Lo que Pedro Sánchez no habló con Xi Jinping: los Amazon chinos están desatados
El auge de Shein, Temu y Aliexpress pone el sector del comercio digital patas arriba y desata el nerviosismo en Bruselas. Además, algunos expertos alertan de que estas plataformas están devorando el negocio de la carga aérea
En las visitas de Estado, en muchas ocasiones, los dirigentes suelen agasajar al anfitrión con algún obsequio representativo de la historia o de la cultura de su país. En la visita que ha hecho a China esta semana, Pedro Sánchez regaló a Xi Jinping un capote en forma de cambio de opinión.
El presidente afirmó que había que repensar el muro arancelario que Bruselas ha levantado para frenar el avance de los coches eléctricos chinos, algo que no sentó del todo bien entre algunos de sus colegas continentales. Lo que perseguía era matar dos pájaros de un tiro. Por una parte, ganar puntos como interlocutor en esta parte del mundo. Por otra, pretendía que Pekín aflojase el castigo que había impuesto, como respuesta a esta medida, al sector porcino español.
El de los automóviles eléctricos es el último roce que parece haber surgido entre los países occidentales y la segunda economía del mundo. Aunque haya sido la UE la protagonista en esta ocasión, lo cierto es que el asunto ha entrado también en la agenda pública de EEUU de la mano de Elon Musk, CEO de Tesla, que ha pedido en varias ocasiones abordar este asunto.
"Si no se establecen barreras comerciales, demolerán a la mayoría de las compañías de automóviles en el mundo. Son extremadamente buenos", afirmó el también propietario de la red social antes conocida como Twitter, en una declaración que sorprendió al provenir de quien es considerado uno de los grandes adalides del turbocapitalismo. Pero esta batalla no es la única que ha desatado el avance de la industria tecnológica de China.
La revolución de 'comprar como un millonario'
Hay una larga lista, con casos especialmente conocidos como el veto a Huawei o el cordón sanitario levantado desde Washington con el fin de que la potencia asiática no acceda a los chips de vanguardia que le permitan liderar la carrera de la IA o militar. Pero hay otras que han pasado bajo el radar, mucho más desapercibidas, como la del comercio electrónico.
El fulgurante éxito de Temu y Shein ha encendido algunas alarmas en Bruselas, que quieren poner fin ahora a uno de los trucos que han utilizado estas empresas para acelerar su conquista del mercado europeo: la ausencia de tasas aduaneras a los paquetes que tuviesen un valor de menos de 150 euros.
Eso ha permitido que durante mucho tiempo estas y otras empresas enviasen compras directamente desde China hasta el usuario a un coste mucho menor. Fue el Financial Times el que levantó la liebre y desveló que la Comisión lleva un tiempo planteándose terminar con esta exención. El rotativo británico explicó que lo que perseguía esta medida era poner freno a la proliferación e importación de productos de baja calidad, que no cumplen con los estándares europeos, distribuidos a través de Shein, Temu o AliExpress. Las instituciones comunitarias calculan que solo en 2023 se importaron desde fuera del bloque comunitario dos mil trescientos millones de productos cuyo valor estaba por debajo de los 150 euros. Envíos que no dejan apenas valor en la economía europea.
Pero los funcionarios y técnicos de Bruselas no son los únicos que han movido ficha en este escenario. Amazon pretende desplegar, al menos en Estados Unidos, una sección que incluya productos baratos enviados directamente desde China a un precio mucho más bajo.
La contrapartida serían plazos de envíos más dilatados, nada de envío en unas pocas horas o una jornada, una de las cosas que consagró a los de Seattle como reyes del comercio electrónico en medio mundo. El plan fue desvelado por The Information, que, basándose en lo que le contaron fuentes conocedoras, explicó que era un movimiento defensivo para intentar atar en corto a sus nuevos contendientes.
"Esto no solo es exclusivo de Estados Unidos. Desde antes de este verano ya hemos visto cómo han abierto su plataforma a terceros con el fin de incorporar a su oferta esos productos más baratos, para atraer a ese tipo de usuario que suele además hacer compras con una frecuencia más alta que la habitual", explica Cristóbal Álvarez, director general de la agencia Social&Cons y experto, entre otras materias, en e-commerce. "Es algo que preocupa mucho a todos, tanto a los marketplaces ya consolidados como a los vendedores que están en esas plataformas más clásicas. Todos están reaccionando".
Los daños no solo los han experimentado compañías occidentales. Quizá hayan oído hablar de Miravia. Se trata de una tienda en línea que creó el gigante chino Alibaba, propietaria también de AliExpress. La intención era vender productos de mayor calidad y precio en países como España. "Tenían un problema de marca en ciertas categorías y así conseguían no descolgarse de apartados claves para el comercio en línea como la electrónica de consumo", explican fuentes del sector, que hacen hincapié en que desde el principio "todos los esfuerzos" fueron muy focalizados en esto. Pero Miravia también ha sido víctima del fuego amigo y ha empezado a utilizar promociones agresivas con productos para el hogar a precios muy bajos.
Respuesta similar a la que se dio a TikTok
"Es una reacción similar a la que ya vimos en las plataformas de contenido cuando TikTok empezó a crecer de manera tan pronunciada", recuerda Álvarez, quien pone el acento en lo "agresiva" que resulta, comercialmente hablando, la estrategia de Temu, compañía propiedad del gigante chino Pinduoduo, que se anunció con el reclamo de "Compra como un millonario".
"Una de las patas es la enorme inversión publicitaria que hacen. Solo en Meta, Temu gasta 1.200 millones anualmente, a lo que hay que sumar acciones como aparecer dos veces en la Super Bowl", resume este experto. La otra pata son los "largos plazos" que tienen para recuperar la inversión que hacen para captar a los usuarios. "En algunos casos, no lo amortizan hasta pasados seis u ocho meses. Hacen promociones muy agresivas, aunque eso suponga ir a pérdidas en las primeras compras. Eso ha desatado una guerra de precios bajos".
A todo esto hay que sumar un tercer factor: los proveedores que utilizan en países con menores costes, peores condiciones laborales y menores exigencias que los que están ubicados en la UE o en su órbita de influencia. Abrir su web a terceros es algo que Amazon ha tenido que hacer desde hace muchos años. La orientación de la compañía es la de convertirse en el lugar donde encontrar de todo.
Desde libros hasta electrónica, pasando por frescos, muebles y, ahora, esos productos baratos que han encumbrado a sus nuevos rivales. El problema de esto es que ellos no pueden gestionar todo, y por eso abrieron su plataforma a vendedores que pueden gestionar ellos mismos el envío. Ahora hay un reto añadido: hacer lo mismo con mercancía barata enviada, por ejemplo, desde China obliga a multiplicar los recursos necesarios para la detección de productos falsos, algo que ya supone un gasto de cientos de millones anualmente, así como múltiples empleados.
Álvarez advierte, además, que los nuevos e-commerce chinos también están haciendo cambios en su forma de funcionar para redoblar su apuesta. "Están desarrollando músculo logístico de proximidad para competir en lo que se refiere a tiempos", detalla. En el corredor del Henares, en los últimos meses, se han establecido centros logísticos que han subcontratado estas compañías. "Tanto Temu como Shein, e incluso TikTok, que ahora pretende lanzar sus tiendas en Europa y EE UU, están haciendo importantes inversiones en almacenes. Además, han hecho justo lo contrario que Amazon y otros marketplaces: abrirse a vendedores europeos. Todo esto no va a hacer más que recrudecer esta pelea por el comercio en línea", afirma, al tiempo que augura que si finalmente la UE cambia el tema de las aduanas, cree que eso dará pie a múltiples estrategias creativas para esquivar este problema. "Puede haber fraccionamiento de envíos, declarar menos valor…", afirma.
Carga aérea: ¿exceso de equipaje?
Hay una tercera derivada de la popularidad de estas plataformas: el transporte aéreo de mercancías. IATA, una especie de patronal de este gremio, aseguró que el pasado mes de julio la demanda, medida en toneladas-kilómetros de carga, creció un 13,6% frente al mismo periodo de 2023. Se trata del octavo mes consecutivo de crecimiento interanual de dos dígitos, con "niveles", destaca la asociación, que alcanzan "cotas no vistas desde los picos récords de 2021", cuando la pandemia disparó las compras por internet.
La capacidad de carga disponible (tanto en aviones de carga dedicados como en las bodegas de aviones comerciales) creció, pero no al mismo ritmo. "Si esto sigue así en Black Friday y la campaña navideña, podemos encontrarnos con problemas de saturación", explica Diego Carbajosa, director del máster de Supply Chain en ThePower y fundador de la consultora de logística Nukloo. "No hablamos de camiones, hablamos de aviones. Y eso tarda mucho más en prepararse". Eso es lo que empujó a Amazon, por ejemplo, a desarrollar su propia flota de aviones de carga.
Carbajosa señala que tanto Temu, Shein como AliExpress son los principales responsables de que la demanda de carga aérea en España haya aumentado en la primera mitad del año aproximadamente un 18%, según datos recogidos por Aena. "Son ellos los que hacen principalmente envíos directos desde China", asevera. La mayoría de estos envíos "point to point" se realizan en vuelos comerciales que llegan principalmente a Madrid y en menor medida a Barcelona. Este experto pone el acento, además, en que, a diferencia de otros sectores, estos envíos de e-commerce suelen ser más voluminosos. "Es mercancía poco densa, entonces consume más espacio y reduce capacidad", añade Carbajosa. "Aquí están jugando al low cost y entonces eso no repercutirá en el usuario. Probablemente, salga de los márgenes de la empresa. Pero hay otros clientes como farmacia o alimentación que sí pueden tener que aumentar los precios para compensar ese sobrecoste del transporte de mercancías".
En las visitas de Estado, en muchas ocasiones, los dirigentes suelen agasajar al anfitrión con algún obsequio representativo de la historia o de la cultura de su país. En la visita que ha hecho a China esta semana, Pedro Sánchez regaló a Xi Jinping un capote en forma de cambio de opinión.
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