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Musk se irá de Twitter cuando encuentre alguien "suficientemente tonto" como para sustituirle
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Perdió una encuesta que él mismo lanzó

Musk se irá de Twitter cuando encuentre alguien "suficientemente tonto" como para sustituirle

El domingo lanzó un sondeo en su misma cuenta en la que pidió a los usuarios votar sobre si debía seguir como director ejecutivo: un 57% de ellos le pidió que abandonara el puesto

Foto: Elon Musk. (Reuters/Mike Blake)
Elon Musk. (Reuters/Mike Blake)

Elon Musk sigue dando que hablar tras el plebiscito propiciado por él mismo sobre su futuro al frente de Twitter y que perdió claramente con un 57,2% de votos en contra de que siguiese manejando los designios de la compañía. Tras varias horas de inusual silencio tras la votación, en la que participaron 17 millones de cuentas, este martes salió a la palestra y publicó varios tuits en los que aseguraba que, a partir de ahora, solo tendrían derecho a voto en este tipo de cuestiones los suscriptores de Twitter Blue, e incluso dio por buenas algunas opiniones que apuntaban que la consulta, por muy vinculante que dijese que era, había sido adulterada por el gran número de bots presentes en la plataforma, uno de sus argumentos favoritos para atizar a la anterior dirección durante la negociación de compra.

Ahora, el multimillonario ha dado detalles sobre cuál será el momento en el que dé un paso adelante. "¡Renunciaré como CEO tan pronto como encuentre a alguien lo suficientemente tonto como para aceptar el puesto!", ha escrito en su cuenta esta madrugada, en un mensaje que no parece ser el mejor cebo para encontrar algún sustituto. No se puede obviar que esto llega en un momento en el que las decisiones del magnate en torno a la red social han suscitado más críticas que nunca, ya que hasta los más fieles han criticado su deriva al censurar cuentas de periodistas que cubren la actualidad de la compañía o haber prohibido los enlaces a perfiles alojados en otras redes sociales.

Foto: Elon Musk, en una imagen de archivo. (CP)

Eso sí, también ha dado más detalles de cuál será su rol una vez deje la dirección. No se limitará a ser un propietario que mire desde las alturas el ir y venir de sus empleados, sino que estará al frente de dos áreas claves, según ha explicado: servidores y software. Es decir, Musk quiere seguir marcando el ritmo y estar en el día a día de las decisiones que marquen el producto. Aunque diferentes informaciones han dado por hecho en las últimas horas que Musk se había puesto en serio con lo de buscar un sustituto desde el pasado domingo, la búsqueda en realidad había empezado mucho antes, aunque ahora haya sufrido un nuevo empujón tras la ya famosa encuesta. Ya adelantó, mucho antes de formalizar la compra, que su paso por la red sería efímero.

La decisión también está motivada por la presión de los inversores y altos ejecutivos de Tesla —la otra gran empresa de Musk y origen de su gran fortuna—, que llevaban varias semanas pidiéndole más o menos abiertamente que nombrara a un director ejecutivo para Twitter, ya que le quitaba mucho tiempo para atender sus otros negocios. No se trataba solo de tiempo: para enjugar las pérdidas de Twitter, Musk ha vendido varios paquetes de acciones de Tesla a lo largo del año, por los que se estima que ha obtenido unos 23.000 millones en efectivo.

Ahora la duda es si Musk está intentando sondear a algún miembro de dentro de la empresa o está optando por sondear el mercado para encontrar una figura de relevancia externa que tome las riendas de una compañía que se encuentra con muchos menos recursos que los que manejaba cuando se puso al mando. Además, el nuevo jefe tendrá que lidiar con una situación complicada, también desde lo financiero, ya que las arcas de la compañía también están seriamente comprometidas.

"Por eso he recortado como un loco"

“Básicamente, dirigir esta empresa es como estar en un avión que se dirige hacia el suelo a toda velocidad, con los motores en llamas y sin que funcionen los controles”, ha incidido Musk este miércoles, durante una intervención en Twitter Spaces. "Por eso he recortado como un loco", ha apostillado después, recalcando que la empresa se encaminaba a unas pérdidas de 3.000 millones de dólares cuando pasó a sus manos.

En este sentido, cabe recordar que Musk se deshizo de los principales directivos de Twitter –algunos con indemnizaciones multimillonarias– poco después de convertirse en el dueño de la empresa. Después, se deshizo de la mitad de la plantilla y, pasadas unas semanas, ofreció un plan de despidos voluntarios para todos aquellos que no estuvieran dispuestos a asumir un "rendimiento excepcional". Aquello acabó con la salida de más de 1.000 trabajadores, lo que dejó a la firma con cerca de la cuarta parte de plantilla que tenía semanas antes.

placeholder (Reuters / Dado Ruvic)
(Reuters / Dado Ruvic)

El propio Musk ha lanzado diversas bengalas y mensajes incendiarios, e incluso agitó el fantasma de la bancarrota en su primera comunicación a la plantilla, a principios de noviembre. En los últimos días, varios medios aseguraban que había dejado de pagar el alquiler de la sede central, y que incluso estaba estudiando no pagar indemnizaciones a empleados. Así, habría contactado con algunos de los inversores que le ayudaron a conseguir los 44.000 millones de la compra de la red social para recaudar más fondos para afrontar estos gastos.

Además, una gran parte de los anunciantes ha abandonado Twitter porque consideran que la red se ha llenado de perfiles extremistas y de discursos de odio, mientras que Musk –que se proclama un absolutista de la "libertad de expresión"– ha ejercido la censura contra varios periodistas críticos con él, cancelando sus cuentas y luego reactivándolas tras lanzar otro "sondeo tuitero" sobre su retorno.

El dueño y director de la red social ha reconocido que los anunciantes están haciendo preguntas "duras", pero "sensatas", sobre el retorno de la inversión publicitaria. Sin embargo, ha asegurado que en los próximos meses Twitter dejará de perder dinero y estima que "estará bien el próximo año".

Elon Musk sigue dando que hablar tras el plebiscito propiciado por él mismo sobre su futuro al frente de Twitter y que perdió claramente con un 57,2% de votos en contra de que siguiese manejando los designios de la compañía. Tras varias horas de inusual silencio tras la votación, en la que participaron 17 millones de cuentas, este martes salió a la palestra y publicó varios tuits en los que aseguraba que, a partir de ahora, solo tendrían derecho a voto en este tipo de cuestiones los suscriptores de Twitter Blue, e incluso dio por buenas algunas opiniones que apuntaban que la consulta, por muy vinculante que dijese que era, había sido adulterada por el gran número de bots presentes en la plataforma, uno de sus argumentos favoritos para atizar a la anterior dirección durante la negociación de compra.

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