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Bienvenidos a la cuarta revolución industrial: así están innovando las empresas de todo el mundo

Por EC Brands

La Industria 4.0 pretende revolucionar muchos sectores empresariales, y en esta revolución serán esenciales las tecnologías de las que te hablamos en este reportaje

Cuando llegó la Segunda Revolución Industrial, a mediados del siglo XIX, hubo quien dudó de sus posibles ventajas. Sin embargo, la realidad demostró que fue un avance a nivel social y económico (la popularización de la electricidad, por ejemplo, mejoró la calidad de vida de los ciudadanos y el trabajo en las empresas), además de acelerar la transición de la agricultura y el taller artesanal a las fábricas, que empezaron a disponer de máquinas que no necesitaban excesiva especialización y que podían ser manejadas por los antiguos agricultores o artesanos.

A día de hoy, estamos ya inmersos en una cuarta revolución industrial. La llamada Industria 4.0, que recurre a tecnologías como la inteligencia artificial, los gemelos digitales, el análisis de datos, la realidad virtual y aumentada, la automatización de procesos, la visión computacional o el Internet of Things (IoT) para realizar trabajos de automatización, interconectividad o recogida y análisis de datos en tiempo real, ha llegado para hacer evolucionar al sector de manera definitiva. Baste un ejemplo como muestra: el de la consultora Linknovate, que ha contabilizado el número de casos de uso de empresas que desde 2010 han implementado servicios de Internet de las Cosas en el ámbito industrial, visión computacional y automatización robótica.

Evolución de los casos de uso de IoT industrial, visión computacional y automatización robótica (2010-2022)

En esta revolución, la Industria 4.0 se sirve de diversas tecnologías con dos objetivos primordiales: por un lado, hacer más eficientes las labores industriales y mecánicas del día a día; por otro, contar con nuevos perfiles profesionales que diseñen, supervisen y ejecuten dichas tecnologías. Son algunas de las siguientes.

Gemelos digitales

En un entorno como el industrial, hacer pruebas de producción en ocasiones puede ocasionar riesgos o dificultar la labor del día a día, ya que un mínimo error en cualquiera de los procesos puede provocar fallos en toda la cadena. Es en ese contexto donde surgen los digital twins o gemelos digitales, una réplica exacta y digitalizada del entorno industrial (como una fábrica o una estación de servicio) que permite a los operarios probar una herramienta, una maquinaria concreta o cualquier otro proceso.

Esto es precisamente lo que se está aplicando en la primera planta de biocombustibles avanzados de España, que está siendo construida por Repsol en Cartagena. La mayor particularidad es que, en el último cuatrimestre de 2023, la compañía lanzará a la vez la planta y su gemelo digital. Pero, ¿cómo puede representarse de manera virtual una infraestructura que aún no existe en el plano físico? "Estamos haciendo estudios tecnológicos con los que somos capaces de identificar molecularmente todas las reacciones que habrá en la planta física", nos cuenta Cristina Aguilar, científica experta en Simulación y Optimización de Operaciones en Repsol Technology Lab.

Merced a la construcción de este gemelo digital, Repsol podrá “analizar los diferentes procesos para que los operadores aceleren su conocimiento y para construir optimizadores basados en inteligencia artificial que puedan llegar a controlar la planta de forma autónoma”. Con este tipo de soluciones de gemelo digital, la compañía conseguirá que “sus nuevos procesos en el ámbito de la descarbonización industrial sean nativos digitales”, ya que habrán sido desarrollados en el plano digital antes que en el físico, añade Cristina Aguilar. Una vez en funcionamiento, la planta tendrá capacidad para producir 250.000 toneladas al año de biocombustibles avanzados como biodiésel, biojet, bionafta y biopropano, que se podrán usar en aviones, barcos, camiones o coches y que permitirán reducir 900.000 toneladas de CO2 al año.

Análisis de datos en la producción

El análisis de datos permite tener un dibujo general de cómo funciona cualquier negocio, pero también tomar decisiones avaladas por dichos datos. Este análisis permite saber qué tipo de clientes consumen más productos de una marca (y así reforzar los impactos publicitarios sobre ese grupo poblacional), qué materiales dan una mayor durabilidad a un producto (y apostar siempre por él) o en qué época del año se venden más determinados productos (de cara a intensificar o relajar la producción).

Quizá esta explicación te suene muy teórica, pero créenos: la has vivido muy de cerca. Puede que alguna vez te hayas lanzado a por una prenda de Zara que se acababa de poner de moda y hayas visto que ya no quedaba… pero que esa misma tarde ya había existencias. Lo lógico sería pensar que la compañía produce stock de sobra de todos sus productos, pero en realidad no es así: los expertos en análisis de datos del grupo Inditex dotan a las tiendas de tecnología de identificación por radiofrecuencia (RFID, por sus siglas en inglés) que se encarga de rastrear y ubicar todas las prendas, de modo que, a medida que baja el stock disponible, el centro logístico envía nuevos ejemplares. Además, el análisis de datos (que se produce con información recolectada en tiempo real en cada punto de venta) le permite saber qué prendas se están vendiendo más y cuáles menos, con lo que adapta su producción para elevar el número de ejemplares que más éxito tendrán en todas sus tiendas.

Realidad virtual y aumentada

La realidad virtual (RV) y aumentada (RA) es algo que quizá puede sonar demasiado futurista o limitada a sectores muy concretos como el cine o los videojuegos. Pero los datos muestran todo lo contrario: según Artillery Intelligence, en 2023 ya está suponiendo un mercado de más de 41.000 millones de dólares merced a la multitud de sectores que recurren a ella en sus procesos industriales.

Un ejemplo es el de BMW. La marca usa estas tecnologías en sus cadenas de montaje, donde los operarios pueden recibir una ayuda extra a la hora de ensamblar varias piezas, conectar dispositivos entre sí correctamente o comprobar que el vehículo ha sido montado sin fallos.

IoT industrial

El funcionamiento básico del Internet de las Cosas es conocido cada vez por más personas: dispositivos conectados a internet que pueden ser manejados a distancia y que, sobre todo, recopilan datos. Se trata de una tecnología a la que recurren casi todos los sectores: el mecánico (dispositivos que miden el estado de una máquina para saber cuándo sustituirla), el energético (sensores que analizan el funcionamiento de una red eléctrica para ajustarse a la demanda) o incluso el agrario (máquinas de riego que analizan las necesidades concretas de agua de cada planta).

Otra de sus aplicaciones radica en el sector del transporte. Es el caso de los aviones actuales, cuyos motores a reacción van equipados con sensores que analizan tanto el estado del propio motor como el uso de combustible que se está llevando a cabo. Con estos datos, las aerolíneas pueden prever cualquier funcionamiento erróneo o desgaste de los materiales, con lo que procederá a realizar las reparaciones oportunas a tiempo de evitar incidencias. Con ello, consigue tres objetivos: que sus operarios reduzcan el tiempo de mantenimiento no programado del motor, evitar retrasos en sus vuelos y mejorar la seguridad aérea de sus viajeros.

El Internet de las Cosas está ya integrado en procesos industriales del día a día. Por ejemplo, las estaciones de servicio de Repsol cuentan con un sistema IoT que permite activar el pago con Waylet en los equipos de lavado. Además, como se trata de un sistema de comunicación bidireccional, los técnicos pueden operar en remoto para optimizar el ahorro energético de las tiendas, o controlar el stock de carburantes.

Como hemos visto, la industria ha cambiado mucho en los últimos años y este cambio ha venido determinado fundamentalmente por la tecnología, que está consiguiendo acelerar procesos, hacerlos más eficientes, mejorar las cadenas de producción y, por supuesto, garantizar la seguridad de las instalaciones y las personas. Todo ello, mientras tanto, dando soporte a profesionales cualificados que se sirven de la tecnología para mejorar su trabajo.