Jeff Bezos viajará a las puertas del espacio con el 'astronauta' más joven y la más longeva
El ya ex CEO de Amazon rebasará la atmósfera junto a su hermano Mark, una veterana piloto de 82 años y el hijo de 18 años de un multimillonario holandés
Jeff Bezos mueve ficha este martes en su particular 'carrera espacial' con el magnate Richard Branson. Las comillas no son casuales. Aunque muchos titulares atribuyeran al fundador de Virgin Group el mérito de capitanear el primer viaje comercial al espacio, lo cierto es que su vuelo apenas alcanzó 85 kilómetros, lo cual fue suficiente para experimentar la ingravidez durante unos minutos, pero se quedó muy por debajo de la línea de Kármán, que marca la frontera de la atmósfera. El ya ex CEO de Amazon sí que pretende romper dicha barrera, al superar los 100 kilómetros, aunque tampoco entrará en órbita.
La travesía de la nave New Shepard hasta las puertas del espacio exterior estará cargada de simbolismo. Si todo va bien, se llevará a cabo el 20 de julio, coincidiendo con el aniversario de la llegada de Neil Armstong y Edwin F. Aldrin a la Luna. Además, Bezos estará acompañado de una de las personas más importantes en su vida, su hermano Mark, y de dos pasajeros que podrán presumir de ser la más mayor y el más joven en 'viajar al espacio'.
El sueño frustrado de las Mercury 13
A sus 82 años, Wally Funk se quitará la espinita de subir a bordo de una nave espacial. Estuvo a punto de hacerlo en su juventud, cuando se incorporó al programa 'Mujeres en el espacio' y pasó las mismas pruebas físicas y psicológicas que los hombres. Sin embargo, ni Funk ni sus compañeras —conocidas como las Mercury 13— formaron parte de ninguna misión de la NASA finalmente. Algunas ellas denunciaron la discriminación que habían sufrido ante el Senado estadounidense, pero los testimonios en contra de representantes de la NASA y astronautas frenaron la incorporación de la mujer al programa espacial.
En 1979, cuando la NASA anunció por primera vez que aceptaba candidatas a astronautas, Funk solicitó el puesto, pero no pasó el corte, en parte debido a que ya rondaba los 40 años. Lo intentó, sin suerte, en cuatro ocasiones. Lejos de renunciar a su sueño, optó por la vía económica: en 2010, hizo un depósito para volar en la nave de Richard Branson, pero Bezos le 'robó' a su pasajera estrella, invitándola a principios de este mes a formar parte de su proyecto de manera gratuita.
"Es la hora. Bienvenida a la tripulación, Wally. Estamos emocionados de que vueles con nosotros como nuestra invitada de honor", celebró Jeff Bezos a través de una publicación en su cuenta de Instagram. "Nadie ha esperado tanto. En 1961, Wally Funk estaba en la cima de su carrera como parte del programa 'Mujeres en el espacio Mercury 13'. A pesar de completar su entrenamiento, el programa fue cancelado y ninguna de los 13 voló", justificaba.
Un estudiante en su año sabático
El cuarto tripulante de la nave será Oliver Daemen, un joven de 18 años, hijo del multimillonario holandés Joes Daemen, director ejecutivo de Somerset Capital Partners. Su asiento lo iba a ocupar, en un principio, el ganador de la subasta organizada por Blue Original, que se mostró dispuesto a pagar 28 millones de dólares (23,5 millones de euros) por el pasaje. No obstante, el ganador de la puja, del que en ningún momento se ha revelado la identidad, declinó el viaje por problemas de agenda y Daemen le sustituirá por una cantidad que no ha especificado, pero que, según asegura su padre, es mucho menor.
A Oliver Daemen le fascinan el espacio y los cohetes desde que tenía cuatro años, explica Blue Origin en un comunicado. Se graduó de la escuela secundaria en 2020 y se tomó un año sabático antes de continuar sus estudios para obtener una licencia como piloto de avión. El próximo mes de septiembre, Oliver asistirá a la Universidad de Utrecht para estudiar Física y Gestión de la Innovación. "Oliver representa a una nueva generación de personas que nos ayudarán a construir un camino hacia el espacio", destaca Bob Smith, director ejecutivo de Blue Origin.
Jeff Bezos mueve ficha este martes en su particular 'carrera espacial' con el magnate Richard Branson. Las comillas no son casuales. Aunque muchos titulares atribuyeran al fundador de Virgin Group el mérito de capitanear el primer viaje comercial al espacio, lo cierto es que su vuelo apenas alcanzó 85 kilómetros, lo cual fue suficiente para experimentar la ingravidez durante unos minutos, pero se quedó muy por debajo de la línea de Kármán, que marca la frontera de la atmósfera. El ya ex CEO de Amazon sí que pretende romper dicha barrera, al superar los 100 kilómetros, aunque tampoco entrará en órbita.