La tele del cuarto ha muerto y la he cambiado por este proyector: es mejor idea de lo que parece

Soy una de esas personas que, además de tener una televisión en el salón, también tienen una en el cuarto. Esta segunda televisión es de dimensiones más pequeñas y tiene menos prestaciones. La utilizo principalmente para ver alguna serie o jugar una partida en la Switch antes de irme a dormir o cuando me echo la siesta los domingos o en esos días festivos en los que me gusta quedarme en la cama hasta tarde.

Aunque elegí esta opción, siempre he tenido en mente la idea de tener un proyector. El problema es que no tengo suficiente espacio para colocar uno grande, y los proyectores de tiro ultracorto, que se colocan a pocos centímetros de la pared, están fuera de mi presupuesto. Hace unas semanas, la televisión de mi cuarto dejó de funcionar y tuve que buscar un reemplazo.

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Recordé mi antigua idea y opté por un proyector, específicamente uno portátil. Es una opción que puede resultar muy interesante no solo para aquellos que buscan un sustituto para una Smart TV que se pueda adaptar en cualquier lugar, sino también para aquellos que desean utilizarlo en diferentes habitaciones o incluso llevarlo de viaje.

Para esta prueba, he tenido la oportunidad de probar el XGIMI MoGo2 Pro. Es el modelo superior que la marca china, un gigante de los proyectores, ha presentado esta primavera. Hay un modelo básico, el XGIMI MoGo2, cuya principal diferencia es ofrecer una imagen de 720p en lugar del Full HD que ofrece su hermano mayor. Aquí va la primera recomendación: no bajes de esta calidad de imagen, porque el ahorro que te puede suponer te va a limitar muchísimo.

A través de la prueba de este MoGo2 Pro, queremos establecer una guía de las cosas en las que te debes fijar a la hora de comprar un proyector de estas características. El MoGo2 Pro es un dispositivo que funciona gracias a Android TV, por lo que no necesitaremos conectarlo a un dispositivo como un Chromecast o un Fire Stick, aunque dispone de puertos para poder conectar cosas como la Switch. También sirve como altavoz Bluetooth gracias a sus altavoces integrados.

No se puede pretender que la imagen de este proyector sea de la misma calidad que una tele de cierta entidad o de un proyector fijo de mayor calidad. Como decimos, el MoGo2 Pro cuenta con una imagen de 1920 x 1080p, mientras que la versión estándar ofrece 1920 x 720p.

El punto de visión desde la cama está a unos dos metros y medio de distancia. Ambos modelos permiten un rango de tamaño de pantalla que va desde las 40 pulgadas hasta las 200. En mi caso, con el proyector que ofrece Full HD, he podido disfrutar de imágenes de 60 e incluso 70 pulgadas con una calidad más que aceptable. A partir de ahí, la imagen se ve algo más débil y se empiezan a detectar errores progresivamente. Con un tamaño de 50 pulgadas, la reproducción se ve muy bien, teniendo en cuenta que es un proyector.

Otra cosa diferente es si estás pensando en verlo a una distancia sensiblemente menor o si estás considerando el dispositivo más asequible. Con una resolución de 720p, es probable que a partir de las 60 pulgadas empiecen a notarse los fallos mencionados. La lámpara del MoGo 2 y el MoGo 2 Pro ofrece hasta 25.000 horas de reproducción, según XGIMI. Cuentan con una luminosidad de 400 lúmenes ISO, que es una medida diferente a los lúmenes ANSI o los lúmenes led. Puedes consultar aquí las principales diferencias entre estos estándares. La cuestión es que ofrece una luminosidad suficiente como para poder utilizarlo en un ambiente en el que las luces de la mesilla estén encendidas. También se puede utilizar en una terraza cuando anochezca sin que la imagen se vea afectada. Mención especial al color. Pensaba que la imagen se iba a mostrar demasiado apagada, pero en absoluto. Tiene un contraste y reproducción bastante aceptables. Mejora considerablemente lo que me ofrecía mi televisor de 43 pulgadas que costó apenas 300 euros.

Obviamente, y siento insistir en ello, el color no es comparable al de mi televisor del salón (un QLED) ni a un proyector de 1000 o 2000 euros. Eso sería esperar demasiado. En resumen, el proyector se ve mejor en completa oscuridad, pero la habitación no tiene que estar completamente cerrada.

Si pretendes utilizarlo con las persianas subidas y las ventanas abiertas de par en par, olvídate. Para eso, es mejor invertir en un televisor LCD. Comparando con la competencia, creo que este MoGo 2 Pro está un paso por delante del Freestyle de Samsung, aunque es cierto que el de los coreanos es ligeramente más brillante. Un detalle al que hay que prestar especial atención es la corrección de la imagen. Siempre es importante, pero aún más en el caso de los proyectores portátiles, porque no siempre tendremos un lugar perfectamente centrado para colocarlos.

La corrección de imagen es ininterrumpida y funciona francamente bien

En mi caso, cuando lo he tenido en el dormitorio, lo he colocado en la mesilla, por lo que quedaba ligeramente inclinado. Una vez encendido, el sistema (ISA 2.0) detecta la situación y convierte lo que sería un trapecio en un rectángulo perfecto (puede corregir distorsiones de hasta 40º). Si lo vuelves a mover, el ajuste es automático y solo lleva unos segundos. Lo mismo ocurre con el enfoque: detecta la distancia y logra una imagen clara y nítida.

El modelo Pro cuenta con un mecanismo de seguridad que reduce la luz cuando alguien pasa delante para evitar daños en la vista. Esto es especialmente útil si hay varias personas o mascotas en casa o si planeas colocarlo en una sala de juegos u otro lugar para los niños, con el fin de evitar lesiones oculares. En mis pruebas, el sistema ha funcionado muy bien.

Para ver series, películas o jugar a The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom desde la cama, ha sido una maravilla. Sin embargo, hay un aspecto en el que presenta deficiencias. Si estás pensando en utilizarlo para jugar a la PlayStation 5 o a la Xbox, y jugar juegos que requieren una alta tasa de refresco, mi consejo es que no lo hagas y elijas algo que ofrezca 120 Hz.

En cuanto a los puertos, incorpora una salida USB C, una salida USB A y un puerto HDMI 2.0. También dispone de una salida auxiliar de 3.5 mm, lo que nos permite conectar altavoces para mejorar el audio. En cuanto al sonido, hay que mencionar que el dispositivo es bastante decente, al menos en interiores. Cuenta con dos altavoces de 8 W que ofrecen una buena calidad si consideramos su formato portátil y compacto. Los bajos, en particular, me sorprendieron, ya que han sido diseñados de tal manera que el diafragma queda a la vista. Creo que XGIMI ha hecho un buen trabajo en este aspecto.

Me llamó la atención que en un modelo portátil no se incluyera una batería. El XGIMI siempre debe estar conectado a un enchufe o a una powerbank. En mi caso, esto no supone un gran problema porque no tengo la intención de utilizarlo para acampar u otras actividades similares. En caso de que esa sea la situación, se recomienda utilizar una powerbank de 65 W.

Muy fácil de configurar y manejar

Hay algo muy interesante que no había encontrado en otros proyectores hasta ahora: la configuración rápida de Android. Si no están familiarizados, es fácil de explicar. Es una herramienta que facilita la configuración de auriculares o relojes inteligentes compatibles. Basta con registrar el dispositivo en la cuenta y listo.

Esto hace que sacarlo de la caja, enchufarlo y tenerlo listo para usar sea cuestión de unos minutos. Viene con un control remoto con tecnología Bluetooth que responde bastante bien, aunque a veces uno podría desear que fuese un poco más ligero. Aquí hay un inconveniente: el único control físico es el botón de encendido o apagado. Si no encuentras el control remoto, tendrás que usar el teléfono móvil para encenderlo y controlarlo.

No es el dispositivo más fluido del mundo, aunque tampoco es una tortura ni mucho menos

Podemos acceder fácilmente a todas las aplicaciones de streaming y muchas otras más. Sin embargo, hay un caso que llama mucho la atención: Netflix. La compañía solo ofrece soporte oficial a unos pocos proyectores. Por eso, XGIMI ha elaborado una guía para instalarlo fácilmente. Los pasos son muy sencillos de seguir y la plataforma no me ha dado problemas después de instalarla de manera no oficial.

No es el dispositivo más fluido del mundo, aunque tampoco es una tortura ni mucho menos. Si está en modo reposo, ponerlo en funcionamiento solo lleva unos segundos. Si se desconecta y se vuelve a enchufar, tarda menos de un minuto en encenderse. Son tiempos razonables en ambos casos, y todo de forma muy silenciosa.

Un último apunte sobre su diseño. El modelo Pro está acabado en colores oscuros, mientras que el modelo más asequible opta por el blanco y el metalizado. Su peso es de poco más de un kilo y tiene unas dimensiones que permiten que quepa en una mochila o bolso grande perfectamente. Por supuesto, también se puede transportar en una maleta sin ocupar mucho espacio.

Hasta aquí esta prueba del producto. En líneas generales, creo que el MoGo 2 Pro es una de las opciones más interesantes en cuanto a relación calidad-precio en este momento. Si eres un cinéfilo, de esos a quienes les gusta ver películas en una gran pantalla con infinidad de detalles y matices visuales, quizá debas descartarlo, ya que probablemente tendrías que gastar mucho más dinero en un proyector para obtener la calidad que deseas.

Dicho esto, el MoGo 2 Pro puede resultar algo caro para la mayoría de las personas, considerando que tiene un precio de 599 euros. La versión de entrada es mucho más económica, con un precio de 399 euros, y puede ser interesante si estás satisfecho con una imagen de 40 pulgadas y no necesitas la detección automática de personas.

MoGo 2 Pro (599€) MoGo 2 (399€)

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