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Las ideas millonarias para resolver la mayor pesadilla del coche eléctrico
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¿EL NO CARGAR SE VA A ACABAR?

Las ideas millonarias para resolver la mayor pesadilla del coche eléctrico

Tanto los propietarios de estos vehículos como sus potenciales compradores tienen una obsesión en su cabeza: ¿van a poder cargarlo siempre que lo necesiten? Estas 'startups' están levantando una millonada

Foto: Una estación de carga de coches eléctricos de Iberdrola en Valencia. (EFE)
Una estación de carga de coches eléctricos de Iberdrola en Valencia. (EFE)

Hay una pesadilla que carcome a todo usuario del coche eléctrico: quedarse tirado en la carretera. La falta de más puntos de carga —buena parte de los cuales funcionan a duras penas— es uno de los aspectos críticos para este sector, al que se suman cuestiones como la falta de compatibilidad entre operadoras, que complica todo un poco más. En cambio, algunas 'startups' están desarrollando ideas para acabar con el que es el principal obstáculo para que muchos se animen a dar el salto. Y sí, algunas ya mueven una auténtica millonada.

En la última semana, ha habido dos importantes rondas a nivel europeo. Es el caso de ZePlug, una 'startup' francesa que ha cerrado una recaudación de 240 millones de euros con el fondo de infraestructuras ICG. Para hacerse una idea de la magnitud de esta inversión, basta recordar que, hasta ahora, nunca había levantado más de 15 millones de euros en sus ocho años de historia. En su caso, están especializados en los cargadores eléctricos lentos (hasta 22 kW) para comunidades de vecinos o edificios de oficinas. Además, los adaptan a las necesidades de cada edificio, aunque ellos son los propietarios y cobran una suscripción a cada cliente. Es algo que esperan consolidar en Francia, además de expandirse tanto en Europa como en Estados Unidos, donde ya está presente.

Foto: Pablo, taxista, intenta cargar su coche. (Mario Escribano)

Bump, también otra compañía francesa, ha llegado a un acuerdo de 180 millones de euros con el fondo DIF Capital Partners en los últimos días. Con esta inversión, la firma planea instalar 25.000 estaciones de carga para el año 2030. Según sus estimaciones, las 2.000 primeras llegarían a finales del año que viene. Para hacerse una idea de la magnitud del proyecto, cabe recordar que se trata de una compañía con apenas un año de vida y que, en este periodo, ha instalado unas 300 en Francia. Ahora planean llegar a otros países europeos donde, eso sí, ya hay algunos actores importantes, como las alemanas Ionity —cuyos accionistas son algunos de los principales fabricantes de coches— y ENBW o la holandesa FastNed.

El gran obstáculo para que proliferen estas infraestructuras es que necesitan una gran inversión inicial y tienen un retorno a largo plazo, motivo por el que Bump se ha dotado de un buen músculo financiero, acompañado de un modelo para desarrollarlo. Así, se asocian tanto con minoristas —como supermercados u hoteles— para que les dejen construir allí, mientras que ellos se encargan tanto de los costes de instalación como de la posterior gestión, mantenimiento y, claro, explotación. La otra parte pone la electricidad, aunque ellos se llevan una comisión en forma de kWh para cubrir costes mientras llega el retorno. No obstante, su aportación se centra en el 'software' y el equipo de soporte, ya que del montaje lo externalizan. La otra pata de su modelo consiste en trabajar directamente para empresas (entre sus clientes, tienen a firmas como Europcar, Zity o Bolt).

España, entre el Ibex y las 'startups'

Según el último barómetro de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), la media europea de infraestructura de recarga está en 10,8% —el 100% sería el objetivo deseable—, mientras que en el caso español se reduce a casi la mitad (5,6%). En concreto, hay un total de 15.722 puntos, pero desde la patronal defienden que deberían ser el triple al acabar al año. En el territorio nacional, ocho de cada 10 electrolineras son de carga lenta, aunque hay que recordar que entre los restantes se cuentan los 116 supercargadores de Tesla, que llegaron hace unos meses al país y pueden alcanzar los 150 kW.

"El principal problema es la falta de puntos. La infraestructura es muy reciente, insuficiente y falla bastante: puedes encontrarte que no funcione, que la potencia no sea la anunciada, que tarde en contestar el servicio técnico, que sea un 902 y la llamada sea más cara que la recarga, que no tenga bien los horarios...", recopilan en la Asociación de Usuarios de Vehículos Eléctricos. Si no hay solución, las alternativas son muy limitadas. En realidad, es el pez que se muerde la cola: si no hay más eléctricos, no abren más electrolineras, y viceversa.

placeholder La electrolinera de Endesa en la Ciudad de la Imagen, Pozuelo de Alarcón. (ME)
La electrolinera de Endesa en la Ciudad de la Imagen, Pozuelo de Alarcón. (ME)

"El futuro del vehículo eléctrico pasa porque puedas cargar donde pasas más horas, como tu casa o el trabajo, y para eso vale con los lentos, que son más baratos. En el caso de los rápidos y superrápidos, tienen sentido en vías de comunicación en las que vas de viajes. Son muy potentes y costosas, y es donde se están focalizando, porque en ciudad no tienen mucho sentido", explica Xavier Cañadell, cofundador de Electromaps, una plataforma que comenzó como mapa colaborativo de electrolineras en 2009 y ya tiene 290.000 usuarios en todo el mundo. Tras su éxito inicial, los socios decidieron convertirla en una sociedad limitada en 2015, hasta que este verano fue adquirida por el unicornio español Wallbox, que ya había comprado la mayor parte de la firma en 2020.

En España, el sector está encabezado por algunas de las empresas energéticas más importantes del país, sobre todo las eléctricas, como Endesa e Iberdrola. Sin embargo, también están mostrando cada vez más peso Repsol, aunque se espera que otras grandes petroleras sigan su camino, como ya ocurre en otros países. Pero no todo son grandes compañías en este mundillo, ya que también hay algunas 'startups' españolas que se están haciendo un hueco cada vez más amplio.

Uno de los casos más exitosos ha sido el de Wenea. Vortex Energy, una firma del fondo EFG Hermes, ha ofrecido hasta 500 millones de euros por hacerse con el control de la compañía, si bien desde la firma aseguran que se trata de una ampliación de capital. Sus objetivos pasan tanto por la expansión en Reino Unido como por consolidarse en España, alcanzando los 470 puntos a corto plazo y los 5.000 a largo. El principal competidor de este proyecto es Zunder, antes conocida como Easycharger, que está buscando socios para invertir 300 millones en expandir su red para alcanzar las 450 estaciones de carga ultrarápida en poco más de dos años.

El otro gran problema

La falta de infraestructura y los fallos en la misma no son los únicos obstáculos para los usuarios del coche eléctrico. A diferencia de lo que ocurre con las gasolineras sin personal, como las 'low cost', es bastante raro que se pueda pagar con una tarjeta, sino a través de una aplicación. El problema es que cada operador tiene una, y eso hace que un usuario acabe teniendo cerca de una decena ocupando su móvil.

"Yo tengo ocho diferentes", comenta Carlos, cliente de Tesla, que este verano vio el futuro cuando viajó a Portugal. "Allí descubrí Miio, que es una aplicación que se integra con todos los puntos de carga. Tú pagas más por su servicio, como una especie de peaje, pero te olvidas de lo demás", celebra en conversación con este periódico, donde recalca que "hace falta un protocolo de integración entre plataformas en España".

Foto: Robert Sansone junto a su innovador motor síncrono de reluctancia. (Society for Science)

Por ahora, lo más cercano a este modelo en España es Electromaps, que ha desarrollado el servicio Electropass, que cuenta con 30.000 usuarios en toda Europa. Se trata de una tarjeta tipo RFID, que no se debe confundir con una de crédito o débito, ya que cuenta con un chip que conecta el punto de carga con la aplicación de cada proveedor. Una vez enviada la información a los servidores, se efectúa el pago 'online'. "No podemos trabajar con algunos operadores porque son muy antiguos, y otros porque son muy modernos", reconoce Cañadell, que incide en que están haciendo inversiones millonarias para aumentar sus clientes dentro y fuera de las fronteras españolas. "Aquí somos muy fuertes, pero en otros países de Europa no tanto, porque no hemos hecho captación activa hasta ahora".

Mercados como Francia, Alemania o Italia son algunos de los mercados más atractivos para este sector, y no tanto por lo que ya hay construido, sino también por lo que está por venir en un futuro cercano. "Allí la regulación es más estricta, pero el proceso es mucho más ágil. Aquí la burocracia es lenta hasta que consigues todos los papeles", comenta Cañadell, que lo contrapone con ejemplo cristalino: "Después de invertir 10.000 o 20.000 euros, hay centenares de puestos instalados que todavía no tienen la acometida de potencia".

Hay una pesadilla que carcome a todo usuario del coche eléctrico: quedarse tirado en la carretera. La falta de más puntos de carga —buena parte de los cuales funcionan a duras penas— es uno de los aspectos críticos para este sector, al que se suman cuestiones como la falta de compatibilidad entre operadoras, que complica todo un poco más. En cambio, algunas 'startups' están desarrollando ideas para acabar con el que es el principal obstáculo para que muchos se animen a dar el salto. Y sí, algunas ya mueven una auténtica millonada.

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