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A esta mujer le salió mal dormir en la oficina (y a Elon Musk bien). "Currar 24/7 te abre los chakras"
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Dormir (no) es de cobardes

A esta mujer le salió mal dormir en la oficina (y a Elon Musk bien). "Currar 24/7 te abre los chakras"

Ahora que ni siquiera dormir bajo el escritorio garantiza un puesto de trabajo en Silicon Valley, toca revisar en qué momento se puso de moda esta exagerada práctica laboral. Breve historia cultural de ir a la oficina con saco

Foto: Esther Crawford. (Robert Cowherd)
Esther Crawford. (Robert Cowherd)

Consejo de amigo por si le nombran a usted Empleado del Año: eso no le hace inmune a la purga, la purga siempre está ahí, acechante como un guepardo hambriento, tan caprichosa y despiadada como la fragilidad de la existencia.

Cuando Elon Musk asaltó Twitter en modo agente del caos, con guadaña en mano y galimatías en boca, sus nuevos empleados se dividieron en dos grupos: los que se enfrentaron a él y los que se autoproclamaron soldados de Elon.

Foto: Cómo mantener tu cuenta de Twitter segura sin pagar un euro a Elon Musk (Reuters/Bobby Yip)

Si para congraciarse con el Chimo Bayo del 91 era bueno liberarse de compromisos de jueves a lunes, y para camelarse a Ramón Tamames es conveniente hacerle mucho casito, nada en el mundo gusta más a Elon Musk que un empleado que duerme en el suelo de la oficina.

Si la llegada de Musk a Twitter vino acompañado de sus clásicas arengas para trabajar 24/7, empezando por él mismo ("Musk asegura que duerme en el suelo de la oficina por la sobrecarga laboral de reestructurar Twitter"), sus empleados más fieles no podían ser menos.

Esther Crawford colgó esos días en redes una foto durmiendo en las oficinas de Twitter con el hashtag #DuermeDondeTrabajas.

Tras la polémica levantada por su tuit, Crawford se justificó así en Twitter:

1) "Ya que algunas personas están perdiendo la cabeza, me explico: hacer cosas difíciles requiere sacrificio (tiempo, energía, etc.). Tengo compañeros en todo el mundo que se esfuerzan por dar vida a algo nuevo, es importante para mí dar la cara por ellos y mantener al equipo desbloqueado".

2) "Amo a mi familia y agradezco que entiendan que hay momentos en los que necesito ir a toda mecha, esforzarme por cumplir. Crear cosas nuevas a la escala de Twitter es muy difícil. Tengo la suerte de estar haciendo este trabajo junto con algunos de los mejores".

La pregunta es legítima: ¿A quién estaba mandando un mensaje Crawford durmiendo en la oficina? ¿A sus subordinados o a su jefe?

Crawford defendió esos días internamente los despidos masivos propuestos por Musk

Crawford defendió esos días internamente los (muy criticados) despidos masivos propuestos por Musk (es cierto que las predicciones más catastrofistas sobre Twitter —colapso técnico si Musk llevaba a cabo la gran purga— no se han producido aún).

Tras viralizarse su foto durmiendo en la oficina, Musk puso a Crawford al frente de uno de los proyectos estrella de la compañía: el desarrollo de Twitter Blue.

Crawford no ha dado muestras de arrepentimiento desde su despido

Pero, hace unos días, llegó el giro (¿inesperado?) a esta historia: Crawford fue despedida.

Crawford se ha convertido ahora en símbolo mundial de algo: no importa lo mucho que duerma uno en la oficina, o lo mucho que pelotee uno a su jefe, la purga siempre está ahí, más cuando trabajas para el pistolero más rápido del Oeste.

Con todo, Crawford no ha dado muestras de arrepentimiento o resentimiento desde su despido, más bien ha profundizado en el pensamiento positivo, con consejos sobre cómo levantarse después de un golpe, aforismos laborales inasibles y anuncios de un viaje a Tailandia en busca de nueva aventuras.

Más allá de las tribulaciones personales de Crawford, cabría preguntarse en qué momento dormir en la oficina se convirtió en vara de medir el óptimo rendimiento laboral. Hasta hace no mucho, la expresión "dormir en el trabajo" tenía connotaciones exclusivamente negativas: era signo de grave negligencia laboral, como esos empleados de una central nuclear estadounidense cazados echando la siesta, al más puro estilo Homer Simpson: "La Comisión Reguladora Nuclear ordenó el cierre de la planta nuclear de Peach Bottom en Pensilvania hoy, tras encontrar a varios operadores de la sala de control nuclear durmiendo durante un turno", contó el New York Times en 1987.

Pero, en los noventa, algo cambió.

Valle del Silicio

En esa década, un puñado de chavales de Silicon Valley llevó al capitalismo occidental a una nueva era innovadora, con empresas que iban a cambiar las costumbres tecnológicas a velocidad de vértigo, pero también con prácticas laborales extravagantes, como dormir en las oficinas (perdón, garajes) de sus startups californianas.

A mitad de los noventa, Musk ya dormía en el suelo de la oficina mientras fundaba Zip2, variante rupestre entre Yelp y Google Maps vendida luego por 307 millones de dólares.

Jeff Hellman, cabeza visible de Zip2, lo recordaba así en la biografía de Elon Musk escrita por Ashlee Vance: "Parecía que Musk nunca abandonaba la oficina. Dormía, casi como un perro, en un puf junto a su escritorio. Casi todos los días yo entraba a las ocho de la mañana, y me lo encontraba allí mismo, en el puf. Tal vez se duchase los fines de semana, no lo sé. Musk pidió a los empleados que le dieran un puntapié cuando llegaran, para despertarse y volver al trabajo. Musk trabajaba como un poseso escribiendo el código".

¿Por qué Musk acabó mal con sus socios en PayPal? En términos generales, por su cultura laboral errática

Más tarde, Musk fundó el primer proyecto de banco digital (X.com), fusionado más tarde en PayPal, de donde Musk salió a tortas (pero con 1500 millones en el bolsillo tras la compra de eBay).

¿Por qué Musk acabó mal con sus socios en PayPal? En términos generales, por su cultura laboral errática. Harris Fricker, otro mandamás alfa de X.com, tenía una idea más tradicional de los negocios que él, si por tradicional entendemos trabajar de día y no vender humo a los inversores:

1) "Harris Fricker quería dirigir la empresa y hacerlo de un modo más convencional. Las declaraciones que Musk hacía a la prensa sobre la necesidad de cambiar de arriba abajo el sector bancario le parecían absurdas. Estábamos prometiendo el Sol, la Luna y las estrellas a los medios de comunicación", contó Fricker en el libro de Vance.

Elon Musk, en efecto, no era el único que dormía en el suelo entonces en Silicon Valley

2) "Si Fricker llegaba a trabajar a las 6:30 de la mañana, para seguir la apertura de los mercados financieros, Musk trabajaba hasta las 4 de la madrugada, momento en el que echaba la siesta en el suelo de la oficina. Para Fricker, esto era una señal de la desconexión de Musk con la empresa, pero para Musk, los maratones laborales nocturnos eran la forma en que operaban las nuevas empresas", según el reciente libro de Jimmy Soni sobre el boom de PayPal y los pioneros de Silicon Valley: The Founders.

Eran dos modos de trabajar y hacer negocios, el de toda la vida y el del nuevo Silicon Valley rebelde, que cambiaba corbatas por playeras, pero bajo el aspecto juvenil y neohippie, apelaba a una visión límite del emprendizaje, una en la que si no dormías en el suelo rodeado de cajas de pizza, si no estabas demasiado atareado para ducharte, eras una especie de degenerado que no creía en el sueño americano.

Elon Musk, en efecto, no era el único que dormía en el suelo entonces en Silicon Valley.

No sin mi saco

Durante la loca disputa entre X.com y Confinity por convertirse en la web de pagos online de referencia, que derivó en la creación de PayPal, en Confinity también se puso de moda dormir en el trabajo. "Max Levchin (fundador de la compañía) llevó un saco de dormir a la oficina y se apalancó ahí por las noches". "La gente trabajaba veinte horas y dormía cuatro", cuenta el ingeniero David Gausebeck en el libro.

"Así comenzó una de las batallas más feroces e inusuales en la historia de Internet: la guerra entre X.com y Confinity para captar clientes y ver quién se quedaba sin dinero más rápido", según un irónico Musk. "Las semanas que siguieron fueron de desesperación y sacos de dormir bajo los escritorios", según Soni.

"Había esa extraña presión de los compañeros. Cuando te ibas a casa, la gente decía: '¿Ya te vas? ¿Solo has estado aquí catorce horas?'"

"Había esa extraña presión de los compañeros. Cuando te ibas a casa, la gente decía: '¿Ya te vas? ¿Solo has estado aquí catorce horas?'", cuenta una antigua empleada de X.com en el libro.

"Cuando fui a la entrevista de trabajo, vi sacos de dormir bajo los escritorios y pensé: 'Oh, yo nunca voy a dormir ahí', pero poco después, mientras preparábamos un nuevo procesador para tarjetas de crédito, hice un turno de 36 horas seguidas. Dormía en la sala de conferencias", recuerda otra empleada de la startup de Musk.

Max Levchin, cerebro gris de PayPal, despliega en el libro una visión romántica/new age de todo ello: "Hay algo muy especial en la ética de trabajar toda la noche. Hay algo en el estilo de vida nocturno de los ingenieros informáticos que abre los chakras a la creatividad y a la escritura de código… En lugar de parar a dormir y dejar que las ideas se disipen, te enfocas en los hallazgos de las últimas horas, te vuelves loco y trabajas otras ocho horas más".

Foto: El profesor Anthony Klotz. (Texas A&M Division of Marketing & Communications/Billy Smith)

No obstante, el contexto para las machadas laborales de Musk y compañía ha cambiado un poco desde los años noventa. 1) En plena era de la Gran Renuncia, con una nueva generación poco amiga de matarse a trabajar, y con el covid abriendo telegrietas entre empresas presencialistas y empleados desapegados, dormir bajo tu escritorio no es tan cool como en 1999. 2) Del mismo modo, tras tres lustros en los que cualquier idea venida de Silicon Valley era recibida como genialidad absoluta por los medios, el humor ha cambiado bastante los últimos años. Las críticas a empresas como Meta son cada vez más fuertes en libros y medios, hay saturación digital y Silicon Valley se ha convertido en una máquina de purgar… duermas o no bajo tu escritorio.

Cuando ni siquiera dormir en la oficina te garantiza un puesto de trabajo californiano, quizá ha llegado la hora de darle una vuelta a la idea.

Consejo de amigo por si le nombran a usted Empleado del Año: eso no le hace inmune a la purga, la purga siempre está ahí, acechante como un guepardo hambriento, tan caprichosa y despiadada como la fragilidad de la existencia.

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