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Olvida la 'webcam' de tu portátil. Por qué debes usar una cámara externa
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Una webcam para verte mejor

Olvida la 'webcam' de tu portátil. Por qué debes usar una cámara externa

Hay razones de peso para usar una cámara externa en lugar de la que viene integrada en nuestro equipo. Aquí va una guía para encontrar una que se ajuste a nuestras necesidades

Foto: La webcam externa es muy necesaria.
La webcam externa es muy necesaria.

La webcam ha sido una rareza en muchos hogares durante décadas. Entonces llegó la pandemia, y las videolamadas se convirtieron en algo habitual en reuniones de trabajo y hasta de ocio. Por fortuna, raro era el hogar que no tenía ordenador portátil para cuando llegó el covid-19, así que el hardware necesario para asistir a clase de yoga por zoom ya estaba allí. El cambio para mí llegó el día me vi forzado a buscar una webcam externa para el PC de sobremesa. Fué toda una epifanía. Desde entonces no concibo usar la cámara integrada que viene con el portátil. No importa la marca del portátil o la calidad de la cámara. Una externa (una buena) siempre le va a dar mil vueltas.

Foto: (Imagen: EC)

Sí, sé lo que vas a decir. Cargar con una webcam a todas partes es una molestia considerable. También lo es tener que sacrificar un puerto USB o USB-C para conectarla, sobre todo teniendo en cuenta lo cortos que van de estos puertos algunos equipos. El cable colgando por detrás del portátil tampoco es que sea una belleza precisamente. Pero piénsalo de este modo: ¿qué prefieres que se vea bien? ¿El PC que tienes delante y que tus interlocutores nunca van a ver, o prefieres que te vean (y te oigan) bien a ti?

Mi filosofía como partidario de las webcam tampoco es radical. Es un complemento absolutamente necesario en los PC de sobremesa, y también en portátiles siempre y cuando que los uses en casa o en una oficina fija. Si vas de viaje probablemente puedas renunciar a la cámara unos días a cambio de una mayor portabilidad en el equipaje de mano. Pero si usas un portátil habitualmente y el portátil no sale de casa no tienes excusa.

Razones para una webcam externa

La primera y más importante de las razones para querer comprar una cámara diferente a la que lleva integrada el portátil es simplemente una cuestión de calidad de imagen. Las webcam integradas son necesariamente pequeñas porque van montadas en el exíguo espacio de la tapa del equipo. Esto afecta especialmente al grosor de la cáara, y obliga a sacrificar la óptica. Los dispositivos externas no tienen esta limitación, y a resultas de ello suelen ofrecer mejores lentes y sensores más grandes que no solo hacen que te veas más nítido (las mejores graban en 4K sin problemas). Además tienen un campo de visión mayor a tu alrededor y se comportan mejor en condiciones de baja luminosidad. Finalmente, las lentes mejores suponen una mayor profundidad de campo, lo que ayuda a mostrar de forma nítida objetos muy cercanos sin tenr que alejarlos de la cámara.

La calidad superior de las cámaras externas no acaba ahí. Normalmente estos periféricos están dotados de mejores procesadores de imagen que las integradas. Otro problema de las cámaras integradas es el calor. Al estar ubicadas dentro del portátil tienden a recalentarse más, y no es raro que esto afecte al sensor incrementando los niveles de ruido.

Siguiendo con el tema calidad, las webcam externas traen varios micrófonos, a menudo equipados con cancelación de ruido, para captar tu voz y separarla del ruido ambiental. Los micrófonos integrados en los portátiles son pequeños y no es raro que te hagan sonar con eco y matices metálicos, como si te hubieras escondido en un bidón. Solo las razones relativas a la calidad deberían de bastar, pero hay otras no menos importantes. Las cámaras externas permiten ajustar mejor la imagen simplemente porque se pueden posicionar a placer. En una cámara integrada lo máximo que puedes hacer es inclinar más o menos la pantalla, pero lo normal es que siempre muestre en contrapicadado de tu papada, que no es un plano nada favorecedor.

Quien dice ergonomía, dice privacidad. Las webcam profesionales o de buena calidad suelen incorporar pestañas para tapar la lente cuando no la estás usando, y siempre está la opción de desconectarla del todo para mayor seguridad. Las cámaras integradas carecen de estas funciones. En la mayor parte de los casos asegurar tu privacidad con una cámara integrada pasa por pegar un pedazo de cinta adhesiva encima.

En qué fijarse al comprar webcam

Si has llegado hasta aquí es porque quizá estas interesado en una buena webcam externa. Ahora bien, ¿en qué hay que fijarse a la hora de comprar una? La calidad del sensor es un comienzo, y no es buena idea comprar nada por debajo de 1080p. Las webcam 4K son caras, pero ofrecen la mejor resolución. Si hacer streaming con tanta calidad te da problemas en el ancho de banda siempre puedes reducirlo por software.

Pero la resolución no lo es todo ni de lejos. El segundo punto a mirar es lo que Logitech (que lleva décadas fabricando algunas de las mejores del mercado) llama la regla 30/30. O sea, buscar una webcam que tenga un rendimiento de al menos 30 decibelios en sonido y al menos 30 lux en captación de luz ambiental. Ambas son dos cifras bastante complicadas de localizar en las especificaciones. A ello se suma un 30 adicional aún más importante: que sea capaz de grabar a un mínimo de 30 fotogramas por segundo. La recomendación, no obstante, es que grabe a 60fps.

placeholder Las buenas cámaras vienen con tapa o solapa para privacidad.
Las buenas cámaras vienen con tapa o solapa para privacidad.

Para terminar con las cifras más crudas, el ángulo de visión de la cámara no debería ser menor de 60 grados si solo planeas salir tú en la llamada. Si además quieres que se vea tu entorno o planeas incluir a más participantes probablemente debas irte a una webcam que tenga de 90 a 110 grados de campo de visión. Las lentes de estas cámaras suelen ser de plástico pero algunos modelos tienen lentes de cristal, de más calidad, a veces certificadas por fabricantes de rancio abolengo como Karl Zeiss.

¿Eso es todo? No, para nada. Acabamos de empezar. Comprueba si la cámara que vas a comprar tiene funcion de autoenfoque, y si detecta movimiento o tu cara. Algunas cámaras cuentan con funciones de IA para reconocer el rostro del usuario y seguirlo de manera que siempre esté bien enfocado. Las orejas de gato por software son opcionales. Otras perlas típicas de las cámaras de los móviles son asimismo deseables, como el HDR.

En materia de sonido, comprueba el número de micrófonos, si son omnidireccionales y si cuentan con cancelación de ruido. Si te dedicas a crear contenidos para internet probablemente ya hayas considerado comprar un micrófono de mesa como dios manda, pero por ahora nos vale con que la webcam esté bien cubierta en este apartado.

Foto: Logitech Wave Keys. (Carlos Martínez)

Otro apartado importante es el del software. Esto no siempre es fácil de comprobar simplemente mirando la caja, pero la mayor parte de los fabricantes ofrecen sus apps de cámara en sus páginas web. Si tienes curiosidad puedes descargar ese software e instalarlo para comprobar cuáles son las opciones disponibles. En este mismo sentido es importante que te asegures de que la webcam es compatible no solo con tu PC (comprueba los requisitos técnicos), sino también con todas las aplicaciones que vas a usar. Las buenas webcam cuentan con las certificaciones oficiales para usarlas con Zoom o Microsoft Teams, pero tambien para que soporten sistemas de seguridad biométrica como el de Windows Hello.

Una cuestión paralela a la de los certificados es el formato de compresión de vídeo. Esto es algo que probablemente solo te interese si vas a grabarte con la webcam para luego editar el vídeo, pero lo ideal es que la webcam sea capad de comprimir vídeo en H.264, que es uno de los estándares más universales.

Algunas ideas para mejorar tu imagen

Cerramos este repaso con los extras. ¿Tiene la webcam que estás mirando algún sistema fisico para tapar la lente cuando no la uses? ¿Cómo de orientable su base? Otro tema que a menudo se pasa por alto es la iluminación. Hay cámaras que traen integrados pequeños anillos de luz LED que ayudan mucho a iluminarnos la cara cuando las luces de la habitación no son muy buenas. Sabido todo esto, es hora de hecer un repaso por las mejores webcam que hemos sido capaces de encontrar. Todas ellas ganan por goleada a las cámaras integradas, y son igualmente buenas para una llamada de zoom con el jefe o para hacer un directo jugando a tu videojuego favorito.

Modo macro extremo
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Para encuentros cercanos
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Quizá no sea la mejor cámara para streaming porque solo graba a 30fps y su campo de visión es de 72,9 grados, pero tiene algo muy llamativo: un zoom óptico de 15 aumentos unido a un módulo macro que permite grabar en tomas muy cercanas al objeto. Su resolución de 3.264 x 2.448 píxeles la hace muy interesante para los streamers que precisen mostrar documentos u objetos pequeños de cerca. También cuenta con algo poco común en las webcam: un mando a distancia de mesa. Eso sí, su precio no es barato. Cuesta 278 euros.

4K en modo juego
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Para streamers
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La cámara definitiva para streamers viene de un fabricante con amplia experiencia en periféricos para videojuegos. La Kiyo Pro Ultra es muy grande por un buen motivo: su sensor (un Sony IMX327) es enorme. Eso la permite grabar en 4K a 30fps o en 1080p a 60fps. Cuenta con UltraHDR y comprime vídeo en H.264. Cuesta 350 euros, pero existe una versión que sacrifica el 4K a cambio de un generoso descuento: 100 euros.

Buena para todo
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La todoterreno
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La MX Brio 4K Ultra es una todoterreno de alta gama para el usuario común. Graba en 4K a 30fps o en 1080p a 60fps y su ángulo de visión va desde los 60 a los 90 grados. Además dispone de un sistema de enfoque asistido por infrarrojos (para funcionar en malas condicones de luz) y por IA. Por supuesto, cuenta con dos micrófonos con cancelación de ruido y tapa para mayor privacidad. Esstá certificada para Zoom, Microsoft Teams, Chromebook, Google Meet, Streamlabs y Windows Hello. Cuesta 177 euros ahora mismo.

Con gimball
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Muy profesional
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Aunque la marca no te suene, se cuenta entre las mejores marcas de webcams de alta gama. La Tiny 2 no hace precisamente honor a su nombre porque es bastante grande. Sin embargo, su sensor CMOS de 50MP la permite hacer streaming en 4K con una claridad estupenda. Está montada sobre un gimball motorizado que la permite girar 360 grados y bascular en ángulo. Además cuenta con zoom de cuatro aumentos. La mejor parte es que tanto el zoom como el enfoque son automáticos y estan controlados por IA. El usuario puede manejar la Tiny 2 medianet gestos o por comendos de voz. Su precio es de 369 euros. si te parece caro deberías conocer su versión profesional, la Obsbot Tail Air, que cuesta 639 euros.

4K y autoenfoque por IA
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Precio equilibrado
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Conocemos a Anker por baterías y cargadores, pero hay pocos sectores en los que este fabricante no se atreva a entrar, y con la AnkerWork ha hecho un trabajo muy bueno. Hablamos de una cámara 4K a 30fps (1080p a 60fps) con autoenfoque por IA, micrófonos con cancelación de ruido, tapa para privacidad y un software de control muy completo. Cuesta 80 euros.

4K a buen precio
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La más aseuible
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Esta lista no podía cerrarse sin una cámara buena, bonita y barata, y nuestra elección es la Live! de Creative. No solo graba en 4K a 25fps (o 1080p a 40fps) y dispone de modo en baja luz. Además cuenta con dos micrófonos omnidireccionales con cancelación de ruido, tapa para privacidad y 95 grados de campo de visión. Todo ello a un precio ajustadísimo de 49 euros.

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La webcam ha sido una rareza en muchos hogares durante décadas. Entonces llegó la pandemia, y las videolamadas se convirtieron en algo habitual en reuniones de trabajo y hasta de ocio. Por fortuna, raro era el hogar que no tenía ordenador portátil para cuando llegó el covid-19, así que el hardware necesario para asistir a clase de yoga por zoom ya estaba allí. El cambio para mí llegó el día me vi forzado a buscar una webcam externa para el PC de sobremesa. Fué toda una epifanía. Desde entonces no concibo usar la cámara integrada que viene con el portátil. No importa la marca del portátil o la calidad de la cámara. Una externa (una buena) siempre le va a dar mil vueltas.

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