¿Se ha vuelto loca la crítica con 'Stray'? La realidad tras el éxito de este juego para PS5 y PC

Un gato que un día, mientras hace la ronda con sus colegas felinos, cae abruptamente por una tubería que desemboca en un mundo subterráneo con una estética que recuerda al conocido (y también controvertido) 'Cyberpunk'. Un lugar donde el único rastro de vida que existe es un puñado de robots con conciencia y unas 'pseudoalimañas' capaces de devorar a cualquier ser que dé señales de vida, bien sea natural o artificial, y que tendremos que recorrer de la mano del peludo protagonista del juego. Esa es la propuesta de 'Stray', un juego lanzado en julio para PlayStation 5, PlayStation 4 y PC, que ha terminado por aclamación popular convirtiéndose en uno de los grandes fenómenos del año en esta industria. Todo ello a pesar de tratarse de una producción independiente de corta duración, que en absoluto llega con la etiqueta de ser un triple AAA, que es como se etiqueta a los videojuegos más ambiciosos en lo financiero y que suelen sr ejecutados por uno de los grandes estudios.

Este título, publicado por Annapurna Interactive, fue un 'éxito instantáneo' que no tardó en viralizarse: en poco tiempo se colocó como el más valorado en Steam (el mayor repositorio de internet para juegos de ordenador) y tanto las redes sociales como otros rincones de internet no tardaron en llenarse de vídeos, publicaciones y opiniones aplaudiendo merecidamente esta creación de BlueTwelve Studios, un pequeño estudio francés montado por extrabajadores de Ubisoft.

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Otros han pasado del reconocimiento a una inmensa ovación, de esas que casi sangran las manos, y ya piden que se les otorgue el GOTY ('Game of the year'), algo así como el Oscar a mejor videojuego de la temporada. La pregunta, completamente lógica cuando se plantean estos debates, es si 'Stray' es realmente una obra de arte merecedora del mentado galardón o por el contrario ha sido víctima de la hipérbole y no es más que un buen juego 'indie' sobrevalorado.

Un suburbio distópico con una base muy real

Después de dos semanas, he podido acabarlo. Una cosa es innegociable: la propuesta es fresca. No deja de ser un juego de aventuras, de los que hay a patadas, pero con el aliciente de ponernos en una perspectiva completamente diferente como es la de un gato atigrado (gracias a servicios de terceros, puedes personalizar uno y jugar con tu propia mascota). Todo ello envuelto en una factura visual muy lograda, atractiva y con un gran nivel de detalle. Un excelente emplatado que ayuda a que la receta empiece a gustar incluso antes de meterle mano. El resumen es que se agradece el mimo que destilan todos los escenarios. Un ejemplo del cariño son las casas y locales donde el gato debe entrar: no son visualmente clónicas. Cada una tiene su carácter, su ambiente y su esencia.

El mundo en el que nos movemos es un mundo postapocalíptico subterráneo en el que los gatos han sobrevivido incluso a la extinción de los humanos (chupaos esa, cucarachas). El paraje podría ubicarse perfectamente en los suburbios de una gran ciudad asiática como Hong Kong, Pekín o Shanghái. Todo impregnado de una decadencia que contrasta con la calidez del protagonista. El estudio galo se inspiró en la ciudad amurallada de Kowloong, una fortaleza situada en el entorno de la antigua colonia británica y cuyos orígenes se remontan hasta el siglo X.

Después de sus fines militares, los ingleses se apropiaron de ella a finales del siglo XIX y su dominio duró hasta pasada la Segunda GM. Ya en 1960 empezó a atraer población de forma masiva gracias al impulso del gobierno china. Como resultado nació una ciudad ultrapoblada, donde en menos de 3 hectáreas llegaron a vivir más de 50.000 personas. Todo ello derivó en una arquitectura de rascacielos y edificios de viviendas muy verticales, calles estrechas y abarrotadas. Esa fue la base sobre la que se construyó Walled City 99, que es como los creadores de 'Stray' tuvieron a bien bautizar ese enclave. Las diferencias son evidentes. En el juego, la población se encuentra en el subsuelo de un mundo cubierto por una enorme cúpula artificial.

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En los primeros compases de la aventura, conoces un robot que te hace de cicerone ante el desconocido mundo que se te abre. Hay ocasiones, pocas, en las que te comunicarás a través de una máquina que hace las veces de intérprete, pero la mayoría de ocasiones serán tus decisiones las que te comunicarán con lo que te rodea. Eso tiene mérito. No es fácil que el papel protagonista sea el de un animal que no habla.

Las acciones que puedes llevar a cabo son las previsibles. Porque el protagonista de 'Stray' (no tiene nombre) no es un gato fantástico. Es un gato normal y corriente. Y eso significa que podrás pulsar un botón para maullar, dirigir los 'sticks' para andar y correr, pulsar otros controles para saltar, rayar un mueble o empujar un tablón o un bote. Así tendrás que ir resolviendo los diferentes puzles del juego.

Esta aventura básicamente consiste en eso: en resolver acertijos que te permitan avanzar hacia tu objetivo, que no es otro que volver a la superficie. Pero durante ese viaje de retorno, se van desenredando otras cuestiones que te permitirán conocer qué pasó con la civilización humana y otros pormenores de la historia principal. También se abordan alguna que otra cuestión, como la crisis medioambiental o el abuso de poder por parte de las autoridades. Pero se hace de manera muy velada: el que quiera quedarse con el mensaje lo hará y quien no, podrá seguir jugando a su bola, sin romperse demasiado la cabeza.

Ni difícil ni largo

'Stray' no es ni un juego difícil ni un juego largo. Dudo que algún jugador encuentre una complicación endiablada en ninguno de los retos. Personalmente me ha llevado poco más de seis horas superar la aventura y porque he perdido el tiempo en recorrer el escenario. Viendo la experiencia de otros jugadores, los registros van desde las 4-5 horas hasta las 10 en el caso de los más concienzudos. La duración de 'Stray' es inherente a las mecánicas del juego.

La exploración no está del todo dirigida, pero no es un mundo abierto al 100%. La sensación que puede quedarte en algún momento es que no se aprovecha el magnífico recipiente que es Walled City 99. Puedes recorrer calles y zonas para ir completando algunos encargos adicionales al objetivo principal y hablar con más personas pero falta algo que te empuje a dedicar mucho tiempo. Y ese algo es el gran pecado de 'Stray': el salto no es libre.

Dependes de que la 'X' aparezca para poder saltar a una repisa o una altura. Eso es contraintuitivo. Si un gato callejero se caracteriza por algo es por moverse a su bola y hacer lo que le sale de las narices. Esta limitación es la que acaba por disuadirte de emplear más tiempo en explorar las verticalidades de la ciudad y por escalar edificios como ocurre con los juegos de 'Spider-Man', que te invitan a recorrer durante un buen rato los rincones de una Nueva York cuasi real.

Esa limitación en el salto es algo frustrante ya que empuja irremediablemente a sentirlo como un juego más lineal. Eso no significa que sea aburrido. También es cierto que si llegan a pasar de frenada al abrir el mundo, hubiesen tenido que plantear nuevas dinámicas y nuevos hilos argumentales que hubiesen complicado mucho más la aventura, convirtiéndolo en un título más complejo, largo y costoso.

La ligereza de 'Stray' se agradece igual que las series con capítulos de 25 minutos

¿Puede ser un juego de corta duración firme candidato al GOTY? Cada uno tendrá su opinión. Particularmente, soy muy defensor de los juegos cortos. Tengo ahora mismo 5 juegos largos, que esperan en paralelo su turno para que vaya avanzando hacia su final. Pero no tengo tiempo para todo. Mi agenda diaria no me lo permite. Por eso se agradece algo así, que no te lleve semanas en darlo por finiquitado. Es lo mismo que ocurre cuando alguien te recomienda una serie y remata la reseña diciendo eso de que son capítulos cortitos, de 30 minutos. Aquí más de lo mismo.

El juego es muy recomendable, si sabes lo que hay y si te gusta un juego más calmado de los habitual. Si lo estás pensado para jugarlo en PC, te diría que no pasa nada si esperas tres, seis o nueve meses para jugarlo. Incluso es probable que te ahorres algo en los 30 euros que cuesta en Steam. Si quieres jugarlo en PS4 o PS5, como es mi caso, tienes que saber que está incluido desde el primer día en PS Plus Extra y Premium. Probablemente esto haya ayudado y mucho a que 'Stray' se viralice tan rápido.

Un estreno en el momento justo

Sony necesita hacer ruido sobre su servicio de suscripción, un terreno donde hasta ahora Xbox y Microsoft le habían comido un poco la tostada con Game Pass, y por eso le han dado ese protagonismo. Los nipones, sabiendo de lo diferencial de la propuesta, le dieron visibilidad prácticamente desde la presentación de su última consola, mostrando tráileres y 'teasers'. Si no tienes esta consola y tampoco lo quieres jugar en Steam, siendo un juego de un 'third party' es probable que dentro de unos meses lo veamos en otras plataformas. Particularmente creo que es carne de cañón para la Switch, pero también para la Series X y la Series S de Xbox.

El amor de internet por los gatos ha hecho el resto. En las últimas semanas, las redes se han llenado de gatos de carne y hueso reaccionando cómicamente y quedándose enganchados cuando el videojuego se veía en las teles de sus humanos. Probablemente, si en vez de un gato hubiese sido un enano o un robot el que tuviese sobre sus espaldas el peso de esta aventura no hubiese generado ni un 10% de la atención de la que ha generado entre los aficionados. los videojuegos y los que no lo son tanto.

La idea era llamativa, pero ha sido amplificada por un calendario de lanzamiento algo escaso

El lanzamiento de 'Stray' también ha llegado en un momento súper oportuno. Salvo el de Nintendo, que sigue su particular ritmo alejada del tú a tú que protagonizan Sony y Microsoft, los catálogos tanto de PS5 como Xbox están en horas bajas en lo que a lanzamientos de peso se refiere en 2022. Esto es un efecto más de que no se han vendido suficientes consolas de última generación por la crisis de suministro que a día de hoy sigue causando problemas.

Los grandes lanzamientos son motores de ventas de hardware y viceversa. Es normal que los estudios controlen los tiempos. Si echamos un vistazo a los platos fuertes de este año en el catálogo de los japoneses nos encontramos a 'Horizon Forbidden West' o 'Gran Turismo' como lanzamientos más reseñables del curso. Una sequía de exclusivos que creo que ha sido providencial para que 'Stray' brille con luz propia. En el caso de los estadounidenses, en dos años, han tenido como platos fuertes 'Forza Horizon', 'Halo Infinity' o 'Flight Simulator' desde que las nuevas Xbox llegaron al mercado. Es cierto que Game Pass, esa tarifa plana de videojuegos, ha maquillado durante muchos meses esa sensación.

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Un buen termómetro para comprobar que las cosas no han mejorado en la disponibilidad de máquinas son los resultados trimestrales de Sony, donde la compañía informó que había conseguido vender 2,4 millones de unidades de PS5 en los tres últimos meses. Eso supone solo 100.000 unidades más que el mismo periodo del año anterior. En lo que se refiere al 'software', han sido bastantes grises. Solo vendió 47,1 millones de juegos, de los que solo 6,4 son títulos desarrollados por alguno de sus estudios en exclusiva. En 2021, en este periodo, se vendieron 63,6 millones de ejemplares, de los 10,5 eran juegos suyos. La compañía ha revisado a la baja su previsión de ingresos, por este motivo así como por la adquisición de Bungie.

La recta final del año tampoco parece que romperá esa monotonía en lo que se refiere a juegos exclusivos, que siempre han sido la gran baza de la PlayStation frente a su rival. En septiembre, la compañía lanza la reedición de 'The Last of US I', reeditado para la nueva generación de consolas. Le sigue ya en noviembre la gran apuesta prenavideña, 'God of War: Ragnarok'. En el calendario aparecen otros grandes 'hits' como el lanzamiento de 'Hogwarts Legacy', el juego inspirado en el universo de Harry Potter, pero se trata de un título de Warner Bros y Avalenche que saldrá para todas las plataformas.