continua sin sistemas de almacenamiento masivo.