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Todo el mundo quiere este coche eléctrico de 14.000 €. Es el 'juguete' que España necesita
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EL 'BOOM' DE LOS 'KEI CARS' JAPONESES

Todo el mundo quiere este coche eléctrico de 14.000 €. Es el 'juguete' que España necesita

Mientras la industria ha tendido hacia vehículos grandes, como los SUV, en Japón el rey es una suerte de minicoche. Los 'kei cars' están creciendo como la espuma y Europa ya quiere adaptarlos y cambiar su regulación

Foto: Varios coches eléctricos de tamaño reducido ('kei cars') de la marca Suzuki, en Japón. (Suzuki)
Varios coches eléctricos de tamaño reducido ('kei cars') de la marca Suzuki, en Japón. (Suzuki)
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"Como muchas cosas en la vida, el tamaño importa", este eslogan ha sido el elegido no por una, sino por más de tres compañías automovilísticas a lo largo de las últimas dos décadas. El tamaño ha sido históricamente un factor de importancia en la conducción. Más grande, más potencia, más poder, más viril, así lo anunciaban entonces. Los clichés en torno a esta característica se amontonan en el marketing de este mundillo. Y no podemos negar que el público respondió positivamente. En los últimos años, el sector ha tendido hacia vehículos más grandes y pesados, como los SUV, en detrimento de coches urbanos más pequeños que en su día fueron esenciales para el desarrollo de la movilidad europea. Eso podría estar a punto de cambiar.

Con la llegada de los coches eléctricos, el debate del tamaño ha vuelto a la palestra. Y es que actualmente se está dando otro fenómeno paralelo: el estancamiento del mercado EV, que en los últimos meses experimenta una caída de la demanda. Motivos hay muchos y variados, pero una realidad evidente es que el ciudadano medio lo que busca son coches eléctricos más baratos y accesibles. Ahora, una nueva moda podría acabar con ambas tendencias: los kei cars. Coches pequeños y eléctricos. El boom de este exitoso modelo japonés amenaza con cambiar la industria en Occidente, si la regulación se lo permite.

Hace unas semanas, el CEO del Grupo Renault y actual presidente de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), Luca de Meo, propuso una idea para revitalizar las ventas de eléctricos en Europa: traer y adaptar estos coches japoneses al mercado europeo. Para ello, pedía a la Unión Europea introducir una nueva legislación que regule los EV pequeños como la que tiene el país nipón, ya que la ley actual establece que un turismo debe medir como mínimo 3,5 metros y que por debajo de esa medida ya se considera un cuadriciclo.

placeholder El Nissan Sakura, el coche eléctrico más vendido de Japón. (Nissan)
El Nissan Sakura, el coche eléctrico más vendido de Japón. (Nissan)

“Podrían crear un superávit de crecimiento para Europa de 500 millones de euros de PIB anual y crear 10.000 puestos de trabajo”, afirmaba De Meo sobre el impacto que él cree que tendría la llegada de este tipo de modelos a Europa. Su visión no está tan alejada de la realidad, sobre todo teniendo en cuenta que, al ser modelos tan pequeños, no necesitan grandes baterías ni grandes motores, tienen un precio mucho más asequible (unos 14.000 euros al cambio) y unos costes de mantenimiento muy reducidos. Eso es el imán perfecto para el consumidor europeo.

En Japón, de hecho, estos coches disfrutan incluso de beneficios fiscales. Y eso mismo es lo que quiere traer el directivo aquí: "Apoyo financiero, con tasas de adquisición reducidas, con peajes reducidos en un 20%, manteniendo los centros de las ciudades accesibles… Tomemos como ejemplo lo que los japoneses han hecho con el kei car", concluía el CEO.

Foto: Algunas unidades de robotaxi Baidu aparcados en Pekín, China. (EFE/EPA//Mark R. Cristino)

El boom que este tipo de vehículo está viviendo en el país asiático parece no tener fin. En el año 2022 se vendieron aproximadamente 1,17 millones, haciéndose con un 33,4% de cuota de mercado. En otras palabras, uno de cada tres turismos nuevos era un modelo de este tipo. Y en 2023, el 50% de todos los coches eléctricos vendidos era un kei car, con versiones enfocadas a entornos urbanos como el popular Nissan Sakura, el coche más vendido del país y que puede verse en cualquier rincón de Tokio.

Los motivos de su éxito son evidentes. Han conseguido ser la cura a problemas imperantes en la sociedad japonesa como la superpoblación y la falta de espacio en las ciudades. Desafíos que también aquejan a multitud de capitales en Europa, recordemos que en Ámsterdam ya han empezado a guardar los coches en párkings bajo el agua por la falta de espacio en las aceras. El impacto de estos vehículos en el medioambiente también sería un 75% menor en comparación con un SUV.

¿Por qué allí sí y aquí no?

Para contestar a esa pregunta tenemos que remontarnos a los orígenes del propio coche. Cuando la Segunda Guerra Mundial tocó a su fin, la precariedad que se vivía en Japón era desoladora. Para impulsar la economía y mejorar la vida en las ciudades, el país impulsó la producción de coches económicos y de tamaño reducido. Eran dos de las bondades de los llamados Keijidōsha, término del que reciben el nombre y que significa “coche ligero” en español. De entre los fabricantes que se lanzaron a su manufactura se encontraba Soichiro Honda, el famoso ingeniero fundador de la marca de coches, quien comenzó haciendo motocicletas y que en 1949 dio el paso a los turismos pequeños.

El primer modelo que se popularizó y se fabricó en masa fue el Subaru 360, a finales de los años 50. A este le siguió el modelo de su rival, el R360 de Mazda. Y Suzuki no tardaría demasiado en apuntalar su propio sistema con el Jimny LT10, con motor dos tiempos de 360 cc, tracción a las cuatro ruedas y sólo tres asientos porque la rueda de repuesto ocupaba uno de los traseros, con tal de no superar la longitud máxima.

placeholder El Nissan Sakura, el coche eléctrico más vendido de Japón. (Nissan)
El Nissan Sakura, el coche eléctrico más vendido de Japón. (Nissan)

A Europa no llegaron, pero sí tuvimos versiones adaptadas a los gustos occidentales en España, Italia y Alemania. También se basaban en motores de motocicleta, eran muy ligeros y tenían un precio asequible. En nuestro país, la marca más popular era Biscuter, con motor Villiers de 250 cc y dos tiempos. Más tarde apareció el Isetta, el llamativo “coche huevo”, al que se podía acceder solo por una puerta frontal. El mercado cambiaría con la llegada del alemán Goggomobil recién entrados los 60, que era ya un automóvil con ciertas pretensiones en tamaño.

En las décadas posteriores, los coches fueron creciendo poco a poco, mientras, al otro lado del mundo, Honda, Mitsubishi, Suzuki, Mazda, Toyota, Nissan, Dahiatsu y Subaru seguían ofreciendo modelos kei car cada vez con más tecnología y mejores acabados. Hasta hoy, con la llegada de sus versiones eléctricas tan demandadas por los usuarios. Hasta el servicio de Correos de Japón ha realizado un pedido a Mitsubishi de 3.000 unidades de su línea Minicab EV.

Foto: Detalle del volante y el salpicadero de un coche. (Micro Mobility Systems AG)

Ahora, algunas marcas europeas quieren volver a apostar por los eléctricos del segmento A. Volkswagen lanzará su eléctrico pequeño para 2027. La francesa con su icónico Renault 5 remodelado y el futuro Twingo. El Citroën ë-C3, el Hyundai Casper y el Skoda Elroq, son otra prueba de que el futuro de la industria pasa por el tamaño reducido.

El problema: los límites regulatorios

Según la actual legislación japonesa, estos coches tienen que tener como máximo 3,40 metros de largo; 1,48 metros de ancho y 2 metros de alto. Y en términos de prestaciones, deben contar con un motor de 660cc y 64 CV de potencia. Esas medidas, sin embargo, son imposibles en las carreteras estadounidenses, que se han llenado de vehículos todoterrenos. De hecho, mientras las regulaciones japonesas limitan el tamaño, el peso y la potencia, EEUU penaliza a los fabricantes de automóviles por construir coches más pequeños y eficientes. El problema es que, tras el éxito de ventas en Japón, los kei cars se han convertido en un bien de importación deseable, sobre todo por aquellos que aún piensan que los coches nuevos se han vuelto demasiado grandes, poco manejables y caros.

placeholder Comparación entre el tamaño de un SUV tradicional y un vehículo de tamaño reducido en una carretera estadounidense. (Flickr)
Comparación entre el tamaño de un SUV tradicional y un vehículo de tamaño reducido en una carretera estadounidense. (Flickr)

En Estados Unidos, no es el gobierno federal quien otorga licencias a los vehículos para circular por las vías públicas, sino que es una tarea que corresponde a los estados. Y en la actualidad, muchos están restringiendo la circulación a estos coches pequeños japoneses. Algunos como Alabama y Arkansas los permiten con restricciones de velocidad o prohibiendo su uso en autopistas por la preocupación de que un mamotreto como un Hummer lo arrolle en la carretera. Cuando un coche grande choca con un coche pequeño, el pequeño suele salir perdiendo. Otros como Georgia, Maine y Nueva York los han prohibido directamente. Y ahora Massachusetts, el último en sumarse a ese movimiento, ha publicado una lista de coches kei que no permitirá.

Para el Instituto de Seguros para la Seguridad en las Carreteras, la principal organización de pruebas de seguridad de vehículos del país, "no deberían compartir vías públicas concurridas con el tráfico regular". No sólo es un problema de seguridad, sino de cómo están pensadas las ciudades y las carreteras. En las calles estrechas y abarrotadas del condensado Japón, el coche kei tiene bastante sentido. En las enormes y desérticas autopistas americanas, no demasiado. En Europa, la falta de espacio en las ciudades es un problema creciente. Un madrileño pasa de media 125 horas al año buscando donde aparcar. El kei car podría ser su solución más inmediata.

"Como muchas cosas en la vida, el tamaño importa", este eslogan ha sido el elegido no por una, sino por más de tres compañías automovilísticas a lo largo de las últimas dos décadas. El tamaño ha sido históricamente un factor de importancia en la conducción. Más grande, más potencia, más poder, más viril, así lo anunciaban entonces. Los clichés en torno a esta característica se amontonan en el marketing de este mundillo. Y no podemos negar que el público respondió positivamente. En los últimos años, el sector ha tendido hacia vehículos más grandes y pesados, como los SUV, en detrimento de coches urbanos más pequeños que en su día fueron esenciales para el desarrollo de la movilidad europea. Eso podría estar a punto de cambiar.

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