He probado el nuevo dron que todo el mundo va a querer: vuela solo y vale menos de 200 €
Nunca antes volar un dron había sido tan fácil. Ni tan barato. El nuevo DJI Neo tiene pinta de convertirse en uno de los aparatos más deseados del 2024
Por fácil que parezca, volar un dron es complicado. La cantidad de tecnología que incluyen estos dispositivos ha permitido que cada vez sea más fácil manejar uno, pero siguen siendo máquinas frágiles con un coste sentimental elevadísimo que se dispara cuando tenemos un accidente. Por esa razón, estos dispositivos siguen siendo caprichos bastante prohibitivos, y muchos de los modelos de bajo coste que han ido apareciendo en el mercado no eran más que simples juguetes carentes de fiabilidad.
Pero la china DJI, el mayor fabricante de drones del mercado, ha logrado por fin dar con la combinación perfecta para los pilotos menos experimentados. Un modelo compacto, fácil de manejar, con funciones automáticas que no requieren control alguno y con un precio al alcance de cualquiera.
Así es el DJI Neo, el primer dron de la marca por debajo de los 140 gramos de peso que cuenta con una serie de características con las que prácticamente cualquier persona podrá volar. Básicamente, porque si nunca lograbas hacerte con los controles de un dron, aquí no los necesitas.
El dron para las masas
La carta de presentación del DJI Neo es bastante clara. Por 199 euros, te llevas el dron y una batería. No hay mandos ni controladores extraños porque no los necesitas, ya que te bastarás con el cuadricóptero y tu teléfono móvil para hacer un par de ajustes. Con la ayuda del selector frontal, podremos elegir entre diferentes modos de vuelo, desde los que poder ejecutar acciones predefinidas con las que obtener vídeos espectaculares o simplemente ordenar al dron que nos siga.
Esa simpleza en el control es básicamente lo que define su éxito, ya que se consiguen vídeos sorprendentes y altamente virales con una facilidad pasmosa, de ahí que la marca defina a su máquina como un dron para creadores de contenido. Me apuesto cualquier cosa a que en un par de meses la mayoría de youtubers y tiktokers suman este dispositivo a su mochila.
Aunque más que una mochila, deberíamos de decir riñonera. O bolsito. El Neo es extremadamente pequeño, alcanzando los poco más de 15 centímetros de ancho, 13 de largo y algo más de 4 centímetros de alto. Es tan diminuto y ligero que lo he transportado en una riñonera sin notarlo, y eso invita a llevártelo a cualquier parte. Aquí no existe el problema de plegar el dispositivo y encontrarle una funda apropiada. Los protectores de las hélices impiden que éstas se puedan enredar con otros objetos, así que bastará con echarlo a la bolsa como si de un teléfono o un ebook se tratara. Pero volvamos al vuelo.
Para echar a volar el DJI Neo no hace falta experiencia. Basta con pulsar un botón, seleccionar el tipo de vídeo que quieres y colocar el dron en la palma de tu mano. Su altavoz incorporado recitará una cuenta regresiva advirtiendo que el modo seleccionado se iniciará en cuestión de segundos, y será ahí cuando la aeronave inicie el vuelo y proceda con la misión. Hay un total 5 modos preconfigurados y un sexto modo donde podremos elegir otro a nuestro gusto:
- Seguimiento: El dispositivo nos reconocerá y seguirá nuestros pasos en todo momento manteniendo una distancia y una altura que previamente habremos configurado. Únicamente graba desde nuestra espalda.
- Dronie: uno de los modos más conocidos de la marca. El dron despega en diagonal capturando una imagen de lo que nos rodea.
- Órbita: Vuela en círculo sobre nosotros para capturar un vídeo de 360 grados.
- Cohete: Despegue vertical para obtener una vista cenital u horizontal según coloquemos la cámara.
- Spotlight: El dron se mantiene estático en una posición y gira de izquierda a derecha para mantenernos en el plano.
- Modo personalizado: Podremos elegir entre los modos Boomerang, Espiral o DirectionTrack, que volará marcha atrás para grabarnos de frente mientras caminamos.
Con todas estas opciones podemos crear vídeos muy vistosos en cuestión de segundos, simplemente sacando el dron de la mochila y pulsando un botón. La facilidad del proceso es sorprendente, y los resultados están a la altura de lo esperado. Pero como era de imaginar, no todo es perfecto.
Tan simple que carece de sensores
El gran problema del DJI Neo es que carece de sensores de colisión, una seña de identidad que la marca ha ido introduciendo desde hace años en todos sus modelos. Estos sensores evitan que la aeronave se estrelle contra una pared, un árbol o el techo, algo que no podremos evitar con el más pequeño de la casa. La razón de no incluir sensores es obviamente por encontrar un equilibrio entre precio y facilidad de manejo. El reconocimiento de personas funciona muy bien, pero esto no impedirá que un objeto móvil se cruce en nuestro camino o que caminar bajo un puente no produzca un accidente.
Ya sea con el modo automático o pilotando en modo manual, el dron está expuesto a cualquier tipo de colisión, únicamente salvándose por el protector de hélices. Su chasis es resistente, pero mucho me temo que no soportará un golpe a la pared mientras vuela en modo Sport.
Más opciones para mejorar tus habilidades como piloto
Si lo que quieres es grabar con libertad, la aplicación DJI Fly ofrecerá un mando virtual con el que controlar el dron desde tu teléfono móvil. La distancia máxima que podremos alcanzar es de unos 30 metros, pero al menos podremos llevarlo por los aires y grabar y hacer fotos desde todo tipo de perspectivas. Esta conexión se realiza a través de WiFi, y aprovecha la conexión del teléfono para usar el micrófono integrado de este para capturar sonido y eliminar automáticamente el ruido que pueda colar por el sonido de las hélices. Aunque también podrás usar el micrófono Bluetooth de la marca para conseguir mejores resultados.
Con la idea de tener un mayor control, la marca también ofrece la posibilidad de dar el siguiente paso, y no es otro que hacer uso de control remoto RC-N3, el mando de control con joysticks que es capaz de alcanzar los 10 km de distancia de transmisión en vídeo (aunque con este modelo se podrá alcanzar como mucho 7 kilómetros). Este mando ofrece más precisión, más alcance y un mayor control a la hora de grabar vídeo, con la posibilidad de ajustar la inclinación de la cámara y tener un botón de disparo.
Este mando es prácticamente imprescindible si quieres grabar con mayor precisión y alcanzar la altura máxima de 120 metros (con señal óptima de GPS) dando el salto a la clásica experiencia de volar un dron de los de siempre, y pudiendo también hacer uso del RC Motion 3 para realizar acrobacias y vuelos en interiores con precisión.
Como última opción, el DJI Neo también es compatible con las DJI Googles, las gafas de realidad virtual que permiten disfrutar de una visión en primera persona para volar de una manera completamente inmersiva.
Qué puede hacer el DJI Neo
El dron de 199 euros es perfecto para salir de senderismo y grabar la ruta mientras te sigue, es genial para tomar fotos en grupo con vistas imposibles, y es ideal para aquellos que querían adentrarse en el mundo de los drones y no podían por miedo a manejarlos y por ser demasiado caros.
Este modelo sirve tanto para iniciarse como para profundizar en un pilotaje más preciso y desafiante, pudiendo disfrutar de una cámara con grabación en 4K y un tamaño extremadamente compacto.
Qué no puede hacer el DJI Neo
Por otro lado, El Neo olvida por completo los sistemas de colisión, algo que habría permitido ofrecer mayor seguridad a los usuarios y alcanzar modos de seguimiento más seguros. Los modos de tomas automatizadas como Dronie o Cohete están limitados a un desplazamiento máximo de 10 metros, por lo que no es capaz de igualar la espectacularidad de los más avanzados que son capaces de alejarse 120 metros.
El vídeo, a pesar de ser 4K y estabilizarse bastante bien, no ofrece demasiada definición y tampoco cubre modos HDR, por lo que los resultados son bastante normales y no destacan demasiado. En cuanto a resistencia al viento, es el primer dron de DJI que me ha devuelto mensajes de advertencia de viento fuerte. Teniendo en cuenta que no lo había elevado más de 30 metros y que el día no era especialmente ventoso, refleja que el diminuto cuerpo sufrirá bastante en lugares donde las corrientes sorprendan.
Según las especificaciones técnicas, la batería promete un tiempo de vuelo de 17 minutos cuando llevamos el protector de hélices equipado, pero las pruebas reflejan tiempos inferiores donde le cuesta llegar a los 15 minutos de uso.
¿Merece la pena?
Teniendo en cuenta que este no es el dron con tecnología más puntera que he probado, me ha sorprendido muchísimo la facilidad con la que se puede manejar y se pueden conseguir tomas tan avanzadas. Con sus 199 euros de precio, este podría ser uno de los regalos más deseados de estas Navidades, aunque, eso sí, si lo haces mi recomendación es optar por el kit Vuela más, que incluye un total de 3 baterías con estación de carga, hélices de repuesto y el mando de control RC-3 por 349 euros.
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Por fácil que parezca, volar un dron es complicado. La cantidad de tecnología que incluyen estos dispositivos ha permitido que cada vez sea más fácil manejar uno, pero siguen siendo máquinas frágiles con un coste sentimental elevadísimo que se dispara cuando tenemos un accidente. Por esa razón, estos dispositivos siguen siendo caprichos bastante prohibitivos, y muchos de los modelos de bajo coste que han ido apareciendo en el mercado no eran más que simples juguetes carentes de fiabilidad.