Nvidia creó un superchip que todos quieren, pero se ha encontrado con un problema inesperado

Nvidia ha descubierto un fallo de diseño en su nueva unidad de procesamiento gráfico (GPU) dedicado a tareas de inteligencia artificial, obligando a posponer su lanzamiento. Así lo confirman fuentes anónimas de Nvidia y Microsoft, uno de los principales compradores de GPU de nueva generación, a The Information.

El error del diseño de Blackwell, según las fuentes, fue descubierto “inusualmente tarde”. El chip B200, previsto para salir al mercado a finales de año, tendrá que esperar a comienzos de 2025 para su lanzamiento y para los proveedores de la nube que habían encargado grandes cantidades.

Los Blackwell B200, presentados el pasado mes de marzo, son la continuación de los chips H100 y se utilizan para entrenar la inteligencia artificial generativa. El nuevo procesador gráfico promete un rendimiento 30 veces mayor que el anterior y una reducción del consumo de energía hasta 25 veces menor, habiendo impulsado un meteórico crecimiento en el mercado de la inteligencia artificial de Nvidia con un beneficio neto de 26.000 millones de dólares en abril, un 18% más que el trimestre anterior y un 262% más que hace un año.

Google, Meta, Microsoft y xAI (de Elon Musk) realizaron pedidos por valor de varias decenas de miles de millones de dólares para equiparse con los chips Blackwell. Microsoft, por ejemplo, se fijó como objetivo acumular 1,8 millones de GPU para diciembre de 2024. Según declaraciones a The Verge del portavoz de Nvidia, John Rizzo, tendrán que esperar al menos hasta el segundo trimestre de 2025 para que se aceleren las entregas.

No han trascendido detalles sobre el problema técnico después de que Nvidia comenzara a distribuir algunas muestras a sus socios, pero según The Information la empresa está ahora trabajando en una serie de pruebas con el productor de chips Taiwan Semiconductor Manufacturing Company.

Un momento turbulento

La noticia de este retraso llega justo cuando Nvidia es objeto de dos investigaciones antimonopolio en los Estados Unidos. Una de ellas es por las condiciones de adquisición de la startup israelí Run:ai por 700 millones de dólares. Se estima que la cuota de mercado de Nvidia en chips para inteligencia artificial supera el 80%, lo que ha provocado que el Departamento de Justicia de Estados Unidos ponga su punto de mira para definir si la compra de la startup podría dañar la competencia en esta emergente industria.

La segunda de ellas se refiere a la presunta presión ejercida sobre las empresas de computación en la nube para que se equipen con procesadores de Nvidia en lugar de los de la competencia, aprovechando su posición dominante en el mercado.

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Por otro lado, las 20 principales empresas tecnológicas del mundo han visto reducida su capitalización bursátil hace unos días debido a las dudas de los inversores sobre los resultados efectivos de la inteligencia artificial en la que tanto dinero están destinando las empresas, entre otros factores.

Las acciones de Intel, por ejemplo, cayeron más de un 25% tras un anuncio de la compañía en la que informaba que, después de realizar una considerable inversión para adaptarse a la creciente demanda de inteligencia artificial, ahora está buscando controlar la situación, reduciendo 10.000 millones de dólares en gastos y despidiendo a 15.000 empleados.

Nvidia, por su parte, redujo su capitalización bursátil en más de un 2%. Las acciones de la empresa también habían sufrido un día antes una notable disminución del 6,7%. Esta caída ha hecho que el precio de las acciones de la compañía se sitúe un 22% por debajo del récord histórico que lograron en junio. Sea como sea, y aunque empresas como Amazon, Microsoft y Google estén sufriendo reveses por el enorme desembolso de capital que están destinando a centros de datos y a los sistemas de inteligencia artificial, está previsto que Nvidia continúe liderando la carrera de los microprocesadores.