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Ni libros ni pantallas: estos profesores saben cómo lograr que tus hijos amen las mates
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YA ESTÁN EN 1.500 CENTROS EN ESPAÑA

Ni libros ni pantallas: estos profesores saben cómo lograr que tus hijos amen las mates

La catalana Innovamat lleva un lustro intentando que los niños dejen de odiar las matemáticas. Ahora acaban de recaudar 20 millones de euros para conseguirlo

Foto: Foto: EFE/Ángeles Visdómine.
Foto: EFE/Ángeles Visdómine.

Matar al libro de texto, pero sin depender de las pantallas. Esa es la propuesta de Innovamat, que tiene un cometido que a muchos les puede sonar a misión imposible: hacer que las matemáticas dejen de ser un tostón para el común de los mortales. Para ello, el modelo de esta startup catalana está centrado en las primeras etapas de la enseñanza, abarcando desde niños de tres años hasta 3.º de la ESO. Es una idea que les ha hecho recaudar 20 millones de euros en una reciente ronda de financiación y estar presentes en cerca de 2.000 colegios e institutos en España, donde está el 75% de sus clientes, y varios países de América Latina.

"Tenemos un gran problema con las matemáticas que está muy normalizado. Hay un porcentaje importante de la sociedad que les tiene un miedo enorme. A la hora de tomar grandes decisiones vitales, como qué estudiar, las toman teniendo en cuenta que las quieren evitar", explica Andreu Dotti, CEO y cofundador de Innovamat, en conversación con este periódico. "Se trata de hacer ver que las matemáticas no son para una élite, sino que pueden ser para todos. Ese es nuestro propósito".

Foto: Foto: Getty/Sean Gallup.

Su metodología pasa por el desarrollo de unas guías didácticas que siguen los profesores de cada centro, ya que están enfocados en la enseñanza curricular, no en la extraescolar. En ellas, se indican una serie de actividades para hacer en clase de forma colectiva, donde los ejercicios muchas veces son muy parecidos a juegos de mesa o pasatiempos, y casi siempre cuentan con un importante componente gráfico.

"La didáctica es la ciencia que viene a decir cómo los niños aprenden. Por ejemplo, en qué orden pensar los conceptos para que los conceptualicen bien o cómo deben construir esas ideas. Es algo que hemos internalizado", agrega por su parte Ramón Álvarez, jefe de estrategia en Innovamat, que recalca que cuentan con 11 doctores en didáctica en el equipo. "Le damos mucha importancia a este enfoque educativo socio constructivista".

Todo ello con el objetivo de aparcar la formación tradicional, donde el libro es un elemento central y el alumnado pasivo, sea cual sea la materia. "Nosotros vamos a las escuelas y les damos todo lo que necesiten para construir conocimiento matemático. Desde una caja de material manipulativo a guías didácticas, formación, una plataforma de prácticas, vídeos interactivos... Todo menos un libro de texto, que es lo que venimos a sustituir", continúa Dotti, que prefiere no revelar el precio exacto de su solución, indican que "es similar al coste del libro de texto, que está entre 30 y 40 euros al año por alumno", ya que no hay un precio fijo, sino que este se amolda según las necesidades y exigencias del colegio o instituto.

placeholder Dos de los cofundadores de Innovamat, Andreu Dotti y Laura Morera. (Cedida)
Dos de los cofundadores de Innovamat, Andreu Dotti y Laura Morera. (Cedida)

Pero ¿por qué esa fijación con el libro de texto? "La investigación en aprendizaje muestra que la mejor forma de aprender no es a partir de que te transmitan o te hagan una clase magistral, sino a partir de entender, de deducir y construir tu propio conocimiento, no tu propio libro de texto. Es lo que intentamos hacer con cada alumno, que entiendan muy bien qué están haciendo", responden.

Otro de los aspectos de Innovamat que más llama la atención está en que las tabletas u ordenadores apenas ocupan una cuarta parte del tiempo en su metodología, cuando hace años que se veían como la panacea para la educación. "Lo importante es que haya un maestro por aula, como mínimo, y actividades muy ricas desde el punto de vista didáctico. Después, siempre se intenta que los últimos 10 o 15 minutos se dediquen a registrar en papel lo aprendido", explican en la empresa. "Los niños ya están en muchas horas con pantallas en casa", recuerdan.

Eso sí, reservan un día a la semana para una plataforma digital para que cada alumno "pueda practicar a su propio ritmo lo que aprende en clase". "Usamos la tecnología porque creemos que es buena para practicar con un nivel de personalización muy grande, pero, para construir aprendizaje, es mucho más importante estar en diálogo y trabajar en equipo", exponen. "Separamos mucho aprendizaje de la práctica, que es donde la tecnología permite personalizar, además de que es algo que es muy complicado de conseguir si un profesor tiene que ir caso por caso en una clase de 25 alumnos".

Foto: Clase presencial en un instituto madrileño. (Reuters)

Hasta ahora, han trabajado tanto con centros públicos como privados o concertados. Entre los primeros, están Jacint Verdaguer (El Prat de Llobregat), Escuela del Mar (Barcelona) o Els Vinyals (Lliçà de Vall), mientras que entre los segundos hay nombres como Mirasur, Santa Gema Calgani o Patricio Serrano, todos ellos en Madrid. Para el próximo curso, pretenden abarcar también 4.º de la ESO, de modo que podrán ofrecer sus servicios para todo el espectro de la educación obligatoria en España.

Ahora también han empezado a ofrecer un complemento llamado Bmath, una aplicación para el aprendizaje extraescolar. "Está enfocado a familias que no tienen Innovamat en el colegio o quieren practicar más", explican. En este caso, se trata de un modelo freemium; esto es, una parte básica gratuita y otra más avanzada con una suscripción mensual de 14,99 euros, donde se pueden incluir hasta cinco alumnos.

"No somos rentables, pero no estamos lejos"

La historia de Innovamat se remonta a principios de 2016, cuando Dotti estaba montando la empresa junto a otros dos amigos, todos ellos ingenieros. Ahí conocieron a dos profesoras de Matemáticas y doctoras en Didáctica, Laura Morera y Cecilia Calvo, que acabaron de iluminar lo que querían conseguir. "Nuestra competencia son editoriales que hacen de todo, pero eso es lo que nos diferencia, porque no tienen especialistas en Didáctica o Matemáticas, sino que lo externalizan para hacer consultas. Eso hace que no haya una coherencia en lo que desarrollan", aseguran.

Por ahora, Innovamat está presente en otros seis países (México, Italia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú) y cuenta con un total de 300 trabajadores. Sin embargo, más que una expansión internacional, en la firma quieren aprovechar la financiación obtenida para "invertir en producto y en investigación de didáctica". "El objetivo es seguir muy focalizados en resolver el problema de las matemáticas, además de trabajar muy bien la marca y que la gente nos llame cuando se plantee mejorar", dicen.

placeholder Foto: EFE/Mariscal.
Foto: EFE/Mariscal.

No obstante, creen que uno de los puntos que les ha hecho más atractivos para los inversores es que han cerrado todos los ejercicios sin alejarse demasiado del equilibrio entre gastos e ingresos. "Nuestro foco ha sido no alejarnos de la rentabilidad cada año. Nos hemos tratado de alejar del ruido y de ciertas prácticas de startups que se meten en burbujas, como pagar sueldos brutales", destacan. "Ahora no somos rentables, pero no estamos lejos".

Precisamente, la escasez de talento tecnológico es la que está detrás de esa escalada de algunos salarios. "No es fácil, pero somos un proyecto con mucho propósito. A la gente le gusta trabajar en empresas con impacto, como es el aprendizaje de los niños. Es algo de mucha responsabilidad. No es hacer un software más para, por ejemplo, repartir comida", dicen sobre esto. Además, agregan, un efecto secundario de la expansión de este método puede suponer que "en un futuro haya más personas que quieran estudiar carreras STEM o, al menos, no escojan otras opciones solo para huir de las matemáticas". "Es un modelo en el que el impacto es a largo plazo", aseguran.

Matar al libro de texto, pero sin depender de las pantallas. Esa es la propuesta de Innovamat, que tiene un cometido que a muchos les puede sonar a misión imposible: hacer que las matemáticas dejen de ser un tostón para el común de los mortales. Para ello, el modelo de esta startup catalana está centrado en las primeras etapas de la enseñanza, abarcando desde niños de tres años hasta 3.º de la ESO. Es una idea que les ha hecho recaudar 20 millones de euros en una reciente ronda de financiación y estar presentes en cerca de 2.000 colegios e institutos en España, donde está el 75% de sus clientes, y varios países de América Latina.

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