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Cómo un temporal puede hundir uno de los barcos pesqueros más estables y resistentes
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¿QUÉ HA PODIDO INFLUIR EN EL DESENLACE?

Cómo un temporal puede hundir uno de los barcos pesqueros más estables y resistentes

El Villa de Pitanxo era una embarcación caracterizada por su gran estabilidad y preparada expresamente para navegar en las aguas en las que naufragó. ¿Qué factores han podido influir en tal desenlace?

Foto: El pesquero Villa de Pitanxo. (Grupo Nores)
El pesquero Villa de Pitanxo. (Grupo Nores)
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El barco Villa de Pitanxo naufragó cerca de las seis de la madrugada (hora española) de este martes a 450 kilómetros al sureste de la isla de Terranova (Canadá). Por ahora, se desconocen las causas que desencadenaron una tragedia que ha dejado 12 desaparecidos, nueve fallecidos y tres rescatados al cierre de esta edición. Lo que sí se sabe es que se trataba de una embarcación caracterizada por su gran estabilidad y preparada expresamente para navegar en esas aguas, aunque el temporal era extremadamente adverso. ¿Qué factores han podido influir en semejante desenlace?

Antonio Crucelaegui, director de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Navales de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), explica que "los pesqueros suelen tener buena estabilidad y es difícil que se hundan de esta forma, porque tienen un periodo de inclinación rápida y recuperan la posición pronto”. Para que se vengan abajo, indica este ingeniero, se tienen que dar “un cúmulo de circunstancias”.

Foto: Tareas de búsqueda en la costa de Terranova. (Salvamento Marítimo de Canadá)

Una de ellas es que el temporal incline la embarcación hasta el punto de tener “una escora permanente grave”, algo que puede provocar un desplazamiento de la carga que es casi imposible de revertir. "Si el pesquero está a medio llenar, un movimiento brusco puede mover todo el pescado hacia un lado; pero si está lleno, el centro de gravedad no se desplaza", ejemplifica antes de recalcar que es "muy difícil" que ocurra algo así.

Antonio Souto-Iglesias, arquitecto naval y director del grupo de investigación Canal de Ensayos Hidrodinámicos (CEHINAV), detalla que la carga "suele ir congelada, paletizada [almacenada en palés] en las neveras", pero también puede "ir en cajas de cartón estibadas" en estas cámaras frigoríficas, algo que depende del procesado que se dé al pescado. "No parece probable ningún fallo así en un buque de este tamaño", señala, pues esos errores suelen afectar a los más pequeños.

En cualquier caso, las embarcaciones de pesca tienen que pasar unos estrictos requerimientos de seguridad que incluyen la mencionada estabilidad. "La normativa garantiza que el buque recupere la posición de equilibrio al ser forzado en su movimiento de balance por las olas, y también tiene en cuenta la fuerza debida al viento", apunta este especialista.

No es el único accidente irreversible que pueden provocar las condiciones marítimas y meteorológicas, explica el profesor Crucelaegui, quien también comenta que se puede "perder el timón y la gobernabilidad del barco, de modo que el capitán no puede dirigir en medio de la tempestad, con agua helada pasando por encima de la cubierta continuamente". "Si eso ocurre y viene un tren de olas, no hay nada que hacer contra el mar", resume.

El barco estaba preparado para el caladero

El Villa de Pitanxo, que está dado de alta en el Registro General de la Flota Pesquera (RGFP) desde junio de 2004, tenía una potencia de 878,19 kW (1194,0 CV), una eslora de 50,3 metros y podía transportar una carga máxima de 1.120 toneladas (esta vez, llevaba fletán, un pez semejante al gallo de color oscuro que vive en aguas profundas del Atlántico norte, Groenlandia y Terranova). Su propietario es el Grupo Nores, una de las fundadoras de la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI), si bien tenía su base en Martín (Pontevedra).

Se trata de una compañía con más de 65 años de historia y, según indican en su web, "comercializa su propio producto, pescado congelado, siendo pioneros en el desarrollo del mismo" y está presente en caladeros de Argentina, Islas Malvinas, Marruecos, Guinea-Bisáu o Senegal, además de Canadá. La empresa tiene ocho buques congeladores factoría en propiedad, 300 empleados y presencia en más de 60 países.

El presidente de ARVI, Javier Touza, ha explicado al medio local 'El Progreso' que el barco fue "preparado 'ad hoc' para este caladero", llamado NAFO. Además, era uno de los buques españoles más nuevos en la zona, donde operan una veintena. Así, ha enfatizado que la armadora es "una empresa con un historial enorme en actividad pesquera y con larga experiencia en la zona, donde lleva faenando toda la vida".

Touza también señaló que una de las hipótesis es un "golpe de mar". En concreto, la embarcación gallega tuvo que afrontar vientos de 40 nudos y olas que oscilaban entre los 5 y 5,5 metros. Además, el accidente se produjo con la visibilidad muy reducida, debido a la falta de luz solar –en Canadá era medianoche– y la presencia de niebla en la zona.

“Es difícil aventurar ninguna hipótesis por ahora, porque falta mucha información”, avisa Crucelaegui, director de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Navales, aunque sí subraya que los supervivientes, entre los que está el capitán del barco, “van a ser claves para entender lo ocurrido”.

El barco Villa de Pitanxo naufragó cerca de las seis de la madrugada (hora española) de este martes a 450 kilómetros al sureste de la isla de Terranova (Canadá). Por ahora, se desconocen las causas que desencadenaron una tragedia que ha dejado 12 desaparecidos, nueve fallecidos y tres rescatados al cierre de esta edición. Lo que sí se sabe es que se trataba de una embarcación caracterizada por su gran estabilidad y preparada expresamente para navegar en esas aguas, aunque el temporal era extremadamente adverso. ¿Qué factores han podido influir en semejante desenlace?

Naufragio Canadá
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