Un mes con el móvil de moda que ha hecho que dejar el iPhone ya no sea un trauma
Google se corona con el Pixel 9 y los Pixel 9 Pro, que probablemente sean los mejores Android del año. Lo ha conseguido ofreciendo la experiencia más parecida a Apple. La cámara repite como lo mejor y la IA como nuevo gancho
Cuando los Pixel 9 dieron por fin la cara el pasado mes de agosto, una de las cosas a las que más punta se sacó fue su diseño. Concretamente, a su silueta. Una silueta que ha sido rediseñada haciendo que los cantos sean planos y no curvos, un cambio que ayuda a multiplicar por dos la resistencia frente a golpes y caídas. Una silueta que es calcada a la de los iPhone. No es ni la primera ni la única vez que ocurre esto en la industria, aunque probablemente sea una de las ocasiones más exageradas. No tiene mucho sentido darle más vueltas a este debate.
Los teléfonos de Google siguen teniendo una identidad bastante única, lograda en gran parte por su paleta de colores y su enorme y característico módulo de cámara. Sí, los Pixel 9 son lo más parecido al iPhone que puedes encontrar a día de hoy. Pero no solo por ese calco en los laterales. Después de un mes saltando entre los tres modelos (Pixel 9, Pixel 9 Pro y Pixel 9 Pro XL) y probándolos a fondo, creo que son los primeros terminales Android capaces de ofrecer una experiencia similar, incluso mejor en algún punto, a la que ofrecen los teléfonos de la manzana. Es cierto que hay letra pequeña en esta afirmación, pero me atrevo a decir que un usuario algo desencantado con su iPhone, por lo que sea, puede dar el salto a este dispositivo sin sufrir ninguno de los traumas asociados a cambiar iOS por Android.
La cámara y la experiencia de un sistema operativo limpio siguen siendo el tótem de una propuesta cada vez más redonda, pero ahora hay más cera en la vela, más argumentos que vender. La autonomía y la pantalla son dos de ellos. Pero al que más visibilidad están dándole es a la inteligencia artificial, que nuevamente empapa estos dispositivos hasta las trancas.
Si quiere conocer lo mejor y lo peor de mi experiencia, siga leyendo. También para saber qué Pixel encaja más con lo que busca y, sobre todo, con su bolsillo. Desde hace tres generaciones, había dos tipos de móviles de Google de gama: los Pixel normales y los Pixel Pro. Estos últimos se caracterizaban por tener mejor pantalla, más RAM, un sensor adicional en la cámara principal y un tamaño más grande. Con los Pixel 9 se siguen manteniendo esas dos clasificaciones, aunque se añade una nueva versión en los Pro, del mismo tamaño que el Pixel 9.
Nuevo tamaño y nuevo aspecto
Por tanto, tenemos ahora un smartphone estándar y otro premium de 6,3 pulgadas y un smartphone premium de casi 6,8 pulgadas. Una estrategia similar a la que Apple seguía hasta que entró en juego el modelo Plus. Particularmente, me parece un acierto, porque tanto el Pixel 7 como el Pixel 6 habían conseguido lucir un cuerpo que era muy cómodo en la mano. Pero si se optaba por ese tamaño había que renunciar a las prestaciones del Pro.
Aunque el diseño bebe de la misma fuente, lo cierto es que tiene diferencias sutiles. Construidos ambos con Gorilla Glass Victus 2 (el cristal templado más resistente del mercado, a lo que se suma la certificación IP68), el modelo más modesto tiene un toque glossy, mientras que los de más quilates tienen un acabado satinado. Estas diferencias también se extienden a los marcos, siendo los Pro de aluminio pulido, mientras que el modelo estándar tiene un marco de aluminio mate.
Los bordes de la pantalla delantera, aunque no es fácilmente perceptible, son ligeramente más gruesos. La paleta de colores también es diferente. En definitiva, pequeños retoques que buscan establecer una frontera visual entre las diferentes categorías de producto. Como digo, los Pixel siguen teniendo una personalidad propia y fresca dentro de un mercado que muchas veces cae en tendencias clónicas y repetitivas, salvo honrosas excepciones como las de Nothing.
Esa identidad se mantiene en los Pixel 9, a pesar del calco de los bordes del iPhone, gracias principalmente al enorme módulo de cámara. Y después de años picando piedra, un diseño que empieza a ser reconocido por los usuarios de a pie, no únicamente por los intensos de la tecnología. Esto puede parecer algo anecdótico, pero es una de las cosas que ayudaron a la consolidación del fenómeno iPhone.
Pantalla pata negra
Una vez hemos pasado revista al fuselaje, hay que hablar de uno de los puntos más fuertes de los Pixel 9 Pro: la pantalla. Un componente que ofrece una calidad y un rendimiento que le sitúan en el top a día de hoy. Obviamente, si se viene de un terminal de 2023 o de 2022, el salto no resulta tan notable, pero alguien que venga de un móvil que compró hace 3 o 4 años (la media que se tarda en renovarlo) sí que lo notará.
Se trata de un panel OLED LPTO con una resolución de 1280 por 2856 píxeles, hasta 3000 nits de brillo y una tasa de refresco que va desde 120 Hz hasta 1 Hz. He probado muchos terminales este año y este es uno de los que más destacan en este apartado, desde el punto de vista del color y el brillo.
En este último punto, una persona que venga de un terminal de hace dos o tres años va a notar, y mucho, la diferencia. Creo que tanto el Pixel 9 Pro como el Pro XL son los rivales a batir a día de hoy. Habrá que ver qué se saca Apple de la chistera con los iPhone 16.
El Pixel 9 tiene un panel algo más modesto. Aunque es un panel OLED, pierde la naturaleza LPTO, lo que significa que solo puede variar entre 60 Hz y 120 Hz de tasa de refresco de pantalla. No es una gran pérdida, pero teniendo en cuenta que este terminal aspira a venderse por casi 900 euros (ese es su precio de salida sin promociones), quizá sí se le podría exigir este extremo. Si a los de la manzana se les critica que hagan algo prácticamente idéntico con los modelos estándar, aquí también hay que hacerlo. El brillo no es, sobre el papel, tan espectacular como el de sus hermanos de mayor solera, pero con un tope de hasta 2700 nits, es más que suficiente para tener una buena experiencia. Los colores se sienten bien calibrados y muy vivos. La resolución se queda en 1080 x 2424 píxeles.
Bajo la pantalla se encuentra un nuevo tipo de lector de huellas que entierra de una vez por todas los problemas que históricamente han arrastrado en este punto. Funciona a las mil maravillas. Los que prefieran el reconocimiento facial también tienen la opción, y lo cierto es que es sencillo de configurar y responde bastante rápido. No quiero decir que aquí la compañía merezca un aplauso; ha hecho lo que se esperaba en este apartado y cumple con lo que tiene que cumplir. Un último apunte para el audio. Como ya ocurrió con los Pixel 8, los altavoces estéreo son potentes y ofrecen un sonido claro y nítido.
Sala de máquinas: Tensor G4 y raudales de RAM
También hay novedades bajo el capó, y tienen que ver con esa carrera que han emprendido diferentes fabricantes de todo signo y bandera por conseguir el móvil más inteligente posible. Antes de entrar a hablar en detalle del Tensor G4, el procesador diseñado por Google para sus terminales y uno de sus grandes caballos de batalla, hablemos de la memoria RAM. Los Pixel 9 han recibido una dosis extra. El modelo base monta 12 GB, mientras que los Pro suben la apuesta hasta los 16 GB. El motivo de este derroche no es otro que tener pulmón suficiente para poder ejecutar las herramientas basadas en IA.
Donde han surgido más críticas en lo que se refiere a las cañerías de los Pixel es en su procesador. El Tensor G4 es la cuarta generación de procesadores diseñados por Google y fabricados por Samsung, y ha sido construido con arquitectura de 4 nanómetros. En la industria de la telefonía móvil estamos acostumbrados a que, cada vez que vemos aparecer un nuevo chip, estos vayan acompañados de grandes titulares sobre la potencia y cómo son capaces de machacar las métricas de sus predecesores y la competencia. Pero eso no ha ocurrido en esta ocasión.
Los benchmarks (esas pruebas de estrés que se hacen a los procesadores para conocer su músculo) salen por detrás de los A Bionic de Apple, así como de los últimos Snapdragon de Qualcomm. Google ha salido al paso de estas acusaciones, diciendo que su sala de máquinas no había sido diseñada para dar la cara en este tipo de ensayos, sino para ser eficiente en el mundo real.
¿Cuál ha sido mi experiencia? Ha sido buena, propia de una gama alta. He podido correr apps en paralelo, jugar, grabar vídeos, editar fotos o vídeos. El nuevo sistema de refrigeración ha evitado que se calentase cuando se le pedían tareas muy exigentes, como podía ocurrir con su predecesor. Por tanto, podemos concluir que la compañía del buscador cumple lo que promete en este punto. El teléfono va rápido, es muy eficiente, y tiene más que músculo suficiente para el tipo de usuario que va a optar por comprar este tipo de dispositivos.
En fuerza bruta, el Tensor G4 está por detrás de sus rivales. A día, ofrece una experiencia de alta gama
De hecho, no estamos ante un móvil que se compre para que en los benchmarks sea el que más destaque, sino para que lo haga en el día a día. En resumen: el Tensor G4 no llega a ser la referencia, pero responde. A eso se suma que, si alguien está planteándose dar el salto, el ecosistema de apps diseñadas para sacar partido al A Bionic sigue estando muy por delante del que existe para estos Pixel.
He podido correr apps en paralelo, jugar, grabar videos y editar fotos o videos. El nuevo sistema de refrigeración ha evitado que se calentase cuando se le pedían tareas muy exigentes, como ocurría con su predecesor. Independientemente de que en fuerza bruta pueda estar por detrás de los rivales que aspira a batir, en el día a día no me ha mostrado carencias, y los procesos los ha gestionado correctamente.
Ese trabajo que han hecho para mejorar la eficiencia se deja notar en la autonomía de los teléfonos. Con los Pro he llegado a superar las 9 horas de pantalla, lo que se ha traducido en casi dos jornadas lejos del enchufe. Con el modelo estándar, la media ha estado entre las 6 y 7 horas, aunque alguna vez he podido "estirar el chicle" superando esa marca. Otra noticia es que se ha mejorado la capacidad de carga rápida, soportando ahora 27 W en el caso de los terminales más compactos y 37 W en el caso del modelo de mayor tamaño. Los de Mountain View, al igual que Apple o Samsung, prefieren mantenerse al margen.
El resultado es que, con el cargador adecuado, se puede recuperar más del 40 % en apenas media hora. La potencia de carga sin cable es de 21 W si se utiliza el Pixel Stand, y de 12 W utilizando otro cargador Qi. También tienen carga inversa para dar un "chute" a dispositivos como auriculares. La lista de especificaciones se completa con NFC, USB tipo C 3.2, Wifi 7, Bluetooth 5.3, tecnología Ultra Wideband y conexión satelital, aunque este último punto todavía no se ha activado en España. Uno de los grandes atractivos de los terminales de Google es el software. Primero, porque la compañía ahora promete siete años de actualizaciones de sistema operativo y seguridad.
El software como atractivo
Esto no significa que lo vayas a utilizar durante todo ese tiempo, pero se puede presuponer que envejecerá mejor y podremos aprovechar mejor la inversión. Hasta hace dos telediarios, los iPhone eran los únicos que soportaban bien el paso del tiempo, y eso permitió a Apple hacerse muy fuerte en el mercado de segunda mano.
Eso es algo que ayuda a convencer a la gente a gastar más dinero en uno de sus terminales, a sabiendas de que luego lo va a poder heredar alguien de la familia o revenderlo y recuperar algo de la inversión. Como esto a día de hoy no es muy posible con los Pixel (y, en general, con pocos Android), lo que ha hecho Google es poner en marcha un ambicioso plan renove, en el que entregando un terminal antiguo puedes obtener varios cientos de euros de descuento.
Más allá de las actualizaciones, hay otras razones que hacen del software una de las mejores cosas de los Pixel. A diferencia de la gran mayoría de fabricantes que utilizan Android, aquí no hay capas de personalización pesadas o llenas de aplicaciones inservibles. Es una experiencia muy limpia y minimalista que, sin embargo, tiene muchas posibilidades de personalización y adaptación a tus gustos.
Con el paso de los años, se ha ido refinando en múltiples aspectos y funciones, y creo que han llegado al punto de poder ofrecer algo tan minimalista y simple como lo que consagró a iOS en su momento, sin perder las capacidades de personalización y libertad que han caracterizado a Android. Aunque sigue habiendo diferencias de fondo importantes, creo que en lo estético y la usabilidad, ambos sistemas operativos cada vez se parecen más. Por eso creo, sinceramente, que la experiencia de pasar de una plataforma a otra, salvo los trámites de portar y migrar archivos y contactos, no va a suponer ningún trauma.
A esto hay que añadir el esfuerzo que ha hecho Google por mejorar algunas aplicaciones y hacerlas diferenciales, como puede ser la grabadora de los Pixel o la nueva app del Tiempo, que es una auténtica joya exclusiva de estos teléfonos. Te da el pronóstico, incluye simulaciones de precipitaciones por horas, datos de humedad, visibilidad, viento y mucha más información de un vistazo.
A día de hoy, no hay cámara que te permita como esta tener grandes fotos con menos esfuerzo
En la ecuación de los Pixel, la fotografía es uno de sus principales ingredientes. Y el enfoque es muy parecido al de Apple. Además de crear una cámara versátil, ambas compañías siempre han querido que tener buenas fotos, de esas que un usuario jamás conseguiría sacar con una cámara réflex, fuese sencillo.
Es lo que en los círculos se denomina "point and shoot" (apuntar y disparar). En mi opinión, creo que Google se ha coronado como el rey después de años apostando por la fotografía computacional, esa tecnología que es capaz de procesar las fotos para rescatar detalles cuando la luz escasea o para conseguir que una toma algo borrosa se convierta en una imagen nítida en unos pocos segundos.
No hay móvil a día de hoy que te permita sacar fotos así con tan poco esfuerzo. Si tienes curiosidad, Google, también dispones de un modo profesional que te deja coquetear con diferentes parámetros.
El reparto de cámaras y sensores sigue el esquema de años anteriores. Los modelos Pro cuentan con una configuración de triple lente (sensor principal, telefoto, ultra gran angular), mientras que el Pixel estándar se queda solo con el sensor principal y el ultra gran angular. Esta última pieza, el ultra gran angular, ha recibido grandes mejoras, con una nueva configuración que rinde bastante mejor en condiciones de poca luz.
En el caso de los Pro, contamos con un zoom periscópico que nos dará hasta 5 aumentos ópticos y hasta 30 de forma digital. Particularmente, he preferido exprimirlo hasta los 10 o 12 aumentos, ya que es cuando se empieza a notar el ruido. Eso sí, he de confesar que lo del x30 me ha venido bien para leer algún cartel o menú de un bar cuando me he olvidado las gafas, algo que ocurre más a menudo de lo que debería. Los Pixel 9 a secas no tienen telefoto, sino un zoom digital de hasta 8 aumentos. Sin embargo, la resolución de su sensor principal hace que se puedan obtener fotografías con dos o tres aumentos de calidad óptica, a pesar de haber sido realizadas digitalmente. Es una apuesta idéntica a la que Apple mantiene con su catálogo.
El desempeño es excepcional en líneas generales. El modo noche (que ahora se extiende al modo panorámico) sigue sorprendiendo por cómo rescata detalles y texturas. Los colores se sienten vivos pero muy realistas. Los retratos quedan muy logrados. Y así un largo etcétera.
En el apartado del selfie, el modelo Pro ha hecho los deberes con un nuevo sensor de 50 megapíxeles y mayor apertura que sus predecesores. Esto era necesario, ya que hasta ahora el teléfono estaba un par de pasos por detrás de sus competidores, por mucha magia que hiciese la fotografía computacional. El modelo estándar se queda con una pieza de 10,5 megapíxeles de resolución.
En video, ambos teléfonos pueden grabar hasta en 4K a 60 fotogramas por segundo, pero los modelos Pro pueden hacer uso de Video Boost, una función que permite cargar los clips en los servidores de Google para escalarlos hasta 8K y mejorar los detalles y el color. Esta función ya se estrenó el pasado año, pero ahora funciona bastante mejor en tiempos y efectividad.
El apartado fotográfico y multimedia es uno de los campos donde Google aplica su inteligencia artificial. Los Pixel hacen bandera de esta tecnología, y, aunque todos los fabricantes están metidos en esta "pomada", son de los teléfonos más inteligentes que se pueden adquirir. Eso sí, hay herramientas que resultan súper útiles y otras que, por muy impresionantes que puedan parecer al principio, cuesta aplicarlas de forma regular en el día a día.
IA con sentido común (casi siempre)
En lo que se refiere a la edición de fotos, los Pixel vuelven a ofrecer herramientas que ya vimos el año pasado y que son realmente útiles. El borrador mágico (que elimina objetos, personas o partes de la imagen y reconstruye como si nunca hubiesen estado ahí, ahora mejorado) o "mejor versión" (que permite escoger la mejor cara de cada protagonista de la imagen) son algunas de las más populares. Hay muchas otras, como el editor de audio de video, que ahora no solo permite eliminar voces, viento, música o murmullos, sino también potenciarlos.
Ahora llegan varias herramientas que darán mucho que hablar. La que más promete es que Google por fin ha utilizado la IA no para eliminar a personas que se cuelan en el fondo de la foto, sino para incluir al fotógrafo. La función Inclúyeme permite sacar una foto de grupo o de una pareja, tomar otra foto donde aparece el fotógrafo y combinarlas en una única toma. Seguro que algunos de los que leen estas líneas se sentirán identificados: van a un viaje con familia o amigos y resulta que no salen en ninguna foto de grupo.
La herramienta ofrece una guía de realidad aumentada para que el resultado final sea realista. Eso sí, conviene no dejar todo a la herramienta: antes de tomar la primera imagen, hay que pensar qué hueco va a quedar y tomar alguna referencia en el suelo para que la persona que tomó la foto se coloque en el lugar adecuado, para que el resultado sea natural. Mi consejo es que la persona que sepa controlar la función tome la segunda foto, que es en la que hay que encajar las piezas, para que la imagen final sea mejor.
Reimaginar es otra de las funciones que más ha dado que hablar y que genera una mezcla de sorpresa e inquietud: puedes seleccionar partes de la foto y pedirle que te la convierta en otra cosa. Desayunando en un hotel, le pedí que convirtiese varias de las cosas que tenía en la mesa en cosas sanísimas: de repente, ante mis ojos, apareció una ensalada, pollo a la plancha y salmón a la plancha. Si no se ha visto la imagen original, esa foto daría el pego. Incluso viéndola, hay que utilizar ojo clínico para detectar elementos que la delaten.
La función genera cuatro imágenes. No siempre lo hace de forma muy fina, pero hay muchas ocasiones en que el resultado es espectacular. Google defiende que, de la misma forma que tendemos a exagerar los recuerdos, haciéndolos más graciosos o más bonitos, esto se puede aplicar a las fotos. Ellos lo mostraron añadiendo flores al césped de una imagen que ya era bonita de por sí. ¿Qué necesidad hay? El debate está servido.
La siguiente en la lista es el encuadre automático. Escoges una foto (recuerdo que siempre hay que hacer una copia en la nube) y te ofrece cuatro perspectivas diferentes. Si falta información para hacer un encuadre más abierto, completa la imagen. El rendimiento es similar al de la función anterior. Muchas veces te sorprendes de cómo es capaz de inventarse las zapatillas de alguien que ha salido cortada en la imagen, y otras veces descartas lo que te sugiere. En el sentido de mejorar nuestras imágenes, hay otra herramienta: zoom mejorado. Seleccionas una imagen o una parte de ella, la analiza y te la devuelve con algo menos de ruido y más detalle. No hace milagros, pero puede mejorar un poco algunas tomas.
Pero hay más. Pixel Studio es un generador de imágenes al que puedes pedirle, con un poco de texto, que te genere una ilustración en diversos estilos. En algún momento también llegará la aplicación Capturas de pantalla, que te permitirá consultar información de esas capturas fácilmente gracias a la IA. Disponible en inglés, pude hacer una pequeña prueba durante la presentación del teléfono, y es bastante útil para esos, como yo, que almacenan decenas de capturas y luego se vuelven locos revisando una a una para encontrar lo que quieren.
Los Pixel Pro incluyen doce meses de suscripción a Gemini Advanced, que tiene un coste de 21,99 euros cada 30 días e incluye dos terabytes de almacenamiento en la nube. De esta forma, los usuarios de estos modelos podrán acceder a la versión más avanzada del ChatGPT de Google. ¿Le he sacado provecho? Más de lo que piensan. Y no solo para generar texto, sino también como buscador. He sacado fotos a plantas y le he preguntado sobre los cuidados que necesitan, he consultado por planes o sitios para comer con ciertos requisitos en ciudades que he visitado este verano, y en pocos segundos he tenido sugerencias y un mapa para ver dónde estaban. He preguntado la mejor manera de cocinar determinados ingredientes y he obtenido las instrucciones, y así un largo etcétera.
En lo que se refiere a Gemini Advanced, hay dos novedades bastante singulares. Una de ellas te permite preguntar sobre lo que hay en pantalla. Si estás viendo un video de YouTube y lo haces, te dará un resumen de lo que están contando. Si es un video de una receta, es capaz de sacar hasta los ingredientes que están utilizando.
La otra novedad es Gemini Live. De momento disponible en inglés, es una IA conversacional que te permite escoger entre varias voces y con la que se puede mantener una charla sobre diversos temas. No profundizaremos en exceso en este último asistente (ya hablamos de él tras la presentación) porque todavía no está disponible en castellano, pero particularmente la he utilizado en varias ocasiones para practicar mi inglés, y sorprende la capacidad que tiene para expresarse y entenderte.
La lista de IA es muy larga. Los Pixel 9 pueden transcribir y resumir grabaciones, sino también llamadas, y lo hacen con bastante tino. También te permiten sacar una foto a un cartel de una fiesta o de un concierto y ver si tienes algo en el calendario para esa fecha. La carga ahora es inteligente: si detecta que tienes una alarma puesta, no abusará de la carga rápida, sino que lo hará lentamente para que tengas tu móvil listo a la hora de levantarte, y así preservar la capacidad de la batería.
El combo cámara, diseño y software catapultó al iPhone. Ahora el Pixel lo tiene y hay que sumar IA a raudales
Por cierto, el terminal activará el modo descanso cuando lo enchufes por la noche, poniendo la pantalla en blanco y negro para evitar la luz azul. Son pequeños detalles que cambian la experiencia de usar un móvil. Todas estas cosas se unen a herramientas como la capacidad de reconocer qué canción suena a tu alrededor o 'Rodea para buscar', uno de los mejores inventos de Google de los últimos tiempos y que solo está disponible en los Pixel o en algunos Galaxy. Esta lista seguro que engorda en los próximos meses, no solo con funciones que a día de hoy están en inglés, sino también con las que la compañía desarrollará a lo largo del año y que llegarán a sus dispositivos gracias a los conocidos como Pixel Drops, que es como llaman a sus actualizaciones mensuales.
Por poner en perspectiva, es cierto que algunas de las funciones de los Pixel 9 (Gemini Live o la app de Capturas) todavía están disponibles únicamente en inglés o en EEUU. Pero Google ha ido mucho más rápido que Apple en este sentido. Los de Cupertino presentarán hoy el iPhone 16, cuyo principal reclamo es Apple Intelligence, que no tiene fecha todavía para llegar a este lado del Atlántico.
Baile de precios
Hasta aquí la reseña de los Pixel 9. Es hora de hablar de los precios. Google se caracterizó en los últimos años por pelear en la categoría de gamas altas asequibles, un terreno que ahora ha abandonado. Los precios de salida son los siguientes: 899 euros por el modelo de entrada, 1099 por el Pixel 9 Pro y 1199 por el Pro XL. Comprar un modelo u otro dependerá de tus necesidades y tus preferencias. ¿Eres un loco de la fotografía y el zoom óptico es irrenunciable para ti? Vete a por los Pro. ¿Quieres gran pulgada y el presupuesto no es un obstáculo para ti? Adelante, elige el Pro XL.
Hay que hacer varias observaciones. Lo primero de todo es el valor de Gemini Advanced durante un año (250 euros), que se incluye con los Pro. Lo segundo, la posibilidad de obtener crédito adicional en el programa de entrega de un móvil viejo. Depende de varios factores (marca, modelo, almacenamiento y estado general), pero puede ser una buena opción para tener acceso a un Pixel 9 a un precio contenido. El descuento máximo que se puede alcanzar es de 690 euros. Tercero, estos teléfonos van a ser carne de descuento a lo largo del año, así que, si no te corre prisa, espera.
Otra opción es recurrir a los Pixel 8, que son terminales súper competitivos, pueden ofrecer una experiencia similar, con una estupenda cámara y con muchas de las funciones de IA enumeradas aquí, y que ahora se pueden encontrar en el entorno de los 500 euros en el modelo básico y de los 650-700 euros en el caso del Pro.
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Cuando los Pixel 9 dieron por fin la cara el pasado mes de agosto, una de las cosas a las que más punta se sacó fue su diseño. Concretamente, a su silueta. Una silueta que ha sido rediseñada haciendo que los cantos sean planos y no curvos, un cambio que ayuda a multiplicar por dos la resistencia frente a golpes y caídas. Una silueta que es calcada a la de los iPhone. No es ni la primera ni la única vez que ocurre esto en la industria, aunque probablemente sea una de las ocasiones más exageradas. No tiene mucho sentido darle más vueltas a este debate.
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