Es noticia
Me he tenido que ir de viaje para enterarme de lo nuevo del iPhone 13 Pro: esto es lo que cambia
  1. Tecnología
¿ES IGUAL QUE EL 12 PRO?

Me he tenido que ir de viaje para enterarme de lo nuevo del iPhone 13 Pro: esto es lo que cambia

¿Cómo puede ser que para unos el último teléfono de la manzana sea prácticamente igual que su predecesor y para otros un salto significativo? La clave está donde se concentran las novedades

Foto: Foto: EC
Foto: EC

Tener el teléfono más popular y conocido del mundo tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. La primera de todas es que puedes vender tus móviles a un precio sensiblemente mayor al que consigue venderlos tu competencia, sin que eso se traduzca en una caída de las ventas o en que alguien venga con la frasecita de que 'Por ese dinero, me compro un no sé qué o un no sé cuántos'. Ese beneficio también se traduce en una presión y en un escrutinio mayor por parte de extraños y propios, para evitar los 'troleos' y las críticas furibundas de los primeros, pero especialmente cumplir las expectativas de tu parroquia y empujar a tus fieles renovar ese iPhone de hace dos, tres, cuatro o cinco años.

Salvo los seguidores más dogmáticos, una notable mayoría (incluso los que no están pensando ni en comprarlo) esperan que Apple que reinvente la rueda cada año. Si no hay novedades visibles, de esas que entren por el ojo rápidamente, muchos se encogen de brazos y dicen: "Si quitamos el procesador y eso, ¿el 13 Pro es muy parecido al 12 Pro, no?".

Esa es la pregunta que más he oído desde que Tim Cook y el resto de su séquito se dejaron ver con los nuevos teléfonos en público mientras repetían, un año más, cosas como 'el iPhone más avanzado que jamás se ha creado' y otras tantas frases manidas con las que suelen trufar estas presentaciones en sociedad.

Pero, ¿cuál es la respuesta? Todo depende de las gafas con las que se miren los dispositivos. Si eres de esos que te da igual una cámara, dos que tres, que te compraste el iPhone Xr a pesar de que te dijeron que la pantalla tenía una resolución ínfima o eres de los que el iPhone SE cumple tus expectativas porque lo quieres es un dispositivo que funcione con iOS al precio más barato posible, probablemente el iPhone 13 Pro te diga lo mismo que el iPhone 12 Pro. Salvo por el 5G, ese terminal te podrá decir lo mismo que el iPhone 11 Pro.

placeholder iPhone 13. Foto: M. Mc
iPhone 13. Foto: M. Mc

Pero si eres de los aprecias hasta el más mínimo detalle de la imagen, no te importa estirar el presupuesto hasta las cuatro cifras o no quieres renunciar a ninguna especificación (aunque luego las vayas a utilizar tres veces al año) la cosa cambia completamente y puedes tener más argumentos para sostener esta compra.

He pasado una semana con este teléfono. La suerte ha querido que esta prueba coincida en el tiempo con un viaje de unos días con amigos. ¿Por qué digo eso de que ha sido una suerte? Porque en una jornada de trabajo le puedo dar caña a lo que se refiere a llamadas, mensajes, Twitter, correos electrónicos... Pero en este tipo de ocasiones utilizo el móvil de manera diferente.

(Si tienes cualquier consulta sobre este u otro dispositivo puedes escribirnos a teknautas@elconfidencial.com)

Tomo muchas fotos, vídeos y, sobre todo, paso mucho tiempo fuera de casa sin poder darle un chute de energía enchufando el teléfono 15 minutitos en cualquier momento si veo que está a punto de tostarse. De esta forma he podido comprobar dónde mejora el iPhone y el alcance real de estas mejoras.

Mismo 'fuselaje'

El iPhone 13 Pro mantiene intacta la esencia del diseño industrial que estrenó su predecesor, con cantos más planos como los del chásis del iPad Pro, iPad Air y ahora iPad Mini. Se mantiene el cristal templado con acabado mate (a excepción del módulo de cámara, con acabado brillante). A los colores clásicos se le añade en esta ocasión uno que han tenido a bien llamar azul alpino, que dependiendo cómo rebote la luz sobre la superficie, parece gris plata. El patrón es el mismo también en los marcos (mismos botones, misma disposición de altavoces y puerto Lightning) y casi en la frontal.

placeholder El ligthing sigue en su sitio. Foto: M. Mcloughlin
El ligthing sigue en su sitio. Foto: M. Mcloughlin

El único cambio a simple vista es que el 'notch', la ceja donde se aloja toda la maquinaria para hacer funcionar Face ID, ahora se ha hecho más pequeño. Es un cambio poco o nada significativo. más allá da un poco más de aire a los laterales de la parte superior de la pantalla, donde se muestran iconos de batería, cobertura...

La razón de ser más gordos

Pero hay una modificación dentro del diseño lo suficientemente importante como para destacarla, aunque puede pasar desapercibda. El iPhone 13 Pro y el iPhone 13 Pro Max son más gordos y más pesados que su predecesor. ¿Se nota? La primera vez que los tienes en la mano llama la atención, aunque luego te vas a acostumbrando. El modelo de 6,1 pulgadas pasa de 7,4 milímetros a 7,7 milímetros y de 189 gramos a 204.

placeholder Los iPhone 13 Pro aumentan de grosor. Foto: M. Mcloughlin
Los iPhone 13 Pro aumentan de grosor. Foto: M. Mcloughlin

El modelo de 6,7 pulgadas sube su peso hasta los 240 gramos, lo que supone un incremente de 12 gramos. Esto podría ser anecdótico, pero no. Es una especie de 'mea culpa'. Han tenido que hacer un perfil más grueso fundamentalmente por un motivo: incrementar la autonomía. Ese fue el gran pecado de la manzana en la anterior generación. El salto al 5G, gran argumento del iPhone 12 Pro, se hizo en 2020 con piezas de Qualcomm (el módem, concretamente) de 2019.

La autonomía recupera lo perdido con el iPhone 12 Pro en esta ocasión

Esa pequeña piedra supuso un lastre para la gestión energética que el Bionic A14 no fue capaz de disimular. No era ningún drama, pero el iPhone 12 Pro ofrecía menor autonomía que sus predecesores. Era un mordisco amargo para un móvil que un año sí y otro también aspira a ser el caballo ganador. No solo es que haya recuperado lo perdido, sino que ha ido un paso más allá.

Durante mucho tiempo este año he estado utilizando el iPhone 12 Pro Max como terminal de referencia. Estos días he podido comprobar como el iPhone 13 Pro, el de 6,1 pulgadas, puede superar al 'gigante' de la pasada generación. Obviamente habrá gente que se irá al tamaño grande porque le gusten las pantallas grandes, pero la batería no es ya un motivo de peso para discriminar el modelo estándar.

placeholder El notch se ha reducido. Foto: M. Mcloughlin
El notch se ha reducido. Foto: M. Mcloughlin

Utilizando el móvil desde primera hora de la mañana durante la prueba, abusando de la cámara, me ha permitido llegar al tramo final de la jornada con valores entre un 31 y un 19% (los valores más bajos han sido los días que más vídeos he grabado). Algo que es un logro mayúsculo teniendo en cuenta el uso diario que suelo hacer del móvil, necesitando repostar más de un día antes de salir de la oficina.

Con el 13 Pro Max incluso he tenido una experiencia aún mejor. Empezando a utilizarlo a las 7.30 de la mañana del viernes no me saltó el aviso para activar el ahorro de batería hasta el sábado pasadas las 10 y me dio casi para llegar a media mañana del sábado. Esto no es como para enloquecer ni mucho menos. Tampoco para soltar 'wows' de exagerada admiración.

Es una batería excelente pero creo que es lo mínimo exigible a un teléfono de estas características: que uno pueda apretar sin tener que sudar la gota gorda pensando en si va a necesitar un enchufe a media tarde. Por cierto, un año más no tenemos adaptador de corriente en la caja. Solo el cable. Y lo que fue criticado por más de uno, se está empezando a convertir en algo que tarde o temprano será la norma. En lo que respecta a la carga, seguimos teniendo una carga rápida de 20W, que tarda aproximadamente media hora en lograr llenar la mitad de la batería de un Pro. El Magsafe baja sus capacidades hasta los 15W.

Aunque hacer tanque más grande y disponer de espacio para más litros de combustible es la razón central de esta mejora, alcanzar estas cotas de conducción eficiente en esta generación también se debe en parte al Bionic A15, construido en 5 nanómetros. Poco hay que comentar en los procesadores de los móviles de Apple, que llevan años demostrando sus capacidades y mirando por el retrovisor a los Snapdragon, los Exynos, los Mediatek y los Kirin.

A pesar de que los iPhone 13 a secas también montan este motor, hay algunos cambios. En los modelos 'Pro' incluyen cinco módulos de la GPU (la pieza dedicada al procesamiento de gráficos), en lugar de 4. ¿Eso me tiene que preocupar? Pues probablemente a 8 de cada diez personas les dará igual. Yo he podido grabar vídeos, editar fotos, jugar a juegos de la App Store y Arcade... Todo sin problema.

placeholder La pantalla, una de las grandes beneficiadas de la renovación. Foto: M. Mcloughlin
La pantalla, una de las grandes beneficiadas de la renovación. Foto: M. Mcloughlin

Este extra está pensado para aquellos que estén pensando, por ejemplo, en utilizar el móvil para editar video constantemente o para tareas con una importante carga gráfica. Es decir para personas que quieren darle un uso muy específico al nuevo iPhone. El resto de mortales probablemente no sean capaces de percibir esa mejora.

Sorprende también que Apple ponga el acento en esto y siga guardando bajo llave con tanto recelo el dato de la RAM. Las filtraciones apuntan a que un año más tenemos 6GB de RAM. La justificación para no comunicar oficialmente esta información es la de no provocar comparativas odiosas con los mejores móviles de Android, que pueden incluso doblar esa cifra. La ventaja que tiene Apple es que al controlar al completo el hardware y el software no necesita entrar en esta guerra. Aún así muchos piensan que una ración extra, en los modelos superiores no le sentaría mal del todo.

En donde no se han andado con chiquitas ha sido en la memoria. A las versiones de 128, 256 y 512GB se ha unido ahora una de un 1TB. Tener un trastero de estas dimensiones te dispara el precio del invento hasta los 1739 euros en el caso del iPhone 13 Pro. 1839 euros en el caso del Pro Max. Tanta capacidad está pensada para los que quieren grabar en ProRES, un códec de vídeo propia de Apple, que genera archivos muy grandes.

A la hora de la verdad es lujo que nadie o casi nadie necesita. El mejor ejemplo es Samsung, que lanzó modelos con esa capacidad y acabó recogiendo cable. Pero como suelo decir en todas las pruebas de producto: aquí los lectores se gastan el dinero en lo que les da la gana.

Una entrada tardía y por lo alto

La pantalla es una de las partes que reciben una actualización importante. Uno de esas cosas que se van a poner sobre la mesa cuando se hable del alcance de esta generación. Y no solo por el 'notch' encogido. Apple no estrenó paneles OLED hasta el iPhone X. Hasta el año pasado eran una especificación disponible solo para los 'pata negra'. Pero aquello cambió con el iPhone 12. Ahora con esta generación, vuelven a discriminar a los modelos más económicos, algo lógico, que en algún lado tienen que meter la tijera.

Lo hacen con un panel que cuenta con una tasa de refresco de 120Hz. Esto significa que se puede refrescar 120 veces por segundo. Se deja notar desde que desbloqueas el móvil. Las animaciones, las transiciones se ven mucho más fluidas. Se nota en los textos, en los mails, en los tuits. Pasan y se deslizan mucho más rápido, sin perder nitidez. También es una de esas funcionalidades que si no la has probado alguna vez no la vas a echar de menos. Me recuerda a lo mismo que ocurría cuando salió al mercado el iPhone Xr y muchos se echaban las manos a la cabeza viendo que su resolución no llegaba al Full HD.

Eso es el doble que hace un año. Pensarán ustedes que menuda novedad, que esto está presente en los Android desde hace tiempo, en teléfonos mucho más baratos. Esto es cierto. El iPhone llega tarde a esta fiesta, como a otras tantas y es una costumbre que puede ser desquiciante. También hay otras, como el Face ID, que han sido los que lo han liderado. Pero en este debate no hay que olvidar eso de que los de Apple son mejores retocadores que inventores.

placeholder Foto: M. Mcloughlin.
Foto: M. Mcloughlin.

Pueden aparecer en el sarao horas después, pero lo van a hacer con un modelazo que pueden incluso eclipsar a todos los presentes. La clave aquí es un desarrollo que se podría denominar como quirúrgico. Haber llegado tan tarde (los Xiaomi Mi 10T, por ejemplo, ya ofrecia 144Hz el pasado curso) y no haber presentado algo nuevo hubiese sido algo un poco bochornoso. Por ello le han dado una vuelta de tuerca.

iOS analiza qué velocidad de frames por segundo se necesita para lo qué está sucediendo en pantalla. Si estás dándole a un videojuego es probable que mientras suceda la acción necesites 120 fps, pero para consultar los menús solo 10. Puede ser que un vídeo está grabado a 48fps o 24fps. El sistema se ajustará a cada escalón en cada momento o dará el valor lo más cercano posible. Es cierto que otros fabricantes ya han implementado sistemas de refresco de pantalla adaptativo, pero no tengo miedo a equivocarme si digo que nadie lo está haciendo con está precisión. ¿Eso en qué se traduce? En una mejor gestión energética.

¿La mejor cámara del momento?

Si exceptuamos esto de la tasa de refresco, es difícil que un ojo vulgar y corriente detecte cambios en esta parte del iPhone 13 Pro comparandola con el anterior. La pantalla es más brillante sí, con picos de hasta 1024 nits. Por lo general, mantiene el buen desempeño visto en otros ejercicios. Y combina muy bien con los altavoces estéreo (compatibles con Dolby Atmos), situados en la parte inferior del terminal.

La última gran metamorfosis se ha producido en las cámaras. Aunque siguen siendo tres, los sensores y el resto de maquinaria que las componen se han remozado para conseguir, entre otras cosas, que sean capaces de captar más luz. Se deja notar en el módulo de la parte trasera, sensiblemente mayor a la del año pasado. Esto ha dado problemas con ciertos accesorios diseñados para el iPhone 12 Pro (las fundas o el cargador MagSafe Duo).

Disparo con el iPhone 13 Pro. Foto: Disparo con el iPhone 13 Pro. Foto: Disparo con el iPhone 13 Pro. Foto:

Los avances se han producido en todas y cada una de las tres cámaras. El sensor principal (o gran angular) vuelve a tener una resolución de 12 megapíxeles, pero entre otras cosas cuenta ahora con apertura mucho mayor (f/1.5), lo que le permite captar mucha más luz. El ultra gran angular de 120 grados también es capaz, tras los últimos cambios, de gestionar mejor las situaciones con poca luz. El telefoto hasta ahora ofrecía un aumento óptico de X2 en el modelo Pro y X2,5 en el Pro Max ahora en ambos casos sube hasta tres aumentos ópticos gracias a una lente de 77 mm. A todo esto hay que sumarle un LiDAR.

(GALERÍA: ASÍ ES LA CÁMARA DEL IPHONE 13 PRO Y EL 13 PRO MAX)

Es probable que lea este párrafo y no le diga nada. Es probable que a usted el telefoto, una pieza exclusiva de los Pro, se la traiga al pairo, que usted está contento utilizando el zoom digital de su terminal y nunca se ha planteado si necesita algo mejor. Nuevamente nos encontramos con unas mejoras que a muchos usuarios no les interesarán o no sepan apreciarlas porque ya tienen suficiente. Pero aquellos que les guste la fotografía o el video y le dan valor a los detalles pueden ser novedades que le llamen la atención.

Disparo con el iPhone 13 Pro. Foto: Disparo con el iPhone 13 Pro. Foto: Disparo con el iPhone 13 Pro. Foto:

Quizás el punto donde más merece la pena detenerse sea en el nuevo teleobjetivo. Da mucho juego a la hora de captar encuadres más cerrados. Obviamente, si vienes de un iPhone 12 Pro Max (X2,5) el cambio no va a ser exagerado ni mucho menos. Pero si vienes de un zoom óptico como el del iPhone 11 Pro o el Xs vas a notar un salto cualitativo en este aspecto.

En exteriores e interiores bien iluminados cumple bastante bien, con un buen trabajo tanto en la definición como en el color. Sufre un poco más en escenas nocturnas (tiene una apertura de f/2.8) pero aún así puedes obtener resultados más que potables gracias al modo noche o si tienes alguna fuente de luz de la que aprovecharte. Cuando utilizamos esta lente para el modo retrato, nos encontramos un encuadre más ajustado al sujeto, con menos aire a los lados. Si queremos una toma más abierta siempre podemos disparar con el ultra gran angular. El degradado del fondo es regulable y el recorte, que sigue sufriendo a veces con el pelo o ciertos contornos, ha mejorado frente a lo que hemos visto otros cursos.

Disparo con el iPhone 13 Pro. Foto: Disparo con el iPhone 13 Pro. Foto:

Si el telefoto es el que más avanza, el sensor principal (o gran angular) sigue siendo la joya de la corona. Brilla en situaciones de poca luz y hace que en muchas ocasiones no haga falta ni plantearse usar el modo nocturno. Logra un buen procesado y un resultado bastante ajustado tanto en colores y tonos de piel como en texturas y objetos, tanto en escenas en la calle como dentro de un bar, la oficina o tu casa.

El autoenfoque responde bien, seguimos pudiendo disparar en RAW y el HDR rescata más información que en otras ocasiones. En el caso del ultra gran angular, aunque todavía tiene margen de mejora por la noche, lo cierto es que mejora su rendimiento cuando queremos tomar una foto de un escenario a media luz. Por cierto, esta lente ahora hace las veces de lente macro. Basta con acercarlo al objeto para que se active automáticamente (dentro de poco lanzarán una actualización para que sea opcional). El resultado, aunque deja que desear (como creo que todos los modo macro del mercado), es pintón y puede hacer un apaño si tienes buenas condiciones.

Disparo con el iPhone 13 Pro. Foto: Disparo con el iPhone 13 Pro. Foto: Disparo con el iPhone 13 Pro. Foto: Disparo con el iPhone 13 Pro. Foto:

Una de las cosas más interesantes son los 'Perfiles'. Se trata de una serie de 'preajustes' que como si fueran un filtro, dan otro acabado a la imagen. La diferencia con un filtro es que no se aplican por igual a toda la escena, sino que el sistema analiza las zonas más ideales para aplicarlos. Aunque puedes variar los parámetros, son por lo general, pequeños matices y sutiles modificaciones. Lo mejor, que no estropean el cielo como ocurre en otros casos.

Una última mención está reservada al vídeo, que por ahora opta por no dar el salto a la resolución 8K y ofrece 4K a 30/60fps. Poco importa que no haya querido mirar más arriba. Creo que Apple ha conseguido dar otro golpe de pedal en algo que siempre se le ha dado bien. Por una parte, nos encontramos con una estabilización que ofrece un gran resultado con cualquiera de las tres cámaras. Mención honorífica para el modo cinematográfico. Una nueva opción de grabación que analiza los rostros o los objetos principales del vídeo y genera un efecto 'bokeh' en el resto de la escena centrando el punto de atención.

Disparo con el iPhone 13 Pro. Foto: Disparo con el iPhone 13 Pro. Foto: Disparo con el iPhone 13 Pro. Foto:

Es cierto que ya se habían visto cosas así en otras marcas de Android, pero nuevamente creo que rozan a un nivel por encima de la competencia, tanto a la hora de ejecutar ese efecto profundidad como a la hora de detectar y seguir el punto de atención. Cabe mencionar que solo se puede utilizar a 1080p y si no hay suficiente luz no funciona pero es bastante impresionante lo que logra.

Yo lo he disfrutado bastante y ha generado bastante expectación en la gente a la que le he mostrado el funcionamiento y los resultados. Pero hay que hacer dos apuntes. El primero es que también está disponible en el iPhone 13 (aunque rinde un poco mejor con esta cámara). La segunda observación es que si cuesta vender los avances en fotografía, en video todavía más. Y creo que hay muchas personas que no van a terminar de sacar provecho a esta función más allá de un puñado de ocasiones. Si sumamos los avances en grabación con la calidad y la versatilidad (es cierto que móviles de Android ofrecen zooms más potentes), Apple este año tiene, sin lugar a dudas, claramente la mejor cámara del mercado. Habrá que esperar a ver qué consigue Google con su Pixel 6 Pro.

En realidad, esta última frase resume bastante bien la situación de este iPhone 13 Pro. Los teléfonos móviles de alta gama han alcanzado hace tiempo la madurez en los campos clave y muchas veces el avance está en pequeños detalles o en campos que no todo el mundo va a apreciar o no va a querer. Un ejemplo de esto es que desde que apareció en escena el Xr, el modelo de entrada ha sido siempre el más demandado y el más vendido. Así que habrá que acostumbrarse, hasta que empiecen a generalizarse los terminales con pantallas flexibles más allá de los de Samsung, a este tipo de propuestas en donde cambios, a veces pequeños, en la cámara, la autonomía o en el diseño serán los que sostengan estas renovaciones.

El 13 Pro es una evolución previsible después de que Apple pecase de amarrategui hace un año

A pesar de ello la familia Pro sigue tiene una demanda notable. A los que dicen que este teléfono ha sido poco ambicioso, solo me queda decirles que probablemente sea su predecesor el que, a pesar de ser un teléfono del alta gama, se quedó corto en ciertos aspectos al hacer del 5G su principal argumento de cambio. Igual Apple no fue lo suficiente ambicioso o igual se quedaba sin margen para sostener una renovación anual. El iPhone 12 Pro debería haber sido el iPhone 13 Pro. Algo positivo es que no se ha producido la especulada subida de precio, manteniéndose los de la generación anterior.

A pesar de ello, no es necesario cambiar tu iPhone 12 Pro por el de este año. Tu iPhone 11 Pro, a excepción que quieras el 5G, todavía te puede dar un par de años de servicio a un muy buen nivel. Si tienes un iPhone Xs también puedes estirar su vida útil, aunque ya empieza a quedarse algo atrás si lo que buscas es un terminal de quilates.

Tener el teléfono más popular y conocido del mundo tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. La primera de todas es que puedes vender tus móviles a un precio sensiblemente mayor al que consigue venderlos tu competencia, sin que eso se traduzca en una caída de las ventas o en que alguien venga con la frasecita de que 'Por ese dinero, me compro un no sé qué o un no sé cuántos'. Ese beneficio también se traduce en una presión y en un escrutinio mayor por parte de extraños y propios, para evitar los 'troleos' y las críticas furibundas de los primeros, pero especialmente cumplir las expectativas de tu parroquia y empujar a tus fieles renovar ese iPhone de hace dos, tres, cuatro o cinco años.