El rey del teletrabajo también ha vuelto a la oficina. Esto es lo que se ha encontrado
En Silicon Valley, el pulso entre la flexibilidad que demandan los empleados y el control que buscan las empresas ha llegado a un punto crítico. ¿El 'full remote'? Ya una especie en extinción en EEUU, incluso para su rey
Cuando las grandes empresas tecnológicas decidieron abandonar el trabajo remoto puro y adoptar un modelo híbrido, el pánico se extendió por las oficinas (o mejor dicho, los sofás) de miles de empleados. Era el inicio de un cambio que ahora parece inevitable: algunas ya están enterrando el trabajo híbrido para volver a la oficina cinco días a la semana, como en los viejos tiempos. Amazon fue una de las últimas en unirse a esta tendencia hace apenas unas semanas, pero no está sola. Dell, IBM, Tesla y Blackrock ya habían dado el paso. En Silicon Valley, el pulso entre la flexibilidad que demandan los empleados y el control que buscan las empresas ha llegado a un punto crítico. Incluso Zoom, el rey indiscutido del teletrabajo durante la pandemia, ha vuelto a la oficina. ¿El full remote? Ya es una especie en extinción en EEUU. Una tendencia que no tardará en extenderse a Europa y que definirá el futuro laboral.
La pandemia fue especialmente lucrativa para el sector tech. Empresas como Zoom hicieron caja a lo grande con herramientas que facilitaban el trabajo desde casa. Pero a medida que los directivos de las principales empresas de la bahía como Meta, Salesforce o Lyft vuelven a poner un pie en las oficinas, la incertidumbre se cierne sobre Silicon Valley. Este diario ha acudido a Zoomtopia, el evento anual de Zoom en San Jose (California) donde se reúnen las grandes caras que cimentaron e hicieron posible el teletrabajo y lo cierto es que no se habla de otra cosa: "¿Y si el resto de empresas también vuelven a la oficina como ha hecho Amazon?"
Andy Jassy, el CEO del gigante de comercio electrónico, no tiene tiempo para debates. "Las ventajas son enormes. Es necesario estar con tus compañeros cuando se inventan cosas o cuando se resuelven problemas complicados", dejó caer con frialdad hace unos días en un comunicado a los empleados. Una huelga en Seattle de cientos de trabajadores disconformes el año pasado, cuando se pasaron al híbrido, tampoco le hizo pestañear. Ahora la política es igual de clara: más de 300.000 trabajadores deberán volver a la oficina cinco días a la semana. Y, aunque su tono no es tan agresivo como el de Elon Musk, quien dijo a los empleados de Tesla que si no aparecen, "nos lo tomaremos como que han renunciado", la postura de Amazon es una de las más estrictas en toda la industria.
Sin embargo, no todas las piezas del ajedrez mueven en la misma dirección. Según un estudio reciente, solo el 3% de las grandes empresas tech (con más de 25.000 empleados) han vuelto al modelo de cinco días en la oficina. La mayoría sigue apostando por un modelo híbrido, y un 23% aún permite trabajo remoto total. Apple, Google, Meta y Microsoft son algunas de las primeras, aunque con matices. Incluso estas políticas han sido revisadas varias veces y han enfrentado la resistencia de los empleados. En 2020, Mark Zuckerberg prometía que Facebook (ahora Meta) sería "la empresa más avanzada en cuanto a trabajo remoto". Dos años después, la realidad es otra: casi todos los 70.000 empleados de Meta deben presentarse en la oficina al menos tres días a la semana.
En Google, la historia es parecida. El año pasado, la directora de recursos humanos advirtió que el trabajo remoto completo sería "solo por excepción". Y Apple, que empezó con un solo día obligatorio en la oficina a principios de 2022, ha aumentado progresivamente hasta tres días, a pesar de la resistencia de parte de sus trabajadores. Microsoft, por su parte, ha encontrado una solución intermedia para retener el talento: para los de Satya Nadella el trabajo híbrido sigue siendo una opción, siempre y cuando los empleados mantengan su productividad. En otras palabras: si haces lo que tienes que hacer, puedes quedarte en casa. Su postura es coherente con los productos que vende, como Microsoft Teams.
La gallina de los huevos de oro da un giro de 180 grados
Y eso nos lleva de lleno al caso de Zoom, la empresa cuyo software se convirtió en el salvavidas del trabajo remoto durante la pandemia. Y también la que, ironías del destino, decidió hace unas semanas que los empleados que vivan a menos de 80 kilómetros de una oficina deben acudir al menos dos veces por semana. Sí, Zoom, el mismo que nos permitió trabajar en pijama todo el día. "Empezamos a implementar esto porque muchos de nuestros clientes ya estaban volviendo algunos días a la oficina, y queríamos trabajar como ellos", comenta a El Confidencial Smita Hashim, directora de producto de Zoom. Es decir, se trata de 'predicar con el ejemplo', pero también de probar sus propias herramientas en el terreno de batalla, "pensando como los clientes". Porque, claro, si no, ¿cómo podrían saber si sus salas Zoom y sus espacios de trabajo flexibles son realmente funcionales?
Hashim, quien además ha sido una de las responsables del desarrollo Google Meet y Microsoft Teams en el pasado, señala con una mezcla de optimismo y realismo: "Sé que algunas empresas quieren que los empleados vuelvan totalmente a la oficina, otras apuestan por el híbrido. Pero la realidad es que tener opciones flexibles es algo bueno para muchas personas". Eso sí, advierte que la flexibilidad no es perfecta, y con tantas herramientas, correos y reuniones virtuales, el trabajo puede volverse "bastante ruidoso y estresante". También abre una puerta a algo más grande: "Si la tecnología se encarga de tareas repetitivas como resúmenes de reuniones o análisis de datos, los humanos podemos hacer un trabajo más creativo y significativo. El momento en el que el presencial y el remoto sean equiparables está cerca".
Curiosamente, la política de volver a la oficina de Zoom también responde a un desafío muy práctico. "Seguimos siendo muy flexibles", asegura Hashim, "pero los momentos en persona pueden marcar la diferencia, sobre todo cuando se trata de conectar equipos o resolver problemas complejos". De hecho, Zoom ha lanzado productos como "Intelligent Director", que mejora la experiencia de las reuniones híbridas. Imagina a tres personas aglomeradas en una sala de conferencias mientras otros cinco están conectados desde casa; la idea es que cada uno aparezca en pantalla como si estuviera participando desde su propio rincón, para que la conversación fluya sin ese caos típico del híbrido mal ejecutado.
Hashim lo ve claro: la clave es encontrar el equilibrio. "Lo que estamos viendo es que los empleados remotos son tan productivos como los que están en persona. No se trata tanto del dónde, sino de lo comprometidos que estén con su misión", dice. Para empresas con necesidades específicas, como el sector sanitario o la manufactura, es obvio que el trabajo en persona es indispensable. Pero para el resto, la flexibilidad sigue siendo la carta ganadora. Eso sí, siempre y cuando no te olvides de conectarte a tu reunión de Zoom… desde donde sea que estés.
Mientras algunas como Hashim apuestan por un balance, otros en Zoom como Matthew Saxon, director de recursos humanos, trabajan completamente en remoto. Afincado en Austin, Saxon, quien también ha pasado por Meta, señalaba recientemente que "un poco de trabajo en persona ayuda mucho, pero en la mayoría de casos, si vas a la oficina para estar en llamadas de Zoom, no hay una diferencia real". Saxon defiende que los trabajadores en remoto pueden ser "tremendamente eficaces" si se mantienen conectados a través de las herramientas adecuadas. Pero claro, aquí también aparece el famoso "sesgo de proximidad": estar cerca de tu jefe puede ayudarte a destacar, sobre todo si eres nuevo en el equipo. La presencia física sigue teniendo un peso importante en la dinámica de las subidas salariales. "Nos toca asegurarnos de que la calidad del flujo de información no penalice a nadie que está en casa", explicaba Saxon.
De hecho, Zoom ha tenido que hacer algunos ajustes en su propia plantilla: en febrero, recortó un 2% de su fuerza laboral. Y aunque la investigación muestra que aquellos que teletrabajan tienen aumentos salariales más lentos (entre un 2% y 7% menos que sus compañeros en la oficina), muchos consideran que la flexibilidad de trabajar desde casa compensa esa "penalización salarial". Es decir, cambiar un aumento por la posibilidad de evitar atascos o trabajar en pijama sigue siendo un trato justo para muchos.
Ni a Zoom ni a Hashim les da miedo lo que pase con Amazon porque lo cierto es que su empresa ya no es para nada lo que era hace cuatro años. Mientras al principio se basaba en una herramienta de videollamadas, ahora es todo un ecosistema de servicios para empresas que ofrecen desde chatbots para operadoras, inteligencia artificial para mejorar la productividad, gestión de recursos, resúmenes de reuniones, salas de conferencias especializadas y transcriptores de idiomas en tiempo real. Hace unas presentaba sus resultados para el segundo trimestre del año fiscal 2024, con ingresos de 1.160 millones de dólares, un 2,1% más que el año anterior. El CEO Eric Yuan destacó que Zoom superó sus expectativas, con un aumento del 7,1% en clientes que generaron más de 100.000 dólares en ingresos. Aunque estos números están lejos del auge pandémico, los de San José sigue creciendo de manera estable.
¿Quién manda realmente en Silicon Valley?
No es descabellado decir que el teletrabajo ha engatusado a los empleados de todo el mundo. No solo les permite hacer más ejercicio o pasar tiempo con sus hijos, también para ponerse al día con la colada. Según una encuesta de Stanford, los empleados ya valoran tanto el poder trabajar desde casa dos o tres días a la semana que lo equiparan a un aumento del 8% en el salario. Sin embargo, lo que realmente frustra a muchos es ir a la oficina solo para hacer lo que podían haber hecho en casa. Es decir, calentar la silla. El nuevo director ejecutivo de Starbucks, Brian Niccol, lo resumía bastante bien: "Ya somos mayorcitos para saber dónde tenemos que estar para hacer el trabajo". Starbucks tiene ahora un requisito de tres días en la oficina.
Aun así, la relación jefe-empleado está cambiando drásticamente. Durante el boom de 2022-2023, los trabajadores tenían la ventaja: salarios más altos y más flexibilidad. Pero ahora, con una ralentización en las contrataciones y despidos masivos (solo en 2023, las empresas tecnológicas machacaron 263.000 empleos), las empresas se han envalentonado y han recuperado algo de poder. Amazon, con su decisión de volver a la oficina, marca una tendencia en la que las opiniones de los trabajadores importan menos en este clima de incertidumbre laboral. Los trabajadores de Boeing, por ejemplo, se declararon en huelga hace poco. "Dos días en la oficina se convierten en tres. Y tres días en cuatro", decían. Ahora las empresas pueden hacer estos cambios y decir: "Pero no somos tan malos como Amazon".
Hay quien incluso cree que las políticas de vuelta a la oficina podrían estar siendo utilizadas como una forma encubierta de reducir personal, que podría ser un despido por la puerta trasera. Con despidos a la vista en Amazon, algunos expertos sugieren que estos movimientos forzados son una forma de deshacerse de manera silenciosa de algunos cientos de empleados.
Antes de la pandemia, la industria tecnológica ya estaba en una especie de malestar de innovación, pero gastaba dinero como loca. Por ejemplo, en cosas tan absurdas como los NFT. Luego llegó la pandemia, que paró a todos en seco. Para sorpresa de muchos, pronto una avalancha de efectivo entró en escena, aunque solo hubo unos pocos que se quedaron con parte del pastel, y esas empresas contrataron a mucha más gente de la que necesitaban y les permitieron trabajar donde quisieran. Luego llegó la inflación. Y aquí estamos ahora, con unos apretando de un lado y otros de otro, como en los viejos tiempos.
Cuando las grandes empresas tecnológicas decidieron abandonar el trabajo remoto puro y adoptar un modelo híbrido, el pánico se extendió por las oficinas (o mejor dicho, los sofás) de miles de empleados. Era el inicio de un cambio que ahora parece inevitable: algunas ya están enterrando el trabajo híbrido para volver a la oficina cinco días a la semana, como en los viejos tiempos. Amazon fue una de las últimas en unirse a esta tendencia hace apenas unas semanas, pero no está sola. Dell, IBM, Tesla y Blackrock ya habían dado el paso. En Silicon Valley, el pulso entre la flexibilidad que demandan los empleados y el control que buscan las empresas ha llegado a un punto crítico. Incluso Zoom, el rey indiscutido del teletrabajo durante la pandemia, ha vuelto a la oficina. ¿El full remote? Ya es una especie en extinción en EEUU. Una tendencia que no tardará en extenderse a Europa y que definirá el futuro laboral.
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