Cambié mi TV por este enorme proyector: por fin consigo una pantalla de 100'' en casa
El FreeStyle es una de las propuestas más llamativas de Samsung para este año. Lo ponemos a prueba y, de paso, vemos cómo es lo de cambiar nuestra 'smart TV' por la proyección en una pared
¿Quién no ha deseado alguna vez ver su peli favorita en pantalla gigante? Sacar las palomitas, apagar bien las luces y vivir una experiencia lo más cercana posible al cine. La tecnología nos está ayudando bastante con esto, ya que las teles no paran de crecer en tamaño sin que los precios nos asusten demasiado. Pero si la prioridad es conseguir muchas pulgadas, no cabe duda de que la solución más llamativa pasa por adquirir un proyector: nos vamos fácilmente por encima de las 100 pulgadas con solo tener una gran superficie donde poder proyectar.
Existen muchos escalones de precios, tipos y calidades, pero cada vez es más fácil acceder a modelos decentes en los que es posible que terminemos haciendo más cosas que ver pelis y series. Incluso están apareciendo gadgets tan originales como The Freestyle, que tiene toda la pinta de que va a terminar creando escuela. Con esta propuesta de Samsung podemos sacar conclusiones equivocadas si solo comparamos precio y especificaciones típicas con otros competidores, por eso debemos pararnos a conocer bien este pequeño proyector, que pretende ofrecernos muchas cosas, de una manera diferente.
The Freestyle, ajusta el ángulo y comienza la función
Nadie le va a decir a Samsung cómo crear un dispositivo atractivo desde el punto de vista estético, pero la realidad es que sorprende en un primer contacto. Nos podemos olvidar de la caja rectangular típica en un proyector, aquí se apuesta por un diseño cilíndrico del tamaño de una lata de comida para perros.
Al margen de su forma, lo que realmente lo hace diferente es el pie integrado que permite ajustar la proyección en diferentes ángulos: ver una serie en el techo del dormitorio es tan fácil como apuntar hacia arriba. El sistema es ingenioso pero no está resuelto de la mejor manera, ya que es complejo dejarlo fijo en la posición concreta que deseamos. Suele ocurrir por debajo de los 45 grados, donde no frena bien el cabeceo del proyector.
Ninguna duda con la calidad de construcción, con un acabado gomoso que lo hace cómodo de transportar, también algo más resistente a los golpes. El blanco mate le da un toque bastante elegante, al tiempo que contrasta con el negro piano del frontal. Tenemos pocas dudas de que a sus compradores les encantará enseñarlo.
100 pulgadas muy vistosas
Podemos jugar con el tamaño de 'pantalla' moviendo a The Freestyle con respecto a la superficie de proyección. Partimos de unas útiles 30 pulgadas si nos colocamos a una distancia de 80 centímetros, pero podemos llegar a 100 pulgadas si el aparato está a 2,5 metros.
La resolución máxima a la que es capaz de trabajar este proyector es Full HD, que nos parece una cantidad adecuada para el tipo de producto que es: fácil de transportar, proyectar en cualquier lugar, reproducir de todo tipo de fuentes, etc. Funciona con tecnología DLP (iluminación LED) y según Samsung el nivel de brillo llega a los 550 lúmenes, con una vida asegurada de 20 000 horas. En la práctica tenemos que tener claro que para que se vea bien la habitación ha de estar bien oscura.
Debemos valorar que un dispositivo tan pequeño consiga un tamaño tan grande y para hacerlo no produzca un ruido muy elevado (25 dB). Se debe al trabajo de un ventilador y un disipador de calor bastante eficientes, además de un diseño interno que ayuda a expulsar el calor. The Freestyle asume sin problemas contenidos HDR 10 y HLG, por lo que se supone que vamos a disfrutar de una mayor fidelidad en servicios en streaming que lo soporten. En el uso real tampoco hay una gran ventaja, ya que el brillo que puede generar The Freestyle no es muy alto.
En todo caso, podemos decir que los resultados son convincentes. En una habitación oscura podemos comprobar que los colores que reproduce tienen mucha fuerza y fidelidad —con independencia del color de fondo—, además de una definición muy buena. Gran parte de culpa de esto está en el uso de algoritmos de procesado que Samsung lleva muchos años mejorando en el mundo de los televisores.
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El proyector nómada
No hay mejor manera para conocer el tamaño de un dispositivo que por comparación con un elemento que todos conocemos. Ahí podéis ver a The Freestyle al lado de una lata de refresco, lo que nos sirve para valorar unas dimensiones realmente reducidas para lo que nos ofrece.
Apenas 17 cm de alto y un diámetro que no llega a los 10 cm, para conformar un gadget que solo pesa 800 gramos. Pocos problemas vamos a tener para moverlo entre habitaciones, o para llevarlo en una mochila allí donde queremos montar el cine.
Estamos por lo tanto ante un dispositivo ideal para una vida errante, tan fácil de transportar como de configurar gracias a un sistema de autonivelación y enfoque automático bastante efectivo. Es justo reconocer que a veces se queda encasquillado y hay que apagar el sistema. Hubiera sido un dispositivo en movilidad total si hubieran integrado una batería en su interior, pero entendemos que el peso y las dimensiones se hubieran visto perjudicadas. Afortunadamente tenemos muchas soluciones a mano para convertirlo en portátil, como hacer uso de baterías externas.
Las dos semanas que he estado usándolo no he sabido encontrar una ubicación concreta, ni me parece que ese sea su objetivo, para eso hay proyectores más grandes con mayor calidad. The Freestyle es un dispositivo que invita a llevarlo casi siempre encima, fuera y dentro de casa, y que causa bastante sensación entre los que lo conocen por primera vez.
Como 'smart TV': una de cal y otra de arena
Si antes hablábamos de la experiencia de la casa en diseño, también conviene señalar que no le va a enseñar tampoco a Samsung cómo hacer una interfaz para 'smart' TV. Si tienes una tele de la casa coreana, en cuestión de segundos tendrás controlado todo lo que se puede hacer y configurar en The Freestyle.
Además de bonito y sencillo, el sistema Tizen de Samsung nos abre las puertas de las principales aplicaciones de streaming del mercado: Netflix, Amazon Prime Video, YouTube, Disney+ o Apple TV+. Eso sí, si queremos más no nos vamos a librar de hacernos una cuenta de Samsung para acceder a la tienda.
Tampoco han sido torpes a la hora de diseñar el mando, presentando un pequeño mando de control remoto que es tan cómodo como intuitivo. Como podéis apreciar en la imagen, los principales servicios de streaming cuentan con acceso directo. Un sistema muy bonito en la teoría, no tan bien resuelto en la práctica. El sistema no responde todo lo rápido que nos gustaría, a la hora de movernos por los menús es necesario adaptarse a su ritmo si no queremos terminar realizando operaciones erróneas.
Tiene toda la pinta de que el hardware interno elegido no es lo suficientemente potente para lidiar con la interfaz a la fluidez ideal. Para ver una peli o serie de manera puntual, no hay problema, pero si usamos The Freestyle como una tele, se hace bastante pesado.
Otro aspecto que no me parece bien diseñado es la configuración de botones físicos del proyector. Están alojados alrededor del caudal de proyección, por lo que es difícil acertar sin deslumbrarnos. No ayuda que los botones sean táctiles y tengan el mismo acabado que la superficie donde se encuentran alojados. En resumen, nos encanta lo fácil que se configura, el reconocible diseño de interfaz, la facilidad para encontrar nuevas apps, incluso la posibilidad de poder ejecutar un navegador web integrado. Pero penaliza demasiado la experiencia que el funcionamiento no sea fluido.
Conecta tus dispositivos
La conectividad es uno de los puntos fuertes de The Freestyle, acentuando esa filosofía portátil del dispositivo. El soporte inalámbrico nos permite conectar el móvil para pasar los contenidos que tengamos en él o duplicar pantalla. En el lateral tenemos un USB-C que sirve como puerto de carga y un micro-HDMI que nos permite conectar sin problemas una consola de videojuegos. The Freestyle no es un proyector diseñado para esto, pero se puede jugar bastante bien a títulos que no requieran de una latencia muy baja.
Si se va a jugar, es recomendado usar el Game Mode (está un poco oculto), que reduce la latencia a la mitad (43,2 milisegundos), manteniendo la resolución 1080p con 60 Hz.
Volviendo a la conectividad sin cables, puede resultar muy interesante aprovechar el soporte AirPlay 2. He estado utilizando el proyector para crear un monitor secundario de 30 pulgadas (incluso menos) para mi MacBook Pro. En ese tamaño la definición se puede considerar bastante buena para muchas actividades y el nivel de brillo se muestra bastante alto.
Un altavoz inteligente y sonido envolvente
Si por algo sorprende el pequeño proyector de Samsung es por su capacidad para rellenar una estancia con su altavoz de 5 W, que ofrece una proyección del sonido en 360 grados. Podemos comprobar su posición por el anillo perforado inferior en el cilindro de The Freestyle.
Aunque no puede competir con un sistema de sonido dedicado, la calidad de sonido es bastante buena siempre y cuando no nos excedamos con el nivel de volumen. Pese a lo que pudiera parecer, resulta satisfactorio no encontrarnos limitados por el sonido y poder montar el cine en cualquier lugar.
Para aquellos que hayan decidido que The Freestyle sea el único proyector en casa y quieran mejorar el sonido, siempre es posible mandar de manera inalámbrica la fuente de sonido a otro dispositivo con mayor calidad, como una barra de sonido. No nos olvidamos que cuenta con procesado Dolby Digital Plus.
Que al mismo tiempo tengamos un altavoz inteligente es una idea muy inteligente por parte de Samsung. Podemos elegir entre Bixby o Alexa, y seremos reconocidos en la distancias gracias a unos micrófonos similares a los que podemos encontrar en este tipo de gadgets. Siempre que queremos, por temas de privacidad, podemos dejar bloqueado el micro.
No me quiero extender demasiado en el Ambient Mode, ya que para mi no tiene mucha utilidad, ni compraría un gadget de este precio para estos menesteres. Entiendo que puede ser un modo atractivo para todos aquellos que quieran crear ambientes temáticos (cumpleaños, nuevo año) o decorativos (ventanas, fuego, imágenes).
Sí puede resultar más potable la posibilidad de convertir a The Freestyle en una lámpara con la que también podemos crear ambientes, algo que se consigue colocando una lente protectora y translúcida en el proyector. Viendo la lista de accesorios —baterías, fundas, skins— que ha preparado Samsung se nota que es un producto importante para la marca.
Compacto, sorprendentemente simple y caro
The Freestyle no satisfará a esos usuarios exigentes que quieren montar un cine espectacular en casa, tampoco a los que quieran usarlo siempre como un televisor. Si estamos mirando a este producto desde esas perspectivas, nos estamos equivocando, ya que el dispositivo de Samsung tiene como objetivo principal que te puedas llevar la proyección a cualquier lugar.
Ha sido creado pensando en que lo echemos en una mochila, conectemos casi cualquier cosa como fuente de reproducción, y por encima de todo, nos olvidemos de configuraciones complejas cuando queremos proyectar.
Encontramos en el precio su principal punto flaco, por poco más de la mitad de lo que nos pide Samsung hay modelos con características similares y baterías integradas en su cuerpo. Este punto pesa demasiado en el resultado final, por eso The Freestyle será un proyector a seguir, en cuanto baje de precio se puede convertir en un producto mucho más apetecible.
Si dejamos a un lado el precio y algunos problemas bastante evidentes, este dispositivo encanta por su facilidad de uso, invitándonos a ser muy creativos con sus capacidades. Será muy interesante comprobar cómo evoluciona un gadget que tiene pinta de que va a crear escuela.
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¿Quién no ha deseado alguna vez ver su peli favorita en pantalla gigante? Sacar las palomitas, apagar bien las luces y vivir una experiencia lo más cercana posible al cine. La tecnología nos está ayudando bastante con esto, ya que las teles no paran de crecer en tamaño sin que los precios nos asusten demasiado. Pero si la prioridad es conseguir muchas pulgadas, no cabe duda de que la solución más llamativa pasa por adquirir un proyector: nos vamos fácilmente por encima de las 100 pulgadas con solo tener una gran superficie donde poder proyectar.