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El histórico error de traducción que desvela las intenciones de Amazon para comprar Roomba
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LAS ROOMBAS ASPIRAN MÁS DE LO QUE CREES

El histórico error de traducción que desvela las intenciones de Amazon para comprar Roomba

Probablemente, iRobot sea la empresa que mejor conoce el interior de nuestras casas. Remontarse a 2017 ayuda a entender la gran motivación detrás de la operación del verano

Foto: Foto: iRobot.
Foto: iRobot.

Pocos días después de anunciar por sorpresa la subida de la cuota de Prime en España y otros países europeos, Amazon sorprendió el viernes con la que probablemente sea una de las noticias tecnológicas del verano. El gigante del comercio electrónico pagará unos 1.700 millones en efectivo por iRobot, el fabricante de las archiconocidas Roombas, los robots aspiradores que durante mucho tiempo dominaron un mercado que desde hace unos años ha sido reventado por los competidores chinos y otros proveedores 'low cost'.

El acuerdo, que supone el pago por acción de 61 dólares, incluye que iRobot seguirá operando como empresa independiente y que Colin Angle, CEO y cofundador de la marca, seguirá al frente de la misma. Este movimiento, que ha sorprendido a propios y a extraños, va mucho más allá de aumentar su oferta de 'hardware' con algún tipo de exclusividad o trato de preferencia a su web, algo que dispararía las alertas de las autoridades antimonopolio, que tienen en Amazon uno de sus blancos más recurrentes. Es más, aunque todo es bien recibido, probablemente a la compañía en el fondo le acabe importando poco dónde la compres, mientras compres una.

Para entender el trasfondo principal, o al menos uno de los grandes argumentos ocultos de la compra, es interesante retroceder hasta 2017 y recordar uno de los episodios más llamativos mediáticamente hablando en torno a esta compañía. Un error de traducción en una entrevista de Reuters con el CEO de iRobot hizo que en un solo día las acciones subiesen más de un 21% en una sola sesión, algo que le permitió recuperar lo perdido en las semanas previas debido a los avances de su competencia 'low cost'. En el texto en cuestión se recogía una supuesta afirmación de Angle que pretendía vender los mapas que crean las Roombas a compañías tecnológicas como Amazon o Google.

Ocurrió lo lógico. 'Declaración-reacción'. Diferentes grupos y expertos en privacidad pusieron el grito en el cielo. La reacción fue unánime, salvo en el caso de los tiburones de Wall Street, que bendijeron la idea. Horas más tarde, la noticia fue corregida. Una nota advertía de que no se trataba de vender sino de "ceder sin coste con el consentimiento del usuario. La empresa se ocupó de apuntalar la corrección. “iRobot no vende datos porque nuestros clientes son lo más importante”, rezaba el comunicado firmado por Colin Angle. “Nunca violaremos su confianza vendiendo o haciendo un mal uso de los datos de los consumidores”, añadía. Sea como sea, un gran valor oculto, desde el punto de vista de las Roombas, quedó al descubierto.

placeholder Foto: Reuters.
Foto: Reuters.

Una engrasada maquinaria

La compra de iRobot abre a Amazon una nueva puerta a los hogares de los usuarios. Concretamente, de unos 40 millones de usuarios, que es el número de robots aspiradores de esta marca que están a día de hoy en circulación. Las Roombas aspiran mucho más que la suciedad de nuestras casas. Mientras hacen esos recorridos a los que muchos ya nos hemos acostumbrado, absorben muchísimos datos sobre las diferentes estancias, como pueden ser los metros cuadrados, el número de habitaciones o pisos que hay en una casa y el uso que se da a cada espacio de la casa.

Foto: Uno de los mozos, en el almacén de Cecotec. (M. Mcloughlin)

Esto de poder trazar planos con mayor o menor exactitud no es nuevo. Se conoce y se ejecuta desde años, pero el dominio de la técnica es ahora mucho mayor. No hay que olvidar que uno de los últimos modelos de la marca (hay otras compañías que también experimentan con ello) incluye una cámara frontal con la que es capaz de detectar y catalogar (a veces requiere que el usuario conteste con exactitud de qué se trata) obstáculos en sus rutas diarias. Estos sistemas de visión les permiten conocer la distribución de los muebles, pero también si tenemos hijos pequeños o mascotas en casa.

Probablemente, las empresas que más sepan sobre el interior de nuestras casas sean empresas como iRobot, que además recientemente puso sobre la mesa un nuevo sistema operativo orientado a mejorar sus capacidades en el hogar conectado y abría la puerta a exportarlo a nuevos aparatos, como purificadores de aire. Sin embargo, a día de hoy los productos que maneja son robots aspiradores, fregadores y para cortar el césped. Es innegable, por tanto, el valor que tienen estos aparatos para la multinacional de Seattle. Además, lo hace a través de un electrodoméstico al que millones de personas ya están acostumbrados y familiarizados con ello, cuya presencia no incómoda como lo podrían hacer otras propuestas de la compañía como un minidron doméstico de seguridad o un robot doméstico bautizado como 'Astro', que todavía no tiene muy clara su función.

Toda esa información, un enorme iceberg del que Amazon solo había podido rascar la superficie con cosas como los altavoces inteligentes Echo o las cámaras y timbres inteligentes Ring, alimentará una efectiva maquinaria de uso de datos personales, que desde el principio fue, ha sido y será una de las claves del éxito de la compañía en su camino al trono del comercio electrónico. Muchas veces se ha destacado lo engrasado de los algoritmos de recomendación de la plataforma, cruzando miles de datos personales, con anteriores consultas o compras de otros usuarios.

placeholder Foto: Amazon.
Foto: Amazon.

La compra de iRobot recuerda, salvando las distancias, a la que hizo la empresa antes conocida como Facebook con WhatsApp hace una década. La red social pagó 22.000 millones por la plataforma de mensajería instantánea. Con ello metía un pie en un nuevo segmento de la comunicación y eliminaba un posible sustituto en el futuro. Pero también accedía a una importante bolsa de datos. Aunque siempre insistieron en que eran plataformas independientes, con el paso del tiempo hubo una integración innegable, que le permitió hacer uso cruzado de la información que generaban sus usuarios con su actividad. Con Amazon puede pasar algo similar. Que iRobot como empresa particular le venda los datos a un tercero plantea un sinfín de dudas y obstáculos legales. Sin embargo, estando bajo el mismo paraguas empresarial, la cosa cambia. No es un camino de rosas, pero simplifica mucho la historia.

¿Qué pasa con la oferta?

Faltan muchas piezas por colocar y ver el aspecto final de este rompecabezas. Habrá que ver cómo afecta a la oferta y la estrategia comercial. Sería raro ver que el gigante del 'e-commerce' apostase por una marca blanca de aspiradores para su propia plataforma aprovechando esta operación. Sería un disparo en el pie para el nombre Roomba, que sigue teniendo su tirón entre el público.

Es probable que esta marca aparezca junto a otras de la compañía como Fire TV o Echo con la coletilla 'by Amazon' o similar. Una solución similar a la que Google hizo con Fitbit, que sigue operando como fabricante independiente de pulseras y accesorios deportivos. Cualquier tipo de exclusividad también parece quedar fuera de las quinielas, ya que cualquier privilegio de venta en su plataforma desataría las quejas de otros minoristas y vendedores, además de alertar a los vigías de la libre competencia.

placeholder La cámara de visión de la Roomba J7. (M. Mcloughlin)
La cámara de visión de la Roomba J7. (M. Mcloughlin)

No hay que olvidar que la FTC estadounidense, de mayoría demócrata, está liderada ahora por Lina Khan, abogada y académica de Stanford que se hizo famosa por un ensayo en el que abogaba por trocear empresas como Amazon. Es más, como recogen diversos medios, a día de hoy Khan ha dedicado un gran número de funcionarios a escrutar los movimientos de los de Seattle. Es cierto que no encontró razones para impugnar la compra del estudio MGM por parte de la multinacional de Bezos, pero eso no significa que haya relajado su vigilancia sobre sus movimientos. Una de las dudas que existen en los mentideros especializados es si la actual dirección de la FTC pretende armar una gran causa contra Amazon, en lugar de abrir pequeños pleitos por compras u operaciones concretas.

Lo que sí es muy plausible es que el músculo financiero que ahora va a tener iRobot al formar parte de una de las mayores tecnológicas del mundo, le permita también consolidar una oferta más competitiva y ajustada en precio en la gama baja y media para competir con el arsenal de marcas chinas.

Foto: Uno de los robots de Amazon para mover estanterías de almacenaje. (M. McLoughlin)
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Hay un frente secundario donde Amazon puede utilizar todo el conocimiento tecnológico de iRobot: sus almacenes. Una de las grandes metas de la compañía es lograr una gran automatización de sus centros logísticos. ¿Por qué? Primero, porque se han dado cuenta de que aumentar la mano de obra y multiplicar la plantilla constantemente no es sostenible. Además cabe recordar que iRobot no siempre ha estado metido en el desarrollo de robots domésticos, sino que en sus comienzos sus inventos estaban pensdos con fines militares.

Durante la pandemia, la compañía se convirtió en el segundo mayor empleador privado del mundo. Y una vez la vuelta a la normalidad fue la norma, la multinacional se ha encontrado con un exceso de personal y de metros cuadrados. Además, una mayor robotización de sus centros logísticos le permitiría cumplir con su gran obsesión, que no es otra que la de tener plazos de entrega mínimos. Amazon ya compró hace una década Kiva Robots por 775 millones con este fin y ha aumentado el número de máquinas que trabajan en sus almacenes exponencialmente desde hace años. Ya tenía un alto conocimiento, pero haberse hecho con el universo Roomba puede ayudarle a mejorar cosas como la inteligencia ambiental de esta fuerza laboral. Sin embargo, esto no parece ser el objeto principal de la operación. El propio David Limp, de Amazon Devices, ya ha explicado que su objetivo es el ámbito doméstico y no el logístico.

Pocos días después de anunciar por sorpresa la subida de la cuota de Prime en España y otros países europeos, Amazon sorprendió el viernes con la que probablemente sea una de las noticias tecnológicas del verano. El gigante del comercio electrónico pagará unos 1.700 millones en efectivo por iRobot, el fabricante de las archiconocidas Roombas, los robots aspiradores que durante mucho tiempo dominaron un mercado que desde hace unos años ha sido reventado por los competidores chinos y otros proveedores 'low cost'.

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