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Cambié mi PC de trabajo por el mejor ordenador de Microsoft: un inventazo con sorpresa
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UNA INNOVADORA PROPUESTA

Cambié mi PC de trabajo por el mejor ordenador de Microsoft: un inventazo con sorpresa

La Surface Laptop Studio es un '3 en 1' que propone una pantalla con un innovador mecanismo plegable. Sin embargo, es producto de un precio prohibitivo que pocos aprovecharán al máximo

Foto: Ejemplo de cómo funciona el mecanismo del nuevo Surface Laptop Studio. (EC)
Ejemplo de cómo funciona el mecanismo del nuevo Surface Laptop Studio. (EC)

Los de pandemia han sido buenos tiempos para la informática personal. Ya se sabe que con el teletrabajo y la educación en remoto se disparó la demanda tanto de ordenadores como de tabletas. No pocos aprovecharon para renovar su equipo o hacerse con uno más para atender las necesidades surgidas en casa. Cuando acabaron los confinamientos, la tendencia no bajó de revoluciones. Muchas empresas optaron también, por eso de que sus empleados tenían un pie en la oficina y otro en casa, por cambiar las torres por portátiles y dejar escritorios equipados con monitores a los que enchufarse al empezar la jornada.

En este nuevo escenario, Microsoft ha aparecido con una nueva e interesante propuesta: la Surface Laptop Studio. Aunque lleve el nombre Surface no se trata de una de las ya míticas tabletas de la compañía. Aunque lleve el apellido Laptop tampoco se trata de un portátil al uso. La clave está en la coletilla Studio. Eso indica que lo tenemos entre manos es un espécimen que no es corriente. La primera vez que lo utilizaron los de Redmond lo hicieron para crea un todo en uno al estilo iMac con una peana y un mecanismo que permitía casi ponerlo en plano para tener una suerte de pizarra digital. Aquel invento venía con un accesorio especialmente creado para este soporte, una suerte de rueda que se acoplaba a la ventana y hacía las veces de navegación rápida.

Ahora esa idea se ha adoptado al formato portátil. A simple vista parece uno normal y corriente, de esos que hacen contorsionismo sobre sí mismo para convertirse en una tableta pasadita de peso y centímetros. Sin embargo, la pantalla esconde una sorpresa: se desprende del panel permitiendo fijarla en varios ángulos. Es decir, Microsoft se ha olvidado de las bisagras, ha plantado una suerte de caballete y ha convertido el concepto '2 en 1' en un '3 en 1'.

El formato llama la atención. Pero si eres un usuario normal y corriente la buena impresión inicial se irá diluyendo progresivamente hasta darte cuenta que a la hora de la verdad vas a poder exprimirlo poco en tu día a día. Puedes aprovecharlo, por supuesto, pero no tanto como puedas pensar en un primer momento. El precio, más de 1.600 euros por la versión básica, le aleja del común de los mortales. Si eres ilustrador, editor de video, fotógrafo, diseñador o simplemente un entusiasta de la tecnología (y no te importa rascarte el bolsillo) el asunto cobra otra dimensión completamente diferente.

placeholder El caballete. (M. Mcloughlin)
El caballete. (M. Mcloughlin)

He pasado un mes largo con este dispositivo como equipo de trabajo. Ha sustituido al portátil Dell que el periódico me puso entre manos cuando volvimos a la oficina. Obviamente, no podía ser de otra forma, el centro de gravedad de este equipo es la pantalla y ese particular mecanismo que se resume en la anterior imagen. Pero no es lo único, hay otras cosas que llaman la atención. Hay ciertos detalles del diseño que dejan buen sabor de boca. A simple vista puede parecer una propuesta de un equipo con carcasa metálica más, pero cuando empiezas a interactuar con él te das cuenta de lo bien construido que está.

La aleación de magnesio y aluminio tiene un acabado pulido muy agradable.Supongo que habrá gente que pasará por alto este detalle, pero particularmente con estos precios valoro muchísimo estas sensaciones. Cuando lo abres, la carta de presentación es similar a la que podemos encontrar en ciertos MacBooks (no los últimos Pro, que aquí no hay 'notch'). Marcos visibles aunque no especialmente gruesos, esquinas redondeadas, un 'trackpad' generoso (y que funciona especialmente bien) que además deja un buen espacio a los lados para apoyar las muñecas y poder escribir cómodamente.

Sin pegas tampoco para el teclado, que Microsoft ya había logrado dominar la técnica con anteriores portátiles que llevaban la firma Surface. No así para el reconocimiento facial. Más lento de lo deseado. Meter un lector de huellas se hubiese agradecido. Por lo demás, la cámara para videollamadas hace un trabajo finísimo. Y el audio, tres cuartas partes de lo mismo.

El cuerpo no es ultraligero, aunque no se puede clasificar como mamotreto. En el fuselaje hay una cosa que llama bastante la atención: una base que forma una especie de 'repisa' debajo de la cual esconden los ventiladores. Aunque alguna vez se han activado, no he notado que sean tampoco excesivamente ruidosos. Es una solución que me parece bastante efectiva y que, según lo experimentado, consigue que no se alcancen niveles preocupantes de calor. Ya se sabe lo que ocurre cuando se dispara la temperatura: que acaba sufriendo el rendimiento. Por eso es importante fijarse en la refrigeración y ventilación de los equipos, especialmente si piensas hacer trabajos pesados.

La única gran pega al diseño es que se echa en falta algún puerto más

Una cosa en la que esta Surface me deja frío es en el apartado de los puertos. Tiene dos puertos USB tipo-C Thunderbolt 4, el 'jack' para auriculares y el conector propio de Microsoft (el cargador sigue apostando por esta solución). Me parece una selección, digamos, un poco rácana. Uno de los públicos objetivos de este ordenador, por ejemplo, son creadores de contenido, editores gráficos. Personas que pueden tener que verse obligados o necesitados de una pantalla mayor o una tele en alguna ocasión. Un puerto HDMI se agradecería en estos casos. Es cierto que con el Thunderbolt 4 se soluciona (si el monitor ofrece conexión de este tipo), pero sí ese es el caso, solo tendríamos un puerto más disponible en estas circunstancias. En fin, que son pocos puertos.

Cómo usar una pantalla 3 en 1

placeholder La pantalla, en posición normal. (M. Mc.)
La pantalla, en posición normal. (M. Mc.)

Esta Surface ofrece un panel Pixel Sense de 14,4 pulgadas, con relación de aspecto 3:2. Esto significa que es menos alargada que formatos con 16:9. Me gusta más, porque el espacio se aprovecha mejor al tener ese plus de altura extra a la hora de trabajar o de jugar. El panel me parece que tiene muchos quilates, aunque no sea el más puntero del mercado en algunos puntos. Tenemos una resolución de 2.400 pixeles, una excelente representación de color, una buena densidad, un brillo interesante, 120 herzios de tasa de refresco... Un trabajo de aliño muy fino.

El mecanismo para variar el ángulo del panel es magnético. Hace falta ejercer un poco de presión para desprenderla. Permite fijarla básicamente en tres ángulos. La primera, como un portátil al uso. La segunda, justo entre el teclado y el 'trackpad'. Es útil, por ejemplo, para largas sesiones de videollamadas, en las que no necesites escribir, pero si puedas necesitar abrir otras ventanas, interactuar con presentaciones y documentos sin andar toqueteando la pantalla constantemente.

Ahí es interesante para ver películas y series en un tren, utilizarla como pantalla secundaria conectándola a un set de pantalla y teclado y ratón o para jugar a Steam o Game Pass. El último, en el que casi se pliega por completo, es interesante para trabajar con el lápiz óptico, bien dibujando o editando documentos, que Microsoft ha vuelto a renovar, pero que no viene incluido en el paquete.

El problema no es que esta sea una innovación o una propuesta vacía. Hay utilidades. Y en estos días he hablado con colegas diseñadores o editores de video que le ven utilidad y que le han puesto ojitos al invento. Uno de ellos me decía, además, que para él, lo bueno frente a macOS, además de tener los programas y este añadido de la pantalla abatible, es que no tiene que renunciar a la mayor parte de sus juegos. Personas que le sacarán provecho las hay. El problema es más el usuario normal, que como decíamos, no creo que vayan a exprimir las posibilidades al máximo

placeholder Casi plegada. (M. Mc.)
Casi plegada. (M. Mc.)

Un motor de notable alto

¿Qué hay debajo del capó? ¿Está a la altura de lo visto hasta ahora? Aquí es donde más dudas pueden surgir. Por muchos factores. Habrá muchos que dirán que no es justo comparar los Mac con los M1 Max o Pro. Pero es mandatorio, más aún por el gusto que suelen tener el público al que pretende engatusar esta Surface, creativos y creadores de contenido, por los equipos de Apple. Las configuraciones de nivel de entrada en este caso cuentan con un procesador Intel Core i5-11300H y gráficos integrados Iris Xe, pero se puede pagar más por el Core i7-11370H y una GPU RTX 3050 Ti.

Particularmente, puestos a gastar un dineral (presuponemos esto cuando has llegado hasta aquí) mi consejo es que optes por la configuración superior. Eso sí, la undécima generación de los procesadores sabe a poco. Haber tenido los de la duodécima generación, presentados en enero para portátiles, hubiese sido un guinda que hubiese embellecido y mucho el conjunto.

La memoriainterna puede ser de hasta 2 terabytes, el modelo base cuenta con 256GB. La RAM de hasta 32 gigas. ¿Qué esperar? En el caso del modelo superior, un gran rendimiento en el día a día pero también para cosas edición de video o paquete Adobe. Quizá se pueda mostrar un poco más gelatinoso en el aspecto del 'gaming' en los juegos más exigentes, los triples AAA. Los podrá gestionar pero su ejecución no será perfecta.

placeholder En posición intermedia. (M. Mc.)
En posición intermedia. (M. Mc.)

Eso nos da una idea general de en qué lugar se coloca este aparato, que por cierto,funciona con Windows 11 Pro, una versión que viene regada con algunas funciones extra de seguridad pero que en la práctica me ha ofrecido una experiencia a Windows 11 Home. Sea cual sea la versión, hay que decir: ¡qué bien le ha sentado el rediseño a este sistema operativo! Se acabaron los azulejos que se estrenaron con Windows 8, que parecían un intento desesperado por ser moderno y minimalista. Como el meme del señor Burns entrando con gorra y camiseta a una clase durante un capítulo de 'Los Simpson'.

Qué bien le ha sentado el rediseño a Windows 11, que corre bien en este equipo

Creo que con un i7 de duodécima generación podría confrontar mejor con los M1 más poderosos. Sin embargo, también es de ley que para un amplio abanico de personas este será un rendimiento sólido y fiable. Estamos hablando de la diferencia entre un notable muy alto y un sobresaliente. La historia es que con estos precios, hay que exigir la máxima calificación.

Donde creo que claudica frente a los chips y los equipos de Apple es en la autonomía. Claudicar en este pulso no supone que sea mala, simplemente que está un peldaño por detrás. En el caso del equipo más poderoso se puede pasar una jornada relativamente intensa de trabajo sin necesitar de enchufarlo pero está lejos del espectácular pulmón que ofrecen los MacBook Pro con los diferentes M1. De todas formas, el cargador que viene en la caja, en apenas media hora te rellena un tercio del depósito de gasolina.

placeholder El 'trackpad'. (M. Mc.)
El 'trackpad'. (M. Mc.)

Lo dicho. La Surface Laptop Studio es, sin lugar a dudas, el mejor equipo informático al que Microsoft ha puesto su firma. Un chasis muy bien construido, con una propuesta muy original y versátil. Los problemas han sido ya expuestos: la utilidad para el día a día de los usuarios y el alto precio. La versión base con i5 parte de 1.699 euros. La versión con i7, 2199 euros. Un producto de lujo que le aleja del común de los mortales.

Modelo i5 (desde 1699€) Modelo i7 (desde 2199€)

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Los de pandemia han sido buenos tiempos para la informática personal. Ya se sabe que con el teletrabajo y la educación en remoto se disparó la demanda tanto de ordenadores como de tabletas. No pocos aprovecharon para renovar su equipo o hacerse con uno más para atender las necesidades surgidas en casa. Cuando acabaron los confinamientos, la tendencia no bajó de revoluciones. Muchas empresas optaron también, por eso de que sus empleados tenían un pie en la oficina y otro en casa, por cambiar las torres por portátiles y dejar escritorios equipados con monitores a los que enchufarse al empezar la jornada.

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