Carga Rápida | Los patinetes parecían imparables. Entonces llegó Renfe
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Desde poco antes de la pandemia, los patinetes eléctricos fueron ganando popularidad en las grandes ciudades españolas, tanto de la mano de usuarios particulares como de las flotas compartidas. Para sus detractores, su feroz expansión era similar a la de una plaga como la del mejillón cebra y se lamentaban mientras estos vehículos iban ganando cada vez más espacio en aceras y carreteras. Muchos ayuntamientos decidieron meter mano e intentar regular su uso, restringiendo las zonas por donde podían moverse o aparcar.
Aunque esto podía suponer un importante palo en las ruedas, no se consiguió frenar su adopción, que fue especialmente significativa en el mercado privado. Sin embargo, estas últimas semanas han recibido varios golpes que han puesto a sus usuarios en pie de guerra. El último viene firmado por Renfe. ¿Qué ha pasado?
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