El fundador de FTX obtiene la libertad condicional tras pagar 250 millones

Sam Bankman-Fried, cofundador de la firma de criptomonedas FTX, ha sido liberado después de haber pagado una fianza de 250 millones de dólares. El juez federal Gabriel Gorenstein ha dado el visto bueno a la medida en la que ha sido la primera comparecencia de SBF —como se le conoce en el mundillo— en territorio estadounidense, donde se enfrenta a ocho cargos de fraude y conspiración por la quiebra del exchange. A partir de ahora, vivirá en casa de sus padres bajo distintas medidas de vigilancia.

El magistrado ha señalado que el riesgo de que Bankman-Fried huya "es pequeño", por lo que no representa "ningún peligro para el público en términos de futuros delitos financieros". De este modo, estará bajo arresto domiciliario en la casa de sus padres, ambos profesores de la Universidad de Stanford, en Palo Alto, California, y tendrá un brazalete de monitoreo electrónico. Además, entre las condiciones de la fianza se incluye tratamiento de salud mental, entrega de armas de fuego y prohibición de abrir nuevos negocios o realizar transacciones de más de 1.000 dólares sin el consentimiento del Gobierno.

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Mario Escribano

Las autoridades de Bahamas anunciaron el 13 de diciembre el arresto del fundador de FTX, tras una notificación de Estados Unidos sobre la presentación de cargos contra él. Apenas una semana después, fue extraditado bajo custodia del FBI, un trámite que él mismo facilitó, ya que, según comentó, estaba "deseando salir" de aquella prisión, conocida por sus duras condiciones.

De cualquier modo, Bankman-Fried no ha sido el único pez gordo de FTX que ha pasado por los tribunales. Este miércoles, se declararon culpables de varios cargos por su papel en la quiebra tanto el cofundador Gary Wang como Caroline Ellison, exdirectora ejecutiva de Alameda Research, la firma de inversión que utilizaron para generar el desfalco contable que acabaría engullendo a FTX.

FTX anunció a mediados de noviembre que había decidido acogerse a la protección del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos para llevar a cabo de manera ordenada el proceso de evaluación y liquidación de activos en beneficio de las partes interesadas. Según un expediente judicial, FTX debía a sus 50 mayores acreedores casi 3.100 millones de dólares (2.919 millones de euros), además de custodiar cerca de 8.000 millones de dólares de sus clientes. El caos contable hace que nadie, ni siquiera el veterano liquidador de la empresa, sepa qué ha pasado con todo ese dinero.