Después de los aspiradores, Dyson se pone a hacer auriculares: los probamos a fondo
Dyson olvida su desastroso estreno en el mercado del audio con sus nuevos OnTrac. Una propuesta muy particular que puede competir con los mejores auriculares de diadema del año
A Dyson se le conoce, sobre todo, por sus aspiradoras. Hay que reconocerle el mérito a la compañía de origen británico (después del Brexit mudó su sede a Singapur) de haber convertido un electrodoméstico tan insulso en un auténtico objeto de deseo, en el nuevo iPhone de la clase media. Sus secadores y otros inventos para alisar el pelo han cosechado cierta fama entre el público femenino y los profesionales de la industria del cabello. Algunos también tienen fichados esos purificadores de diseño tan estrambóticos y costosos. Pero es probable que casi nadie sepa que esta marca también hace auriculares.
Sí, Dyson hace auriculares. Desde hace poco, pero los hace. La compañía anda buscando otra categoría donde dar el pelotazo. Defienden que llevan años estudiando el ruido de sus electrodomésticos y trabajando para controlarlo y minimizarlo, algo que les permite dar el salto. Ahora acaba de presentar los Dyson OnTrac, unos auriculares que aspiran a competir en un mercado tan disputado como el de los cascos de diadema premium, donde Sony, Bose, Sonos, Apple y un largo etcétera de marcas llevan medrando bastante tiempo.
Una redención
Este nuevo modelo pretende ser un reseteo, una redención después de los Dyson Zone, sus primeros auriculares y un estreno que acabó siendo un drama. A los millennials nos gusta mucho eso de ‘Los Simpson ya lo predijeron’. En la histórica serie, hay un capítulo en el que Homer se reencuentra con su hermano perdido, un magnate de la industria automovilística, que tiene a bien dejarle que diseñe el próximo coche de la compañía. La cosa sale mal porque el personaje empieza a sumar cosas al coche sin sentido hasta convertirlo en una cosa terrible, que fracasa comercialmente y acaba con la relación fraternal rota por completo.
Los Dyson Zone se estrenaron cuando la pandemia de coronavirus daba sus últimos coletazos. La compañía metió unos ventiladores con purificador y motor en cada copa. El objetivo era que una máscara echase aire limpio directamente a la boca. En tiempos de pandemia, parecía una idea fresquísima y superoriginal. El resultado, en cambio, fueron unos auriculares pesados, muy pesados y no excesivamente cómodos. Encima, eran excesivamente llamativos. Y eso que la máscara podía quitarse. Pero ni por esas. Además, estaba el factor del precio: unos 800 euros. ¿Sonaban bien? Por supuesto. Ese no era el problema. Era todo lo demás. El coche de Homer seguro que también se movía estupendamente.
De lo que toca hablar aquí es de los OnTrac. Hemos pasado 15 días con estos auriculares, que tienen muchos puntos fuertes y alguno que otro que no tanto. La pregunta inevitable es si estos argumentos y lo potente de la marca serán suficientes para convencer a los compradores.
Dyson ha conseguido que sus productos sean reconocibles a simple vista, gracias a un diseño muy peculiar con aires industriales. Además de mantener esa filosofía, en este caso han añadido un componente modular: tanto las piezas de las almohadillas como la chapa exterior de cada copa se pueden personalizar y cambiarlas por piezas que la compañía vende por separado. Ahí ya entran en juego los gustos de cada uno, pero las combinaciones, lo cierto es que son bastante numerosas. La compañía también ha creado una variedad de estilos base. En nuestro caso, hemos tenido para esta prueba los que están rematados con el azul marino tan característico que también se ha visto en los secadores y otros productos de la marca. Hay otros tres acabados: naranja, metalizado o negro. Creo que, a diferencia de lo que ocurre con los Dyson Zone, la compañía ha logrado una paleta variada que puede cubrir gustos muy diferentes, más todavía si se le suma la gran capacidad de personalización.
Un diseño muy peculiar
Son grandes. Es innegable. En cuanto los sacas de la caja por primera vez es lo primero en lo que reparas. Sin embargo, cuando uno se los pone en la cabeza, quedan bastante mejor. He hecho la prueba con varias personas de mi entorno y la escena se ha repetido una y otra vez. Eso sí, son auriculares que se ven. Si buscas algo muy discreto, disimulado y compacto, quizá deberías valorar otras alternativas. Hay una combinación de controles físicos (cuenta con un botón de emparejamiento BT así como un pequeño botón-joystick con el que subir y bajar el volumen o controlar la reproducción).
Los Dyson OnTrac han mejorado mucho en lo que se refiere a la ergonomía y la comodidad. Su peso se ha reducido desde los 700 gramos (con máscara incluida) hasta los 400 gramos, prácticamente lo mismo que los AirPods Max. Aunque no son los más ligeros del mercado, lo cierto es que no se sienten pesados en absoluto cuando se llevan en la cabeza y tardan en aparecer los síntomas de fatiga. Eso es gracias a la diadema, que reparte muy bien el peso y hace que se puedan utilizar durante una sesión larga de trabajo sin tener la necesidad de quitárselos. Cuando los he usado para ir a la compra o andando por la calle, no los he sentido como un lastre en ningún momento.
Las almohadillas están recubiertas de un material textil de microfibras. ¿Pensando en hacer deporte con ellos? No me parecen preparados ni pensados para eso. En realidad, prácticamente ningún auricular de diadema me suele parecer recomendable para hacer un ejercicio mínimamente intenso. Tener un par de auriculares compactos como respaldo es una magnífica idea, no solo con estos Dyson, en general. No sé si han probado a salir a la calle con unos auriculares de diadema con el mercurio marcando más de 30 grados en Madrid, pero tienen muchas papeletas para ponerse a sudar como si estuviesen haciendo footing en unos pocos minutos.
Aclarado esto, cabe resumir que el diseño de estos Dyson es único. Te pueden gustar más o menos, parecerte voluminosos, pero si lo que estás buscando es una pieza con un aspecto único y que no tenga una identidad clónica, lo cierto es que estos auriculares ofrecen ese look diferencial.
En el aspecto de portabilidad, una de cal y una de arena. Lo positivo: el diseño de la funda protectora. La han creado de tal forma que cuando no están los auriculares en su interior, el estuche se queda completamente plano. Es una ingeniosa solución que nos ahorrará espacio en la mochila de viaje o en la que llevamos camino al trabajo. Es algo que muchas personas pasan por alto cuando hacen una inversión así, pero que también puede condicionar en parte la experiencia. Lo negativo: los auriculares no se pliegan completamente como sí ocurre con modelos como los Bose QuietComfort. No son los únicos que han optado por prescindir de esto, una característica que suele permitir que entren mejor en el bolso o en un bolsillo de la mochila con más facilidad.
Una batería bestial (sin rival)
Antes de entrar en el sonido, su uso como manos libres o la cancelación de ruido, hay que tratar uno de los platos fuertes de estos Dyson OnTrac, que no es otra cosa que la autonomía. Aquí se nota la mano de la compañía, que lleva años intentando optimizar la de sus aspiradoras sin cable. Estos auriculares prometen hasta 55 horas con la cancelación de ruido activada. Las baterías están colocadas en el arco, concretamente en los bultos laterales. Yo no me he dedicado a hacer un uso único. He utilizado los auriculares para escuchar música, con cancelación de ruido, sin ella, a diferentes volúmenes, para llamadas… Según mis cálculos, haciendo un uso mixto, el tiempo de uso sin tener que enchufarlos se extiende unas 45 horas, una marca formidable. La carga es por USB tipo C y en media hora puedes recuperar una autonomía equivalente a 8-9 horas.
Relacionado con este punto, basta decir que han arreglado uno de los problemas más absurdos de la primera edición: ahora, cuando el auricular se despega de la oreja, la música se detiene. Si se vuelve a colocar en su sitio, se reanuda. Y si detecta que no se está usando, se apaga. Algo de cajón. Y el funcionamiento es perfecto.
Un sonido de quilates
Dyson ya había puesto alto el listón en lo que se refiere al audio con los Zone y aquí ha mantenido ese buen desempeño. Cuenta con dos controladores de 40 mm hechos de neodimio, que son capaces de reproducir frecuencias desde tan solo 6 hercios hasta frecuencias de 21.000 hercios. En líneas generales, se puede decir que pueden reproducir con soltura cualquier tipo de canción o género musical. No distorsionan los agudos ni cuando tienes el volumen al máximo, las voces las empasta estupendamente y los graves son lo suficientemente solventes, incluso sin activar el refuerzo, un modo que se puede activar desde la aplicación.
La verdad es que este modo lo he agradecido cuando estaba escuchando música electrónica o música urbana. En ese punto no llegan a ser tan marcados como el refuerzo de bajos que ofrecen auriculares como la serie ULT de Sony o los Bose, pero el trabajo es bastante fino. Ofrece otros dos modos de ecualización: uno pensado para que el sonido suene lo más natural posible y otro que refuerza los agudos. Particularmente, he utilizado más el que pone el acento en las notas bajas, pero supongo que esto será cuestión de gustos.
He utilizado estos auriculares con una lista de prueba que suelo utilizar y actualizar para este tipo de evaluaciones y tengo la sensación de que pocas pegas se pueden sacar al sonido. Han cumplido perfectamente con Hotel California (Eagles), Private Investigations (Dire Straits), Here It Is (Leonard Cohen), Hello (Adele), Mr. Bones (Steve Strauss), Spanish Harlem (Rebecca Pidgeon), La Gran Broma Final (Nacho Vegas), Baby Hello (Rauw Alejandro), Brothers in Arms (Dire Straits), y un largo etcétera.
No he tenido la oportunidad de probar estos auriculares en un vuelo, el lugar perfecto para probar la cancelación de ruido activa. Pero he podido hacerlo en el metro, en casa, en un Starbucks del centro de Madrid y en la redacción del periódico, donde siempre hay barullo por mucho verano que sea. Les diré que esta herramienta ha hecho perfectamente su trabajo. Ha silenciado las alegres conversaciones de los compañeros de Vanitatis y ha convertido en un murmullo casi imperceptible el vozarrón de uno de mis compañeros de mesa. Incluso cuando estaba relajado en casa con una de mis lecturas estivales, me sirvió para anular el ruido de una radial que empezó a sonar de la nada. Una pregunta que me surge en este momento: ¿por qué siempre que uno está relajado hay bastantes probabilidades de que la calma la rompa un taladro o una radial?
Dyson asegura que cancela hasta 40 dB, gracias a un sistema que analiza más de 380,000 veces por segundo el interior del oído. No me atrevería a decir si es la mejor del mercado (probablemente esté un pasito por detrás de la de Sony o la de Bose, pero las diferencias son mínimas), pero sí que está en el grupo de cabeza. Para activarlo, basta con golpear un par de veces la superficie del auricular. Ha respondido siempre a la perfección. El modo transparencia cumple bastante bien su función, al igual que su uso como manos libres. No hay pegas en estos puntos.
La compañía británica ha quitado la máscara y los purificadores, pero ha querido traer alguna sorpresa. En este caso, no mide la polución, sino la contaminación acústica y nuestra salud auditiva. Nos avisará de cuándo estamos en entornos muy ruidosos, al igual que hace, por ejemplo, el Apple Watch. Es curiosa, pero no creo que sea algo que vaya a ser un factor diferencial a la hora de inclinarse por esta opción u otra.
Hasta aquí, todo lo que han leído de los Dyson OnTrac probablemente les haya sonado estupendamente. Pero también hay cierta letra pequeña. Por ejemplo, una de las cosas que más me ha sorprendido no ver en este dispositivo es el soporte multipunto. Si eres de los que quieren saltar del teléfono al ordenador sin tocar absolutamente nada, esta función será indispensable para ti.
La verdad es que es bastante cómodo no tener que andar seleccionando el dispositivo cada vez que queremos cambiarlo. Me ha llamado la atención que la generación de Bluetooth sea 5.0 y no 5.3. En lo que refiere a los códecs, tenemos SBC, AAC, así como LHDC. La guinda hubiese sido los aptX y el aptX HD de Qualcomm.
En menor medida, me ha llamado la atención que Dyson no se haya atrevido con el audio espacial para tener más argumentos para justificar su precio. También he de reconocer que esta ausencia no me parece mayúscula, mis auriculares habituales tienen esta función y creo que la he utilizado en contadas ocasiones. Una de las características que llama también la atención es su precio. Es alto. Es un producto de Dyson hasta en el coste: 499 euros. Eso le sitúa por debajo de los Apple AirPods Max, pero bastante por encima de algunas de las alternativas más populares del mercado. ¿Será suficiente su reputación haciendo aspiradores para convencer a los amantes del audio?
Hay muchas más alternativas
A estas alturas, queda bastante claro que los Dyson OnTrac si son unos auriculares a tener en cuenta si lo que buscamos son unos auriculares pata negra, cosa que no pasaba con los Dyson Zone. Eso sí, el mercado del audio y el de los auriculares de diadema es un mercado muy atomizado. Y eso, ¿qué diantres significa? Pues básicamente, que mires donde mires siempre hay grandes alternativas. Los OnTrac son unos auriculares premium y no son precisamente baratos, ya que sus 499 son un precio de salida que los alejan de muchos del común de los mortales. Aquí incluimos algunas de las mejores alternativas que podemos encontrar a día de hoy.
Los Sonos ACE son uno de los últimos en llegar al mercado. Tras muchos años de espera, la marca conocida por sus altavoces se ha atrevido por fin a entrar a competir con Sony, Bose y otros pesos pesados. Sus auriculares destacan por ser muy cómodos, con un diseño sobrio y elegante. Tiene un muy buen sonido y una cancelación de ruido, que sin ser la más brutal, cumple sobradamente. El modo transparencia funciona a las mil maravillas (diría que es el mejor que a día de hoy se puede encontrar) al igual que su uso como manos libres. Su autonomía, sin ser tan espectacular como los OnTrac, se extiende más allá de las 30 con el ANC activado. Como puntos débiles: su precio (también 499 euros), la ausencia de controles táctiles o que tampoco tienen un diseño plegable.
Sony es un auténtico clásico de este mercado y una de las marcas que más ayudó a popularizar los auriculares con cancelación de ruido activa. Junto con Bose, son los auriculares más capaces del mercado en cancelar el ruido y el entorno que nos rodea. La calidad de sonido es indiscutible, así como el modo transparencia. Su uso como manos libres está a un nivel más que aceptable, después de algunas generaciones que no funcionaba como debería.
Aunque los controles inalámbricos no siempre son tan finos como se espera, tienen algunas cosas interesantes, como la posibilidad de dejar pasar la voz solo con poner una mano en una de las copas. La aplicación, entre sus múltiples opciones, ofrece un sistema que modula la cancelación de ruido o la transparencia dependiendo lo que estemos haciendo. Su batería, similar a la de los Sonos Ace. Como tienen ya un par de años en el mercado, su precio se ha modulado y ya es posible encontrarlos por unos 360 euros.
Bose es otra de las marcas que siempre hay que tener en cuenta a la hora de comprar auriculares. Poca presentación necesita. Hace unos meses lanzó los Quietcomfort Ultra, los mejores auriculares de diadema que han creado. La estética sigue el tradicional estilo de la casa, aunque con un par de detalles metalizados en el costado. Una de las cosas del diseño más destacables es que son completamente plegables, algo que hace que se puedan llevar perfectamente en un bolso o en un el bolsillo de una mochila.
Destaca mucho el sonido (especialmente los graves) así como su uso como manos libres y su cancelación de ruido activa. El modo transparencia no es tan puntero como el de otros modelos, pero consigue su objetivo. Estos Bose Ultra han puesto el acento en el audio espacial, una de las tecnologías que más no están hablando. Lo que pretenden conseguir es que sientas la música como si estuvieses en un concierto y que según muevas la cabeza. Hay canciones en las que se deja notar más y otras que el efecto es imperceptible. Su precio también se ha ajustado y se puede encontrar por apenas 369 euros.
Bowers & Wilkins, conocida por sus productos de audio de alta gama y lujo, ofrece el PX7 S2, un modelo más accesible en su línea de auriculares. Aunque sus modelos más avanzados superan los 600 euros, el PX7 S2 se sitúa en torno a los 400 euros, ofreciendo una excelente relación calidad-precio. Este modelo destaca por su sonido cristalino de alta fidelidad, una batería de larga duración y una efectiva cancelación de ruido. El diseño del PX7 S2 es elegante y premium, combinando plástico, acabados textiles y detalles metálicos, lo que minimiza las marcas de dedos. Además, las almohadillas y la diadema, recubiertas de viscoelástica, garantizan comodidad durante horas de uso, y la resistencia a salpicaduras y sudor añade durabilidad.
El PX7 S2 ofrece un sonido muy limpio con graves relativamente contundentes, agudos claros y medios bien definidos, manteniendo una calidad constante a cualquier volumen. Aunque su cancelación de ruido no alcanza el nivel de aislamiento de modelos como los Bose Ultra, no afecta la reproducción del sonido, manteniendo la naturalidad incluso cuando se activa. Como manos libres, su desempeño es excelente, y en términos de autonomía, supera ligeramente a modelos comparables como los de Sony. Con un precio reducido a 399 euros, el PX7 S2 de Bowers & Wilkins es una opción sobresaliente para quienes buscan alta calidad de sonido y un diseño distintivo en la franja de los 300 a 500 euros.
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A Dyson se le conoce, sobre todo, por sus aspiradoras. Hay que reconocerle el mérito a la compañía de origen británico (después del Brexit mudó su sede a Singapur) de haber convertido un electrodoméstico tan insulso en un auténtico objeto de deseo, en el nuevo iPhone de la clase media. Sus secadores y otros inventos para alisar el pelo han cosechado cierta fama entre el público femenino y los profesionales de la industria del cabello. Algunos también tienen fichados esos purificadores de diseño tan estrambóticos y costosos. Pero es probable que casi nadie sepa que esta marca también hace auriculares.