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Probamos un 'Airtag' para ciclistas: si quieres tener controlada tu bici es una inversión redonda
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Algo más que un simple tracker

Probamos un 'Airtag' para ciclistas: si quieres tener controlada tu bici es una inversión redonda

Los localizadores de todo tipo de objetos están de moda y Vodafone tiene el suyo para bicis. Pero Curve Bike es algo más que un simple localizador, con una capa extra de seguridad.

Foto: (Foto: Mikel Cid)
(Foto: Mikel Cid)

Vodafone está apostando fuerte por los dispositivos conectados, de hecho, empezó a hacerlo incluso antes de que Apple lanzara sus AirTag. Sacando provecho de su red móvil, cuenta con localizadores para objetos, relojes para niños que también cumplen con el papel de localizador y su último lanzamiento, el Curve Bike. No se trata solamente de un localizador para bicicletas, también es una alarma para prevenir robos y puede poner en alerta a los allegados del ciclista gracias a un aviso automático en caso de caída. Todo a cambio de 94,90 euros (129 euros es su precio habitual) y una suscripción mensual de 2 euros.

¿Cumple el Vodafone Curve Bike con lo que promete? ¿Merece la pena el gasto, además de la suscripción? En busca de respuestas, me tocó quitar el polvo a una vieja 'mountain bike', que rondará ya los 20 años, y a mis piernas. Pero antes de nada, hablemos de la configuración y el montaje. Antes de ni siquiera tocar la bici, el primer paso es el de instalar Vodafone Smart, la aplicación desde la que se trastea con el dispositivo. Vaya por delante un apunte importante: no es necesario ser cliente del operador para hacerse con el Curve Bike, ni hay permanencias ni cosas raras. La suscripción se paga mediante tarjeta bancaria y se puede dar de baja en cualquier momento desde la 'app'.

Foto: Foto: EC.

La configuración desde la aplicación es bastante sencilla. Una vez instalada y realizado el registro, toca abrir la caja del dispositivo (si no lo hemos hecho ya) y encender el localizador para vincularlo a la 'app' mediante 'bluetooth'. Detectado y vinculado, llega el momento en el que, ya sí, toca echar mano de la bici. El dispositivo se divide en dos partes, el localizador en sí y la luz. El localizador cuenta con una abrazadera a atornillar a la tija del sillín y, para ello, cuenta con cuatro adaptadores de caucho, para que, independientemente de su diámetro, quede siempre bien fijado. Todo con un destornillador especial para ajustar un tornillo con un cabezal distinto a los habituales, para intentar complicar un posible robo.

Una vez colocado el localizador, es cuando se puede colocar la luz, para lo que basta un simple giro. Por eso, es importante siempre retirar la luz tras cada escapada, porque el elemento "seguro", difícil de quitar de la bici sin el destornillador específico, es el localizador. Es más, el gesto de retirar la luz del localizador es lo que activa la alarma. El pack incluye una tapa, para tapar el conector del localizador e incluso para que pueda pasar algo desapercibido. Si alguien mueve la bici una vez hemos retirado la luz, se activa la alarma sonora, de unos bien audibles 106 dB, para alertar de un movimiento inesperado, haciendo saltar también una notificación en el móvil, desde el que se puede desactivar temporal o definitivamente la alarma, para que no salte en ningún caso.

La configuración en el móvil y la instalación a la bici no tiene ninguna complicación

Instalado el dispositivo en la bici, desde la 'app' podemos apagar o encender la luz y la alarma, si no estamos usando la bici, emitir un aviso sonoro por si no la localizamos, ver las últimas rutas que hemos hecho y también establecer zonas de uso. Con esta última opción se recibe un aviso en el móvil cuando la bici entra o sale del área, pero lo cierto es que este es el primer punto donde he visto que flojea el dispositivo (o su servicio): el área se establece haciendo 'zoom' sobre el mapa, solo puede ser circular y, además, está muy limitada en tamaño, no puede pasar de un radio de unos dos kilómetros. Por lo tanto, su función es bastante limitada, para ser de verdad interesante debería dejar dibujar la zona libremente, en cualquier forma y tamaño.

Tres-en-uno: localizador, alarma y luz

Con todo preparado y conocida la teoría, toca subirse a la bici y poner a prueba de verdad el Vodafone Curve Bike. Spoiler: no esperéis una etapa de la vuelta ciclista, que uno lleva unos cuantos años sin salir más allá de las fronteras del pueblo de veraneo con la bici. Un punto importante y motivo de compra del dispositivo es uno en el que no me he parado mucho hasta ahora: la luz. Tiene tres modos, que se cambian pulsando el botón que hay en ella, "modo fijo", "parpadeante" y "pulsación". Todo con el objetivo de hacer más visible al ciclista para el resto de vehículos, añadiendo también que la luz se intensifica cuando frenamos, para advertir de ello. Cabe mencionar que la intensidad no sube porque la luz vaya conectada de alguna manera al freno, sino porque el dispositivo detecta la desaceleración.

placeholder (Foto: Mikel Cid)
(Foto: Mikel Cid)

Elegido el modo de luz que queramos todo está listo para empezar a pedalear. No hay que confundir este dispositivo con un 'tracker', como una pulsera de actividad o smartwatch, porque no lo es. Sí que tiene una sección de rutas en la aplicación en la que se pueden consultar las rutas realizadas, la distancia recorrida y los tiempos, pero nada más. Hay una columna dedicada a las calorías, pero no muestra información y, al pulsar sobre ella, advierte de que es una función que están desarrollando. Mientras vamos subidos en la bici el Curve Bike pasa desapercibido para el ciclista, pero va cumpliendo con su función, la de aportar seguridad gracias a su luz, además de ir enviando la señal de su localización.

Sin duda, dar acceso a la 'app' a familiares o amigos es la mejor función de Curve Bike

Aunque hasta ahora no lo he mencionado, uno de los puntos más interesantes del invento de Vodafone es el de elemento tranquilizador para familiares y amigos. ¿Cómo? El Curve Bike permite invitar a cualquiera de nuestros contactos a seguir nuestra actividad, para que puedan comprobar dónde nos encontramos y que todo va bien. Además de la localización, el dispositivo también puede avisar de caídas sin la intervención del ciclista. Detectada una caída, el Curve Bike da un ligero margen para comprobar si volvemos a levantar la bici antes de enviar un aviso a nuestros contactosunciona correctamente, aunque en este punto me gustaría añadir que mis rodillas no sufrieron daño alguno, bastó con simular una caída empujando la bici para comprobar el funcionamiento.

Para que los invitados reciban esa información es necesario invitarles desde la 'app', en la que podemos elegir si darles acceso a la ubicación, a las rutas realizadas o avisarles solo de caídas o en caso de que la bici abandone o entre en una zona preestablecida. Para ello, el invitado se tiene que descargar la aplicación y registrarse, ya que hay que reconocerle como invitado para darle los accesos pertinentes. Los avisos se pueden configurar para que lleguen en forma de notificación o de SMS, sin coste adicional. Aquí hay otro punto que Vodafone podría mejorar, pudiendo emitir avisos por SMS podrían haber establecido invitaciones que solo necesiten aceptación, sin necesidad de instalar la 'app', para que personas sin smartphones también puedan recibirlos.

Para esto servía el IoT

placeholder La notificación de caída tarda escasos segundos en llegar. (Mikel Cid)
La notificación de caída tarda escasos segundos en llegar. (Mikel Cid)

Todo lo prometido por Vodafone con su Curve Bike funciona como nos prometen aunque, como ya he ido señalando, hay aspectos por pulir. Al final, el operador busca sacar el mayor rendimiento de su red móvil y este dispositivo es otra demostración de que esa red puede ser útil más allá de llamar y conectarse a internet. En ese sentido, todo es transparente para el usuario. La SIM va oculta dentro del localizador y no nos tenemos que preocupar del consumo, ya que la cuota mensual es de 2 euros y punto. Para los curiosos, cabe indicar que el localizador no está mandando constantemente la ubicación, esta se va actualizando automáticamente cada dos minutos más o menos, aunque también se puede actualizar manualmente.

La comunicación al móvil vía notificaciones es bastante instantánea. Si detecta una caída, entrada o salida de la zona definida, un movimiento inesperado o incluso un intento de manipulación del localizador, la notificación o el SMS llega en cuestión de segundos, lo que a veces incluso provoca falsas alarmas que la misma 'app' reconoce. Menos tarda en sonar la alarma, desde luego sonora pero desactivable remotamente mediante la aplicación. Cabe mencionar también que la ubicación es muy precisa gracias al uso combinado de la red móvil del operador y el GPS. Aquí no dependemos, como en el caso de localizadores de objetos, de escuchar un aviso o de que un móvil pase por al lado del mismo para poder ubicarlo en el mapa.

Tiene aspectos a pulir, pero el Curve Bike me convence por el elemento tranquilizador

Y toca hablar de la batería, un punto desde luego importante. La de la luz da para hasta 7 horas de uso, mientras que el localizador puede aguantar unos 4 o 5 días. Sí, cada parte tiene su batería y se cargan mediante USB-C, aunque realmente solo es necesario cargar la luz, ya que acoplada al localizador le transfiere carga, para no tener que desmontar el localizador cada vez que se quede sin batería. Es importante desacoplar la luz del localizador o al menos apagarla cuando no se use la bici, para que no se descargue y así evitar situaciones en las que queramos salir con la bici, pero no tengamos batería en la luz.

En resumen, el Vodafone Curve Bike es un dispositivo útil que aumenta la seguridad del ciclista y, lo que puede ser incluso más útil, es un elemento tranquilizador para familiares y/o amigos, gracias a los distintos avisos que puede emitir o la posibilidad de estar al tanto de dónde se encuentra el ciclista en cada momento. Probablemente, este sea el punto que más me atrae y por el que lo compraría en caso de usar la bici regularmente. Hay aspectos a mejorar, como el hecho de que alguien sin un smartphone pueda recibir avisos, o una mejor definición de las zonas, pero, comparándolo con otros dispositivos similares, el Curve Bike no se va de precio y la suscripción es muy barata para lo que aporta.

Vodafone está apostando fuerte por los dispositivos conectados, de hecho, empezó a hacerlo incluso antes de que Apple lanzara sus AirTag. Sacando provecho de su red móvil, cuenta con localizadores para objetos, relojes para niños que también cumplen con el papel de localizador y su último lanzamiento, el Curve Bike. No se trata solamente de un localizador para bicicletas, también es una alarma para prevenir robos y puede poner en alerta a los allegados del ciclista gracias a un aviso automático en caso de caída. Todo a cambio de 94,90 euros (129 euros es su precio habitual) y una suscripción mensual de 2 euros.

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