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La fiebre del bitcoin amenaza un lago glaciar de 12.000 años: "Su agua es como un 'jacuzzi"
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UN PROMEDIO DE 5,5 BITCOINS AL DÍA

La fiebre del bitcoin amenaza un lago glaciar de 12.000 años: "Su agua es como un 'jacuzzi"

El lago Séneca, en Nueva York, está sufriendo las consecuencias de la transformación de una antigua central termoeléctrica en una planta de minería de bitcoin

Foto: (Foto: Greenidge Generation)
(Foto: Greenidge Generation)

El furor por el bitcoin arrasa de nuevo y el medioambiente sufre las consecuencias. La antigua central térmica de Greenidge, ubicada a las afueras de Dresden, en Nueva York, y resucitada por una compañía de inversión para minar criptomonedas, no solo ha generado enorme polémica por estar contaminando la atmósfera más que antes, también se ha encargado de convertir un lago glacial de 12.000 años en algo parecido a una bañera de hidromasaje.

El Séneca Lake, situado en las inmediaciones de esta improvisada planta de minería de bitcoin, está experimentando una subida de su temperatura por las decenas de millones de litros de agua caliente vertidos desde la central. “El lago está tan caliente que parece un jacuzzi” - ha explicado uno de los vecinos de la zona a la NBC, que ya se mostraron contrariados cuando dio comienzo el proyecto.

Foto: Foto: EFE.

La indignación es comprensible. La planta, que en el pasado producía electricidad para los hogares colindantes, ha abandonado este propósito prácticamente por completo. Ahora, la mayoría del tiempo, sus turbinas queman gas natural únicamente para generar la electricidad necesaria en la extracción de bitcoins, una actividad que ha proporcionado a sus dueños un futuro económico muy prometedor.

Greenidge permanecía abandonada y había sido dado por muerta hasta que el auge de las criptomonedas la salvó del fatal desenlace. En 2014 fue adquirida por la firma de capital privado Atlas Holdings, que invirtió 60 millones de dólares con el propósito de reconvertirla en una planta de gas natural que administraría electricidad a la zona cuando la demanda se disparara.

Sin embargo, en los tres años que duró el proceso de renovación, el futuro del gas natural se desdibujaba y el negocio alrededor de las criptomonedas cogía fuerza. Esa fue la razón por la que la planta acabó convertida en una granja de minería de criptomonedas que, compuesta por 7.000 equipos de minería y alimentada por la electricidad que ella misma genera, extrae un promedio de 5,5 bitcoins al día.

Desde entonces, Atlas Holdings ha ido aumentando sus aspiraciones y ha instalado miles de equipos de minería - y planea seguir instalando más - produciendo más de 1.100 bitcoins hasta febrero de 2021.

Especies en peligro

Las aguas del Séneca son de suficiente calidad como para ser tratadas para su consumo humano. Además, albergan una cantidad considerable de truchas que desovan en los ríos que alimentan el lago. Uno de ellos es el Keuka Lake Outlet, el río donde la planta bitcoins vierte directamente el agua caliente que está causando el problema.

El Keuka es conocido por los habitantes de la zona por ser un lugar habitual de pesca de truchas arco iris, una especie muy sensible a los cambios de temperatura de su hábitat. Si la temperatura del lago alcanza los 20ºC estas truchas empiezan a peligrar, ya que, de alcanzarse, dejarían de crecer y muchas de ellas morirían.

Actualmente, Greenidge está autorizada para verter 511 litros de agua por día en el río en cuestión, sin superar los 42º C en verano y los 30º C en invierno. Aunque el Departamento de Conservación Ambiental de Nueva York ha afirmado que durante los últimos cuatro años no se han superado esas temperaturas - el promedio ha sido de 36º C en verano y 21º C en invierno - los habitantes de la zona ya se han quejado de que la temperatura del lago ha aumentado. Sin embargo, el estudio completo que se está llevando a cabo no se completará hasta 2023.

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(Foto: EFE)

Ahora bien, más allá de las aguas del Séneca, los estragos en el medioambiente son innegables. En diciembre de 2020, funcionando solo al 13% de su capacidad, la actividad de minería de bitcoins en Greenidge produjo 243,103 toneladas de dióxido de carbono y gases de efecto invernadero equivalentes. También se multiplicaron por diez las emisiones de dióxido de nitrógeno, un compuesto químico que puede causar desde asma hasta cáncer de pulmón.

Atlas Holdings no es la única empresa estadounidense en dar este tipo de segunda vida a una central térmica. El auge de las energías renovables ha hecho que muchas de estas centrales echaran el cierre, pero la energía que generan es tremendamente útil para el minado de criptomonedas. Por eso, el elevado precio de estas divisas ha atraído a diversos inversores animados a convertirlas en granjas mineras con las que poder hacerse aún más ricos.

El furor por el bitcoin arrasa de nuevo y el medioambiente sufre las consecuencias. La antigua central térmica de Greenidge, ubicada a las afueras de Dresden, en Nueva York, y resucitada por una compañía de inversión para minar criptomonedas, no solo ha generado enorme polémica por estar contaminando la atmósfera más que antes, también se ha encargado de convertir un lago glacial de 12.000 años en algo parecido a una bañera de hidromasaje.

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