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Por qué EEUU (y Google o Amazon) está detrás del 'gran apagón' de internet en Irán
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Por qué EEUU (y Google o Amazon) está detrás del 'gran apagón' de internet en Irán

Los manifestantes intentan burlar los apagones parciales de internet enfrentando una infraestructura controlada por el Gobierno iraní construida a raíz de las sanciones de Estados Unidos

Foto: Una mujer mira el móvil en Teherán, Irán, en junio de 2022. (Abedin Taherkenareh/EFE)
Una mujer mira el móvil en Teherán, Irán, en junio de 2022. (Abedin Taherkenareh/EFE)

Mujeres en las calles, sin hiyab y cortándose el pelo en señal de protesta. Una fotografía de un grupo de alumnas haciendo un corte de mangas a una imagen del ayatolá Ali Jamenei. Y decenas de vídeos de mujeres plantando cara a los clérigos que las increpan por no llevar velo. En las últimas semanas no paran de llegar a redes sociales las fotos y los vídeos que muestran un Irán enfadado y que está diciendo basta, aunque lo que estamos viendo sea seguramente una parte ínfima de la realidad en las calles. Mientras que los manifestantes llevan semanas condenando la muerte de Mahsa Amini, una joven asesinada por la Policía por la Moral por no llevar el hiyab bien puesto, el régimen iraní está haciendo todo lo posible para correr un tupido velo digital. Las autoridades han bloqueado, desde que empezaron las manifestaciones a mediados de septiembre, redes sociales como WhatsApp e Instagram para que todas esas imágenes y vídeos no crucen las fronteras.

Irán no ha conseguido esconder todo lo que está sucediendo en las ciudades y pueblos de la República Islámica, pero dificulta cada día más que sigamos siendo testigos de las protestas. Juega a su favor una infraestructura de internet controlada casi al 100% por actores gubernamentales que fomentaron, de manera indirecta, las sanciones de Estados Unidos. Esta medida, que ha marcado las relaciones bilaterales de los dos países en las últimas décadas, tuvo un impacto directo en el ecosistema digital iraní porque dificultó la entrada de empresas y servicios tecnológicos. Como respuesta, Irán tuvo que desarrollar su propia infraestructura, que también puede controlar a su antojo. "El internet en Irán está muy centralizado porque todo el tráfico tiene que pasar por una oficina del Gobierno llamada Empresa de Telecomunicaciones de Infraestructura (ITC). El Gobierno tiene el control total sobre el tráfico de internet en Irán", explica Amir Rashidi, director de derechos digitales y seguridad de la organización de derechos humanos Miaan Group.

Foto: Un hombre lee el periódico con la foto de Mahsa Amini en la portada. (Reuters)

El internet en Irán está, por lo tanto, segregado del global, porque las sanciones han provocado que las empresas extranjeras no puedan operar en el país, mientras que las iraníes tienen oportunidades muy limitadas para trabajar fuera de Irán. "Los servidores iraníes están conectados a internet global principalmente a través de varios cables que forman parte de una infraestructura de telecomunicaciones que es propiedad del Gobierno o de empresas iraníes que están sujetas a la regulación gubernamental. Entonces, sí, las sanciones hacen que sea particularmente fácil aislar el internet de Irán", añade Ali Ahmadi, experto en geoeconomía, sanciones y política exterior estadounidense en Irán, y analista en Gulf State Analytics.

Los iraníes no lo tienen difícil para huir de este control porque los proveedores de servicios de internet no están conectados fuera de Irán y tienen que pasar por la ITC para poder operar. Desde que empezaron los apagones, el Gobierno de Irán ha llevado a cabo una cruzada particular contra la tecnología y, además de los apagones —una táctica que ya utilizaron en las protestas de 2019—, han bloqueado redes sociales, VPN y las conexiones a Google Play Store y App Store para evitar que los usuarios se descarguen aplicaciones para comunicarse entre ellos.

Un pequeño soplo de aire fresco

Con motivo de las protestas y de las medidas de represión tecnológica por parte de Irán, Estados Unidos ha destensado un poco la cuerda de las sanciones y en septiembre emitió una licencia que amplía la prestación de servicios de internet en el país islámico. "Con esta medida ayudaremos a que el pueblo iraní no quede aislado en la oscuridad. Es un paso para apoyar significativamente a los iraníes que exigen que se respeten sus derechos fundamentales", dijo el secretario de Estado, Anthony Blinken, en un comunicado.

Las exenciones tecnológicas en las sanciones por parte de Estados Unidos se introdujeron en 2013, pero siguieron capando una gran parte de la libertad de movimiento para el ecosistema digital en Irán. Han pasado casi 10 años hasta que ha llegado la actualización de esta licencia que permite la llegada de plataformas de redes sociales, videoconferencias y servicios basados en la nube. Además, otorga autorización para ayudar a los iraníes a evitar la censura y las herramientas de vigilancia implementadas por el régimen. También elimina el requisito vigente hasta ahora que obligaba a verificar que las comunicaciones entre usuarios fueran de naturaleza 'personal', una de las principales barreras digitales para los iraníes.

En estos 10 años, las sanciones de Estados Unidos "aceleraron sin saberlo", como apuntaba a CNN Mahsa Alimardani, investigadora de Article 19, el desarrollo de una red interna de Irán que le ha dado al Ejecutivo un poder digital sin precedentes. Con la emisión de la licencia, EEUU afirmó que "las empresas tecnológicas podrán brindar más servicios digitales a los iraníes, desde acceso a la nube hasta herramientas para mejorar su seguridad y privacidad en línea".

Foto: Un grupo de personas se enfrenta a la policía durante una protesta por la muerte de Mahsa Amini, en Teherán, Irán. (EFE/EPA/STR)

Sin embargo, activistas como Rashidi no olvidan que el pueblo iraní ha estado esperando, casi una década, una medida que pudo haber frenado el estrangulamiento digital del Gobierno. "Creo que la administración de Biden ha hecho lo correcto y que esto ayudará si vemos cómo lo implementa Google, Amazon Web Services y otros. Pero, por desgracia, por ahora no hemos visto un movimiento real de ninguna gran tecnológica. Ahora la pelota está en el tejado de las tecnológicas y necesitamos también que el Gobierno de Estados Unidos las anime a hacerlo", subraya.

Son muchas las medidas que las empresas pueden tomar para ayudar a los iraníes. El activista se dirige directamente a Google: "En este momento, la nube de Google está bloqueando todo el tráfico entrante desde Irán. Eso significa que si un sitio web está en la nube de Google, nadie en Irán puede verlo porque Google no lo permite. Pueden abrir la nube de Google a los iraníes o abrir Google Play, para que los iraníes puedan alojar sus aplicaciones en una tienda segura", concluye Rashidi.

El chaleco salvavidas llamado VPN

Los activistas como Amir Rashidi sostienen que el objetivo principal del régimen iraní con el apagón parcial de internet es interrumpir la comunicación entre los manifestantes. El impacto puede ser enorme porque si los iraníes no ven que otros están protestando, pueden tener miedo de continuar. En cambio, si ven que muchos se unen al movimiento, les da fuerza para seguir manifestándose. La estrategia del Gobierno de Ebrahim Raisi no es nueva y ha sido utilizada por otros países para boicotear protestas o movimientos sociales. En todos los casos, las VPN, las redes privadas virtuales que cifran el tráfico del usuario y lo conectan a un servidor remoto, han sido la vía de escape de millones de personas. También en Irán, donde "en los últimos diez días se han multiplicado casi un 200% las búsquedas relacionadas con software VPN, alcanzando las 460.000 descargas, mientras en las semanas anteriores apenas llegaba a las 2.000", según un informe de la empresa Softonic facilitado a El Confidencial.

El régimen es consciente de las tácticas de los usuarios y no cesan sus intentos de vetar también las VPN, aunque no pueden bloquear estas redes como tal. "Puede bloquear las IP a través de las que prestan servicio, pero los proveedores pueden cambiar de IP o añadir nuevas, convirtiéndose en un juego del gato y el ratón. Aquí el proveedor del servicio tiene las de ganar, ya que el sistema automáticamente va cambiando a nuevas IP cuando una deja de funcionar", explica Nacho Mascort, SEO Manager de Softonic, a este periódico. Una vez hecha la descarga, la empresa no tiene constancia de los problemas de uso que pueden tener los usuarios, aunque sí han investigado cuáles son los proveedores que mejor funcionaban en el país, como PureVPN, ExpressVPN y NordVPN.

Foto: Protestas en Irán por la muerte de Mahsa Amini. (Reuters/WANA)

El activista Amir Rashidi coincide con Mascort al utilizar la expresión del "juego del perro y el gato". En su caso, para explicar que la situación de los derechos digitales en Irán responde a esta metáfora. "Antes de las protestas teníamos que lidiar con la censura y los controles de la información. Era el antiguo juego del perro y el gato", recuerda. El Gobierno ha bloqueado esta vez hasta los juegos para evitar la comunicación a través de los chats internos. "El no tener acceso a la infraestructura internacional como proveedores de servicio en la nube hace nuestro trabajo mucho más difícil", continúa Rashidi.

En 2019, miles de personas salieron a las calles por el aumento del precio de combustible. Esta fue la gota que colmó el vaso para que una sociedad amenazada por la inflación. Ahora, los iraníes vuelven a salir a la calle en medio de un debilitamiento de la figura del ayatolá Jamenei, el líder supremo del país, y unos reclamos a favor de los derechos sociales. Estas dos crisis coinciden en que internet ha sido una de las medidas de represión utilizadas por el Gobierno. Estos 3 años les ha servido a las autoridades para mejorar más esta estrategia y desde septiembre Irán enfrenta cortes de internet, interrupciones de la red móvil y prohibición de plataformas como WhatsApp.

El objetivo es evitar que las personas expresen su descontento. Que este se vea reflejado solamente en las calles y no vaya más allá. Sin embargo, la sociedad también ha mejorado su estrategia para burlar esta dictadura digital y encuentra maneras para seguir jugando al juego del gato y el ratón. Los cientos de vídeos e imágenes de un Irán indignado son la mejor prueba de ello.

Mujeres en las calles, sin hiyab y cortándose el pelo en señal de protesta. Una fotografía de un grupo de alumnas haciendo un corte de mangas a una imagen del ayatolá Ali Jamenei. Y decenas de vídeos de mujeres plantando cara a los clérigos que las increpan por no llevar velo. En las últimas semanas no paran de llegar a redes sociales las fotos y los vídeos que muestran un Irán enfadado y que está diciendo basta, aunque lo que estamos viendo sea seguramente una parte ínfima de la realidad en las calles. Mientras que los manifestantes llevan semanas condenando la muerte de Mahsa Amini, una joven asesinada por la Policía por la Moral por no llevar el hiyab bien puesto, el régimen iraní está haciendo todo lo posible para correr un tupido velo digital. Las autoridades han bloqueado, desde que empezaron las manifestaciones a mediados de septiembre, redes sociales como WhatsApp e Instagram para que todas esas imágenes y vídeos no crucen las fronteras.

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