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La vieja guerra que Ucrania sí está ganando: así interceptan las comunicaciones rusas
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"NUNCA HABÍA VISTO ALGO ASÍ"

La vieja guerra que Ucrania sí está ganando: así interceptan las comunicaciones rusas

Aunque muchos piensen que pertenecen a otra época, las radiofrecuencias siguen siendo una parte crucial en los conflictos bélicos. Pero esta vez hay algo nuevo: los audios interceptados se difunden a través de redes sociales

Foto: Un marine estadounidense utiliza una radio de comunicaciones con localización GPS en tiempo real. (Reuters/Handout/Cutler Brice)
Un marine estadounidense utiliza una radio de comunicaciones con localización GPS en tiempo real. (Reuters/Handout/Cutler Brice)
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Es 24 de febrero y Rusia acaba de comenzar la invasión de Ucrania. En mitad del estallido, un soldado ruso trata de pedir ayuda a algún compañero a través de la radio. Un cuarto hora después, su voz se pierde en la frecuencia 5125 kHz. Nadie ha respondido, pero todo se puede escuchar como un vídeo más en YouTube. Se trata de una de las muchas comunicaciones de tropas rusas interceptadas por aficionados durante esta guerra.

Hasta ahora, elementos como los ciberataques, la interrupción de internet o la desinformación en redes sociales han copado la cobertura sobre el papel del espacio cibernético. Si bien su relevancia ha sido innegable, también lo es que la radiofrecuencia –para muchos, una tecnología de otra época– sigue jugando un papel fundamental en las comunicaciones militares. Lo curioso ha sido que esta vez las escuchas captadas a los militares rusos están siendo publicadas en redes sociales. Un fenómeno que se mueve entre la curiosidad, la ayuda al ejército ucraniano y, lo más importante, los límites de la legalidad.

Foto: Un 'hacker' del grupo ucraniano RUH8. (Reuters/Gleb Garanich)

“Desde al menos 2014 se viene librando una especie de guerra de propaganda en algunas frecuencias de radio. Los canales usados por las radiocomunicaciones militares rusas han sido monitorizados por parte de muchos radioescuchas”, explica David Marugán, consultor de seguridad y especialista en radiocomunicaciones. "La onda corta sigue albergando muchos servicios críticos para la sociedad", recuerda el experto, que cita otros ejemplos, como la radiodifusión internacional, las comunicaciones marítimas y aeronáuticas o los sistemas de radares y sondas. “La propagación en estas bandas permite cubrir distancias de miles de kilómetros sin depender de internet, satélites o proveedores de servicios”, apunta sobre su prevalencia.

Escuchar a las tropas rusas en Discord

En esta guerra, las señales de los militares rusos están siendo interceptadas a través de receptores de onda corta físicos, pero también mediante su versión digital remota. Se trata de los SDR (Radio Definida por Software, por sus siglas en inglés) 'online', que permiten prescindir de un aparato específico para llevar a cabo estas tareas.

Una de las plataformas de SDR 'online' más destacadas es WebSDR, de la Universidad de Twente (Países Bajos). "A través del chat de esta página, se creó de forma espontánea una comunidad de radioescuchas. Había curiosos que mientras oían las emisiones a través de esta web y otras similares, comentaban y traducían del ruso al inglés las supuestas comunicaciones militares", comenta Marugán, que explica que se detallaba también "información como las frecuencias y sus posibles usos".

Eso sí, todos estos archivos de audio no están disponibles únicamente en entornos especializados. Lo llamativo del fenómeno no es tanto que haya radioescuchas dispuestos a navegar entre frecuencias para monitorizar algún tipo de comunicación militar, sino más bien que han sido publicadas en entornos mucho más accesibles, como YouTube, Twitter o Discord. En esta última plataforma existe una comunidad, llamada Ukrainian Radio Watchers, donde miles de personas se coordinan para interceptar escuchas y hacer las correspondientes traducciones.

"Nunca había visto algo así en una guerra, con una participación tan masiva en redes sociales, algo que ha permitido llegar a mucha más gente no relacionada con este mundo", expresa Marugán, quien considera que, aunque haya curiosos, buena parte de estas personas "probablemente lo hacen con intención de ayudar a Ucrania obteniendo información sobre futuros ataques, con cuestiones que pudieran ser importantes en el desarrollo de los combates o, incluso, reuniendo algún tipo de prueba legal, como ya ocurrió en las guerras de Yugoslavia".

Por qué puede ser un problema

Pero aquí hay un problema. Todo esto puede volverse en contra de quienes están subiendo estos audios a redes sociales y otras plataformas. En este sentido, la Ley General de Telecomunicaciones establece como infracción muy grave "la interceptación, sin autorización, de telecomunicaciones no destinadas al público en general, así como la divulgación del contenido".

Luis Jurado Cano, abogado y socio director de Perseus & RC Abogados, subraya que "todo va a depender de la frecuencia que se esté monitorizando de forma pasiva". Así, hace hincapié en que la difusión de estos contenidos en redes sociales puede incurrir en un delito de revelación de secretos, "regulado por el Código Penal, que salvaguarda el secreto de las comunicaciones garantizado por la Constitución, salvo resolución judicial".

placeholder Un hombre armado encargado de la seguridad de un centro logístico en Kiev. (EFE/EPA/M. A. L.)
Un hombre armado encargado de la seguridad de un centro logístico en Kiev. (EFE/EPA/M. A. L.)

Además, hay otro elemento que puede enrevesarlo todo: "Esta normativa hace mención expresa a las emisiones de radio dentro del ámbito nacional español". El hecho de que buena parte de las escuchas se realicen y difundan a través de internet complica todo. ¿Qué pasa cuando alguien en España difunde escuchas que tienen lugar en Ucrania y que ha obtenido a través de una plataforma holandesa?

"Es realmente complejo dar una respuesta concluyente, dado que va a depender de la normativa interna de cada país o de la regulación supranacional a la que esté supeditada, como podría ser el Código Europeo de las Comunicaciones Electrónicas, establecido por la Directiva 2018/1972", indica el letrado. "Ante este tipo de escuchas transnacionales, donde hay múltiples países intervinientes —con sus propias normativas—, es complicado definir si el comportamiento es lícito o no. Habrá que estudiar cada caso".

¿Rusia descuidando sus comunicaciones?

Por otro lado, lo novedoso del fenómeno, unido a su complejidad técnica, ha conllevado ciertas confusiones. Ahí está el caso de los supuestos 'walkie-talkies' baratos de origen chino que se habrían requisado a las tropas rusas. Hay quien ha dicho que estos eran utilizados por los aficionados para interceptar emisiones a cientos o miles de kilómetros, pero nada más lejos de la realidad.

"No debemos mezclar conceptos. Son aparatos que trabajan en las bandas de VHF/UHF y habitualmente son usados por radioaficionados. Por tanto, la mayoría de las grabaciones que se publican no están vinculadas con esos 'walkie-talkies', ya que sus transmisiones están limitadas a distancias mucho más reducidas que las de onda corta", aclara Marugán. En contraposición, indica que sí pueden ser equipos que empleen soldados rusos "a título personal, para comunicaciones no críticas, sin que sea la dotación oficial", aunque la falta de contexto de la fotografía que se ha difundido dificulta todo: "Siempre he visto la misma, pero, obviamente, no se puede descartar que se estén usando también para comunicaciones militares más sensibles por problemas logísticos o de suministro. Lo que está claro es que disponen de equipos de radio militar avanzado, según imágenes de otros equipos".

Para él, "lo sorprendente es que las supuestas comunicaciones rusas no emplearían ningún tipo de cifrado y, por tanto, serían escuchadas en claro por cualquier persona que sintonice sus frecuencias". Eso sí, hace una puntualización, pues "no basta con cifrar", ya que los equipos los tendrían que "cumplir algunos estándares de seguridad en radiocomunicaciones militares, como cierta resistencia a las interferencias intencionadas o capacidades de baja probabilidad de detección e interceptación, para evitar ser anulados o localizados fácilmente por el adversario".

De ser así, si realmente Rusia no empleara el cifrado, sería "un error garrafal" en la seguridad de las comunicaciones, algo chocante "para un país que siempre se ha considerado una gran potencia en guerra electrónica".

Foto: Un miembro del Ejército ucraniano utiliza un periscopio en la línea del frente, en Donetsk. (Getty/Manu Brabo)

No obstante, existen distintas hipótesis sobre estas "supuestas emisiones", como que sean falsas o que formen parte de una táctica de confusión por parte del Kremlin. Otras opciones son que estén "reservando equipos más avanzados para siguientes fases", sugiere Marugán, que también apunta a explicaciones más sencillas, como "que se deba a un gran problema logístico", algo que no sería extraño, dados los precedentes en esta materia por parte del ejército ruso.

Por último, deja caer que "a lo mejor también desde Occidente hemos sobrevalorado las capacidades de Rusia". "Es muy complicado poder tener una certeza en este asunto sin más datos contrastados. Lo único que parece seguro es que los rusos, cuando no cifran sus comunicaciones, saben que los están escuchando", zanja.

Es 24 de febrero y Rusia acaba de comenzar la invasión de Ucrania. En mitad del estallido, un soldado ruso trata de pedir ayuda a algún compañero a través de la radio. Un cuarto hora después, su voz se pierde en la frecuencia 5125 kHz. Nadie ha respondido, pero todo se puede escuchar como un vídeo más en YouTube. Se trata de una de las muchas comunicaciones de tropas rusas interceptadas por aficionados durante esta guerra.

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