Las 'apps' educativas revolucionan China: lo que Occidente debe aprender... y evitar
El Gobierno chino intenta poner orden en el salvaje sector de la educación en línea, que solo en 2020 movió en aquel país casi 33.000 millones de euros.
Es difícil tomar el transporte público en Pekín sin encontrarte con un anuncio de algún servicio de educación en línea. Esperas el autobus en una parada con tres marquesinas con anuncios de tres 'apps' diferentes' y cuando llega, su carrocería está cubierta de anuncios de otra plataforma más. En el país se ha desatado la euforia por este sector, que movió, solo en 2020, 32.700 millones de euros. El 42,4% de ese negocio corresponde a soluciones orientados a menores de 18 años. Debido a factores educativos, tecnológicos y culturales, China se ha convertido en el gran laboratorio para la educación 'online', un experimento que Occidente podría seguir bien de cerca.
En menos de dos semanas comienza el 'gaokao' de 2021, el examen chino de acceso a la universidad, al cual se han apuntado 795.000 personas. Cuando se sienten a hacerlo, los examinados ya habrán pasado un mínimo de 12 años en un sistema en el que una diferencia de unas décimas en la nota supone ser superado por cientos o miles de personas. El 'zhongkao', una suerte de 'reválida' que abre las puertas del bachillerato, es menos conocido, pero también muy competitivo. En Shenzhen, menos del 50% de los que realizaron esta prueba en 2019 lograron superarla.
Estas pruebas son solo dos de las puntas de icerberg de un sistema educativo extremadamente competitivo, Algo que empuja a los padres a no escatimar en gastos en formación extra para los menores y darles una ventaja, por pequeña que sea. El banco HSBC realizó un estudio en el que participaron 8.400 padres de 15 países y regiones sobre los gastos de las familias en la educación de los hijos. De los seis territorios donde los padres más gastan en este (Hong Kong, Emiratos Árabes Unidos, Singapur, Estados Unidos, Taiwán y China), cuatro son de cultura asiática.
El hijo de 13 años de Shi Junbo, profesor que vive en la septentrional provincia de Heilongjiang, lleva usando este tipo de apps y plataformas desde que tenía menos de 6 años. Shi cree que "pese a que todos los padres del mundo brindan apoyo a la educación de sus hijos, en Asia oriental, China incluida, se hace un gran hincapié".
"Los chinos creen en el dicho 'el conocimiento puede cambiar el destino'", explica Shi a Teknautas, citando la frase recurrente en chino popularizada entre otros por el magnate hongkonés Li Ka-shing. Para Shi, una de las ventajas más obvias de estos servicios es "la posibilidad de que su hijo pueda estudiar a cualquier hora y en cualquier lugar". En efecto, ahorrarse el trayecto a la academia o centro de estudios, considerando las distancias en las ciudades chinas, es un factor atractivo para los padres.
A través estas aplicaciones, su hijo aprendió a reconocer caracteres chinos y matemáticas durante años. En la actualidad, usa dos aplicaciones de forma habitual: una para estudiar inglés y otra para aprender programación informática. Hace unos años, los padres habrían recurrido a clases particulares, academias o escuelas extracurriculares, pero éstos están siendo sustituidos por aplicaciones móviles educativas.
Por supuesto, la pandemia aceleró esta fiebre que ya existía. En 2020, las rondas de financiación de empresas del sector educativo reunieron 14.700 millones de euros. El 89% de la inversión fue absorbido por empresas de educación en línea.
1.000 euros al año por esta app
A finales de 2020, estas aplicaciones ya tenían 200 millones de usuarios menores mensualmente, según un informe de FastData. Las hay pensadas para todas las asignaturas. VipKid, que ofrece videoclases de inglés con profesores de Norteamérica, fue una de las pioneras en el año 2013. Conecta a más de 70.000 profesores en Norteamérica con niños y adolescentes chinos. Es la aplicación elegida por Shi Junbo para su hijo y por cuyos servicios paga unos 8.000 yuanes (1.027€) al año. Así, puede dotar a su hijo de "un entorno lingüístico en inglés auténtico". Varias aplicaciones como 51Talk siguieron los pasos de VipKid, pero contratando a profesores filipinos y de otros países en desarrollo para abaratar costes.
Algunas 'apps' buscan a los docentes de inglés en países en vías de desarrollo para abaratar costes
Si lo que necesita el alumno es mejorar en cualquier otra asignatura, muchos padres recurren a Yuanfudao, empresa respaldada por Tencent que ofrece videotutorías en línea con profesores de varias materias, cursos y otros productos. A finales de 2020, contaba según sus datos con más de 3,7 millones de usuarios de pago y es uno de los mayores unicornios educativos del mundo. Los padres que no tienen tiempo para ayudar a sus hijos con los deberes o cuyo nivel educativo los impide hacerlo pueden acudir a Zuoyebang, aplicación especializada en resolver los problemas y preguntas de los deberes.
Su tecnología permite a los alumnos tomar la foto de, por ejemplo, un problema de matemáticas en sus deberes. La imagen es analizada por el software, el cual halla el razonamiento subyacente y ayuda al usuario a encontrar la respuesta correcta. Este uso de la tecnología artificial por parte de Zuoyebang convenció a grandes inversores como Alibaba y el Vision Fund del grupo japonés Softbank.
Apps para 'extraescolares'
Algunos padres quieren que sus hijos desarrollen otras aptitudes aparte de las que forman el núcleo del plan de estudios. Desean estimular la creatividad de los hijos y otras habilidades que creen que serán útiles en el mercado laboral del futuro o simplemente quieren que los hijos disfruten y cultiven una afición.
La oferta también es abrumadora: para aprender a tocar el piano pueden hay aplicaciones como Kuaipeilian, VIPSing para clases de canto, Meishubao para aprender a dibujar, Huohuasiwei para desarrollar su razonamiento lógico… Las opciones son especialmente abundantes en campos como el de la programación, con numerosas aplicaciones como Hetao o Code Planet queriendo enseñar a programar a niños de incluso 6 años. De todas formas, no son mutuamente excluyentes. El 58% de los niños y adolescentes que usan estos servicios tienen más de una aplicación de este tipo instalada en sus dispositivos, según el informe de FastData.
Becky Wang, que trabaja en el sector de la educación en línea, tiene otra explicación para el desarrollo de esta industria en China: "no tiene que ver con la cultura china, se debe principalmente al desarrollo de un fuerte sector tecnológico nacional". Dicho sector invierte mucho dinero en tecnologías que serán clave en el futuro como la inteligencia artificial. Según Becky, "el rápido desarrollo de la IA en China permitirá definir un nuevo modelo de aprendizaje. El registro y análisis completo de los datos de aprendizaje de cada alumno y la extracción de conclusiones científicas personalizadas son servicios educativos de los cuales la mayoría de los alumnos todavía no pueden disfrutar", explica a Teknautas. La fuerte demanda de estos servicios no ha pasado desapercibida para Alibaba, Tencent, Baidu…
Todas, mediante sus inversiones, productos propios o aportes tecnológicos, quieren parte del pastel. Bytedance, la empresa dueña de TikTok, ha creado una lámpara inteligente especialmente diseñada para la educación en línea. Aparte de proporcionar luz, trae cámaras, pantallas, vídeo y sonido e incluso corrección de la postura. Vende unas 10 millones de unidades al mes a un precio de más de 120 dólares, nada barato en un país como China.
Recelo del gobierno
Al igual que en el caso de otros sectores que han experimentado un rápido crecimiento en China como la comida a domicilio, las bicicletas compartidas o los préstamos en línea, la educación en línea se ha desarrollado más rápido que la regulación. "El sector no está suficientemente estandarizado. Hay muchos actores irresponsables que no tienen el desarrollo de los estudiantes como prioridad principal", explica Becky. Durante una reunión de la Conferencia Consultiva Política en marzo, el presidente Xi Jinping se refirió al sector educativo extraescolar tanto fuera de línea como en línea como "un problema social" y la Asamblea Popular Nacional lo calificó de "caótico". Uno de los principales problemas es la certificación académica de los profesores, lo que ha conducido a redadas a empresas educativas tanto en línea como físicas para comprobar si los docentes tienen la debida titulación.
Otra causa de preocupación es la propia salud de los estudiantes. Según la Comisión Nacional de Salud, el 53,6% de los niños y adolescentes chino eran miopes en 2018, lo que sitúa a China como uno de los países con mayor prevalencia de este problema. El uso excesivo de pantallas no ayuda y, en el caso chino y de Asia oriental en general, algunos expertos apuntan al excesivo tiempo que pasan en espacios cerrados, frecuentemente estudiando, como una de las principales causas. A las autoridades les preocupan las consecuencias físicas y psicológicas de una presión académica excesiva. Según un informe de 2018 a cargo del instituto de investigación no gubernamental 21st Century Education, la presión académica es la principal causa del 26% de los suicidios entre jóvenes en edad escolar, sólo por detrás de los conflictos familiares.
Para contrarrestarlo, pese a que los detalles varían por regiones, se ha establecido que ningún curso extraescolar, presencial u 'online', puede terminar más tarde de las 20.30 y tienen prohibido dejar deberes, práctica que queda reservada sólo a la educación obligatoria. Según la normativa de Pekín, para evitar que los padres hagan un gran desembolso de una vez y minimizar daños de posibles estafas, un pago sólo podrá cubrir un máximo de tres meses de servicio. Se limitan así las ofertas de "pague X por un año de clases". Becky Wang asegura que las regulaciones "beneficiarán a las empresas de mayor calidad", que serán las que tengan más probabilidades de sobrevivir.
Multas, publicidad falsa y ofertas 'fake'
También existen dudas acerca del modelo de negocio de algunas de estas aplicaciones. A veces, dependen de anuncios cuyo contenido no es vigilado y pueden llegar a mostrar pornografía o contenido no apto para menores para cuadrar sus cuentas. Es habitual también que su sistema de precios y sus estándares educativos no sean completamente transparentes. Este mes, las ya mencionadas Yuanfudao y Zuoyebang han recibido la mayor multa posible (388.000 dólares cada una) por publicidad falsa y descuentos engañosos. Zuoyebang aseguraba en sus anuncios que colaboraba con Naciones Unidas, lo cual era mentira. El hecho de que dos de las empresas más potentes del sector tengan este comportamiento siembra la sospecha de qué no harán las empresas más pequeñas.
Sin embargo, el sector puede usar a su favor su potencial para resolver uno de los temas políticos más delicados en China: la desigualdad educativa. En chino, los que no dominan las matemáticas suelen decir en broma: "era el profesor de gimnasia quien nos enseñaba matemáticas". Normalmente no se llega a tales extremos, pero en muchas áreas rurales los profesores ciertamente tienen que enseñar varias materias y arreglárselas ante la falta de recursos.
Al preguntar a Shi Junbo, que se encuentra a más de 1.000 kilómetros de Pekín, por qué empezó a contratar servicios de educación en línea para su hijo, la primera razón que da a Teknautas es reveladora: "nos permite tener acceso a la mejor educación del país. En nuestra provincia, no hay oportunidad de acceder a algunos contenidos de calidad en clases presenciales". Becky está de acuerdo: "uno de los objetivos de la educación en línea es reducir la carga de los profesores en áreas remotas". Al preguntarle sobre la excesiva presión educativa, Becky es tajante: "la presión viene de la familia, la sociedad y de uno mismo, una aplicación es tan sólo una herramienta, como un libro. Nadie diría que la producción de libros ejerce una presión excesiva sobre los alumnos". El debate está servido.
Es difícil tomar el transporte público en Pekín sin encontrarte con un anuncio de algún servicio de educación en línea. Esperas el autobus en una parada con tres marquesinas con anuncios de tres 'apps' diferentes' y cuando llega, su carrocería está cubierta de anuncios de otra plataforma más. En el país se ha desatado la euforia por este sector, que movió, solo en 2020, 32.700 millones de euros. El 42,4% de ese negocio corresponde a soluciones orientados a menores de 18 años. Debido a factores educativos, tecnológicos y culturales, China se ha convertido en el gran laboratorio para la educación 'online', un experimento que Occidente podría seguir bien de cerca.
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