El de los problemas de oído es un negocio que Apple quiere reventar por donde no esperabas
Los AirPods Pro 2, lanzados hace un año, ahora también son audífonos de grado clínico. Los expertos coinciden en señalar, con cautela, que es un lanzamiento que puede ayudar a solventar los principales problemas de estos dispositivos
Aunque los iPhone 16 fueron los grandes protagonistas en la presentación de producto que Apple celebró en Cupertino, la nueva hornada del teléfono más famoso del planeta no fue lo más impactante que se mostró sobre el escenario. En realidad, ese honor no recae en ninguno de los nuevos dispositivos que se sacaron de la chistera. Ni en el nuevo y finísimo reloj con el que la compañía quiere celebrar la década del Apple Watch, ni en ninguno de los auriculares de nuevo cuño que llegarán en unos pocos días a las tiendas, ni tan siquiera en una inteligencia artificial que echará a andar primero en EEUU para, progresivamente, con el paso del tiempo, llegar a nuevos países y hablar nuevos idiomas.
El producto que consiguió ese efecto ‘wow’ en los círculos y mentideros especializados fue uno lanzado hace un año: los AirPods Pro de segunda generación. La compañía anunció que, a través de una actualización, estos cascos iban a recibir nuevas capacidades, como, por ejemplo, la de poder rechazar o aceptar llamadas simplemente haciendo un gesto afirmativo o negativo con la cabeza. Pero lo más sorprendente es que esa puesta a punto de software iba a servir para convertirlos en audífonos de grado clínico.
Aunque durante la keynote no se atrevieron a dar fecha concreta más allá de hablar genéricamente del otoño, el pasado viernes la Administración de Alimentos y Medicamentos, más conocida por sus siglas en inglés (FDA), dio su bendición y luz verde para activarlo y empezar a desplegar estas funciones en el mercado estadounidense. Se comercializarán como audífonos clínicos de venta libre. Algo impensable hace tan solo dos años, cuando para comprar un dispositivo para problemas de oído hacía falta un diagnóstico y una receta. Eso derivaba en que acceder a uno de ellos se convertía en un trámite muy costoso.
“La pérdida de audición es un problema de salud significativo que impacta a millones de estadounidenses”, aseguró Michelle Tarver, directora del departamento de la FDA dedicado a dispositivos y salud radiológica. Los californianos tienen una ambiciosa hoja de ruta para lanzar estas funcionalidades en otras partes del mundo.
De esta manera, la compañía asalta un lucrativo mercado, el de los audífonos, que tradicionalmente se ha caracterizado por el enorme desembolso necesario para hacerse con uno de estos dispositivos, o dos, en el caso de que los problemas auditivos afecten a ambos oídos. Es el caso de Cristina, que lleva dos audífonos desde 2020. “Tuve que pagar 3.419 euros, porque había una oferta de que el segundo era gratis. Si no, me hubiese costado más de 7.500 euros”, comenta a este periódico. “Son costosos, pero como no hay otra opción viable y me dan independencia, pues no hay más que pensar”. Ignacio lleva usándolos desde hace más de diez años. “Los renuevo cada 5 o 6 años. La última vez gasté 3.000 euros”, explica. “Siempre me ha parecido caro”.
El precio de los audífonos varía mucho dependiendo de su potencia, sus características físicas, su diseño… Sin embargo, webs especializadas sitúan el coste medio en unos 1.500 euros. Su alto coste ha sido motivo de queja entre asociaciones de mayores y otros colectivos con discapacidad auditivas, que han criticado la disparidad de criterios en la concesión de ayudas dependiendo la comunidad o la región donde se resida, además de criticar que muchas veces no ayudan a cubrir el alto coste.
Cabe recordar que el precio oficial de los AirPods Pro es de 249 euros, pero ya se pueden encontrar con descuentos en diversas páginas de internet. Es decir, la empresa a la que se le suele echar en cara el alto coste de sus dispositivos quiere ahora irrumpir como una opción económica en este ámbito. ¿Por qué son tan caros estos aparatos? Las compañías especializadas suelen escudarse en la investigación, el desarrollo, el diseño, los materiales, así como en el servicio que se suele prestar en lo que se refiere a mantenimiento, revisiones y cambios de piezas. Es cierto que compiten en ligas completamente distintas: un audífono clínico solo va a ser adquirido por personas con problemas de audición, mientras que los AirPods son un producto de consumo masivo.
A pesar de lo prohibitivo de su precio, las cifras de ventas no han parado de crecer en los últimos años. Según ANFIA, una especie de patronal de vendedores e importadores de audífonos, el pasado año se vendieron en España un total de 405.612 aparatos de este tipo, lo que supone un 6,4% de aumento respecto al anterior ejercicio. El crecimiento acumulado de 2024 es del 24%. “Un audífono clínico es una inversión importante”, afirma el doctor Luis Lassaletta, jefe de sección del servicio de otorrinolaringología del hospital de La Paz y presidente de la comisión de Otología de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello. “Ese, el precio, es uno de los principales problemas que enfrentan quienes tienen que utilizar un dispositivo así para algún problema de audición”.
“La noticia de los AirPods me impactó un montón. Hay que ver qué recorrido tiene, pero es un punto de partida interesante”, explica este experto, que recuerda que esta nueva función de los AirPods está pensada para gente que sufre problemas parciales. Precisamente, los 118 sujetos que participaron en el estudio clínico que sirvió para que la FDA diese su autorización tenían pérdidas de audición que se podrían considerar entre leves y moderadas.
En España solo 4 de cada 10 personas con problemas auditivos recurre a un audífono
“Para una pérdida de audición grave o severa necesitaríamos un audífono muy potente o incluso un implante coclear, lo que ya dispara el coste hasta los 20.000 o 25.000 euros”, comenta Lassaletta. “Creo que pueden ser una competencia importante para los fabricantes de dispositivos orientados a quienes tienen hipoacusia, que es como se llama este tipo de pérdida auditiva”.
Ni cancelación de ruido ni modo transparencia
¿Cómo funciona la actualización de los AirPods Pro que los convierte en audífonos de grado clínico? En realidad, esta función se incluye en un paquete mucho más grande de protección auditiva. Por ejemplo, estos auriculares son capaces de rastrear los sonidos que nos rodean hasta 48.000 veces por segundo con el fin de reducir activamente los ruidos más fuertes y molestos en tiempo real. No hay que confundirlo con la cancelación de ruido activa, ya que esta protección está pensada para funcionar en todas las vías de escucha. ¿Por qué solo se puede con los AirPods Pro de segunda generación y no con los originales? Porque estos auriculares están equipados con el chip H2, necesario para poder ejecutar estos procesos.
De la misma manera que van a poder amortiguar ruidos dañinos o molestos, también van a poder potenciar sonidos específicos en tiempo real. El usuario podrá escoger si quiere potenciar las voces, el sonido ambiente (para ser consciente del tráfico) u otro. Incluso, explica la compañía, será posible destacar a ciertos interlocutores en una llamada o un instrumento concreto en un concierto. En Apple están convencidos de que estos aspectos harán que cualquier persona eche mano de estas herramientas.
“Está estudiado que hay personas que, sin tener pérdidas de audición, tienen dificultades para mantener una conversación en entornos muy ruidosos, pero nunca han pensado en usar algo así”, explica el facultativo de La Paz. Incluso, comenta que hay personas con pérdidas de audición que descartan recurrir a un aparato especializado. ¿La razón? El estigma social. “Hay muchísimo rechazo. Es algo que ocurre en todos los países, pero en España es todavía mucho más acentuado. No hay semana que no lo vea en consulta”, relata este especialista, quien añade que cree que algo tan familiar como el diseño de los AirPods (y otros auriculares que en el futuro sigan este camino) puede “ayudar a superar esta barrera”. “Esta solución puede hacer, incluso, que pacientes con afecciones leves que se conformarían con seguir como están, no lo hagan”. Según el informe Eurotrack, de cada diez personas que reconocen tener estos problemas, solo 4 recurren a un audífono, una tasa menor a la de otros países.
Diagnóstico en casa
Para saber si tenemos algún tipo de pérdida, los AirPods Pro 2 cuentan con un test inspirado en la audiometría de tonos puros. Quizás ese nombre no les suene, pero es probable que se hayan enfrentado a esta prueba en más de una ocasión. Se suele realizar en un habitáculo aislado acústicamente. El paciente, equipado con unos auriculares, tendrá que detectar sonidos en diferentes frecuencias. En el momento que lo escucha debe levantar la mano del lado en el que lo detecta. El funcionamiento es similar, con la diferencia de que el técnico que hace la prueba se sustituye por una aplicación que nos pide pulsar la pantalla cuando se escuche el pitido.
Obviamente, esta prueba se puede realizar en casa o en la oficina; el único requisito es que la estancia esté tranquila. “Es difícil recrear las condiciones de una de las salas que se utilizan en un centro médico”, apunta Lassaletta. Los datos se almacenan en la app de Salud del iPhone para que se puedan compartir fácilmente con el médico. De forma inversa, si tenemos los datos de una audiometría, el usuario puede introducirlos para que el sistema se ajuste a sus necesidades. “La propuesta es interesante en el sentido de que se puede usar en casa y ver si hay signos de un problema de audición y consultar a un profesional. Obviamente, no va a sustituir al criterio y la evaluación médica, pero puede servir para descubrir casos que de otra manera no se diagnosticarían”.
Aunque los iPhone 16 fueron los grandes protagonistas en la presentación de producto que Apple celebró en Cupertino, la nueva hornada del teléfono más famoso del planeta no fue lo más impactante que se mostró sobre el escenario. En realidad, ese honor no recae en ninguno de los nuevos dispositivos que se sacaron de la chistera. Ni en el nuevo y finísimo reloj con el que la compañía quiere celebrar la década del Apple Watch, ni en ninguno de los auriculares de nuevo cuño que llegarán en unos pocos días a las tiendas, ni tan siquiera en una inteligencia artificial que echará a andar primero en EEUU para, progresivamente, con el paso del tiempo, llegar a nuevos países y hablar nuevos idiomas.
- Metí esta Roomba china en casa y hace de todo: solo le falta subir escaleras (y no está tan lejos) M. Mcloughlin
- Chapa, pintura y 5 botones: por qué el iPhone 16 sabe a poco por ahora y a Apple le va a dar igual M. Mcloughlin
- Lo que Pedro Sánchez no habló con Xi Jinping: los Amazon chinos están desatados M. Mcloughlin