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He vuelto a probar eMule y Torrent, pero eso no es lo que debería preocupar a Netflix
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¿DE VERDAD ALGUIEN VA A VOLVER?

He vuelto a probar eMule y Torrent, pero eso no es lo que debería preocupar a Netflix

El fin de las cuentas compartidas en Netflix ha hecho que muchos amaguen con volver a las viejas plataformas p2p. En realidad, son programas obsoletos, pero ahora hay otras alternativas que pueden hacerles más daño

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

Todo el mundo dice que quiere irse de Netflix y muchos ya han señalado cuál será el camino de huida: volver a sitios como eMule, Ares o Torrent. Las plataformas de intercambio de archivos entre pares (p2p) tuvieron sus años de gloria hace algo más de dos décadas, hasta que poco a poco fueron sepultadas, precisamente, por el mundo del streaming. Frente a todos los contratiempos que tenían aquellos programas, Spotify o Netflix ofrecían un modelo más cómodo y a un precio más que razonable: podías suscribirte por menos de lo que costaba comprar un CD o alquilar un par de películas en el videoclub.

Solo en España, las descargas ilegales llevan siete años en caída libre —prácticamente, el mismo tiempo desde que llegó Netflix al país—, según el Observatorio de la piratería y hábitos de consumo de contenidos digitales. Sin embargo, entre los que hasta ahora eran los clientes de Netflix hay quien asegura que volverán al mundo de la piratería. De hecho, las búsquedas de eMule en Google se han disparado en los últimos días.

Foto: Foto: EFE/Christian Monterrosa.

Una vez acostumbrados a un entorno sencillo de usar y con alta resolución, ¿es tan fácil volver a usar eMule como si nada? He estado unos días haciendo este viaje al pasado para comprobarlo, aunque me temo que la mayor amenaza para el streaming convencional no puede veinr por ahí.

Viaje a eMule en 2023

Si usabas internet hace algo más de 10 años, las plataformas como eMule o Ares no necesitan presentación. Si no es así, tienes que saber que fueron unos programas del tipo p2p (peer to peer), que no es otra cosa que intercambiar archivos entre los usuarios. Es decir, el software es el punto de encuentro entre personas que pueden subir contenido —generalmente música y cine— que almacenara en su ordenador y, al mismo tiempo, descargar lo que tuvieran otras personas en los suyos. En aquel momento, por cierto, ni la industria cinematográfica ni la musical ofrecían una alternativa digital que fuera atractiva económicamente. Solo hay que recordar que comprar un disco en iTunes tenía prácticamente el mismo coste que hacerlo en físico, entre los 10 y 15 euros.

La cuestión es que volver a abrir eMule en mi portátil ha sido lo más parecido a usar una máquina del tiempo. Las interfaces son exactamente las mismas que hace 10 años, cuando los dejé de usar y, según he visto ahora, cuando dejó de tener actualizaciones oficiales. Tras abrir el programa, han bastado unos segundos para dar con un problema que seguro que han tenido que afrontar quienes han intentado volver a usar este programa: había olvidado completamente su funcionamiento.

placeholder El tiempo no pasa en eMule.
El tiempo no pasa en eMule.

Cuando he ido a hacer una búsqueda, me he dado cuenta de que necesitaba conectarme a una serie de servidores, así que he tenido que indagar para ver cuáles podían ser más útiles o fiables. No es un proceso muy intuitivo, así que si no tienes ciertos conocimientos de informática, es un proceso que no vas a poder completar por ti solo y te va a tocar ver un par de tutoriales. Una vez lo consigues, el mecanismo es más simple: buscar, descargar la opción que más te convenza y reproducirla.

Sea como sea, lo más sorprendente de la experiencia ha sido descubrir que sigue habiendo comunidades activas de eMule. "Soy consumidor de películas antiguas y eMule es la única plataforma que sigue teniendo todo, también novedades, que se suben nada más estrenarse", defiende Daniel, usuario que nunca ha dejado de usar el programa de p2p y recalca los puntos en los que ha cambiado. "Antes podías estar tres semanas para bajar una película, pero ahora son minutos y, además, el contenido es de calidad, puedes elegir hasta varios tipos de definición. Hay películas que pueden pesar hasta 10 gigas, y eso que hay menos servidores. Yo no me encuentro ya contenidos falsos con el mismo título, ni virus, ni nada por el estilo".

Daniel, eso sí, tiene claro que "no va a haber una vuelta al uso masivo de eMule", tanto porque muchas personas no saben que se sigue usando como por las dificultades técnicas que acarrea. "Las descargas por Telegram están muy de moda y mucha gente tira de ahí, porque es más fácil", sugiere. Es más, el informe mencionado señalaba que la aplicación de mensajería "ha aumentado significativamente su uso".

Foto: (EFE/Sedat Suna)

También cabe mencionar el caso del protocolo BitTorrrent, seguramente el que más ha mantenido mejor el tirón con el paso del tiempo. Es la herramienta que ha permitido el desarrollo de plataformas como Popcorn Time —cerrada en enero de 2022— o Stremio, donde muchos han visto el relevo de la primera. En ambos casos, se permite el visionado de película y series en varios idiomas de audio y subtítulos, sin tener que pasar por el trámite de descargar un contenido que, quizá, no vayas a volver a ver nunca. Además, aunque haya que conectarse con determinados servidores, la interfaz es bastante intuitiva y ayuda (bastante) a agilizar el proceso.

Aun así, me cuesta pensar que, acostumbrados a tener todo en un par de clics, vaya a haber mucha gente que vaya a pasar este proceso. "Los modelos de suscripción han venido para quedarse. Estamos enganchados. Además de estar perseguido, la piratería es incómoda y menos accesible. Al final, es más cómodo pagar por una suscripción, porque aunque no se pueda compartir, sigue siendo un precio económico", cuenta Judith Clares, directora del grado en Comunicación de la UOC y especialista en distribución audiovisual. Sin embargo, el mundo del p2p no es la única alternativa —ni tampoco la más atractiva— a la que están mirando los rebotados con Netflix.

Pagar por piratería

Plex ha sido una de las plataformas estrella para ver contenidos en streaming, aunque su modelo es distinto al de programas como eMule. En su caso, ofrece un catálogo de 50.000 películas y series de forma gratuita —ni siquiera hace falta registrarse, pero hay publicidad—, aunque es raro encontrar grandes títulos. Además, permite el visionado de unos 250 de canales de televisión, casi todos en inglés. Pero nada de eso es lo que ha hecho más atractivo de este proyecto, que ya tiene 16 millones de usuarios y cada vez levanta más interés en España.

Lo más atractivo de la plataforma es la creación de servidores privados mediante Plex Media Server, donde no hay una biblioteca común en la que cualquiera pueda buscar un contenido determinado, sino que funciona mediante comparimentos estancos. Es decir, tú puedes crear un entorno y subir tus películas, pero solo pueden entrar a ella aquellos usuarios a los que has invitado. Lo mismo ocurre cuando quieras buscar contenidos, ya que solo podrás ver —que no descargar— aquellos espacios en los que tengas permiso para entrar.

Javier lleva tiempo utilizando Plex y solo tiene buenas palabras para la plataforma. En su caso, compró un ordenador viejo para convertirlo en servidor y alojar ahí todo el contenido que había acumulado durante años. Después, pagó la suscripción de Plex Pass —los precios van desde 4,99 euros al mes hasta los 119,99 euros— para poder aprovechar todas las funcionalidades. "Al subir el contenido, solo necesita el título para que te incluya la información que aparece en IMDB de forma automática. Es la leche", explica, aunque reconoce que su invento también tiene límites y solo lo comparte con amigos: "No es un servidor muy potente, así que si hay cuatro o cinco personas reproduciendo de forma simultánea, se peta".

¿Y de dónde sale lo que sube? "Yo lo pirateo, sobre todo, de eMule y a veces de Torrent", reconoce Javier, que defiende que "eMule no está tan muerto como la gente piensa" y que "el streaming es más cómodo, pero la calidad de imagen y sonido no es la misma que descargando los archivos, aunque esté muy lograda". "Yo pago por Netflix, Prime, HBO... Todo, pero mantengo esto porque prefiero guardar las películas y series que más me gustan. Si me van a cobrar por compartir, lo doy de baja y les paso a mis amigos las invitaciones. No me cuesta nada subir las series que me pidan".

Además, Plex cuenta con distintas aplicaciones para dispositivos, como televisiones, lo que le hace aún más parecido a una plataforma de streaming convencional. Es algo que, por cierto, también ha servido para que unos cuantos hagan negocio y vendan invitaciones en foros como Reddit o plataformas como Telegram, donde un paquete anual puede ascender por encima de los 100 euros. Básicamente, ofrecen una conexión con la promesa de subir las principales novedades.

Sobre la gente que cobra por el acceso, Javier lamenta que es "al margen de la empresa" y espera que no vaya a más: "Si se hiciera conocido, buscarían triquiñuelas legales para tumbarlo, así que no creo que a Plex le interese eso". Clares, de la UOC, tiene claro que estos usos "van a ser perseguidos", aunque reconoce que esta plataforma "permite ver ver todo con comodidad, aunque el contenido que ofrezcan los usuarios no sea legal".

El modelo con publicidad... y sin pagar

Una de las salidas que ha buscado Netflix para mantenerse en el trono del streaming ha sido el lanzamiento de un plan con publicidad más barato que la suscripción convencional. En España, el precio se ha fijado en 5,45 euros al mes. Quienes se decanten por esta opción no solo tienen que ver anuncios, sino que el catálogo de películas y series quedará limitado respecto a la versión estándar. El problema es que ahí también tienen competencia.

Foto: Imagen de la segunda temporada de 'Westworld'. (HBO)

Se trata de las plataformas tipo FAST (free ad-supported streaming), que no es otra cosa que streaming con publicidad, pero gratis. Una de las más conocidas es Pluto TV, donde se ofrecen cantidades ingentes de películas y series, tanto en decenas de canales como bajo demanda. En ella, se pueden ver varios títulos de sagas tan dispares como Star Trek, South Park o Bob Esponja, además de series que hace tiempo pasaron a mejor vida —ahí están El comisario o Ana y los siete— o canales como BBC, CBS o MTV. Es cierto que es raro encontrar grandes estrenos o novedades, pero también que una de las críticas más recurrentes a Netflix ha sido, precisamente, que la calidad de su catálogo llevaba demasiado tiempo dejando que desear, tras haber apostado todo a la cantidad.

Pluto TV, cabe recordar, es propiedad de Paramount, que no es el único gigante interesado en este modelo: Warner Bros, propietaria de HBO Max y Discovery+ ya está estudiando lanzar su propia plataforma FAST. "Todas las plataformas de vídeo bajo demanda están reconfigurando su modelo de negocio porque han llegado al máximo de suscriptores y están probando cosas como los modelos con publicidad", comenta Clares, que subraya que es algo que va a desembocar en un ecosistema con menos plataformas, fruto de cierres o fusiones. Es el caso de las propias HBO Max y Discovery+, que se van a unir en una sola. "Todo el mundo se mueve para tener su trozo de pastel, aunque en muchos casos, no dejan de ser las mismas compañías que están buscando otro tipo de cliente", añade la especialista.

Todo el mundo dice que quiere irse de Netflix y muchos ya han señalado cuál será el camino de huida: volver a sitios como eMule, Ares o Torrent. Las plataformas de intercambio de archivos entre pares (p2p) tuvieron sus años de gloria hace algo más de dos décadas, hasta que poco a poco fueron sepultadas, precisamente, por el mundo del streaming. Frente a todos los contratiempos que tenían aquellos programas, Spotify o Netflix ofrecían un modelo más cómodo y a un precio más que razonable: podías suscribirte por menos de lo que costaba comprar un CD o alquilar un par de películas en el videoclub.

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