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Navega seguro, también de vacaciones: cómo conectarte sin riesgo fuera de casa
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Cuidado con las redes públicas

Navega seguro, también de vacaciones: cómo conectarte sin riesgo fuera de casa

Ayuntamientos, hoteles, campings... Encontrar una red wifi gratuita es fácil, pero si las usas sin tomar ciertas precauciones puedes poner en peligro tus datos personales y contraseñas

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(EFE)

Aunque cada vez las tarifas con datos móviles ilimitados son más populares y baratas, tirar de redes wifi gratuitas es un recurso tentador cuando viajamos. Nos podemos olvidar de mirar al contador de datos, limitar nuestro consumo de Netflix y cualquier otro problema asociado a la escasez de gigas o de cobertura. Pero usar redes que no son habituales para nosotros, por mucho que sean proporcionadas por entidades públicas o privadas, tiene sus riesgos.

Como explican muchos especialistas en ciberseguridad, el primer peligro al que nos exponemos al conectarnos a una red wifi pública que no usamos habitualmente es el desconocimiento de quién está detrás de la misma. Al crear una red wifi con un móvil o router cualquiera, podemos elegir el nombre libremente, y alguien con malas intenciones puede intentar emular el nombre de una red de un hotel o tentar con nombres como "Free Wifi" para que los incautos piquen. Hay muchas demostraciones de cómo suele ocurrir esto, pero esta que hizo hace años Chema Alonso, el 'hacker' de Telefónica en el programa Salvados, es bastante elocuente:

Una vez conectados a una red, todo lo que hagamos a ella puede quedar expuesto, incluyendo no solo nuestra navegación y preferencias, también los datos personales y contraseñas que empleemos, que aunque siempre viajan cifrados (si usamos páginas suficientemente seguras), una vez interceptados por alguien, ya están en riesgo. Usar estas redes en algunos casos puede ser casi necesario, por la escasez de datos móviles o cualquier otra razón, pero hay vías para tener una conexión segura aunque estemos usando una red wifi pública.

Usa VPN, pero no una cualquiera

Si hay una recomendación clásica que no caduca a la hora de proteger una conexión, esa es la de usar una VPN. Las VPN, que también se utilizan para evitar restricciones geográficas o censuras de la red como la del gobierno de Cuba, permiten construir una nueva "tubería" entre nosotros y las webs y servicios que visitamos. Se trata generalmente de una conexión cifrada, de modo que nuestra IP y nuestro uso se ocultan de cara no solo a las webs, también al prestador de la red.

Usadas en muchos casos para el teletrabajo, porque son una capa de seguridad adicional para proteger datos empresariales, con una VPN de calidad pones más que protegen tu navegación, datos personales y contraseñas. Su funcionamiento es bastante sencillo, ya que se instalan como programas o incluso extensiones de navegadores en móviles, tabletas y ordenadores de escritorio, y una vez activada la conexión pasa a estar más protegida, aunque la seguridad al 100% nunca exista.

De todas formas, no, las VPN no son la solución definitiva para usar cualquier red WiFi con seguridad, por mucho que lo digan los youtubers. Estas soluciones también han tenido sus propios problemas de seguridad, como les ocurrió en 2019 a NordVPN y TorGuard VPN, e incluso estrategias sucias, como la de Facebook con Onavo, por lo que la elección de cuál emplear es crucial. Existen VPN gratuitas, por supuesto, pero generalmente con límites de uso, en forma de datos transmitidos a través de ella, con el objetivo de que paguemos por la versión de pago. Una opción gratuita, fiable y que de momento no tiene límites, aunque de entrada ya nos avisa del tráfico consumido, es la que integra el navegador Opera en sus versiones para escritorio y Android.

No todas las VPN son iguales: el cifrado o los servidores disponibles les diferencian

Una de las últimas VPN que ha llegado al mercado, y respaldada por una empresa de fiar, viene de Mozilla. Los creadores del famoso Firefox ofrecen Mozilla VPN a cambio de 9,99 euros al mes, con descuentos de hasta el 50% si se contrata en formato anual. En este caso, es compatible con Windows 10, macOS, Linux, Android y también iOS, por lo que sí que es una opción para usuarios de iPhone. No hay límites de tráfico, ni registro de actividad, y el cifrado parte del mismo dispositivo. De todos modos, Mozilla ofrece su servicio en una especie de reventa del de Mullvad VPN, que aunque no sea igual de conocida tiene las mismas características y es más barata: 5 euros al mes.

Entre las VPN clásicas y con buena reputación, se encuentra ExpressVPN. Cuenta con aplicaciones para todo tipo de dispositivos: móviles, tabletas, routers, smart TVs, 'dongles' de televisores, consolas y Chromebooks, además de extensiones para Chrome, Firefox y Edge. ExpressVPN usa AES con claves de 256 bits, uno de los estándares de cifrado más seguros, y cuenta con servidores en 96 países. Su cuota mensual es de 11,24 euros, que puede bajar hasta los 5,79 euros mensuales en planes de 15 meses.

Por si alguien lo tiene en mente o le suena, sí, Apple tiene su propio servicio de VPN, con otro nombre, pero todavía no está disponible. Bajo el nombre de Private Relay, esta función se integrará en iCloud+, la suscripción de pago al servicio de almacenamiento en la nube de Apple, cuando iOS 15 llegue al mercado. De momento, solo los desarrolladores y curiosos pueden instalar dicha versión, por lo que el resto de mortales tendremos que esperar a otoño para instalarla.

Una VPN no te hace invulnerable

placeholder Srinagar (India), 10 02 2020.- A Kashmiri youth connects their mobile phone to Virtual private network (VPNs) to access social media in Srinagar, the summer capital of Indian Kashmir, 10 February 2020 (issued 11 February 2020). The Government of India banned internet connectivity in Kashmir on August 5 when it abrogated Article 370 that accorded a special status to Indian Kashmir but restored 2G internet services on 25 January 2020, with selective restriction on access. EFE EPA FAROOQ KHAN
Srinagar (India), 10 02 2020.- A Kashmiri youth connects their mobile phone to Virtual private network (VPNs) to access social media in Srinagar, the summer capital of Indian Kashmir, 10 February 2020 (issued 11 February 2020). The Government of India banned internet connectivity in Kashmir on August 5 when it abrogated Article 370 that accorded a special status to Indian Kashmir but restored 2G internet services on 25 January 2020, with selective restriction on access. EFE EPA FAROOQ KHAN

El problema con las VPN, como con las vacunas contra el coronavirus, es que pueden dar la sensación de falsa seguridad, pero no es así. Una VPN segura, que no registre nuestro uso, con un buen cifrado y que no sufra de brechas de seguridad, nos puede proteger de que nuestro tráfico sea interceptado o al menos de que los datos que viajan por la red sean accesibles, pero no es esa la única amenaza de seguridad a la que nos enfrentamos.

Usar una VPN no nos permite bajar la guardia en otros aspectos. Una VPN no es un antivirus, por lo que cualquier descarga o enlace peligroso puede provocar la instalación de un 'software' malicioso que se apodere de nuestros datos. Lo mismo ocurre con los correos de 'phising' que se hacen pasar por nuestro banco o cualquier otro servicio para hacerse con nuestras credenciales: una VPN no filtrará emails sospechosos. Proteger nuestros dispositivos con sistemas antivirus, antimalware y mantener la alerta ante cualquier correo de dudosa procedencia y usar contraseñas seguras sigue siendo medidas imprescindibles por mucha VPN que uses.

Aunque cada vez las tarifas con datos móviles ilimitados son más populares y baratas, tirar de redes wifi gratuitas es un recurso tentador cuando viajamos. Nos podemos olvidar de mirar al contador de datos, limitar nuestro consumo de Netflix y cualquier otro problema asociado a la escasez de gigas o de cobertura. Pero usar redes que no son habituales para nosotros, por mucho que sean proporcionadas por entidades públicas o privadas, tiene sus riesgos.

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