Todos quieren ser Revilla en campaña: la realidad tras los carteles y actos que te avergüenzan

¿Qué tienen en común un cartel electoral de la alcaldesa de Segovia que juega con su nombre y el Clara-mente del tema de Shakira y Bizarrap con que Abel Caballero, regidor de Vigo, inaugure una tienda de Primark a gritos y mostrando el entusiasmo de un hooligan tras ganar una Champions? ¿En qué se parece un vídeo en el que se ve a Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria, taladrando el oído a un enfermo cantándole a capella con que José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, se suba y empiece a brincar en una cama elástica durante la inauguración de un pabellón municipal?

Lo primero es que todas estas escenas pertenecen al costumbrismo político español. Sus protagonistas son representantes públicos y candidatos intentando llamar la atención. Lo segundo, es que este material es carne de cañón para la chufla en las redes sociales, contenido que se acaba compartiendo una y otra vez hasta incluso llegar a los informativos y tertulias de televisión. Lo tercero, es que son cuatro ejemplos perfectos de la política meme, esa que busca la viralidad en internet. Una política que lleva ya unos cuantos años practicándose entre nuestros representantes públicos.

La cuestión es que esta doctrina, la de la política meme, alcanza sus cotas más altas en campaña electoral. Algo que ha hecho que se hayan multiplicado los juegos de palabras, chascarrillos y malabares comunicativos en los carteles, videos y actos de los partidos políticos hasta el punto de que el común de los mortales tenga la sensación que todo esto se ha ido de las manos.

"Es cierto que se intensifica y se ve mucho más en todo el periodo de campaña, entendido como los 15 días de rigor y la precampaña, que se activa mucho antes. Pero aunque hay diferencias, también es algo que se extiende a otros periodos", analiza Manuel de la Fuente, politólogo de la consultora Harmon.

Este experto indica que "aunque todo lo que rodea a los memes es muy antiguo" lo cierto es que ha sido en los últimos años cuando se ha empezado a utilizar de manera generalizada por partidos, pero "también en el mundo corporativo". "Hemos visto a empresas utilizando memes no solo en sus perfiles de internet, sino también en otros soportes. Ya no tiene sentido hablar de campaña online y offline. Ahora se hace una única campaña y eso se ve muy bien reflejado en el diseño, la forma y el tono de los carteles para presentar a los candidatos que heredan expresiones y lenguaje de otras plataformas", argumenta De La Fuente en conversación con El Confidencial. "No hay que confundir el meme, que puede tener múltiples orientaciones; con la comunicación negativa, que es algo todavía mas antiguo".

La fórmula Revilla 2.0

Para Pablo Simón, politólogo y rostro habitual de varias tertulias de actualidad televisiva, "tiene mucho sentido" mostrar así a los candidatos. Señala que esta tendencia se consolidó en nuestro país a partir de que emergieron los llamados nuevos partidos. "Cuando nos hacen llegar un mensaje en clave y términos políticos, se nos levantan las defensas de los sesgos partidistas y cada uno interioriza el mensaje de forma más escéptica o más próxima en función de sus filias, fobias y preferencias ideológicas", argumenta.

Sin embargo, Simón dibuja una situación diferente cuando nuestro contacto con los candidatos o representantes políticos se produce de otra manera. "Cuando una anécdota es capaz de viralizarse y lo consumes en un video o se cuela en las noticias de política siendo algo más propio de sociedad es algo muy conveniente para el político. En clave de humor, el sesgo partidista está más relajado y las defensas de las que hablábamos no se disparan tanto. Puedes acceder a un electorado más transversal del que podrías acceder de otra forma", apunta.

Por ello, señala la utilidad de la política meme y sus recursos "para limar las aristas" de los candidatos en un momento en el que la política es tremendamente "personalista". Se puede conseguir así presentarlo como "alguien majo" o "alguien simpático" y acceder a votantes que no tienen una preferencia muy fuerte a los que simplemente acaban cayendo bien.

"Esto no es nuevo. Ha sido parte de la fórmula de éxito de Revilla, que se ha caracterizado por una forma de hablar y de actuar sin tapujos, muy llano. Todo ese anecdotario le puede ayudar, además, a no hablar de otros cosas menos favorecedoras como puede ser la gestión. Es una manera de llevarlo a un terreno neutro", apunta.

¿Cómo Rajoy acabó siendo el expresidente favorito de muchos?

Si hay un personaje que haya conseguido destacar en este sentido ha sido sin lugar a dudas el expresidente Mariano Rajoy. "Si te pones a buscar momentos de gente como Abel Caballero pues probablemente encuentres también un carro de escenas similares, pero el caso de Rajoy es muy señalable por su impacto mediático", confiesa un trabajador de una consultora que prestaba servicio a un partido de la oposición durante uno de los mandatos del gallego.

Un plato es un plato, los catalanes hacen cosas, hay que construir más máquinas que nos permitan construir más máquinas, el alcalde y la elección de los vecinos… Muchos de los deslices dialécticos han quedado grabados a fuego en el colectivo imaginario. "No eran intencionados pero muchas veces les venían bien, porque les servía para que la gente que no estaba enchufada a la actualidad política ni muy posicionada no prestaste atención a otros asuntos delicados", comenta esta misma fuente.

No siempre eran casualidad. El propio equipo de Rajoy colgó un meme en Twitter cuando recibió en 2015 un puñetazo en la recta final de la campaña electoral. "Mucha gente no recuerda acciones y políticas concretas. Recuerdan estos episodios y por eso para muchos se ha convertido, por así decirlo, en su expresidente favorito. Era un tío campechano y lo supieron explotar. Es lo mismo que ahora con Pedro Sánchez, que fomenta esa idea de buena planta, atractivo, seguro de sí mismo".

"Rajoy hizo lo que se esperaba de él. Era lo que ya hacía. Era muy genuino, muy natural. Era un tipo al que le gustaba el fútbol y leer el Marca, una persona que era fácil sentirse identificado con él a pesar de la distancia ideológica", comenta Manuel de la Fuente en este punto.

Añade que este tipo de figuras funcionan muy bien en épocas donde el debate en internet no está tan polarizado como ahora mismo y en momentos donde se premia más la gestión. Para explicarlo, este experto rescata una campaña de Mauricio Macri, que gobernó Argentina entre 2015 y 2019, para ilustrar cómo los memes pueden servir para llegar a nuevos públicos. En aquel momento, la actualidad no estaba tan tensa y el equipo del político sudamericano identificó que se tenía que acercar a gente joven, urbanita y con cierto amor por los animales. Como no tenían ningún asunto caliente que facilitase la aproximación, decidieron hacer una campaña donde se veía al perro de Macri sentado en el sillón presidencial. "Aquello se viralizó muchísimo. Sus ideólogos cuentan que aquello fue clave para conectar con ese segmento. Eso te demuestra que todo está muy medido".

El logro de Ayuso y la parodia del rival

"Yo siempre me pregunto la intencionalidad real de todas estas acciones, si de verdad se pretende conseguir esos resultados o se lo encuentran y lo explotan", opina Álvaro L. Pajares, coautor de Memeceno (La Caja Books, 2023). Este experto en redes sociales puntualiza que este fenómeno de los memes y usar lo viral como "neutralizador de la posible indignación" no ha sido algo que se haya fabricado desde la comunicación política, aunque sí que han sabido utilizarlo para "desviar la atención" o conectar con gente que está desconectada de sus mensajes.

"Los memes surgieron hace más de una década como un hito cultural que reflejaba un cambio social. Un cambio en donde la sociedad se dirigía a algo más individualista. Fruto de ese cambio también se premiaba el poder reírnos ya no de cualquier cosa sino de hacer humor sobre ti mismo. Aquí es donde los políticos han sabido explotar los memes", argumenta. "Eso saltó poco a poco a la política y en Estados Unidos en la campaña de Obama se acabó consolidando”.

La pregunta es evidente: el político meme, ¿nace o se hace? Pajares lo tiene claro. A pesar de que se puedan mejorar las capacidades y modelar a los candidatos, los memes, como unidad de comunicación, "tienen unas características y una naturaleza muy concretas". "En inglés hay una expresión que dice que los buenos memes tienen que ser relatables, ser identificables. Es imposible saber si va a triunfar o no cuando lo haces, pero tienes que cumplir esa condición de base y eso es difícil si no lo tienes".

En el libro, este joven dedica un capítulo al éxito memético de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid. "Ha sabido leer muy bien ese espíritu de individualismo, de saber aceptar lo que hay, de reírse de uno mismo que tienen los memes", explica. "En las comunidades femeninas de internet hay mucho meme que gira en torno a esas chicas que no son perfectas, que tienen libertad para no serlo aunque su vida sea un caos. Que hacen lo que quieren. Y ella ha sabido trasladar muy bien esa idea a su personaje político", concluye este joven.

Ayuso ha protagonizado uno de los contenidos más compartidos de la campaña y que se ha convertido en tendencia incluso en TikTok: la canción de su vídeo Ganas. "Particularmente me parece que no ha arriesgado mucho, que es lo que tiene que hacer", dice De La Fuente sobre este video. "Tiene que fidelizar a los suyos, así que juega a eso. El triunfo puede venir porque la izquierda haga cierta parodia. Y eso es positivo, porque refuerza a su comunidad con eso de que el oponente se está riendo de nosotros", explica. Este politólogo también destaca como otros candidatos, como es el caso de Alejandra Jacinto, candidata de Podemos a la Comunidad, se han aprovechado de Ayuso para ganar viralidad y visibilidad, con cosas como el momento en el que le entregó el libro de las muertes en las residencias durante el debate.

Los memes, ¿son de izquierdas o de derechas?

¿Son los memes de izquierdas o de derechas? "Creo que la derecha está llamando más la atención en los últimos tiempos porque ha empezado a mezclar humor y política, por así decirlo, más recientemente", opina Pablo Simón, que descarta la idea de que esta tendencia sea una cosa mayoritaria entre los partidos conservadores. "Tradicionalmente, este tipo de humor se asociaba con la izquierda porque los creadores de contenidos siempre han estado más vinculados a ese espectro ideológico. Los programas de sátira política como Polonia o los guiñoles eran contenidos progresistas y funcionaban y no encontrabas equivalencias en el lado opuesto. La derecha lo está haciendo de manera más descentralizada, pero está siendo muy visible por ese factor de novedad".

Hay un riesgo en la estrategia de buscar el meme que es el de pasarse de frenada. "Es una herramienta potentísima, pero te puede comer el mensaje", opina Pajares. Esto es lo que parece que le está pasando a Recupera Madrid, el grupo de carmenistas liderado por Luis Cueto, asesor de Manuela Carmena, que están intentando activar la cuarta vía dentro de la izquierda municipal. Lo están haciendo con acciones orientadas a la viralidad para llamar la atención por internet. Un Pokémon Go para cazar los tropiezos del actual alcalde por toda la ciudad, un grupo caracterizado como la película La Purga para repartir octavillas pidiendo "acabar con los políticos" o TikToks grabados en mítines de otros partidos son algunas de sus iniciativas.

"El problema es que se están quedando en la forma, en el meme; y no están llegando al fondo. Están buscando su espacio muy legítimamente en un escenario muy complicado, pero no están logrando explicar sus diferencias programáticas", remata De La Fuente, que pone otros ejemplos que sí han sabido llegar mejor al ciudadano. Por ejemplo, el cartel de MásMadrid titulado Lo va a hacer Rita al saber mezclar "una expresión común y popular con el programa" (¿Arreglar el metro? Lo va a hacer Rita, Quitar el scalextric de Vallecas, Lo va hacer Rita). También destaca los movimientos de Juan Lobato, candidato del PSM y rival de Ayuso. Federico Jiménez Losantos le puso el mote de Lobezno. En lugar de enfadarse y dar cancha a la provocación de locutor, optó por darle la vuelta y convertirlo en el lema "No es Lobezno, es Lobato". "No son cosas infalibles, pero ayudan".