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Misoginia, violencia y estafas piramidales: es imposible silenciar al tipo más odiado de la red
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PROHIBIDO EN TODAS LAS REDES SOCIALES

Misoginia, violencia y estafas piramidales: es imposible silenciar al tipo más odiado de la red

Andrew Tate se hizo un nombre en la red metiéndose en el barro más enfangado. Ahora lo han expulsado de todas las plataformas, pero sus contenidos siguen generando millones de clics

Foto: Andrew Tate, en uno de sus vídeos. (Cobratate)
Andrew Tate, en uno de sus vídeos. (Cobratate)

Es difícil pensar en alguien que acumule tantas descargas de odio en internet como Andrew Tate. A su lado, Borja Escalona tiene menos deudas que un Lannister. Los comentarios misóginos de este 'influencer', nacido en Estados Unidos y criado en Reino Unido, hicieron que tocara fondo a finales de verano. [Este jueves, 30 de diciembre, Tate ha sido detenido en Rumanía junto a su hermano. Ambos han sido acusados de tráfico de personas y violación]. Entonces, todas las grandes redes sociales tiraron del freno de mano y lo expulsaron de sus plataformas. En apenas 24 horas, eliminaron sus cuentas en Facebook, Instagram, YouTube, TikTok y Twitter, donde acumulaba millones de seguidores y reproducciones. El problema es que lo que no ha desaparecido han sido sus contenidos, que siguen campando a sus anchas.

Foto: Borja Escalona, el polémico 'youtuber'. (YouTube)

El inicio de la fama de Tate, que está a punto de cumplir 36 años, no tiene nada que ver con internet ni el mundo de los 'influencers'. Entre 2008 y 2013, se hizo un hueco en el 'kickboxing', donde se convirtió en campeón del mundo en dos ocasiones, una como peso semipesado y otra como peso crucero ligero. Al año siguiente, decidió retirarse y probar suerte en la televisión. Fue así como entró en 'Gran Hermano' de Reino Unido, donde tardó menos de una semana en ser expulsado. ¿El motivo? Un vídeo en el que parecía que pegaba a una mujer con un cinturón, si bien luego dijeron que se trataba de una práctica consentida. Aquel episodio solo era el inicio de una trayectoria movida entre el barro de las polémicas y los esquemas piramidales.

El manual de instrucciones de Trump

Entre tanto, montó varios negocios. El primero no fue conocido hasta principios de este año, cuando el 'Daily Mirror' reveló que había montado un negocio junto a su hermano Callous —también exluchador— para sacar el dinero a hombres desesperados. Se trataba de una web para hacer videollamadas con chicas, al precio de cuatro dólares el minuto. Como ellos mismos reconocieron, era una "estafa total" —se escudaban en los términos y condiciones para no tener problemas legales— que consistía en contratar actrices para contar historias tan tristes como falsas. Ellas ni siquiera escribían el texto que veían los clientes, sino unos profesionales de la ingeniería social.

Su otro gran proyecto fue Universidad del Hustler, término que se podría traducir como buscavidas o, casi mejor, estafador. Básicamente, era una plataforma de cursos para echarle jeta a la vida que llegó a superar los 100.000 suscriptores —al precio de 45 dólares al mes—, aunque la decidió cerrar a finales de agosto por "no tener futuro". Días antes, Stripe había retirado la pasarela de pagos que proporcionaba a este negocio, ya que tiene entre sus políticas la prohibición de los "esquemas para hacerse rico rápidamente".

Es más, la Universidad del Hustler seguía a la perfección el funcionamiento de los esquemas piramidales. Por un lado, Tate prometía consejos en materia de inversión en criptomonedas o 'dropshipping', de modo que se podrían ganar hasta 10.000 euros mensuales con ello. En realidad, la forma de ganar dinero de verdad para quien pagaba la cuota mensual era otra: recomendar la plataforma a sus amigos y llevarse una comisión del 48%. Y ahí es donde empezó a dispararse su popularidad. Lo hizo usando el mismo truco que Donald Trump: pidiendo que sus seguidores compartieran los contenidos que más rechazo generaban —incluso sacados de contexto— para hacerse viral. Algunos son simples chascarrillos, pero otros van mucho más allá, como cuando dijo que no creía en la depresión y que "no es real".

Su plato estrella, eso sí, son los comentarios misóginos. Desde los clásicos conservadores, como que "las mujeres no deberían conducir" o "se deben al hogar", a afirmaciones de mayor gravedad, como que "la víctima de una violación también es responsable". "Si te pones en una situación en la que puedes ser violada, debes asumir alguna responsabilidad. No digo que esté bien", especificó. La lista es casi interminable. "Es sacar el machete, darle en la cara y agarrarla por el cuello. Cállate, zorra", dijo en un vídeo en el que explicaba qué haría si su mujer le acusara de ser infiel.

En abril de este año, Tate se fue a vivir a Rumanía, explicando que lo hacía porque "probablemente" el 40% del peso de su decisión era que los delitos de violación eran más laxos. "No soy un violador, pero me gusta poder hacer lo que quiero y ser libre", defendió en un vídeo, ya borrado. Poco después, su mansión fue registrada por la policía, que estaba investigando un presunto secuestro de una mujer allí. Al igual que en otras ocasiones en las que ha sido acusado de delitos relacionados con la violencia o el sexo, fue considerado inocente.

No hay forma de que desaparezca

La popularidad empezó a despegar a principios del año, pero fue este verano cuando dio el verdadero pelotazo, tal y como muestra Google Trends. Es lo que ha provocado la cascada de prohibiciones en las principales redes sociales, que pusieron los ojos sobre este personaje. Todo empezó con Twitter, siguió con las plataformas de Meta (Facebook e Instagram) y YouTube y culminó con TikTok, donde había acumulado 12.000 millones de visualizaciones, sin ni siquiera tener una cuenta oficial. La plataforma china lleva semanas asegurando que está haciendo lo posible por acabar con este contenido porque "la misoginia no se tolera".

El problema es que lo que han desaparecido son sus cuentas, pero no sus comentarios, y ahí es más difícil de actuar. La legión de seguidores de Tate está volviendo a subir todo el contenido a estas plataformas. En el momento en el que se escriben estas líneas, encontrar estos vídeos es tan fácil como teclear el nombre del influencer en TikTok, pero también en el resto. Ahí está el caso de su representante, Georgiana Nagell, que es etiquetada en vídeos que suben sus seguidores a Instagram. Donde sí que no está operativo es en Twitch, aunque esta vez fue él mismo el que decidió echar el cierre. Hoy su presencia oficial en la red se centra únicamente en la web Cobratate, donde sigue vendiendo 'cursos' para enriquecerse, y en Rumble, la plataforma de vídeo que ha impulsado Peter Thiel.

Foto: Joe Rogan durante un episodio de su podcast. (PowerfulJRE)

Una de las principales preocupaciones es el efecto que puedan tener estos comentarios sobre menores de edad. En 'The Observer' realizaron un experimento: crear una cuenta en TikTok desde cero y configurada como si fuera un adolescente. "Después de ver dos de sus videos, nos recomendaron más, incluidos clips de él expresando puntos de vista misóginos. La próxima vez que se abrió la cuenta, las primeras cuatro publicaciones fueron de Tate, de cuatro cuentas diferentes", explicaron.

"Prohibirme solo inspira más masas de odio en internet y más división. Esto pronto se convertirá en un arma de ataque para los puntos de vista diferentes", avisó tras la prohibición —subió un vídeo a un canal no oficial, que ya fue eliminado—, donde asumía cierta responsabilidad y reconocía haber sido "una víctima" de su propio éxito. "Es muy desafortunado que viejos vídeos míos, donde interpretaba a un personaje cómico, hayan sido sacados de contexto y amplificados hasta el punto de que la gente crea narrativas absolutamente falsas sobre mí", aseguró.

Lo que no parece que haya sido una ficción ha sido el entusiasmo que ha despertado en los círculos de la extrema derecha mundial, ganándose el apoyo de la familia Trump, el conspiranoico Alex Jones o Tommy Robinson, fundador de La Liga de Defensa Inglesa, un grupo de extrema derecha que tiene la islamofobia por bandera.

La caída del capo español de los 'e-sports'

Con todo, la toxicidad de Tate ha acabado salpicando también a quienes tienen alrededor. Es lo que vivió de primera mano Carlos Rodríguez, más conocido como Ocelote, el capo español de los 'e-sports', que ha tenido que acabar dejando su propio equipo después de haber subido un vídeo de fiesta en el que se veía al polémico 'influencer'.

"Nadie podrá controlar nunca mis amistades. Me voy de fiesta con quien me da la puta gana", dijo después de que muchos seguidores le afearan su relación con Tate. Eso acabó de lanzar una garrafa de gasolina al fuego que había en la comunidad de G2, su equipo. Unas horas más tarde, anunciaron que Ocelote dejaba su cargo como CEO.

"Anoche os fallamos. Las acciones y el lenguaje de nuestro CEO contrastan con nuestros valores y cultura, y nos disculpamos por ello", dijeron en un comunicado, donde detallaban que el proceso se culminaría en un par de meses, pero con suspensión de sueldo. "Haré cualquier cosa para proteger a esta empresa y a mis colegas, ya que es mi deber incondicional para con ellos", dijo el fundador. "Siempre ha sido mi objetivo constante defender la igualdad absoluta de oportunidades, independientemente de quién sea o de dónde venga, que es de lo que se trata el 'gaming".

No ha sido el único caso. El campeón de UFC Aljamain Sterling compartió una foto con Tate el pasado fin de semana y le volvió a caer una ráfaga de críticas. Cuando intentó solucionarlo, se embarró aún más. "Lo que dijo fue que, con todos los problemas de salud mental y los agresores que hay, ¿por qué volver a casa sola a horas extrañas de la noche y en lugares poco seguros?", respondió en un tuit. "Esa fue la responsabilidad que mencionó a la hora de tomar decisiones seguras, lo cual tiene sentido, aunque no justifica la violación". Después, en una rueda de prensa, tiró de un clásico: "Tengo más de 14 hermanas y amo a mi madre. Si le pasara algo así, nunca le diría que es su culpa. Es la cosa más loca que se le puede decir a alguien". Chupito.

Es difícil pensar en alguien que acumule tantas descargas de odio en internet como Andrew Tate. A su lado, Borja Escalona tiene menos deudas que un Lannister. Los comentarios misóginos de este 'influencer', nacido en Estados Unidos y criado en Reino Unido, hicieron que tocara fondo a finales de verano. [Este jueves, 30 de diciembre, Tate ha sido detenido en Rumanía junto a su hermano. Ambos han sido acusados de tráfico de personas y violación]. Entonces, todas las grandes redes sociales tiraron del freno de mano y lo expulsaron de sus plataformas. En apenas 24 horas, eliminaron sus cuentas en Facebook, Instagram, YouTube, TikTok y Twitter, donde acumulaba millones de seguidores y reproducciones. El problema es que lo que no ha desaparecido han sido sus contenidos, que siguen campando a sus anchas.

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