Guerra abierta entre Madrid y las empresas de patinetes de alquiler: "Nadie nos ha avisado"
La capital acaba de prohibir operar a Lime, Dott y Tier Mobility en sus calles y les ha ordenado retirar sus vehículos. Las empresas aseguran no haber sido avisadas y haberse enterado de esta decisión por los periódicos
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Malas noticias para las principales compañías de patinetes de alquiler en España. El Ayuntamiento de Madrid acaba de prohibir operar a las tres empresas que dan servicio en la ciudad (Lime, Dott y Tier Mobility) y les ha ordenado retirar sus vehículos a partir de octubre. Esta revocación de las autorizaciones por parte del Consistorio atiende a diferentes motivos, pero a rasgos generales se deben a un supuesto “quebrantamiento” de las normas y acuerdos a los que habían llegado. Se trata de una decisión "unilateral", según las afectadas, que ha caído como un mazazo en el sector, cuyas empresas inciden en que ni habían sido avisadas ni han incumplido las condiciones establecidas. Lime ya se prepara para presentar alegaciones y, en caso necesario, ir a los tribunales. Primero fue París, luego Barcelona y ahora Madrid. La guerra entre las operadoras de patinetes y las ciudades se intensifica con este nuevo capítulo.
El anuncio llegaba a través de un discurso pronunciado por el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, quien ha señalado que el Gobierno municipal no volverá a conceder nuevas autorizaciones, ya que ha comprobado que el mercado no puede dotar de suficiente seguridad a los ciudadanos: “En su día se acordaron una serie de requisitos que no se han cumplido y pone en peligro la integridad de los peatones”. Según él, el decreto para derogarlas ya está firmado. En un comunicado publicado horas después, indican que entre los incumplimientos de las tres operadoras mencionadas se encuentra no dar servicio a toda la ciudad, la falta de cobertura de los seguros y la falta de tecnología que impida a los vehículos circular o estacionar en zonas prohibidas.
La guerra viene de atrás. En mayo del año pasado, el Ayuntamiento ya quiso meter mano en el modelo de alquiler de patinetes eléctricos tras un proceso de concurrencia competitiva, que pretendía garantizar mayor orden en las calles. Las autorizaciones, para un periodo de tres años, se redujeron a tres empresas con el objetivo de disminuir el número de vehículos desplegados y se limitó a 6.000 patinetes (2.000 por operador). Dott, Lime y Tier Mobility fueron las que obtuvieron la puntuación más alta en las concesiones.
¿Por qué ahora?
Entre los motivos que han llevado a revocar las autorizaciones, según el Consistorio, está el hecho de que haya “impedido la facultad de inspección del Ayuntamiento sin aportar la información requerida o el acceso a la interfaz de las operadoras” o que no han llevado a cabo el despliegue equilibrado de patinetes requerido en toda la ciudad (un ratio de 10 patinetes por cada 10.000 vecinos). El exceso de patinetes en las aceras y las personas que circulan por vías peatonales como aceras ha sido uno de los problemas más frecuentes de la irrupción de este medio de transporte. Para evitarlo, el Ayuntamiento había requerido hace meses una mejora tecnológica en sus aplicaciones para obligar a aparcar a los clientes únicamente en las zonas habilitadas.
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El Ayuntamiento establecía una serie de mejoras tecnológicas para saber dónde estaba cada vehículo en todo momento. Ese desarrollo impediría iniciar o finalizar el trayecto en espacios peatonales. Pero esto no se ha materializado, según el organismo. Sus técnicos no tienen constancia de que esta tecnología se haya implementado y aseguran haber comprobado que aún se circula y estaciona en lugares prohibidos. De hecho, apuntan a que las empresas de alquiler de patinetes acumularon sólo en el 2022 hasta 94.927 multas. Por otro lado, el Ayuntamiento hace hincapié en que la cobertura de los seguros es insuficiente y no alcanza lo precisado en las autorizaciones. Y que tampoco se ha cumplido con la impartición de cursos para dar a conocer a sus usuarios las normas.
Ahora las empresas tienen 20 días naturales para mover ficha. Y no hay duda de que lo harán. Según un comunicado remitido por Lime a El Confidencial, harán las alegaciones pertinentes. La empresa considera que la decisión ha sido “unilateral” y que no les ha sido avisada: “Hemos tenido conocimiento a través de los medios de comunicación”. Dicen que el Ayuntamiento “no ha tenido en consideración su visión en ningún momento del proceso”. Y defiende que su operativa se ha realizado acorde a los requisitos de la autorización: “Hemos sido proactivos en la colaboración con el Ayuntamiento en todo este tiempo, trabajando conjuntamente para resolver cualquier situación e implementando mejoras tecnológicas en sus dispositivos”. Dicen haber solicitado una reunión de urgencia con el equipo de Movilidad del Ayuntamiento para obtener más claridad. Desde Tier también nos aseguran haberse enterado en los periódicos de esta decisión y que esperan un requerimiento oficial.
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Con esta maniobra, Almeida ha dado un giro de 180 grados en solo un año con respecto a su posición sobre los patinetes de alquiler. En 2023, cuando la ciudad de París anunció su veto, descartó esta opción: “Creo que la cuestión no está en prohibir. Creo que la cuestión está en ordenar, y creo que la cuestión está en que hay distintos modos de movilidad por la ciudad de Madrid que deben convivir entre sí y con los peatones”. Ahora afirma que el servicio que actualmente ofrece Bicimad (bicicletas compartidas) es suficiente para garantizar este tipo de viajes de alquiler.
Una regulación más restrictiva no es nueva. La Comunidad de Madrid ya había prohibido a los pasajeros del metro y de los autobuses de la EMT subir con patinetes eléctricos después de que el pasado octubre explotara la batería de uno de estos vehículos en el interior de un vagón. La medida también se aplicó en buses urbanos e interurbanos y dos meses más tarde Renfe siguió los mismos pasos para sus trenes.
Primero París, luego Barcelona y ahora Madrid
La micromovilidad aterrizó con fuerza antes de la pandemia, con un despliegue masivo de patinetes y bicicletas de alquiler en las calles y poca regulación. Eso levantó ampollas entre vecinos y administraciones. Como resultado, ciudades como París o Barcelona los prohibieron. La capital francesa convocó un referéndum para votar si aceptaban o no este tipo de aparatos. El resultado fue negativo. Aunque la alcaldesa, Anne Hidalgo, dijo que la votación había sido "un gran éxito democrático", apenas votaron 100.000 parisinos, el 1% de los ciudadanos.
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El precedente de París puso en guardia a un sector que en los últimos años ha surfeado diferentes olas y que todavía tiene muchos frentes abiertos. Un poco más tarde, Barcelona tomaba una decisión igual de estricta: seguir los pasos de París y sacar de las calles los patinetes compartidos. Las empresas que se dedican a esta actividad en la capital catalana llevaban un tiempo esperando que el consistorio regulase el sharing, pero la teniente de alcalde, Laia Bonet, anunció que “el patinete ha tensionado el espacio público” y que han tomado la decisión de no implantarlos: “En otras grandes ciudades hemos asistido al impacto que tienen: abandonados, tirados por las aceras, dificultando el paso. Barcelona era una de las pocas ciudades que decidieron no tenerlos mientras no hubiera regulación. Hemos concluido que no existe una normativa que nos permita asumirlo”.
Una opinión que no compartían desde Tier. "En los últimos meses, ciudades como Washington, Berlín, Viena o Roma han sacado licitaciones. Hay una tendencia de fondo, las ciudades necesitan sacar a los coches por un tema de espacio y de contaminación, y están apostando por las bicicletas y los patinetes", señalaba su director de políticas públicas en un artículo de Business Insider.
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El sector entero coincide en que ha llegado el momento de la consolidación, pero luchan contra las regulaciones y prevén que en el medio plazo solo queden 2 o 3 grandes operadores en pie. Muchas de estas empresas ya han desaparecido. En 2020, en Madrid había 14 empresas diferentes con licencia operando. En solo 3 años este número se ha reducido a solamente 3 y ahora a 0. "El modelo especulativo de lanzar ciudades y desplegar patinetes para luego esperar que el regulador mueva ficha ya hemos visto que no funciona", aseguraban portavoces de Dott. En la misma línea se posicionaba Tier: "Nunca hemos desplegado servicios de movilidad si no había un acuerdo con los ayuntamientos". Ambas apostaron por Madrid con firmeza y, al final, aquí tampoco ha resultado.
Malas noticias para las principales compañías de patinetes de alquiler en España. El Ayuntamiento de Madrid acaba de prohibir operar a las tres empresas que dan servicio en la ciudad (Lime, Dott y Tier Mobility) y les ha ordenado retirar sus vehículos a partir de octubre. Esta revocación de las autorizaciones por parte del Consistorio atiende a diferentes motivos, pero a rasgos generales se deben a un supuesto “quebrantamiento” de las normas y acuerdos a los que habían llegado. Se trata de una decisión "unilateral", según las afectadas, que ha caído como un mazazo en el sector, cuyas empresas inciden en que ni habían sido avisadas ni han incumplido las condiciones establecidas. Lime ya se prepara para presentar alegaciones y, en caso necesario, ir a los tribunales. Primero fue París, luego Barcelona y ahora Madrid. La guerra entre las operadoras de patinetes y las ciudades se intensifica con este nuevo capítulo.