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La red de 'súper fantasma' que llena Madrid y BCN para llevarte la compra en 10 minutos
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ENTRAMOS EN UNO DE ELLOS

La red de 'súper fantasma' que llena Madrid y BCN para llevarte la compra en 10 minutos

Dija y Blok apenas llevan un mes operando en la capital y ya suman entre ambas 12 locales y un miniejército de repartidores para entregar la compra en tiempo récord

Foto: Interior de uno de los supermercados de Dija. (M. Mc)
Interior de uno de los supermercados de Dija. (M. Mc)

Vivo cerca de la glorieta de Cuatro Caminos. Tengo la suerte de tener un par de supermercados a tiro de piedra. Entre calzarme las zapatillas y bajar hasta uno de los dos tardo unos siete u ocho minutos y otros tantos de vuelta. Aunque solo sea coger unas patatas y un 'pack' de seis botellines de cerveza, 10 minutos —o incluso 15 si hay mucha cola en la caja— se van dentro de la tienda. La escaramuza a por ese aperitivo se puede ir fácilmente a la media hora. Por esta razón, cuando una pequeña 'start-up' afirma que son capaces de llevarte la compra en tan solo 10 minutos a casa, más de uno se preguntará cómo es posible y pensará que hay truco. Pues lo es gracias a la última mutación del gremio del 'delivery': entregas ultrarrápidas. Mucho más de lo que se había experimentado hasta ahora.

Foto: Vista aérea del patio y las cocinas que se están construyendo. (Cedida)

¿Cuál es el secreto para que se pueda llevar un pedido en poco más tiempo del que tú gastas en ir hasta la puerta del supermercado? Lo que sostiene este 'milagro' es una red de 'supermercados fantasma' que está empezando a coger cuerpo en Madrid, principalmente, pero también en otras ciudades como Barcelona. Y aquí lo que importa de verdad es la ubicación más que la superficie.

Porque lo que se está consiguiendo es achicar el concepto de 'última milla' hasta la mínima expresión. Estar tan cerca como para ser capaz de que un repartidor pueda llevar a cabo la entrega en un abrir y cerrar de ojos. El negocio no es nuevo. Glovo ya había explorado esta idea con SúperGlovo, que prometía entregar prácticamente cualquier producto de la cesta de la compra, excepto frescos, en cuestión de media hora. Pero ahora se ha encontrado con una competencia voraz por parte de dos empresas, Dija y Blok, que han entrado como un elefante en una cacharrería. A pesar de que apenas llevan un mes funcionando en Madrid ya suman entre ambos una docena de locales en la capital.

"Capilaridad inmobiliaria"

"Es una cuestión de capilaridad inmobiliaria", explica David Alonso Martínez, responsable de Dija en España. "Depende de la apuesta que hagas. Si consigues radios de un kilómetro de reparto casi lo podrías hacer andando", añade. Esta compañía empezó a operar a finales de marzo en España. Al principio lo hacía a través de plataformas de 'delivery'. A día de hoy, ya han puesto en marcha su propia aplicación en iOS (lanzarán en Android en próximas semanas) y ocho locales en Madrid. "Al principio, cuando no teníamos nuestra 'app' activa nos manejábamos con picos de hasta 150 pedidos diarios. Ahora, hemos llegado a tener días de 500 pedidos". El horario de ocho de la mañana a dos de la mañana corresponde al de una tienda de conveniencia. No hay mínimo de gasto y cada pedido tiene un coste de envío de 0,99 euros.

"A partir de esta semana ya empezaremos a montar los equipos para expandirnos en Sevilla, Valencia, Málaga...", comenta el directivo. Lo acelerado de su aterrizaje en España no es más que un reflejo de lo rápido que está quemando etapas la empresa. Fue puesta en marcha este mes de enero por Alberto Menolascina y Yusuf Saban, extrabajadores ambos de Deliveroo. Después de pasar por esta compañía, Menolascina, de origen italiano, también militó en REEF, una 'start-up' estadounidense que se ha hecho conocida por montar 'dark kitchens' en lugares como 'parkings' públicos con el fin de evitar los problemas derivados de instalarlas en zonas residenciales. Pero, tras estas experiencias, decidió utilizar lo aprendido para montar su propio negocio. Abrieron su primer local el 15 de enero en Londres y sus pocos meses de vida no han sido obstáculo alguno para levantar ya 20 millones de dólares de fondos de referencia como Blossom Capital, Index Ventures y Creandum.

Asegura Alonso que encontrar los emplazamientos no es excesivamente difícil. "Tiene poco que ver con las cocinas fantasma. Es mucho más fácil. Tienes que insonorizar los locales y poco más. No hay fogones, no se preparan alimentos... No necesitamos ni chimeneas ni sistemas de ventilación", remata Alonso. "Es como quien dice una caja de zapatos. No necesitan muchísimos metros cuadrados, sino un espacio bien distribuido".

¿Cómo funcionan?

Visitamos uno de los supermercados que han montado en las últimas semanas. Está ubicado en una antigua clínica en la zona de Azca, un local que pertenecía a una de esas cadenas de salud dental que han caído en desgracia en los últimos años. Nada más entrar hay una generosa zona de descanso. Allí los repartidores tienen aparcadas sus motos eléctricas y disponen de un espacio para los tiempos muertos entre pedido y pedido.

A partir de ahí todo se parece a un pequeño supermercado de barrio. Las cámaras frigoríficas y los congeladores se encuentran en el punto más cercano a la salida. "Se trata de que lo frío es lo último que se incluya en las bolsas para que llegue en buenas condiciones", comenta. Pero esa ubicación también se debe a lo solicitado de los productos. Cervezas o bolsas de hielo suelen ser algunas de las cosas más demandas. Todo está etiquetado y jerarquizado para no perder tiempo cuando los encargados de preparar la compra reciben el mensaje y cogen el carrito para recorrer los lineales, ya que cada segundo cuenta. "Ahora mismo manejamos unos tiempos que son de un minuto y medio máximo para el 'picking' (preparación del pedido) y ocho y medio para el reparto", comenta.

placeholder Foto: M. Mcloughlin.
Foto: M. Mcloughlin.

Todo está medido al milímetro. Al determinar las zonas que correspondan de cada local, se evita que los repartidores tengan que cruzar arterias como la Castellana, ya que eso puede suponer la pérdida de un tiempo valioso. En el almacén es curioso ver cómo juegan con las referencias. No es lo mismo lo que se pide un día normal o corriente, un martes de Champions o un sábado por la noche.

"Tienes que jugar con el 'stock', pero también con la posición de algunos productos para darle salida rápida", explica Alonso sobre la fontanería logística que llevan a cabo en sus supermercados. A día de hoy manejan más de 700 referencias que van desde refrescos, cervezas, alcohol, frutas, verduras, bollería, lácteos... Pero pretenden que sean más de 2.000.

¿Cumplen con los tiempos? Para comprobarlo hacemos un encargo. Nuestra ubicación está justo en la frontera de la zona de influencia del local más cercano. El pedido de 16 euros que incluye botellines de cerveza, hummus, leche, galletas, pan de molde... Damos al botón de pago y ponemos el cronómetro. 11 minutos y cuatro segundos más tarde tenemos la entrega repartida en tres bolsas. Tan convencidos están de que pueden cumplir que, si se sufren retrasos notables, el usuario tendrá tres meses sin costes de envío.

Sin autónomos, todos contratados

Para sostener todo esto cuentan con 200 empleados, entre repartidores y personal de almacén. Hay que sumarle 25 personas de oficina y dirección. "Esto puede variar cada semana, que estamos teniendo una expansión muy rápida", comenta el responsable de Dija. Son todos contratados. Nada de autónomos. "Nos hemos adelantado a lo que se estaba preparando en España, que ha sido una referencia en la materia laboral del sector tomando medidas mucho antes que otros países como Francia o Reino Unido". Explica que los contratos indefinidos son de 20, 30 o 40 horas. "Hemos creado también nuestra propia clasificación interna con repartidores que son líderes de equipo o coordinadores". Defiende que este modelo es "sostenible", aunque al principio hay que "meter mucha capital inversión" para conseguir estar en un muchos puntos de la ciudad y brindar el servicio a una mayor masa crítica.

Este modelo laboral también ha sido adoptado por Blok, la otra empresa que se ha metido en la pomada. "No nos gusta llamarle 'riders', por lo que implica ese término. No solo porque no son autónomos y están contratados, sino porque se implican en todo el proceso. Reparten, pero también hacen preparación de pedidos o reponer", explica Hunab Moreno, COO de la compañía, que explica que tienen a día de hoy una plantilla de 200 empleados que pretenden multiplicar por 10 a finales de este año.

placeholder Exterior de uno de los locales de Blok. (EC)
Exterior de uno de los locales de Blok. (EC)

Moreno también es cofundador de la empresa, que levantó junto a otros socios con experiencia en empresas como Deliveroo, Uber Eats o Glovo así como en cadenas tradicionales como Tesco o Mercadona. "Tampoco nos gusta mucho la definición de 'supermercados fantasma'. Queremos huir de esa falta de transparencia que ha habido tradicionalmente en el sector y por eso hemos diseñado locales visibles desde la calle, que la gente entienda que ahí hay una tienda como la que podría ser un colmado de barrio, pero pensado para el envío a casa", añade.

Algo que han querido plasmar también incluyendo productos de proximidad y artesanos, como cervezas de autor o mermeladas, por citar algunos, que no se encuentran "tan fácilmente en cadenas tradicionales". "Son cosas que varían dependiendo la ubicación del usuario, porque también incluimos productos del barrio en cuestión, como panaderías".

Claves: estocaje y ausencia de intermediarios

En su caso, en vez de utilizar motos, han optado por bicicletas eléctricas para su modelo de reparto. Los tiempos que manejan son similares a los de su competencia: un minuto para la preparación y "ocho para el reparto". Defiende que pueden ser competitivos en costes porque tratan directamente con los "proveedores" y por el "estocaje" que realizan de manera autónoma, sin depender de terceros. Todo ello, explica, les permite "mantener precios de mercado".

placeholder Foto: Cedida.
Foto: Cedida.

Blok, que actualmente se encuentra en la fase final de una ronda de financiación cuyos resultados anunciarán en las próximas semanas, tiene ya tres locales en funcionamiento en Madrid, con los que cubren el 60% de la zona interior de la M-30, también conocida como almendra central; y pondrá en marcha un cuarto emplazamiento en los próximos días. También tienen otros tres almacenes en Barcelona y ya han empezado a preparar su aterrizaje en Milán. Porque, además de España, la hoja de ruta de esta compañía para el presente curso pasa por Italia y Portugal. Un año, 2021, que pretenden finalizar con una facturación de 25 millones de euros.

Hunab Moreno defiende que este sector se va a ver impulsado por el auge del comercio 'online' vivido en 2020. Cree que mucha de la gente que recurrió a ello durante el confinamiento ya ha adoptado esta costumbre y seguirá haciéndolo aunque progresivamente vayamos dejando atrás la nueva normalidad y volvamos a la vieja normalidad. "Se le ha forzado a probar la compra 'online' por las circunstancias y una gran mayoría que lo ha probado sigue queriendo hacerla". Aunque destaca que los actores tradicionales y otros nuevos como Amazon ya se han posicionado muy bien para "sustituir" ese viaje semanal o mensual al supermercado con entregas en 24, 48 o 72 horas, estos se han dejado "un hueco muy importante" sin cubrir. "Hasta ahora las soluciones cubren esa compra semanal o mensual. Nosotros estamos hablando de esa compra ocasional que ocurre cualquier día de la semana, cuando vuelves del trabajo para coger tres o cuatro cosas que te faltan en casa, cuando estás cocinando o cuando vienen unos amigos a casa de improvisto".

Vivo cerca de la glorieta de Cuatro Caminos. Tengo la suerte de tener un par de supermercados a tiro de piedra. Entre calzarme las zapatillas y bajar hasta uno de los dos tardo unos siete u ocho minutos y otros tantos de vuelta. Aunque solo sea coger unas patatas y un 'pack' de seis botellines de cerveza, 10 minutos —o incluso 15 si hay mucha cola en la caja— se van dentro de la tienda. La escaramuza a por ese aperitivo se puede ir fácilmente a la media hora. Por esta razón, cuando una pequeña 'start-up' afirma que son capaces de llevarte la compra en tan solo 10 minutos a casa, más de uno se preguntará cómo es posible y pensará que hay truco. Pues lo es gracias a la última mutación del gremio del 'delivery': entregas ultrarrápidas. Mucho más de lo que se había experimentado hasta ahora.

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