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Auro abandona Barcelona ahogada por la ley anti-VTC y Cabify está contra las cuerdas
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Sin licencia urbana para operar

Auro abandona Barcelona ahogada por la ley anti-VTC y Cabify está contra las cuerdas

Ni Auro ni Vecttor (filial de Cabify) han conseguido las licencias urbanas necesarias para operar en Barcelona. Auro ya ha decidido dejar de operar en la ciudad en cuanto caduquen sus autorizaciones. ¿Qué pasará con Cabify?

Foto: Coches VTC de Cabify en Barcelona. (EFE)
Coches VTC de Cabify en Barcelona. (EFE)
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Crónica de una muerte anunciada. Así describen fuentes del sector consultadas lo que está ocurriendo en Barcelona con la mayoría de empresas de coches VTC que trabajan con Uber, Cabify o Bolt. Una de las principales, Auro, con Félix Ruiz al frente, cofundador de Tuenti y Playtomic, ha decidido dejar de operar en la Ciudad Condal en cuanto caduquen las licencias que aún tiene vigentes, algo que sucederá a lo largo de este año y el que viene. Auro tenía 191 licencias operativas en Barcelona, pero no ha logrado obtener el segundo permiso urbano para seguir operando. Ahora solo cuenta con 80, y bajando. Vecttor, filial propiedad de Cabify, está en una situación similar, aunque tiene mucho más que perder. No ha obtenido permiso para seguir rodando y sus 600 licencias operativas (de un total de 1.000) comenzarán a caducar progresivamente en los próximos meses.

La situación de Auro y Vecttor es el mejor ejemplo del momento límite que viven en Barcelona la mayoría de empresas de flotas VTC. El pasado 1 de enero entró en vigor la normativa de la Generalitat que les obligaba a obtener una nueva licencia urbana para circular dentro del Área Metropolitana de Barcelona (AMB). Estos trayectos son la inmensa mayoría de los que realizan, por lo que, sin el permiso urbano, simplemente no sale a cuenta circular.

Foto: Un coche de Cabify, por las calles de Madrid. (EFE/José Manuel Vidal)

Para obtenerlo, era necesario cumplir una serie de estrictos requisitos, entre ellos, disponer de coches de una longitud superior a los 4,9 metros, haber estado operando desde al menos el último año o tener contratado un seguro de responsabilidad civil que cubra hasta 50 millones de euros en daños que puedan sufrir los viajeros. "Estaban diseñados para que fuera casi imposible cumplirlos", señala un directivo del sector consultado. Si no se cumplían estos criterios, no se podría obtener el permiso urbano. Y eso es exactamente lo que les ha ocurrido a Auro y Vecttor. Aunque no son las únicas.

placeholder Félix Ruiz (primero por la izquierda), junto al resto del equipo directivo de Jobandtalent, 'startup' de la que es presidente. (Cedida)
Félix Ruiz (primero por la izquierda), junto al resto del equipo directivo de Jobandtalent, 'startup' de la que es presidente. (Cedida)

El Instituto Metropolitano del Taxi (IMET), un organismo público dependiente del Área Metropolitana de Barcelona, recibió casi 3.900 peticiones de licencias urbanas, pero, a día de hoy, ha concedido solo el 9% de las mismas, 365 en total, según cifras facilitadas por el propio IMET. Jaime Banús, consejero delegado de Auro, confirma a este diario que no han conseguido ni una sola de las concesiones. "Recibimos lo que se conoce como silencio administrativo, es decir, si no nos comunicaban nada, es que no nos las daban. Y así fue. Hemos tomado la decisión de dejar caducar las 80 que tenemos y, cuando lo hayan hecho, ya no operaremos en Barcelona", explica.

Auro cuenta con un total de 2.200 licencias VTC en España, de las cuales 2.100 están operativas, es decir, rodando en la carretera. Tenía menos de un 10% en Barcelona, y el resto, la gran mayoría, en Madrid, más de 1.800. La exposición de Vecttor en Barcelona, filial de Cabify, es mucho más problemática.

"Llegas a Sants y hay colas horribles para coger un taxi. En los momentos de pico de demanda, como son la celebración de eventos, es peor"

La empresa cuenta con un total de 2.000 licencias en España, la mitad en la Ciudad Condal. De esas 1.000, ya solo puede usar 600 y tampoco ha recibido una licencia urbana, tal y como confirman fuentes conocedoras de la situación interna de la empresa. Es decir, Cabify se enfrenta a la progresiva caducidad de sus licencias restantes y, salvo que haya un giro legal inesperado, al cese de operaciones en Barcelona. Contactada por este diario, Cabify asegura que "mantiene su vocación de seguir operando en Barcelona, donde lleva más de 10 años y cuenta con más de un millón de usuarios".

El adiós de Auro y el más que probable adiós de Cabify y Vecttor chocan con la situación de colapso que vive Barcelona en determinados puntos de la ciudad y momentos del año. "Llegas a la estación de Sants y hay unas colas horribles para coger un taxi. En los momentos de pico de demanda, como son la celebración de eventos, es todavía peor", explica Banús. La celebración del Mobile World Congress el pasado febrero fue la mejor prueba de lo que ocurre. Ante la avalancha de 80.000 asistentes para los 10.000 taxis de la ciudad, la Generalitat se vio obligada a suspender durante 10 días su propio decreto anti-VTC para permitirles trabajar sin ningún tipo de restricción. La medida funcionó, porque aún hay empresas operando, pero ¿qué ocurrirá cuando Auro, Vecttor y el resto de flotas ya no rueden en la ciudad?

placeholder Concentración de taxistas en Barcelona el pasado enero para protestar contra Free Now, Uber, Bolt y Cabify. (EFE)
Concentración de taxistas en Barcelona el pasado enero para protestar contra Free Now, Uber, Bolt y Cabify. (EFE)

El fuerte de Auro está en Madrid, por lo que puede permitirse esperar un cambio regulatorio en Barcelona. Pero Cabify tiene peores cartas: mientras su operativa en Barcelona se desintegra, se enfrenta a una pelea legal con Auro en la capital que puede dejarla tocada. Félix Ruiz ha llevado hasta el Tribunal Constitucional la decisión del TSJM que dio la razón a Cabify en el contrato de exclusividad que ambas empresas mantienen y que Auro quiere romper. Alrededor de 1.000 licencias de Auro están comprometidas solo con Cabify, pero si el Constitucional falla en contra, eso podría cambiar.

Auro prepara además otra ofensiva judicial contra Cabify por competencia desleal y permitir que VTC de otras CCAA operen en Madrid. La rivalidad entre Ruiz y Juan de Antonio, fundador y CEO de Cabify, llega al punto de que Ruiz se niega incluso a nombrar a Cabify. "Operamos con Uber y Bolt", dice en su perfil profesional, cuando casi el 50% de las licencias de Auro sigue atado por contrato a Cabify.

Ahora, todas las miradas están puestas en la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) del próximo 8 de junio, que deberá pronunciarse sobre la legalidad de exigir permisos adicionales urbanos, como ocurre en Cataluña, y la famosa ratio 1/30, que establece por ley que no puede haber más de un VTC por cada 30 taxis. El abogado general de la UE, Maciej Szpunar, se pronunció ya el pasado diciembre en contra de estas restricciones, argumentando que "violan la libertad de establecimiento". El análisis del abogado general no es vinculante, pero es muy probable que el alto tribunal europeo se pronuncie en la misma dirección. Si eso ocurre, Auro, Vecttor (Cabify) y el resto de compañías VTC tendrán la puerta abierta para contraatacar en los tribunales e intentar reconquistar Barcelona.

Crónica de una muerte anunciada. Así describen fuentes del sector consultadas lo que está ocurriendo en Barcelona con la mayoría de empresas de coches VTC que trabajan con Uber, Cabify o Bolt. Una de las principales, Auro, con Félix Ruiz al frente, cofundador de Tuenti y Playtomic, ha decidido dejar de operar en la Ciudad Condal en cuanto caduquen las licencias que aún tiene vigentes, algo que sucederá a lo largo de este año y el que viene. Auro tenía 191 licencias operativas en Barcelona, pero no ha logrado obtener el segundo permiso urbano para seguir operando. Ahora solo cuenta con 80, y bajando. Vecttor, filial propiedad de Cabify, está en una situación similar, aunque tiene mucho más que perder. No ha obtenido permiso para seguir rodando y sus 600 licencias operativas (de un total de 1.000) comenzarán a caducar progresivamente en los próximos meses.

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