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El juicio de Twitter se calienta y este exempleado es el que puede ahorrar 44.000M a Elon Musk
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DOS MESES PARA EL GRAN JUICIO

El juicio de Twitter se calienta y este exempleado es el que puede ahorrar 44.000M a Elon Musk

Faltan dos meses para que un tribunal decida si Elon Musk tiene que comprar Twitter o no. Mientras, la jueza ha obligado a que la red social facilite la documentación de un directivo clave para esclarecer el número de cuentas falsas

Foto: Kayvon Beykpour, en una imagen de archivo. (Getty/Noam Galai)
Kayvon Beykpour, en una imagen de archivo. (Getty/Noam Galai)

Tras siete años como jefe de producto en Twitter, Kayvon Beykpour fue despedido el pasado mayo. "No es ni cómo ni cuándo imaginaba dejar la empresa", lamentaba antes de explicar que había sido una decisión de Parag Agrawal, el director ejecutivo de la empresa, mientras estaba de baja por paternidad. No ha hecho mucho ruido después de aquello, pero ahora su nombre ha saltado a la palestra. La jueza acaba de conceder una petición del equipo legal de Elon Musk que puede ser clave para el futuro de la adquisición. Nada más y nada menos que acceder a la documentación de Beykpour durante su etapa como directivo de Twitter. Lo que salga de ahí puede ahorrar 44.000 millones de dólares.

Los abogados del hombre más rico del mundo también habían pedido acceder a los archivos de otra veintena de empleados, pero el tribunal de Delaware solo ha concedido la petición que implicaba a Beykpour. Su papel es crucial para determinar la que ha sido la principal obsesión de Musk en todo este tiempo y, en consecuencia, la causa de la paralización del acuerdo de compra: el número de cuentas falsas en la red social.

Foto: Elon Musk. (Getty/Win McNamee)
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¿La caja de pandora de Twitter?

En concreto, la orden judicial implica que Twitter recopile, revise y presente los documentos de este exdirectivo, que forma parte de la compañía desde 2015. Allí llegó después de cofundar Periscope, empresa en la que también fue CEO y que fue comprada por Twitter en 2015, antes de que el proyecto hubiera salido a la luz. Tras el cierre de este servicio de 'streaming' pasó a ser el jefe de producto, cargo que había ocupado hasta ahora.

En palabras del equipo legal de Musk, esa posición es la que le habría colocado en un lugar "íntimamente involucrado" en la determinación de las cuentas falsas. El empeño con este punto lo explica el hecho de que sea el corazón de su negocio, ya que no es lo mismo vender anuncios a una audiencia en la que hay un 5% de 'bots' que si hay un 20%, cantidad que ha llegado a insinuar el magnate. De hecho, en la contrademanda que ha presentado contra Twitter, les acusa de haber mentido a sabiendas a los inversores y a la Comisión de Valores y Bolsa (SEC).

placeholder Foto: EFE/EPA/Justin Lane.
Foto: EFE/EPA/Justin Lane.

Más allá de que es muy difícil establecer qué es y qué no una cuenta falsa —todo depende del criterio y la metodología—, lo curioso es que en el acuerdo ni siquiera se menciona. Es más, es un asunto por el que Musk no se interesó hasta semanas después, cuando le explicaron cómo calculaban este porcentaje en una reunión. Fue ahí cuando empezó a levantar sospechas. En su denuncia, Twitter asegura que presentaron un informe al multimillonario, que posteriormente reconoció no haber leído y que nunca acudió a las reuniones sobre este asunto. De hecho, le afean que quisiera limpiar el 'spam' y que eso acabara siendo el motivo de ruptura. Como eso no fue suficiente, decidieron darle acceso a las tripas de su API, lo que equivale a tener acceso a cada tuit publicado y a cada perfil que ha existido en la red social, que tiene 16 años de vida.

Foto: Elon Musk. (Reuters/Dado Ruvic)

Ni siquiera eso le valió para cancelar el acuerdo, algo que hizo acusando a la empresa de incumplir su obligación de facilitar información, de ofrecer datos "relevantemente inexactos" y, además, de no haber gestionado la empresa con normalidad, ya que ha habido despidos y se han ralentizado las contrataciones. La empresa ha respondido a esto recordando que sí ofreció esa información y que el magnate rechazó hacer diligencias, además de que Musk aceptó que se pudieran contratar o despedir trabajadores sin tener su consentimiento, algo que no estaba en el trato inicial, pero que acabó aceptando. De hecho, en mitad de toda la polémica, Musk tuvo una reunión virtual con los 7.500 empleados de Twitter en la que dejó caer que "los gastos superan a los ingresos" y que "la compañía necesita ser saludable".

Foto: El CEO de Tesla, Elon Musk, durante una presentación de la compañía. (Reuters/Aly Song)
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La difamación tanto de la empresa como de sus directivos y los vaivenes que ha provocado todo esto en las acciones de Twitter —generalmente, las ha desplomado, aunque ahora los mercados llevan días de subidas sin mucha explicación aparente— han sido también motivo de peso. "Musk aparentemente cree que él, a diferencia de cualquier otra parte sujeta a la ley de contratos de Delaware, es libre de cambiar de opinión, destrozar la empresa, interrumpir sus operaciones y destruir el valor de los accionistas", dice también Twitter en su demanda, donde recuerda que Musk presentó todo un órdago —"es mi mejor y última oferta", dijo— para hacerse con la compañía por la vía rápida.

El propio Musk no parece tener claro cuál puede ser el resultado, ya que, tras meses de caídas, ha vendido acciones de Tesla para tener efectivo en caso de que tenga que pagar los 44.000 millones o la multa de 1.000 millones que supondría salirse del acuerdo. En concreto, se ha desprendido de títulos por valor de 7.000 millones de dólares. Quien también ha vendido parte de sus acciones, por cierto, ha sido el propio Beykpour, que lo hizo apenas días antes, aunque una cantidad muy pequeña (14.000 acciones de las 396.000 que tiene).

¿Qué ha pasado con la compra de Twitter?

Tras meses de encontronazos con la dirección de Twitter, Musk amenazó con retirarse de la compra. Lo hizo antes a través de un tuit que comunicándolo a la empresa que quería comprar, por lo que ellos mismos lo vieron como un farol. En cambio, a principios de julio cumplió su promesa e intentó paralizar la compra formalmente. Fue lo que provocó que Twitter le demandara el pasado 12 de julio. Unas semanas después, Musk anunció una contrademanda en el mismo tribunal, cuyos argumentos han sido calificados por la empresa como "objetivamente inexactos, legalmente insuficientes y comercialmente irrelevantes".

Ahora la junta directiva de Twitter, que ya ha dado luz verde al acuerdo, ha establecido el martes 13 de septiembre como el día en que sus accionistas tendrán que votar sobre la compra, instándoles a hacerlo de forma favorable para ganar más fuerza en el juicio. Será justo un mes antes del juicio, que tendrá lugar a partir del 17 de octubre. Y hasta en eso ha habido diferencias, ya que Musk quería atrasar el juicio a principios de 2023 y Twitter acelerarlo a septiembre, algo en lo que ha conseguido una pequeña victoria. Tanto por la magnitud del acuerdo como por el culebrón que ha supuesto y las personas involucradas, será un juicio histórico para las tecnológicas. Y todo lo decidirá una persona, la jueza Kathaleen McCormick, en cinco días.

Tras siete años como jefe de producto en Twitter, Kayvon Beykpour fue despedido el pasado mayo. "No es ni cómo ni cuándo imaginaba dejar la empresa", lamentaba antes de explicar que había sido una decisión de Parag Agrawal, el director ejecutivo de la empresa, mientras estaba de baja por paternidad. No ha hecho mucho ruido después de aquello, pero ahora su nombre ha saltado a la palestra. La jueza acaba de conceder una petición del equipo legal de Elon Musk que puede ser clave para el futuro de la adquisición. Nada más y nada menos que acceder a la documentación de Beykpour durante su etapa como directivo de Twitter. Lo que salga de ahí puede ahorrar 44.000 millones de dólares.

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