Boeing presiona a Francia para que elija su modelo P-8 Poseidon: esto es lo que ofrece el guardián de los mares
Ante la falta de un avión común entre el país vecino y Alemania, los galos están buscando alternativas para hacerse con aviones de guerra antisubmarina. Hay una jugosa tercera opción
La patrulla marítima en el viejo continente se encuentra actualmente en un período crítico de renovación. Algunos países como Inglaterra y Noruega ya tienen elegido su sistema de armas definitivo, mientras que otros como España o Alemania han adquirido soluciones interinas a la espera de un futurible avión europeo. Por último, Francia todavía no ha decidido cuál será su futuro y Boeing está buscando la manera de ganarle la partida a Airbus y Dassault.
Entre el 22 y el 26 de julio tuvo lugar la última edición de la conocida Feria Aeronáutica de Farnborough en Reino Unido. Junto al Salón Internacional de la Aeronáutica y el Espacio de París-Le Bourget, es una de las citas más importantes del sector. Aprovechando la ocasión, un portavoz de Boeing estuvo comentando acerca de las posibles ventas futuras para uno de sus actuales buques insignia: el P-8A Poseidón, considerado uno de los mejores MPA del mercado. Nadie se esperaba que entre las naciones a las que se está ofertando el aparato estuviese Francia.
La Marine Nationale, que es como se conoce a su marina de guerra, es una de las más capaces en guerra antisubmarina aérea junto con los estadounidenses y canadienses. Desde 1965 operan el Bréguet Br.1150 Atlantic, del cual surgió una variante moderna, el Dassault Atlantique 2 que entró en servicio en los años 90 y que, hace unos meses han sido actualizados al Std. 6.
Una de las características que identifican al país vecino es su inquebrantable afán por incorporar material fabricado en suelo propio, aún incluso siendo peor a otros ofertados por naciones extranjeras. Tanto es así que en el terreno aéreo apenas cuentan con aparatos foráneos. Por ejemplo, disponen de aviones de alerta temprana embarcados Northrop Grumman E-2C y —en 2028— E-2D Hawkeye. Además, parece que está cerca la adquisición de aviones de alerta temprana basados en tierra Saab GlobalEye. Este último sustituirá a los cuatro vetustos Boeing E-3CF Sentry de origen estadounidense. En este caso, es más que probable que se produzca una pérdida de capacidad, al poder alojar el sueco un menor número de controladores aéreos de interceptación.
De esta manera, parece algo complicado que cuaje la idea de incorporar un avión de patrulla marítima (Maritime Patrol Aircraft, MPA) americano. Pero, es cierto que dado el historial reciente de desarrollos de MPA en Europa, no hay que descartar la posibilidad de que un P-8 con sistemas locales pueda tomar forma en los próximos años.
Un MPA francés para Francia
En un alarde en pro de la independencia estratégica europea, Francia y Alemania acordaron el 26 de abril de 2018 desarrollar un avión de patrulla marítima común con el horizonte de 2040 como previsible fecha de entrada en servicio. Este programa fue bautizado como Sistema Aéreo de Guerra Marítima o Maritime Airborne Warfare System (MAWS), encuadrado en el Futuro Sistema de Combate Aéreo (FCAS). En él, la carga de trabajo se dividió en sistemas, donde participaban las firmas Diehl BGT Defence, Elektroniksystem (ESG) y Hensoldt por parte de Alemania y Thales en representación de Francia, y fuselaje, donde la idea era que trabajasen Airbus por el lado alemán y Dassault del francés.
Aunque no hay datos oficiales que apunten a la separación, el divorcio comenzó a fraguarse cuando Alemania canceló la actualización de sus Lockheed P-3C CUP Orión debido a los altos costes, producidos en gran medida por una incorrecta gestión de su flota. Esto hizo que la baja de los P-3 se adelantase desde 2035 hasta 2025. De hecho, ya han entregado varias unidades a Portugal que se encargará de modernizarlos y mantenerlos hasta mediados de los años 30.
Así, los germanos se vieron obligados a buscar una solución interina para mantener la capacidad desde 2025 hasta la entrada en servicio del MAWS. Los contendientes al concurso fueron el Airbus C-295MPA, el Boeing P-8A Poseidón y el RAS72 —un ATR-72 modificado por Rheinland Air Service—. Evidentemente, sin tener en cuenta la presión ejercida por la industria europea, en 2022 eligieron el superventas estadounidense. Descartaron también una peculiar oferta de alquiler de cuatro ATL2 Std.6 franceses.
En consecuencia, los galos entendieron que, aunque los alemanes dijesen que continuaban con el MAWS, se habían bajado del carro de manera extraoficial.
Por este motivo, el pasado mes de enero de 2023, la Dirección General de Armamento (DGA) del país vecino hizo público que había licitado en diciembre de 2022 dos contratos iguales por unos 10,9 millones de euros cada uno a los gigantes aeronáuticos Airbus y Dassault Aviation. El objetivo fue que presentaran ofertas sobre la base de un avión de la familia A320Neo y Dassault Falcon 10X, respectivamente, para un futuro avión de patrulla marítima (Avion de Patrouille Maritime Futur) que sustituya a los actuales Dassault Atlantique 2.
Como se ha comentado, Francia requirió dos propuestas. Sin embargo, Dassault es el que custodia el savoir-faire en materia de patrulla y vigilancia marítima. Por estos motivos y, aunque el Airbus A321XLR tenga mucho más alcance, es más probable que el contrato se lo den al gigante francés.
Los trabajos por realizar en el contrato tendrán una duración estimada de 18 meses que, contando desde enero de 2023, deberían haber acabado ya o encontrarse en una fase muy avanzada. Se espera que el programa comience en 2026 y la entrada en servicio se produzca a lo largo de los años 30, pues en esas fechas los ATL2 se irán dando de baja progresivamente.
A diferencia de las aeronaves europeas, que prácticamente no han pasado del folleto, el estadounidense lleva más de 10 años en servicio en diferentes países: Australia, India, Nueva Zelanda, Noruega, Corea del Sur y Reino Unido. Asimismo, Canadá y Alemania están a la espera de recibirlos, y Dinamarca se encuentra en negociaciones. Por tanto, si Francia se decantase por una variante local del P-8A Poseidón, podría contar con un avión moderno y capaz, posiblemente, en la mitad de tiempo de lo que tardará en incorporar el avión nacional.
Aviones de patrulla marítima europeos, larga saga de diapositivas
Por triste que parezca, desde el Atlantique 2 no se ha vuelto a construir un avión de patrulla marítima de largo alcance en Europa. Debido al final de la Guerra Fría y a la difuminación de la amenaza soviética, los países entendieron que ya no era necesario invertir en este tipo de capacidades tan técnicas y exclusivas. Pues, en los años 90, formar adecuadamente un operador acústico podía tardar casi una década.
Así, a finales de 2003, se canceló el programa MPA-R, basado en el Airbus A320 y cuyo objetivo era diseñar un moderno avión para sustituir a las flotas alemanas e italianas de Dassault Breguet Atlantic. Como nota curiosa de este proyecto, la lista de requisitos era casi diez veces superior a la del P8.
Con estos impedimentos era muy difícil que saliera adelante. El último clavo en el ataúd lo puso la decisión de Países Bajos de deshacerse de su potente flota de Lockheed P-3 Orión. De esta forma, Alemania abandonó el proyecto europeo y se hizo en 2005 con 5 Lockheed P-3C Orión recién modernizados al estándar CUP.
Casi paralelamente, Estados Unidos estaba inmersa en el desarrollo de su programa Multi-Mission Maritime Aircraft (MMA) que acabó en lo que se conoce como Boeing P-8A Poseidón.
En aquellos años, la división de derivados de EADS con sede en Getafe estaba trabajando duramente para hacerse un hueco en el mercado. Así, d. Rafael Acedo, tal como cuenta en su magnífica charla —impartida en la Asociación de Amigos del Museo del Aire y recogida en la plataforma YouTube—, EADS se interesó en participar en este programa.
Evidentemente, algunas partes eran confidenciales, pero desarrollar un derivado del A-320 o del A-319 con mayores generadores eléctricos, una bodega de armas y otras modificaciones no lo era. Por ello, se pusieron manos a la obra y comenzaron los contactos con la parte estadounidense. Sin embargo, la dirección general de Airbus decidió optar por aliarse en exclusiva —un tanto extraño— con un socio local. En concreto, con Lockheed Martin, el cual presentó un P-3 Orión remozado —denominado Orion 21—, algo que la US Navy ya había afirmado que no deseaba. En definitiva, la posibilidad de que la marina de guerra estadounidense contara con una plataforma con participación española se esfumó.
No fue el único varapalo que sufrió la industria europea. A mediados de los 2000, los estadounidenses se llevaron el jugoso contrato indio. Además, hay que sumar un par de iniciativas fallidas de la Alianza Atlántica —debido seguramente a la sensibilidad de la información a compartir— para adquirir de manera conjunta aviones de patrulla marítima.
Después de la absorción de EADS por parte de Airbus, el gigante europeo siguió actualizando su propuesta de avión antisubmarino. Por ejemplo, en 2018 presentaron el Airbus M3A como candidato al mencionado MAWS. Eso sí, nunca construyeron ningún prototipo. A diferencia de SAAB, que sí fabricó un demostrador del Swordfish —su producto MPA—, tomando como base un SAAB SF-2000 con matrícula SE-LRA.
Los países europeos están volviendo a invertir en capacidades antisubmarinas, debido principalmente a la reaparición de los submarinos rusos en el océano Atlántico y mar Mediterráneo, y el auge de la Marina de Guerra del Ejército Popular de Liberación. La Marine Nationale, quizá la marina europea más potente, se encuentra en una encrucijada para sustituir a sus aviones de guerra antisubmarina. ¿Será fiel a sus principios o sucumbirá ante los encantos del todopoderoso P-8 Poseidón?
La patrulla marítima en el viejo continente se encuentra actualmente en un período crítico de renovación. Algunos países como Inglaterra y Noruega ya tienen elegido su sistema de armas definitivo, mientras que otros como España o Alemania han adquirido soluciones interinas a la espera de un futurible avión europeo. Por último, Francia todavía no ha decidido cuál será su futuro y Boeing está buscando la manera de ganarle la partida a Airbus y Dassault.